Este relato hace referencia a la fiesta que se hace al final de cada año en las oficinas para celebrar la navidad y el año nuevo.
Mi socio y yo acostumbramos invitar a nuestros empleados y a algunos amigos cercanos a comer en algún restaurante que tenga ambiente, música y baile y la cuenta la pagamos nosotros sin poner ninguna restricción en cuanto a lo que pide cada comensal de comer y beber.
Ese diciembre fuimos 21 personas a la comida, desde el colaborador más humilde hasta los socios y el único requisito fue arreglarse para la ocasión.
Una de las contadoras, Ema, se arregló especialmente bien, es delgada, muy poco pecho pero unas nalgas firmes y paraditas que se me antojaron, pues los traseros son mi debilidad.
La fiesta fue en un lugar con música veracruzana y unos tragos especiales llamados "toritos" que tienen un sabor suave y dulce pero su efecto es fuerte pues emborrachan con pocos.
La comida transcurrió como se esperaba, todos muy contentos y algunos pasados de copas pero correctos.
Cuando empezaba a caer la noche se comenzaron a despedir los que tenían que llegar temprano a casa y de pronto Sandy, una abogada del Staff legal propuso ir a algún lugar donde se bailara salsa y música tropical, sin embargo mi socio dijo que él no iba pues se sentía medio borracho pero un amigo invitado se apuntó de inmediato, pero casi todos se tenían que retirar y solamente quedamos Ema, Sandy, mi amigo y yo.
Ante tan poco éxito que tuvo la propuesta ya no fuimos a ningún lado y preferimos quedarnos a oír música y tomar más "toritos".
El alcohol empezó a hacer sus efectos y mi amigo que había estado platicando muy cariñoso con Sandy me propuso invitarlas a un motel a lo que me negué pues aunque Ema había mostrado que quería algo más conmigo en varias ocasiones pensé que se iba a negar, pero como nos escuchó, tomó la iniciativa y me dijo en voz alta:
-Me he aguantado muchas veces decirte esto, pero hoy quiero que me lleves a un motel.
Claro que no iba a desaprovechar semejante ofrecimiento y antes que alguien se arrepintiera pedimos la cuenta y nos encaminamos los cuatro rumbo a la carretera a Toluca a la zona de moteles.
Nos fuimos en el carro de mi amigo y Ema no perdía el tiempo pues desde que nos subimos al asiento de atrás comenzó a besarme, tiene unos labios deliciosos, carnosos y su lengua recorrería toda mi boca con una pasión que nunca noté en ella, yo puse mi mano en su cuello y la fui bajando en cada beso hasta estar dentro de su escote hasta sentir sus pezones duros y erectos, ella por su parte comenzó a tocar mi miembro por encima del pantalón que para ese momento ya estaba totalmente parado y bajó el zipper y desabrochó el cinturón pero no pudo desabrochar el pantalón, dejó de besarme y con las dos manos abrió mi pantalón, bajó mi bóxer y sacó mi miembro y sin esperar un segundo se lo metió a la boca y comenzó a darme una mamada increíble, apretaba sus labios y succionaba mi verga, la lamia como si fuera una paleta y la volvía a apretar con sus labios, con su lengua, no paraba de masturbarme con la boca, yo que había mantenido los ojos cerrados, los abrí y vi a Sandy viendo la mamada que me estaba dando Ema, saboreándose.
Cuando estaba a punto de venirme en su boca mi amigo nos anunció que habíamos llegado al hotel, Ema se separó de mi verga y nos arreglamos.
Entramos a la habitación los cuatro y de inmediato sin dejar de besarnos Ema y yo nos metimos al baño a desnudarnos.
Salimos del baño y en la penumbra Ema me desabrochó la camisa, tomándose su tiempo, botón por botón, me quitó los zapatos y los calcetines, me besó los pies, los lamió y me sentó en la cama para quitarme el pantalón y el bóxer y sin quitarme la camisa me besó el pecho, lamia mis pezones despacio como si fueran un dulce, me levanto de la cama y de la mano me llevó al jacuzzi que previamente había llenado Sandy, me quitó la camisa, me metió al agua y al ritmo de la música que solo estaba en su cabeza hizo un striptease despojándose del vestido amarillo que había comprado especialmente para la fiesta y se quedó en tanga y zapatillas muy altas.
Se veía preciosa, se quitó las zapatillas, se metió al jacuzzi, se sentó en la orilla y me jaló para que lamiera su coño por encima de la tanga de encaje, abrió las piernas y me expuso el coño mojado por sus flujos, se quitó la tanga, se metió al agua, me abrazó y se sentó sobre mi verga erecta, tomó el tronco y la dirigió hacia su coño.
Estaba tan caliente y mojada que se dejó caer y la penetré hasta el fondo sin ningún problema solo dando un gemido que se escuchó en toda la habitación.
Comenzó un vaivén de sus caderas subiendo y bajando primero lento y aumentando la velocidad poco a poco, besándome la boca, metiendo su lengua con desesperación y solo se oía el agua del jacuzzi que se movía y salpicaba.
Se abrazaba muy fuerte a mi, jadeaba, pedía que se la metiera más fuerte, mas adentro, mas rápido, su pelvis chocaba contra mi, se dejaba caer para sentir la verga hasta el fondo, seguimos sin parar hasta que apretó las piernas viniéndose sin dejar de moverse y seguía moviéndose para tener un orgasmo continuo interminable, ya no susurraba, me ordenaba:
-dame más duro.
Yo sentía su vagina caliente como brasa y cuando sintió la tensión de mi cuerpo porque me iba a venir, se quitó de encima de mi y me sacó del agua, me sentó y se metió mi verga a la boca y succionó hasta que mi semen comenzó a llenarla y solo se detenía para decirme:
-tu semen es mío y me lo voy a comer todo.
Y seguía succionando y con la mano me masturbaba para sacar todo el semen posible.
Cuando no pudo sacarme mas se salió del jacuzzi, todavía con semen en la comisura de los labios y habló con Sandy y le dijo que nos tocaba la cama, pero solo consiguió que nos dejaran la mitad. Ema fue hacia a mi, me sacó del agua, tomó una toalla y me secó, mas que secarme fue un masaje delicioso, me tomo de la mano y me recostó en la cama y me dijo:
-bebé cógeme, quiero volver a sentirte adentro.
La acosté y me coloqué entre sus muslos para darle una mamada para que disfrutara como me hizo disfrutar a mi.
Lamia su raja a todo lo largo, mordisqueaba su clítoris que era grande y estaba duro y rojísimo, sentía sus flujos en mi boca hasta que no aguantaba mas y me pidió:
-métemela bebe, ya la quiero adentro, por favor.
La voltee boca abajo, sus nalgas quedaron a mi merced y se las mordí, la nalguee y me pidió que las nalgadas fueran mas fuertes, se le pusieron rojas las nalgas y a cada nalgada gemía, le besaba la espalda, se la mordía, la lamía, le lamí el culo que todavía olía a jabón del jacuzzi, le puse mucha saliva, le paré las nalgas y le puse la cabeza de mi verga directamente en la entrada del ano y aunque sabía lo que iba a pasar, me dijo:
-nunca lo he hecho por atrás, ten cuidado, no me lastimes.
Le metí la punta y se quejó y gimió, me quedé un momento sin moverme y cuando sentí que se dilataba seguí metiéndole la verga un poco mas y así poco a poco fui metiéndosela hasta que la tuvo toda adentro, nos quedamos sin movernos hasta que se acostumbró y comenzamos un mete saca frenético, no se contenía, gritaba, gemía, me pedía mas, le daba nalgadas y me pedía que se las diera mas fuerte, la agarré del cabello y se lo jalé hasta que levantó la cara y en ese momento se vino y su culo me apretó la verga e hizo que me viniera al mismo tiempo que ella llenando ahora su culo de semen, nos venimos largo, delicioso, mucho hasta que se dejó caer hacia un lado sin dejar que mi verga se saliera de su culo y nos quedamos así un rato, yo sentía como palpitaba su culo hasta que mi verga quedó en una semi erección y me salí de ella.
Me recosté a su lado y me dijo:
-De haber sabido que coger por el culo era tan delicioso te hubiera pedido que me cogieras mucho antes.
Nos levantamos y nos dimos cuenta que Sandy y mi amigo estaban vestidos y habíamos sido su espectáculo mientras estaban sentados en dos sillones que había en la habitación.
Nos vestimos y nos fuimos a recoger mi carro, pero durante el camino de regreso nos fuimos besando y acariciando delicioso.
Ahí comenzamos a vernos muchas veces y nos disfrutamos mucho, pero eso será motivo de otros relatos.