Su nombre es Luis Ángel, lo conocí en el trabajo, en un instituto de gobierno de mi ciudad, yo recién iniciaba una relación con el que ahora es mi esposo, soy contadora de profesión y las actividades que desempeñaba en mi trabajo eran en ese momento más relacionadas al área de recursos humanos (entregar la nómina, gestionar vacaciones, permisos, altas, bajas de empleados, etc…) y todo esto subirlo a una aplicación muy antigua con la que contaba el departamento. Ahí es donde entra Ángel, como lo mencionaré de ahora en adelante.
Ángel es un analista del Depto. de Informática que estaba llevando a cabo el desarrollo de una nueva versión del software de recursos humanos que yo usaría, a partir de eso fue que lo conocí un poco más, antes de eso solo me limitaba a llevarle la nómina como al resto del personal de mi trabajo. Era un chico simpático, joven tan solo un año menor que yo, siempre se le veía alegre y tranquilo, él es alto como de unos 1.70 m, más o menos es delgado, pero de espalda un poco ancha, moreno claro y de buen ver a mi parecer, acostumbra a usar jeans tipo vaqueros semi ajustados que sacaban a relucir el gran trasero que tenía ya que practicaba futbol y se mantenía en forma. Él entró a trabajar un mes después de que me contrataran a mí, y desde que lo vi me llamó mucho la atención, era tan simpático que a todos les caía bien.
El perfil del personal que laboraba en el instituto era en su mayoría gente joven como Ángel y yo. Desde que Ángel entró a trabajar se escuchaba mucho en las chicas del trabajo hablar sobre él, que si estaba guapo, de cómo se le veía el trasero en sus jeans, por llevar jeans ajustados también era muy notorio el bulto que llevaba entre las piernas y eso me llevó a fijarme más en Ángel, además que me cayó muy bien desde que lo conocí. Yo recién empezaba a salir con mi novio, pero no era nada serio, en ese entonces.
Mi oficina tiene una pared de cristal que da hacía un pasillo, tal pasillo es el cruce de todos los empleados para ir al baño o a la cafetería que se encuentra de junto a mi oficina, yo me sentaba de frente a la pared de cristal pudiendo ver a todos los que pasaban por ahí, me llamó mucho la atención que siempre que pasaba Ángel por ahí, dirigía la mirada hacía mi escritorio y cuando lo sorprendía mirándome me regalaba una sonrisa, yo me distraía pocas veces con los empleados que pasaban por ahí, pero en ocasiones pude notar que Ángel me veía de una manera diferente sobre el cristal de mi oficina cuando pasaba por ahí o cuando nos cruzábamos en el pasillo, siempre me regalaba una sonrisa o me sacaba cualquier conversación.
Yo notaba que siempre se ponía nervioso cuando estaba cerca de él, sentía que siempre me estaba viendo el trasero o los pechos, unas veces disimulaba y otras veces era más descarado, eso me gustaba y cuando él estaba cerca trataba de caminar moviéndome un poco más para que él lo notara, como en cierta ocasión que coincidimos en la cafetería, yo fui por mi taza de café y ahí estaba el sirviéndose el suyo, me acerque y lo salude con un hola, el del mismo modo:
-Hola, como estas? -y con una risa coqueta le contesté.
-Bien, vine por café para terminar de despertar.
-Vas a tener que esperar, solo un poco, aún se está preparando.
Ese día fue un viernes, toda la semana acostumbraba a vestir con mis blusas de uniforme o con ropa algo formal sin caer en excesos de lo formal, solo para cumplir con el código de vestimenta que la oficina ameritaba, pero los viernes optaba por ir de forma casual. Ese día yo me vestí con un vestido casual azul de botones al frente, arriba de la rodilla y con un cinturón que hacía que resaltarán mis senos medianos y mi trasero al ajustarse bien a mi figura. Me sentí tentada a provocarlo un poco a ver qué haría, ese chico me gustaba, a pesar de que yo tenía novio no me importaba, quería insinuarme un poco a ver que reacción haría, ese era mi plan.
En ese momento, me senté en una silla para esperar que el café se terminará, provocando que mi vestido se me subiera un poco casi a medio muslo, cruce las piernas una encima de la otra y la abertura que dividía el ojal de mi vestido en la parte de abajo se abrió dejando ver aún más la parte interna de mi muslo, en otros momentos hubiera tapado con las manos la abertura del vestido para cuidar que no se me vieran mis piernas y el interior de mis muslos, pero en ese momento no tenía intenciones de hacerlo, al contrario quería provocar más a Ángel para que se deleitara con su mirada.
Yo me hice tonta revisando el celular y pude ver de reojo que Ángel no quitaba la mirada de mis piernas, estaba logrando mi cometido, se veía su cara de admiración y es que no es para menos, no por auto adularme, pero tengo bonitas piernas y están tonificadas. Después de un momento así, me viré hacía el al momento que bajaba la pierna derecha y la dejaba caer al lado de la otra y no conformándome con eso, abrí un poco mis piernas de par en par y mire a Ángel que estaba atónito sin decir nada fijando su mirada hacía interior de mi vestido, estoy segura que desde esa vista pudo ver muy bien mis piernas y hasta un poco más. Debajo de vestido llevaba una pantie color blanca que abarcaba toda la parte de mi depilado coño y que Ángel pudo observar bien.
Sin más me puse de pie, con una risa coqueta llena de satisfacción al ver la cara sonrojada de Ángel que no pudo ocultar detrás de la excitación que le cause, pude notar que entre su pantalón se formaba una enorme erección que no se podía ocultar entre los vaqueros ajustados que llevaba, enseguida tome mi taza de café y le agradecí a Ángel por el café
-gracias.
-gracias a tiii Linda. -me dijo titubeante y sonrojado.
Los días pasaban y era cada vez más evidente que yo le gustaba a Ángel. Cierto día saliendo del trabajo dio la casualidad de coincidir a la salida del instituto y nos acompañamos unos metros caminando, yo me dirigía hacía la parada del bus para tomarlo y él hacía su auto, me comentó que ya me había visto antes, pues para mi sorpresa él había estudiado en la misma universidad que yo, él en la facultad de Ingeniería y yo en la Facultad de Contaduría.
Su auto estaba de camino hacía la parada del bus, llegando a su auto, el me preguntó por dónde vivía o hacía donde iría pues se ofrecía a llevarme, durante el trayecto platicamos de muchas cosas, de la escuela, nuestros amigos y demás. Hubo muchas veces que lo sorprendí viéndome las piernas o llevando la mirada a la altura de mis senos, ese día yo llevaba una falda no tan corta, pero sentada en el auto se me subió un poco dejando a la vista mis piernas y la camiseta que llevaba por estar sentada había notado que se me abría un poco por el tamaño de mis bubis permitiéndole a Ángel ver parte de mis senos, yo ya me había dado cuenta y aproveché a mostrarle un poco de manera discreta. Veía que Ángel se ponía nervioso cuando dirigía la vista hacía mí, me gustaba sentirme deseada y sabía muy bien cuando un hombre me deseaba y era esa sensación de deseo que me daba Ángel.
Llegamos a mi casa, estacionando su auto casi en la puerta y antes de bajar me pidió mi número, lo agregó a su celular y me llamó. "Este es mi número, me dio mucho gusto que me hayas permitido traerte a tu casa, con lo linda que estás te podrían robar”. Me sonrojé y le dije “Tu igual estás guapo, al que podrían robar es a ti, así que anda con cuidado” le dije regalándole una risa picara, él siguió…
-Si me van a robar, que seas tú, no crees” -me dijo en tono nervioso y entre cortado, yo estaba disfrutando de la situación y quería ver hasta donde quería llegar.
-Ángel, acaso me estás tirando la onda.
En ese momento quedamos de frente, él puso su mano cerca de mi pierna acercándose su cara a la mía y me dijo:
-Eres una niña hermosa, inteligente y desde que llegue al instituto me quitas el sueño, me gustas mucho.
Yo me quedé inmóvil por la declaración, no me esperaba la reacción de Ángel y enseguida me robó un beso, fue un beso tonto apenas tocó la punta de mis labios, se separó y me pidió que lo disculpara que se había dejado llevar por el momento y eso le había dado valor de robarme un beso. Lo tomé de su barbilla y acerca su cara a la mía, para en ese momento besarlo, fue un beso tierno y a la vez apasionado, yo lo abracé del cuello y él me acariciaba la espalda, se desató un botón de mi blusa dejando a la vista parte de mis bubis, nos reímos y puso su mano en una de mis tetas diciendo:
-Linda me vuelves loco, tengo muchas ganas de estar contigo, estás riquísima.
Con su mano acariciando mis tetas le dije:
-ya me estás calentando, yo también quiero estar contigo, pero se te olvida que estamos afuera de mi casa y ya tardamos aquí, tengo que entrar ya, mis papas pueden verme.
Se incorporó al volante poniéndose el cinturón.
-por favor acompáñame, ya no aguanto más, ven no podemos quedarnos así.
Condujo el auto hacia la carretera federal que no estaba lejos de mi casa, yo me puse el cinturón y de pronto a lo lejos se veía la entrada de un motel, que para referencias de muchos es el mejor de la ciudad, aminoró la velocidad, se estacionó muy cerca de la entrada del motel y me dijo “¿quieres entrar? No quiero hacer nada que tú no quieras”. Yo estaba cachonda por los besos y las caricias que me había dado que postre mi mano sobre su pene y le dije que sí, que se apresurara. Ángel sigue conduciendo hasta llegar a la entrada del motel.
Su auto tiene los cristales polarizados, así que en la entrada Ángel pidió una habitación con jacuzzi, pago y nos indicaron por donde quedaba la habitación, como toda habitación de motel, este tenía su entrada para el auto, Ángel estacionó su auto, me pidió que me esperara para abrirme la puerta como todo un caballero, abrió la puerta del auto, me dio la mano y caminamos hacia la habitación, claro yo delante de él para que pudiera ver mi trasero.
Entramos a la habitación, Ángel detrás de mi me tomó de la cintura me abrazo y me beso el estando detrás de mi al momento que desabotonaba el resto de mi blusa para quitármela y apretarme las tetas, yo me volteé le retire la camiseta que llevaba y me abrace a su cuello, en ese momento nuestras respiraciones eran agitadas ambos estábamos calientes, nos besamos apasionadamente tocando su lengua con la mía al momento que me acariciaba las tetas con ambas manos, teníamos prisa como si el mundo se fuera a acabar.
Estábamos tan excitados que Ángel siguió besándome bajando hacía mi cuello dándome besos en la comisura de mi oreja, mordía con sus dientes el lóbulo de mi oreja y pasaba su lengua por detrás de la misma, yo emitía algunos gemidos con eso ricos besos que me estaba dando, beso mi hombro, mordió con sus labios bajando hacia mis tetas, tomo una y lo metió a su boca, me pasaba su lengua por la areola café de mi pezón provocándome un enorme placer, mis senos son mi punto débil, a pesar de que no son grandes me vuelvo loca cuando me los chupan y Ángel me estaba provocando un enorme placer, paso de una teta a la otra, yo ya sentía mi coño mojado, mientras me chupaba una teta al mismo tiempo me masajeaba la otra, tomó las dos tetas entre sus manos y hundió su cara entre mis tetas pasando su lengua entre esa división mientras movía su cara enterrándola entre mi pecho, yo estaba extasiada por la sensación que eso me provocaba, sentir su cara sumergida en mi pecho me estaba volviendo loca.
Ángel me levantó la falda metiendo sus manos por mis muslos acariciando hasta llegar a mi trasero para apretarlo por encima de mi tanga, entonces me alzó de las piernas yo lo abracé entre mis piernas, nos besamos y me llevo a la cama tomándome de las nalgas, me dejo en la punta de la cama, me senté sobre ella para retirar su cinturón y bajar su pantalón, sobre sus calzoncillos se veía líquido preseminal le baje los calzoncillos dejándolo desnudó, tenía un pene semierecto de buen tamaño, se veía rico apetecible.
Me paré retirándome mi falda dejándola en el suelo, luego bajé mis panties, en eso Ángel me tomo para acostarnos en la cama, yo abrí las piernas y Ángel se puso en medio de mi, nos besamos y su pene acariciaba la puerta de mi coño, el arriba de mi me tomo de una nalga para levantarme un poco y me penetro, su cuerpo se pegado al mío penetrándome de una manera que, cada movimiento rosaba mi clítoris, me alzó las piernas estirándolas con las manos y las llevo a su hombro en esa posición doble las piernas y en ese ángulo podría sentir que me entraba toda la verga de ese chico, sus bolas rebotaban en mi causándome placer.
-que rico mi amor, estás riquísima Linda, desde hace mucho moría por estar dentro de ti, me encantas mi amor.
Me seguía penetrando sacándome gemidos de placer que se convertían en gritos de placer.
-qué rico mi Ángel, mi amor que rico si que rico me la metes mi amor, tienes una verga bien rica, dame más mi amor, más más más -le decía mientras lo sujetaba hacía mi cuerpo, me penetraba cada vez suave sacando su pene y metiéndolo suavemente y al llegar al fondo de mi me daba duro chocando su pelvis contra mí.
Me besaba y me acariciaba mis senos, me tocaba las piernas mis pechos los apretaba con sus manos, cada vez que gemía más ángel acercaba su boca a la mía y los ahogaba con un beso acompañado de su lengua que recorría todo el interior de mi boca, yo estaba gozando de la cogida de ese chico, yo le pedía que me diera más duro.
-Ángel de mi vida, mi amor, no me molesta que me des duro, anda dame más, más, más mi amor, dame más duro, me gusta como chocan tus bolas contra mí.
Estuvimos así un momento yo estaba llegando al borde del éxtasis con las embestidas que me estaba dando que no tarde en venirme en un rico orgasmo que me hizo tensar las piernas y mi pelvis. Ángel estaba a punto de venirse, se separó de mí, saco su verga de mi interior y enseguida tuvo un orgasmo tirando un chorro de semen que fue a caer sobre mi vientre, oía gemir e mi hombre mientras se venía en mi vientre. Ángel llegó hasta mí se postro encima de poniendo su verga a la altura de mi boca y yo ya sabía que debía de hacer, tome su verga y la empecé a lamer para retirar el resto de semen que le quedaba, chupe ese rico pene, le daba lamidas hasta que quedó limpio, tome una servilleta y retire el semen que quedaba en mi vientre.
Ángel se tumbó a un lado de mi, boca abajo, con la mirada hacía mi, yo tocaba su cabello y acariciaba su espalda como muestra de agradecimiento por el orgasmo que acababa de darme, lo bese y le dije:
-¿Ya estás cansado?
-Dame unos minutos, mi amor, quiero cogerte en la tina y el resto de la tarde.
Después de un momento entre al baño para retocarme y acomodarme el cabello, tarde unos minutos ahí, al salir Ángel estaba preparando el jacuzzi para el baño, los dos seguíamos desnudos, mi piel se tornaba brillante con el reflejo del agua, el jacuzzi se encontraba en un espacio independiente del baño y del área de la cama, justo en medio de un área de descanso con una hamacas de dormir en la esquina y el jacuzzi justo en medio, era un jacuzzi redondo de gran tamaño que contaba con hidromasaje.
Yo radiaba excitación en toda mi piel, Ángel me había sacado un rico orgasmo hace unos momentos en la cama y la tarde aún no terminaba, ninguno de los dos quería que acabara, Ángel se veía tan guapo postrado en el borde de la tina con las piernas separadas y su pene flácido colgando, nomás de acordarme me mojó las panties, me tendió la mano, me acerque a él quedando entre sus piernas yo de pie y el sentado, tome con mis manos sus mejillas, lo acaricié y lo besé, nos hundimos en un beso apasionado mientras el llevaba sus manos a mi trasero, me apretó cada nalga causándome que se me humedeciera más mi coño, yo lo rodee del cuello y lo abrace más hacía mi, su cuerpo aún olía a su perfume, ese perfume que se impregnaba en mi memoria y que sería mi debilidad cada vez que estaría cerca de ese hombre.
En esa posición unidos con nuestras bocas, pude sentir como una de sus manos de ángel se introducía dentro de mi par de nalgas para estimular mi ano, yo me abracé a él cruzando mi cara sobre sus hombros, ahí lo mantuve un rato mientras los dedos de mi hombre jugaban con mi culo, estaba estimulando mi ano con sus dedos dibujando círculos en el exterior de mi cola.
-ufff, que rico mi amor, ángel de mi vida que rico haces con tus manos, que rico mi amor, me encanta esa sensación.
-Tienes un culo bien rico Linda, tu trasero es mi perdición, quiero metértela por ahí.
Ángel seguía así mientras con mi mano alcanzaba su pene semi erecto para masturbarlo, estaba excitada de una forma brutal que apenas me sostenía de pie, sus dedos de mi ángel estaban causándome un enorme placer, nadie me había estimulado mi cola de esa manera que me estaba provocando un enorme placer. De pronto el nivel de agua llegaba a su límite en la tina de baño, me incorpore y ángel detrás de mí, me tomo de la mano ayudándome a entrar al jacuzzi.
Ángel se sentó en el escalón que había dentro, llevando su espalda hacía el borde de la tina, yo me postre encima de él, su verga estaba completamente erecta apuntando hacía mi, que rica se veía aun estando sumergida con el agua de la tina, lleve la punta de su verga hacía la entrada de mi coño y me deje caer despacio, el glande de ángel entro con un poco de esfuerzo por lo sumergido que se encontraba en el agua. Al fin entro y yo sentí como ese pedazo de carne me llenaba el interior, con mis manos sobre su pecho empecé a moverme de un lado a otro generando que el agua de la tina se moviera y salpicara hacía todos lados, alzaba mi pelvis un poco sin sacarme su verga de mi interior y bajaba permitiendo que la verga de mi hombre recorriera las paredes internas de mi coño, mi vagina se empezó a humedecer por dentro y fue más fácil hacer movimientos aleatorios de mis caderas para disfrutar esa rica verga, ángel me tomaba los senos, me los apretaba, ambos gemíamos fuertemente sin que nadie nos escuchara, con la mitad de nuestros cuerpos remojados en el jacuzzi.
Yo llevaba el control de la penetración con mis movimientos, era una delicia sentir ese pedazo de carne entre mi vagina, pero hace un momento Ángel había estimulado mi pequeño ano, sentía que ardía de excitación, no quería regresar a casa sin sentir a mi hombre que me dé por ahí.
-Ángel me gustó lo que hiciste en mi colita, quiero que me cojas por detrás mi amor.
-si quiero metértela por atrás mi amor, me encanta tu culito redondito.
Entonces retiré el pene de mi hombre de mi coño, le di la espalda y gateé hacía el otro extremo de la tina, una vez ahí, paré las nalgas por encima del agua abriendo un poco las piernas, con cada mano tome mis nalgas y jalé mis nalgas hacía los costados para mostrarle a mi hombre mi tesoro más preciado, mi hombre me estaba haciendo sufrir, pues sobre mis hombros pude ver que aún no se movía de su lugar, en cambio se estaba masturbando con el pene en la mano con la vista en mis nalgas y mi ano.
-Ángel porque me haces sufrir, ya no aguanto más, méteme tu verga ya, mi amor!!!
Ángel se postro detrás de mi, el agua estaba un poco jabonosa y con burbujas mismas que ya estaban impregnadas en mis nalgas y en mi coño, mi hombre tomo agua y retiro la espuma que tenía en el trasero pude sentir que me estaba enjuagando mi ano con el agua, una vez que retiro la espuma pude sentir movimientos circulares sobre el exterior de mi ano mismos que me estaba dando con su lengua.
-¡que delicia, mi amor, que rico se siente eso!
Me tomó con una mano de la cintura y con la otra tomó su pene llevando la punta a la puerta de mi ano y con unas envestidas suaves logró penetrarme, se escuchaba el sonido del agua al chocar sus piernas con las mías, y podía sentir que el agua acariciaba mis senos con la marea que producía las embestida de mi hombre sobre mi cola. Me tomó de los hombros y me empezó a dar embestidas fuertes que sentía como mi cavidad anal se llenaba de esa rica verga, el placer que le daba a mi ano era incomparable, ambos gemíamos de placer mientras el rebote del agua acompañaba los sonidos de nuestras bocas gimiendo…
-Dame más mi amor, no me molesta si me das duro, dame más mi ángel, te deseo, moría por tener tu verga dentro de mi ano, que rico me estas cogiendo mi amor.
Ángel me daba más duro ensartando su verga con un frenesí que me estaba sacando gemidos que inundaban toda la habitación del motel, me metía su verga hasta el fondo, me daba nalgadas y cada que sentía su mano rebotando sobre mi nalga me excitaba más, estuvo así unos minutos, fue tan intenso haciéndome gritar que me vine en un orgasmo delicioso –
-Ángel, me voy a venir, que ricooo papi, mi amor, que rico me estas cogiendo.
Seguidamente mi hombre aún no se venía y quería darle esa satisfacción, cerré un poco las piernas y empecé a mover las caderas de un lado al otro con el fin de hacer que mi hombre se viniera dentro de mí, estrechaba mi cavidad anal presionando su verga con mi ano.
-Estás haciendo que me venga, Linda, que rico te mueves mí amor
De repente sentí una descarga de semen dentro de mi ano, se sentía caliente e inundaba el fondo de mi cavidad anal. Pude sentir como su pene se quedaba flácido, salió de mí y nos acurrucamos juntos sentados en la bañera, yo acariciaba su pecho y nos besábamos.
Lo hicimos una vez más en el baño mientras tomábamos una ducha para salir del motel, debajo de la regadera el me tomo por atrás e inundo mi vagina con su rica verga, esta vez ambos nos vinimos al mismo tiempo, el después de mi. Nos vestimos y salimos del motel, yo tenía el cabello mojado y aún podía sentir como los restos de semen de Ángel seguían en mi interior, me mojaba al sentir los olores de su semen que emanaban dentro de mi. Llegamos a la puerta de mi casa, y nos despedimos en un rico beso.
Esa fue la primera vez que estuve con Ángel, fue una tarde estupenda.
En mis próximos relatos les contaré de las experiencias que vivimos en un viaje a la Riviera Maya, que fue de mucho sexo desenfrenado acompañado de mi nuevo hombre.
Besitos, Linda…