Hoy era el gran día de unos conocidos míos, Mónica y Cesar, una pareja liberal con la que había quedado bastantes veces para tener intercambios.
Se la describiré, ella es de piel blanca, ojos claros, tetas pequeñas pero ricas, un abdomen formado, unas tremendas piernas y un trasero majestuoso, redondo y grande, que lucía espectacular en sus pantalones entallados o calzas.
Me contrataron para hacer las fotos de su boda, estaba en el recinto donde se iba a celebrar la boda, tras preparar algunas cosas me fui al cuarto del novio a charlar con él y hacerle unas fotos.
Me comento que Mónica estaba nerviosísima con todo lo de la boda y que su madre tampoco ayudaba mucho, le dije que no se preocupara que intentaría calmarla a lo que, entre risas, Cesar me contesto que seguro que era capaz de hacer que fuera bien relajada a la ceremonia.
Tras unas fotos con sus familiares salí de allí para dirigirme al cuarto de Mónica, allí estaba la peluquera, la madre de Mónica y una tía suya.
Mónica llevaba una batita blanca de seda y solo se la veía las medias transparentes que terminaban justo encima de sus rodillas con un sexy encaje.
A Mónica se la notaba nerviosísima y su madre no paraba de decirla como tenía que ser todo, poniéndola más nerviosa aún, así que la pedí a la madre y la tía que salieran, que la novia necesitaba tranquilidad y era su momento de relax con la peluquera y las fotos.
M: ¡Gracias, ya me estaba hartando!
L. Si! ¡Me mando tu futuro marido a salvarte jajá!
M: ¡Jajá, ternura!
L: Bueno, ¡comenzare con las fotos!
M: ¿Pero? ¡Aun no me pongo el vestido!
L: No importa, ¡estas vienen en el paquete!
En cuanto estas salieron comencé a hacer fotos a Mónica mientras la peinaba y maquillaba la peluquera.
Cuando esta acabo y salió del cuarto levante a Mónica de la silla para seguir haciéndola fotos, ya se la notaba más tranquila.
M: ¡Excelente fotógrafo, jajá!
L: ¡Uhm!! ¡Mejor dicho, excelente modelo, que piernas!!
M: Jajá, ¿qué lindo y ahora qué sigue?
L: ¿Segura que quieres saber?
M: ¡Claro, dime!
Me acerqué y la di un buen beso mientras le desabrochaba la bata y se la abría.
Llevaba un sujetador blanco redondo sin tirantes moldeando sus pequeños pechos y la parte delantera de su braga o tanga era blanca transparente con un encaje bien sexy.
L: ¡Que rica te ves, uhm!!
M: ¿Que haces?
L: ¡Dándote tu regalo, jajá!
M: ¿Dándome o dándote? ¡Jajá!
Deje la cámara en el tocador y mis manos se posaron en su trasero disfrutando de él, me arrodille y la quite la tanga y comencé a lamer los labios de su coño mientras acariciaba sus muslos.
Siempre me encantaron sus piernas, torneadas y bien carnosas, de un color hermoso y con sus medias se veían más apetecibles.
Metí bien dentro de su coño mi lengua, comenzando a comérselo, mi lengua se movía rápido dentro de ella, una y otra vez, jugaba su clítoris, lo mordía, afuera se oían los ruidos de su madre, pero yo no me detendría nada, Mónica suspiraba y gozaba mis chupadas.
M: ¡Ah, que rico, uhm!!
L: Me encanta tu coño, ¡velludo sabroso!!
Mi lengua daba lo mejor de sí, yo creo que por el momento que atravesaba, Mónica se rindió y termino corriéndose con un rico orgasmo.
Que rico, me estaba comiendo a una futura esposa y digna diosa del sexo.
Me levanté y volvimos a besarnos, mis manos volvieron a disfrutar de su rico trasero, hasta que la senté en el tocador.
Me desnudé de cintura para abajo, sacando mi dura verga la cual ya estaba a full! Mónica la acariciaba con sus delicadas manos mientras su lengua entraba a mi boca.
M: ¡Que rico me relajas, uhm!
L: ¡Te dije nena!
M: ¡Me encanta la dureza y tamaño de tu verga!
L: ¡Chúpala!!
Mónica se arrodillo sobre un cojín y empezó a chupármela riquísimo, su lengua probaba desde mis huevos a mi dura verga, yo tomé mi cámara y empecé a tomarle fotos, las cuales pensaba regalarle a su marido como un regalo especial.
La tragaba delicioso, me mordía, la succionaba hasta ahogarse, que delicia de novia era.
L: ¡Mi amor, que rico mamas!
M: ¡Tu dura verga me inspira!
Después de recibir tremendas chupadas de la futura esposa de Cesar, me puse un condón y comenzamos a follar despacito.
Ella estaba arriba del tocador, yo le acariciaba los muslos y besaba sus tetas, se la metía suave y rápido a veces de sopetón ye so al tenía gimiendo, afuera su mama y su tía esperaban para entrar.
Mientras lo hacíamos, nos besamos y acaricie sus piernas sintiendo la suave tela de las medias, mi polla entraba y salía de su húmedo coño sin parar.
M: ¡Ah que rico nene!
L: Moni estas riquísima, ¡cómo te deseo desde que te conozco uhm!
M: ¡Ah!! ¿En serio?
L: ¡Si!, tus nalgas y tus sabrosas piernas, ¡uhm!
La bajé y la di la vuelta, se apoyó en el tocador y metí mi verga dándole de nalgadas en su rico trasero.
Una y otra vez la embestía, le besaba su deliciosa espalda, ella me abrazaba y se empujaba hacia mi verga de una forma deliciosa, que mujer.
M: ¡Ah, Luis que rico!
L: ¡Te la voy a dar por tu culo!
M: ¿Qué? ¡No, uhm, espera!
La empine apoyándole en el tocador, abrí sus grandes nalgas y su culo que no estaba dilatado se veía riquísimo, coloque mi cabeza en la entrada y lentamente se la empecé a dejar ir, ella se aguantaba los gritos, mi verga la lastimaba, pero yo quería dársela como regalo de bodas.
Cuando la tuve entera dentro de su culo me moví en círculos, mis manos se colocaron en la cintura de Mónica y la agarré fuerte para así moverme mejor.
M: ¡Ah, Luis mi culo!!
L: Aguanta nena, uhm, ¡que rico!
M: Ah, ¡más dámela más!
L: Que delicia de mujer eres, me vuelves loco, ¡uhm!
De pronto ella comenzó a venirse, su orgasmo era fenomenal, su sudor combinado con el perfume que se puso, era un aroma hipnotizador ¡que rico!
Como yo aún estaba firme, me saqué ese condón y decidí follarla a pelo.
M: ¡Todavía más!
L: Aun falto yo hermosa, ven, ¡vamos!
No me importaba que faltara poco para la ceremonia, ni que su madre y su tía estuvieran tocando como locas yo quería seguir cogiéndome a ese manjar.
Me senté en la silla y Mónica lo hizo encima de mi dándome la espalda, metí mi verga por su coño nuevamente y volvimos a follar.
Ella giro su cabeza para poder besarnos y volví a acariciar sus muslos, ella se movía fantástico, algo que tenía era la forma en la que cabalgaba, yo me reclinaba en la silla y disfrutaba de su sensual movimiento de cadera.
L: ¡Ah, que rico te mueves cariño, uhm!
M: Ah, ¡me vas a preñar uhm!
L: ¡Tranquila no pasara nada, uhm!
M: ¡Que dura, mas, dame más, uhm, cógeme!
Mónica estaba metida en sus movimientos, yo disfrutaba de sus muslos, nalgas y piernas, que mujerona, no podía creer que su futuro marido me hubiera mandado a cogérmela.
Estaba a punto de correrme cuando me levante y Mónica se sentó en la silla, comenzó a hacerme una mamada a una velocidad alta que hizo que no tardará mucho en correrme dentro de esa preciosa boquita.
L: ¡Ah, nena uhm!
M: ¡Uhm, ah, uhm!!
L: ¡Cómetela toda preciosa, uhm!
M: Que rica, uhm, ¡que rica!!
Mónica se tragó mi semen el cual alcanzo a salpicarle todo su delicioso cuerpo, pero el orgasmo fue fenomenal, quede un poco sin fuerza en la silla, pero tenía que reaccionar.
Tras limpiarnos y vestirnos, salí del cuarto y avisé a la madre de Mónica para que fueran a ayudarla con el traje y así la boda pudiera celebrarse con normalidad y con la novia más tranquila.
Seguí fotografiando cada momento de su boda, las miradas picarás que intercambiábamos me prendían y Cesar parecía disfrutar de eso.
Una semana después les lleve las fotos de su boda, en donde incluí las de Mónica posando sexy y mamándome la verga, esas como regalo especial para Cesar, que me agradeció mucho el gesto, dándome una noche con su rica mujer, pero esa historia se las contaré más adelante.