En este tiempo de pandemia, con movilidad restringida y teletrabajo, aquellos que podemos hacerlo, se dan sus situaciones. El día que me correspondía salir fui de mensajero.
Llegué al edificio de apartamentos antes de las 3 pm, el cielo ya amenazaba una gran tormenta, le había dicho a mi novia que estaría de vuelta antes de las 5, o me atraparía el tráfico. No quería quedarme más tiempo afuera, siendo el toque de queda. Me identifique y en la entrada pase por la aplicación de desinfectante en mi calzado y gel de manos, aparte de la rociada habitual de mi carro afuera del parqueo, como metí en bolsas la caja, esta me la rociaron sin dañar el contenido.
Después de varios días encerrados con mi novia en el departamento, no es que me molestara las sesiones de sexo, pero después de un tiempo hasta se nos volvió algo monótono y en los últimos días casi no hablábamos, cada quien en sus redes sociales o teletrabajo. Ese día ella estaba haciendo un informe para su oficina y no salió, me tocó a mí las diligencias, me encargo llevarle unas cosas a su amiga, porque ella no tenía vehículo y había evitado al máximo salir. Primero lo consideré algo innecesario de hacer, pero ella insistió en que le llevara sus cosas.
Desde que mi novia me presento a Yolani, me había atraído; su tez morena, cabello negro y corto, su cuerpo de curvas delicadas y sensuales, mediría casi lo mismo que mi novia, 1.60 m, cuando ella se divorció se quedó una semana en nuestro apartamento, teníamos una pequeña habitación disponible y mi novia quería darle apoyo, no me incomodaba ella, solo que no era tan comunicativa, pero mi novia insistió, me sorprendí cuando una tarde las encontré en el apartamento hablando de sexo y de la nada Yolani dijo que con un juguete sexual que tenía, había encontrado lo único que quería nuevamente de un hombre, que no había hombres que le interesaran… yo disimule que no escuche eso, entre las carcajadas que tenían en parte por la botella de vino que se habían tomado, desde esa ocasión ella me daba curiosidad, ya que ella siempre se había mostrado bien seria y distante.
Antes de salir mi novia me había lanzado la caja a las manos diciendo que Yolani la necesitaba, que aprovechara a llevársela. La metí al auto y me dirigí hacia el centro de la ciudad. Al terminar mis pendientes me dirigí hacia los apartamentos donde ella se había mudado hacía apenas una semana antes de que decretaran cuarentena, llegue y apague el auto, mire la caja y me dio curiosidad, la abrí con cuidado y entre unos libros, un sostén, un traje de baño, dos camisas, un… y ahí una caja de un vibrador! Había visto unos antes, pero era raro verlo de cerca, se me vinieron imágenes de Yolani introduciéndoselo y gimiendo, como película porno! Se me paró la verga!
Tuve que dejar pasar un rato antes de que se me bajara para poder salir; bajé del auto, tome la caja y subí por las gradas, me encontré con ella subiendo los primeros peldaños, venía con una sencilla mascarilla, nos saludamos de vista, ella tomo unas bolsas que traía adicionales y seguimos subiendo, yo detrás de ella, miraba hacia su espalda descubierta, andaba con una blusa de tirantes, los tirantes eran apenas unas finas líneas que sostenían unas tiras de tela y vuelos que, se abrochaba en la espalda y daba vueltas subiendo hasta cubrir sus pechos; también usaba unos leggings que daban forma a sus torneadas piernas, subimos 2 pisos a su apartamento y yo siguiendo sus caderas… entramos al apartamento, tenía un amplio balcón con vista a un bonito jardín y a la ciudad.
Puso las cosas en una repisa y tomo la caja, me sonrió y me invito a que me sentara, conversábamos de cosas triviales y yo trataba de no ver hacia su pecho, porque me hipnotizaba, no pensé que me provocaría deseos de esa manera, me costó mucho estar en control. Me venía a la mente que los tirantes se soltaban y la blusa se sostenía apenas detenida por la forma de sus pezones y ella sonriéndome sugestiva…
Escuche mi nombre y salí del trance, mire en la dirección en que venía la voz y ahí Yolani ofreciéndome un vaso, solo lo tome y me di cuenta que no era agua, que era una sangría. Ella se sentó frente a mí, cuando se inclinaba, tuve otro vistazo fugaz de su escote, el balanceo de sus pechos (quien diga que ese movimiento no lo provoca, es mentira) y mi mente quería divagar en fantasías de nuevo. Platicamos un rato de cómo estaba pasando esta cuarentena, dijo que a veces se sentía sola, que el hecho de empezar a vivir sola nuevamente y se viniera esta situación la abrumaba, así que tenía que mantenerse en actividad.
De repente pregunto si mi novia había arreglado las cosas de la caja y le dije que sí, pregunto si yo sabía que venía ahí, no pude hacer más que aceptar que vi dentro, ella se rio y se recostó en la silla, dijo que se me notaba que había visto… me dejo sin palabras y además, ella no dejaba de verme. Me dijo que ese juguete le había ayudado mucho a relajarse, pero que siendo sincera, no era suficiente. Debo decir que me sentí como niño viendo algo que quiere, que desea, pero por miedo a que se lo nieguen no lo toma; también podía ver sus pezones empezando a resaltar, se levantó y vino hacia mí, se inclinó y yo alcance a tocar su cintura, ella volteó a verme, me di cuenta que había ido por el vaso a mi lado, creo que fue una treta, vi por su escote, la línea suave de su curva, un ligero vello en su piel y me encontré viendo hacia sus pechos, podía ver el borde de un pezón paso un instante y me di cuenta que me miraba a la cara, ella me había atrapado en mi deseo sabía que estaba excitado por ella…
No se movió ni cubrió, hizo una ligera mueca en sus labios, ella me ganó, yo me lance por ella, mi mano paso de su cintura a su espalda y la atraje hacia mí, su cuerpo cayó sobre el mío, sus brazos se apoyaron en mis hombros y comencé a besarla, ella arqueo la espalda y me ofreció su cuello, alce la blusa y aprecié sus pechos, ella no se cubrió, dejo que los envolviera con mis manos y acariciara sus pezones, sentía como se ponían duros y sobresalientes, acerque mi boca a su pecho y fui besándoselos y lamiéndolos; rodamos en el sillón y la recosté, comencé a acariciar su cintura, a tantear por su vientre, ella a su vez me saco la camisa con rapidez, sus manos cálidas apretaron el vello de mi pecho y arañaron mi espalda, baje su leggings y con todo y zapatos fueron aventados por sobre el sofá.
Comenzamos a besarnos con fuerza, ella se aferró a mi cuello y yo me apoye en mis brazos, nos besamos con fuerza durante unos minutos, después de lo cual se soltó y se pasó las manos por el rostro, respiraba agitada y con los ojos cerrados, aproveche a recostarme hacia el otro lado, estábamos ahí los dos, ella se acomodó, se tapaba el pecho con la mano y no me miraba a la cara, fue cuando su teléfono sonó…
Estábamos los dos viéndonos y sonó el teléfono, que coincidencia, ella lo tomo rápidamente y quedo viendo unos segundos antes de contestar, me mostro de quien venía la llamada, era mi novia.
Yolani:
-Hola.
-Si en mi apartamento.
-me trajo las cajas, gracias por guardármelas.
-está lloviendo, esta algo fuerte, se… se escucha fuerte y hasta ya vi unos relámpagos.
-¿Víctor? Si, acomodamos el sofá. Sola no podía hacerlo.
-Creo que sí, espera un momento…
Ella se acercó a mi cara, con el teléfono pegado a su oreja, viéndome con malicia.
Luego volvió al teléfono…
Yolani:
-Creí que lo alcanzaba, pero ya se fue ¿Cuánto tiempo? Tal vez unos 3 minutos. Dijo que si salía antes de que comenzara la lluvia, tal vez no lo atrapaba el tráfico… ok, cuídate mucho, gracias. Hasta luego.
Me quede sin decir nada, ella dejo el teléfono en la mesa y… dejo de cubrirse los pechos, nos miramos y se lanzó sobre mí, nos volvimos a besar, dirigí mi boca a sus pezones duros, mordí cada uno suavemente y ella se apretó a mí con fuerza, apreté sus nalgas, recorrí sus piernas, sentí la suavidad de la piel, ella fue nuevamente por mi pantalón, me lo saco rápidamente y quede en bóxer, mi pene imploraba ser libre, sus manos bajaron a mi pantalón, lo soltaron, sentí como sus manos tanteando dentro, sentí cuando sus dedos se encontraron con mi verga, al principio con miedo, pero cada vez más curiosos, más atrevidos.
Me acomodé más en el sofá y ella se sentó sobre mí, mi verga tocaba su espalda baja, mientras sus nalgas se posaban sobre mi vientre y con sus piernas a mis costados, apreté sus caderas y recorrí su cintura y giraba mis manos alcanzando sus nalgas, sus pechos se agitaban frente a mi cara, comenzó a mover las caderas, contoneándose, su vientre se movía en olas, sus pechos me hipnotizaban en su delicado vaivén, sentí sus nalgas topándose contra mi verga, piel con piel separada solo por su prenda y la mía.
Su piel suave, ese tono color canela, la ligera vellosidad que cubría su piel le daba un aire salvaje, una mujer intensa que se ocultaba bajo su seriedad… se alzó sobre sus rodillas y se acomodó nuevamente al otro lado del sofá, comenzó a manosearse frente a mí, juntaba sus piernas tapándome la vista, las abrió fugazmente para mostrarme que se estaba mojando, fui hacia ella empezando por besar sus piernas, me encantaba su piel morena y ese brillo de excitación que las cubría, llegue a su entrepierna, ella se frotaba con la mano, fui bordeando con mi nariz por el borde de su prenda, se la quite y fui apartando con mi lengua los dedos de su mano, apareció ante mí su pubis bien formado, una ligera fila de bello lo cubría, formando una línea ancha que se reducía conforme subía, estaba húmeda, podía ver los pliegues que bordeaban la entrada a su fuego interior, alce sus piernas apoyándolas sobre mi pecho, deslizando su prenda muy lentamente, su cara una expresión de placer y deseo y cerraba los ojos cada vez que movía mi cadera haciendo que mi erección rozara sus nalgas.
Abracé sus piernas y mordí sus pantorrillas, recorrí sus muslos, sus rodillas, hasta que saque su prenda por sus pies, seguí moviéndome rozando sus nalgas, ya tenía mi erección bien dura y húmeda, me baje el bóxer y apunte a entre sus piernas, ella hizo un lee sobresalto al sentir la punta rozando entre sus nalgas, la humedad de los dos empezó a crecer…
Separé sus piernas y dejé una siempre en alto sobre mi pecho, así que tenía ahora abierto acceso a su sexo, con las piernas abiertas miraba directamente a sus labios vaginales, brillantes y húmedos; parecía palpitar con cada movimiento de su cuerpo, ella respiraba agitada, su vientre era un movimiento en olas que me hipnotizaba, me llamaba a introducirme y yo lo deseaba.
Comencé a presionar en su entrada, una ola de calor me recorrió el cuerpo hasta llegar a mi cabeza, aun con lo húmeda que estaba ella, sentía como se rozaban sus labios con la cabeza de mi verga, en cada arremetida entraba más y el calor aumentaba y sus gemidos rebotaban en mis oídos y me electrizaban, comenzó a hacer un movimiento de giros, giros sobre la cabeza de mi verga, como puliéndola, nunca había disfrutado algo así. Me sorprendí de que ella sabía cómo apretar sus paredes, con las piernas abiertas, aún tenía su pierna derecha alzada sobre mi pecho y su izquierda apoyada en el suelo.
En cada movimiento presioné más para que mi verga entrara, el roce era fenomenal, sentía su calor en cada arremetida, no dejaba de apretar sus caderas, aunque ya lograba meterle más de la cabeza, arqueaba el cuerpo apoyándose en sus hombros, yo estiraba la mano acariciando su vientre bien templado, alcanzaba sus pechos, agarraba sus pezones duros y erectos.
Aceleré el ritmo y ella me lanzo un largo bufido, me miró retadoramente, sentí más presión en mi verga y le di con más fuerza, sentí el líquido caliente por el roce y el calor de los cuerpos, sentí que ya estaba en mi limite, trate de aguantar, pero en la última embestida… fue un chorro caliente! Ella se arqueó y me apretó con fuerza los brazos! Ahhh!
Los dos estallamos en placer, aguante un rato más en ese estado de éxtasis de los dos, ella también había llegado a su clímax, siguió moviéndose cadenciosamente aun cuando yo acabe y me separé de ella, me recosté contra el sofá para recuperar el aliento, nos quedamos así unos 10 minutos, ella no hizo además de cubrirse, seguía mostrándome su sexo aun evacuando un hilillo de semen, sus pechos redondos y su cara de satisfacción.
Cuando dejó de respirar agitada, se levantó hacia la cocina, tomo los dos vasos que estaban en el suelo, sin vestirse ni nada, me dejo ver su cuerpo desnudo a contraluz, aproveche a buscar mi ropa interior y ponérmela, cuando agarraba mis pantalones ella volvió, me ofreció el vaso lleno de jugo, a todo esto seguía desnuda, dijo que ya estaba dejando de llover, que seguro me esperaban en casa, dicho eso, me tome el jugo y ella me deseo que llegara bien y saludos a mi novia.
No pude más que salir muy desconcertado del apartamento, después de una hora de trafico regrese al apartamento con mi novia, ella seguía trabajando, me pregunto qué tal me había ido y solo pude decir que la lluvia me había alcanzado en el camino, ella se volteó y siguió en lo suyo.
Ya era de noche, me fui directo a quitarme la ropa y meterla en la lavadora con desinfectante y luego me metí al baño, quería quitarme el aroma a sexo que seguro tenía en el cuerpo, abrí la ducha y me cubrí de jabón, me bañe y al salir hacia el cuarto ella me esperaba desnuda en la cama, con una copa de vino, terminamos en la cama haciendo el amor, no sé qué fue, pero estaba tan excitado que lo hicimos hasta que ella misma me pidió que parara…
Que efectos de la cuarentena.