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Viaje forzado
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Tiempo de lectura: 12 minutos

Como todos los años ese verano salí en mi automóvil para pasar un par de semanas en casa de mis familiares. Mi marido nunca quiso que hiciese ese viaje tan largo sola pero ya estaba resignado sabiendo que yo era muy cabeza dura y siempre me salía con la mía.

Me críe en una familia rica y desde niña fui la mimada de todos así que me acostumbre a hacer mis caprichos sin que nadie pudiese cambiarme. A veces me doy cuenta de que me excedo cuando maltrato a la servidumbre de la casa pero no puedo cambiar a esta altura de mi vida (cumplí los cuarenta y ocho aunque aparente mucho menos).

Después de todo solo era un viaje de dos días parando a pasar la noche en algún buen hotel en el camino.

Era ya tarde cuando pare a cargar gasolina y discutí con unos estúpidos de una camioneta que trataron de ocupar el lugar antes de mi. Eran cuatro tipos de mal aspecto uno negro y los otros de origen latino así que mas rabia me dio y les dije de todo. Por supuesto que me salí con la mía y cuando me fui los cuatro me miraban con verdadero odio.

Al rato nomás me olvide de ellos y apure el automóvil tratando de llegar antes de que cayera la noche a la próxima ciudad para buscar allí un hotel para dormir.

Estaba en una zona de colinas y campos desiertos cuando se me paro el auto dejándome allí sin poder hacerlo arrancar mas.

Ya era casi de noche y no pasaba nadie por ese paramo haciéndome desesperar.

Cuando ya pensaba que iba a tener que pasar la noche allí apareció la luz de un vehículo y me pare haciéndole señas para detenerlo.

Toda mi alegría de su detención se me esfumo cuando se bajaron y eran los tipos de la gasolinera!

Se rieron y me decían que con todo mi hermoso auto importado no había tenido buena suerte.

Por supuesto que de mecánica no entendían nada pero se ofrecieron a llevarme hasta el próximo pueblo, yo no me decidía pero el pensar que me dejarían allí sola termino por convencerme y subí a su camioneta sentándome entre dos de ellos en el asiento posterior.

Después de marchar un rato se desviaron por un camino lateral de tierra diciendo que era un atajo y por allí llegaríamos mas rápido a la ciudad. Luego de un trayecto mas o menos largo se detuvieron frente a un viejo granero abandonado.

Cuando quise preguntar algo el negro, que parecía el jefe, saco una enorme navaja y me la puso en la cara diciéndome que no me hiciera la tonta o me marcaría para siempre.

Me bajaron con ellos por la fuerza; adentro del granero solo había paja y un viejo y sucio colchón que seguramente usaban algunos vagabundos para refugiarse.

Tome coraje y les dije que iban a lamentarse de secuestrarme así y que iba a hacerlos meter presos para siempre. Sin aviso previo recibí una feroz trompada en la boca del estómago que me tiro al piso sin respiración.

Sentía que me moría y por primera vez comprendí que estaba en un riesgo real, que esos maleantes podían matarme sin que nadie se enterara nunca de mi suerte.

Ellos bajaron mis maletas del auto y me las revisaron robándome cuanto se les dio la gana, yo llevaba bastante dinero y regalos para mis parientes así que se apoderaron de todo, me dolió especialmente que llevaba una cámara de vídeo para mi ahijado y que también me robaron con las demás cosas.

Roberto, que así lo llamaban al jefe un negro enorme, se me acerco y tomándome del pelo me levanto hacia el diciéndome que si trataba de escaparme o gritaba iba a cortarme la cara con su navaja destrozándome "esa linda carita que tenés" decía. "Además voy a pincharte un ojo así quedas tuerta y deforme para toda la vida!" al oírlo me aterre y perdiendo todo mi orgullo le rogué que no me lastimara prometiendo que iba a portarme bien

"Bueno vamos a ver cómo te portas" me dijo "para empezar te vas a desnudar que quiero verte en pelotas" yo intente protestar pero me dio una tremenda cachetada que me hizo explotar el mundo bamboleándome la cabeza y aumentando mi terror de él.

Temblando empecé a sacarme la ropa y ellos se reían diciéndome de todo.

Ya estaba en ropa interior cuando Roberto me ordeno que terminara de desnudarme toda de una vez, yo veía el brillo del acero de su navaja y no podía pensar en otra cosa.

Me quite el corpiño y ellos aullaban, después me saque la tanga acabando de desnudarme frente a ellos.

"Ahora baila un poco para nosotros" me ordeno Roberto y empecé a menearme como una muñeca bailando para ellos.

"Que buena esta la vieja esta!" decía uno de ellos "Mira esas tetas como se le mueven!" , "Y tiene un culo divino!" agregaban.

Después me hicieron acostar boca arriba y mientras los demás me sujetaban los brazos y las piernas abierta completamente Roberto que ya se había desnudado por completo se me subió encima empezando a manosearme toda apretándome los pechos como un animal besándomelos y lamiéndomelos con deleite.

Yo trataba de pensar en cualquier otra cosa buscando no sentir nada pero no podía realmente sustraerme a lo que me estaba ocurriendo.

Sabía que solo tenía que dejarlos que me violaran y cuanto mas rápido acabaran sería mejor; en realidad pensaba que no me sería demasiado difícil ya que no era una mujer demasiado ardiente ni me atraía especialmente el sexo. Toda mi vida fui casi anorgasmica y prácticamente solo complacía a mi marido; por suerte él era un hombre mayor y tampoco muy caliente así que para mi hasta entonces el sexo ocupaba solo un lugar secundario.

Roberto me abrió los labios vaginales y empezó a acariciarme el sexo.

Sus dedos me frotaban el clítoris hasta que empezó a sentirlo erecto sonriéndose al ver que lograba lo que buscaba.

Después me metió un dedo en la vagina y empezó a moverlo entrando y saliendo de ella para después recorrerme toda la vulva y otra vez metérseme en la vagina.

Ya no podía evitar sentir ese frote contra mi sexo y, sin poder entender el porque, sentía que me humedecía bajo sus dedos lubricándole el camino.

Jamás me habían hecho algo así y mi cuerpo se tensaba y arqueaba sin poderlo contener, mientras el me metía sus dedos podía ver claramente su pene erecto ante mis ojos. Nunca había imaginado una pija tan enorme de gruesa y larga, negra con enormes venas y una cabeza morada como un botón y aun más ancha todavía.

Entonces el empezó a besarme y lamerme el sexo como un perrito.

Jamás me habían hecho algo así y no podía creer lo que estaba sintiendo.

Su lengua me recorría todo el sexo acariciándome el clítoris de una manera deliciosa para después metérseme en la vagina y revolvérmela allí adentro una y otra vez.

Ya sentía mis caderas moverse de manera automática en respuesta a su estímulo y aunque me odiaba por hacerlo empecé a gemir suavemente sin poderme controlar.

Hasta que perdí por completo el control de mi propio cuerpo y termine meneándome como una perra culeando gimiendo y jadeando totalmente perdida.

El sabiendo que había llegado al punto al que quería llevarme se levantó y acomodándose entre mis muslos me penetro de manera brutal.

"Toma puta tragatela toda!" me decía metiéndome su pija enorme de gruesa y larga hasta que la tenía toda adentro de mi vagina y revolviéndomela allí adentro haciéndome aullar de placer.

Su pija enorme y dura como una piedra me quemaba de caliente en la vagina!

Jamás había sentido una penetración tan intensa y profunda! Era como si me llenara el vientre con ese enorme trozo de carne hirviendo haciéndome gozar de manera brutal!

Ya los otros me soltaron y sin poderme controlar rodee su cuerpo con mis piernas y empecé a menearme como una perra caliente respondiendo a su penetración con mayor pasión aun.

"Se nota que el cornudo de tu marido no te coge bien por la manera en que te gusta que te coja perra sucia!" me decía mientras me revolvía su pija en la vagina haciéndome aullar de placer.

El me tomo de las nalgas y metiéndomela tan profundamente como podía empezó a volcarme adentro de la vagina todo su semen caliente.

Aquello fue como un detonante y empecé a acabar como jamás en mi vida había acabado antes, mis alaridos de placer deben haberse escuchado en kilómetros. Aullando como una perra lo tomaba de las nalgas y lo apretaba contra mi buscando sentir su pija golpear contra mi útero y su leche hirviendo llenarme las entrañas.

"Toma toda la leche vieja puta!" me decía "Sentí como te lleno la panza de leche!" y sentía su tremenda pija empujándome el útero llenándome el vientre con tremendos chorros de su semen caliente gozándolo como una puta perdida.

Cuando me la saco se me subió encima y me hizo que le limpiara la pija lamiéndosela como una gata caliente mientras yo aún seguía meneándome en ese orgasmo interminable.

"Bueno muchachos ya está lista la puta para todos!" les dijo a los demás y uno tras otro se me echaron encima y me cogieron volcándome todos adentro llenándome tanto de leche que me chorreaba entre los muslos.

Después de sacarse bien las ganas todos se pusieron a tomar mientras yo sollozaba sobre el colchón sintiéndome tan humillada y vejada como jamás en mi vida.

"Toma vos también!" me dijo Roberto y me obligo tomar del pico de la botella como lo hacían ellos, el alcohol me quemaba de lo fuerte ya que no tomo nunca y ellos se reían al ver la cara que ponía haciéndome tomar mas para divertirse viéndome.

Después de un rato ya me sentía casi tomada y Roberto dijo que ahora iban a divertirse realmente.

"Vos rata!" le ordeno a uno de ellos "Dale lengua a la vieja que eso la pone a mil!". Me acostaron boca arriba y separándome totalmente las piernas uno de ellos empezó a lamerme y chuparme el sexo.

Otra vez sentía que me "cogían" con la lengua y además semi borracha como estaba mi capacidad de resistir era muy poca por lo que poco a poco me fui excitando mas y mas hasta comenzar a gemir y jadear de placer.

Roberto se me subió encima y empezó a pasarme su pija por los pechos acariciándome con ella los pezones que se me pusieron erectos y duros de calentura.

Con la chupada que me pegaba el otro termine de volverme loca por completo y, otra vez, perdí el control de mi propio cuerpo.

Ya me meneaba moviéndome como una perra culeando cuando el se me subió hacia mi cara y empezó a pasarme la pija por el rostro.

Sin poderme controlar empecé a lamérsela como una gata caliente sintiendo el tremendo calor de su pija erecta en mi lengua.

Me hizo lamerle y besarle los huevos y yo dócilmente le obedecí perdiendo por completo el pudor y el poco orgullo que podía quedarme.

Encima se subió mas y me puso su culo ante mi cara.

"Dale, lameme el culo yegua de mierda, mostranos como podes ser de puta!" me ordeno y le empecé a lamer el culo como una reventada metiéndole la lengua todo lo que podía adentro de él sintiéndome la peor de las putas.

Entonces Roberto me metió la pija en la boca haciéndome chupársela.

Jamás se la había chupado a nadie pero estaba tan enloquecida que se la mame desesperada hasta que el me termino en la boca y me obligo a tragarme toda su leche como una puta cualquiera.

"Así puta! ordeñame la pija así y tragate toda mi leche!" me decía mientras gozaba mirándome hacerlo.

Después que el salió de mi boca otro ocupo su lugar y también me hizo tragar su leche; luego el otro y finalmente el cuarto también.

Me había tragado la leche de los cuatro pero yo no había acabado y después de esa mineta de locura que me habían pegado estaba tan caliente como una yegua en celo. Me meneaba sobre el colchón jadeando y me metía las manos entre las piernas tocándome yo misma el sexo deseando que me cogieran como fuera pero que calmaran esa calentura que me volvía loca.

"Mirala a la vieja pajera que puta que es!" decía Roberto y se reía.

"Decime que querés!" me dijo y yo le agarraba la pija desesperada abriéndome de piernas y ofreciéndomele como una perdida.

"Dale, decilo que quiero oírte pedírmelo, dale "señora bien" mostrame como puede ser de puta una tipa de alta sociedad como vos!"

"Cogeme!" murmure apenas muriéndome de vergüenza al oírme.

"Como decís!" me contesto Roberto disfrutando al humillarme frente a todos "Habla más fuerte y decime bien lo que queres!"

"cogeme!" le grité descontrolada,"cogeme de una vez, culeame, haceme lo que quieras pero no me dejes así que me voy a volver loca de caliente!" gritaba rebajándome ante todos, perdido por completo mi orgullo y rogándole que me la diera sin importarme ya nada sino calmar esa calentura que me estaba matando.

Roberto me dio vuelta y separándome las nalgas me escupió en el ano y apoyo su enorme pija contra él.

Jamás me habían penetrado por allí y me aterro pero no podía hacer nada para evitarlo.

El empujaba tratando de penetrarme pero era demasiado grande para mi estrecho esfínter.

"A ver vos!" le dijo a uno de ellos "dale lengua en el culo así se lo lubricas bien!" y uno de ellos me chupo el culo metiéndome la lengua adentro del esfínter haciéndome excitar aún más todavía.

Después Roberto se volvió a colocar sobre mis nalgas y acomodar su pija frente a mi ano.

Después de un rato de embestirlo lentamente fue metiendo su cabeza mientras yo gemía de dolor.

Después que la sintió adentro hecho todo el peso de su enorme cuerpo negro encima de mí y me la enterró brutalmente haciéndome gritar del tremendo dolor.

Sentía que me estaba desgarrando con esa pija tremenda haciéndome sentir una barra de hierro candente adentro de mi culo.

Después empezó a moverse adentro mío metiendo y sacando su pija mientras yo sollozaba sintiendo que me destrozaba con esa verga gigantesca.

Roberto empezó a frotarme el clítoris con sus dedos mientras me poseía y poco a poco el dolor fue reemplazándose por el placer.

Inexplicablemente para mi termine jadeando y meneándome gozando como una perdida.

"Te gusta puta de mierda!" me decía Roberto gozando al sentir que me había pervertido hasta ponerme así, "Sentí como te estoy culeando, apuesto que el cornudo de tu marido nunca te había roto el culo!" y al sentirme tratada así como una ramera me excitaba aún más todavía.

Yo ya aullaba de placer como una perra caliente y me meneaba y sacudía gozando perdida esa relación perversa que me enloquecía.

Jamás había siquiera imaginado que se pudiese disfrutar así!

Entonces explote en otro orgasmo bestial y empecé a acabar como una cerda chillando de placer mientras mi esfínter le ordeñaba la pija y le revoleaba el culo haciéndolo acabar a él también sintiéndolo que me llenaba el culo de su leche.

Cuando me la saco del culo se puso frente mi y podía ver su leche y mi sangre chorrearle de la pija, mientras aún seguía acabando en ese orgasmo de locura le limpiaba la pija con la lengua y me tragaba toda su leche.

"Bueno muchachos, ya está el camino abierto para el que quiera!" dijo Roberto y los otros tres me la dieron por el culo uno tras otro llenándome de su leche.

Ya amanecía cuando los cuatro decidieron pata completar la fiesta masturbarse y volcarme toda la leche que les quedaba enima mio mojándome entera con ella.

Me chorreaba semen por el pelo la cara y entre las tetas mientras yo trataba de recibir lo mas que podía en la boca y tragármela pero gran parte de ella me mojaba el cuerpo desnudo.

Al terminar me pusieron el vestido sobre el cuerpo desnudo y mojado y antes de salir Roberto tomo la cámara que estaba acomodada sobre unos trastos viejos y les decía a los demás que esa película valía oro y que podría venderla a muy buen precio.

Entonces comprendí con horror que el muy hijo de puta me había filmado con mi propia cámara!

Ya casi amanecía cuando me dejaron otra vez junto a mi automóvil y se marcharon.

Por suerte paso por allí un auxilio y en poco rato pude seguir mi viaje; fui a un hotel para bañarme y sacarme el horrible olor que me sentía encima.

Cuando seguí mi viaje decidí no denunciar ni contarle una palabra de lo ocurrido a nadie, no podría soportar un escándalo o que se hiciera público lo que me había pasado.

Ya ha pasado más de un mes y aunque me he propuesto olvidarlo no puedo hacerlo.

Una y otra vez me encuentro pensando en lo que me ocurrió, aunque sé que no podía haber evitado ser violada por esos hijos de puta no puedo dejar de cuestionarme que termine portándome como una cualquiera. Más de una noche me he soñado que estoy otra vez con esos animales que me poseen de manera brutal y gozo como lo hice entonces hasta que despierto bañada en transpiración con el corazón latiéndome enloquecido y ardiendo de deseos como una perra en celo.

Por suerte con mi marido dormimos en piezas separadas así que no se enteró de nada.

La última noche que me ocurrió sin poderme controlar baje mis manos hacia mi sexo y empecé a acariciarme a mi misma para terminar masturbándome desesperada recordando todos los detalles de la noche en que me cogieron esos bestias y deseando sentirme así otra vez hasta que explote en un orgasmo terrible hasta caer agotada entre las sabanas.

Cuando recupere el control de mi propio cuerpo llore hasta el amanecer desesperada al comprender que esos hijos de puta no solo me habían violado y humillado sino que habían conseguido pervertirme al hacerme sentir esas sensaciones anormales y que ahora ansiaba volver a vivirlas.

Me jure que iba a lograr detener esas tendencias perversas y borrarlas de mi cabeza.

Anoche había estado en una reunión de la iglesia y cuando volvía a casa me detuve a tomar un café en un bar de la entrada de la ciudad adonde paran habitualmente muchos camioneros y cargadores.

Estaba allí cuando note que uno de los tipos sentado frente a mi me miraba insistentemente, tanto que me puso nerviosa.

Sin poderlo evitar mire su bulto en el pantalón y se notaba claramente que tenía una erección.

Empecé a sentir el corazón latiéndome con fuerza y el sexo húmedo y caliente.

Sabía que tenía que salir de allí en ese momento pero no me levante ni salí sino que seguí mirándolo, ya con tanto descaro que él se dio cuenta y me hizo señas al salir que fuera con él.

Me levante como una autómata y salí detrás suyo que me llevo hasta su camión y allí en la cabina me empezó a besar y decirme que le estaba caliente conmigo.

Se abrió la bragueta y saco un enorme pene erecto frente a mi que sin poderme contener me arrodille entre sus piernas y empecé a chupárselo desesperada mientras él me sacaba los pechos por el escote y me los agarraba apretándomelos hasta hacerme doler.

Podía ver en su cara el tremendo placer que sentía al verme chupársela como una puta y eso me excitaba aún más.

Entonces me subió la falda hasta la cintura y sacándome la bombacha me sentó en su falda para enterrarme su pija hasta el tronco.

Yo ya bramaba de placer y empecé a galopar empalada en esa tremenda verga gozando como una perdida gimiendo y jadeando totalmente fuera de control hasta que ambos llegamos al orgasmo y lo sentí inundarme con su leche mientras seguía acabando en ese orgasmo maravilloso.

Me baje del camión acomodándome la ropa como podía y sentía su leche brotarme de la vagina y chorearme entre los muslos mientras caminaba a buscar el auto.

Quería morirme de vergüenza por haber sido capaz de hacer algo así con un tipo que ni conocía pero el placer de esa acabada bestial aun me conmovía hasta lo más profundo de mi ser.

Varios días estuve pensando lo que había capaz de hacer sin poder explicármelo.

Trate de olvidarlo y me propuse resistirme a las tentaciones evitando todas las situaciones peligrosas.

Durante más de una semana me mantuve así, pero ya cada noche me sentía mas y más excitada sin poder conciliar el sueño hasta terminar finalmente masturbándome furiosamente hasta acabar como una loca deseando sentir una pija de verdad en mi vientre, pensaba en esos tipos usándome como una puta cualquiera sin ningún respeto y me calentaba aún más.

Ayer a la tarde ya no podía mas de caliente.

Estaba en el club adonde trataba de descargar mis energías corriendo en la pista pero en vez de ello me sentía mas excitada aun.

Cuando volvía desde el campo de deportes en un galpón de depósito estaban dos negros enormes bajando una carga y sin poderme contener me acerque a ellos preguntándoles si allí había un baño.

Me dejaron pasar adentro y había un bañito sin puerta así que los dos tipos podían verme claramente desde el galpón. Me metí al baño y me saque el equipo de gimnasia quedando totalmente desnuda frente a ellos. Sin poderme controlar ya empecé a manosearme los pechos y el sexo jadeando de deseos.

Ellos me miraban sin poder creer lo que estaban viendo, una de esas "señoras de alta sociedad" del club masturbándose loca de caliente frente a sus ojos.

No demoraron nada en desnudarse también y entre los dos me llevaron hasta el fondo del galpón tirándome sobre unas mantas para empezar a manosearme y chuparme entera haciéndome perder por completo el poco pudor y la cordura que me pudieran quedar.

Mientras uno me cogia el otro me la hacía chupar y yo me meneaba entre ambos disfrutando como una yegua caliente.

En un momento uno de ellos se acostó boca arriba y me hizo montar encima de él y así "cogérmelo" yo a él. Mientras así lo hacia el otro se me acomodo detrás y busco también con su pija forzando la entrada hasta que lo sentí penetrarme también.

Tenía las dos pijas juntas en la vagina!

Sentía que me iba a volver loca de placer mientras me meneaba como una perra culeando gozando descontrolada y les pedía más y más pija.

Sin poderme controlar me sentía decirles jadeando que era su puta, que me la metieran mas y que quería que me volcaran toda su leche.

Cuando acabamos los tres casi juntos el placer me volvió totalmente loca y aullaba de placer hasta caer semi desvanecida en el piso.

Todavía ellos me hicieron que les limpiara sus pijas con la lengua y me tragase toda su leche

Me sentía morir de vergüenza cuando salí de ese galpón con la ropa mal acomodada y el pelo revuelto pero en ese momento comprendí que ya mi cuerpo estaba fuera de control y que mi mente se había pervertido. Esa sensación de peligro y vejación es como una droga necesaria para mi y no sé hasta dónde seré capaz de llegar a partir de ahora.

Espero sus comentarios como siempre a [email protected], no busco sexo ni encuentros, solo recibo comentarios. Mil beso,s cuídense del covid.

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