Espero que les guste mi relato, es la primera vez que me atrevo a contarla. Les voy a contar lo que sucedió con mi auxiliar de la oficina, ella se llama Andrea, es de piel canela, cabello oscuro, de un cuerpo delgado, pero bien formado y desde que entró a trabajar con nosotros le he tenido muchas ganas.
El relato empieza un día que teníamos mucho trabajo acumulado en la oficina y como ella es la que maneja el archivo tuve que pedirle que se quedara ya que necesitaba una información que solo ella manejaba.
Ese día ella estaba con una minifalda y una blusita blanca la cual dejaba ver el sostén que cubría esos senos que yo deseaba comerme sin piedad. Ella al comienzo hizo una cara de que no le gustó la idea. Empezamos a trabajar y tuve que pedirle unos archivos que estaban en la parte más alta del archivador, se subió en unas escaleras y cuando giré para mirarla noté que podía verle sus tangas blancas, y de imaginarme a Andrea con su ropa interior me empecé a excitar y se notaba en mis pantalones.
Ella bajó y cuando me entregó los documentos yo creo que se dio cuenta de mi excitación porque se sonrojó y se sentó en su escritorio. Con la excitación que tenía yo en ese momento, le pedí otros documentos que yo sabía que estaban en el mismo lugar de los otros. Ella empezó a subir por las escaleras y yo le dije que esperara, que yo le tenía las escaleras porque de pronto se podía caer, pero lo que yo realmente quería era poderla ver más de cerca esas tanguitas, a lo que ella hizo un gesto de aprobación.
Ella se subió a lo más alto del archivo y no aguanté mucho y subí la mirada y pude ver su tanguita blanca que en la parte delantera era transparente y dejaba ver su vagina. Ahora si tenía mi pene bien erecto y cuando de pronto ella bajó la mirada y se dio cuenta que yo estaba mirándola, no dijo nada y siguió buscando los documentos. Yo bajé la mirada apenado y al cabo de unos segundos ella bajó las escaleras y me entregó los documentos y me dijo:
-¿Te gustó lo que miraste? -y yo con mi voz entrecortada le conteste que sí, y le dije que me disculpara.
Ella me contestó que no había problema y empezamos a charlar un rato de cosas del trabajo hasta el punto que la charla empezó a ponerse más picante, cuando de repente ella me preguntó:
-Jefe, usted qué opina de las relaciones entre trabajadores?
-Qué tipo de relaciones?!
-Que entre compañeros de trabajo haya sexo…
No sabía que responder y le dije:
-Mientras no sea para que todo el mundo se entere y no afecte el trabajo no le veo problema.
-Jefe, le puedo hacer una pregunta indiscreta?
-Sí, claro, dime.
-Yo me di cuenta que me estaba mirando debajo de la falda ¿qué se estaba imaginando mientras mi miraba?
En ese momento pensé, es el momento que esperaba para decirle a Andera las ganas que tengo de que sea mi putica, entonces le respondí:
-Me estaba imaginando ver toda tu ropa interior.
-Jefe yo me di cuenta también el paquete que tienes en tus pantalones y sé que no solo me quieres ver en ropa interior.
-Andrea, la verdad es que desde hace tiempo te he estado observando y tengo muchas ganas de tener sexo contigo.
-Jefe, pues hoy voy a ser tu puta -y se acercó y se quitó la blusa, yo me acerqué le di un beso en sus labios mientras mis manos recorrían su cuerpo, le solté sostén, metí mi mano bajo su falda y le toqué su vagina a lo que me di cuenta que estaban sus pantis completamente mojados y le dije:
-Tú también estabas excitada.
-Desde que me di cuenta que me estabas mirando mis tangas me imaginé tu pene dentro de mí y por cierto tengo muchas ganas de ver el paquete que tienes en tus pantalones -empezó a desabrocharme el pantalón y sacó mi pene que en ese momento estaba completamente erecto y sin decir palabra me empezó a hacer la mejor mamada que me han hecho en mi vida hasta el punto que ya estaba por llenarle su boca con mi semen y le dije:
-André voy a llenarte tu boca de semen.
No dijo nada y empezó a mamármelo con más fuerza y no aguanté más y le llené su boca de semen, ella se lo comió todo y me dejó mi pene sin una sola gota y me dijo “que rica verga tienes jefecito”.
Yo quería retribuirle el favor, la acosté en mi escritorio, le empecé a bajar su tanga blanca que estaba completamente mojada y empecé a comerme esa deliciosa vagina, con mi lengua le lamía su clítoris y ella empezó a gemir “ahhh ahhh si si si papi cómeme así de rico”. Le metí un dedo y esta mujer se retorcía de placer y me pedía más… “papi quiero que hagas llegar comiéndote mi cuca ah ah” y al cabo de unos minutos empezó a gemir más fuerte hasta que llegó en un monumental orgasmo.
Yo en ese momento ya estaba nuevamente con mi pene erecto y cuando ella se compuso me miró y me dijo:
-Papi quiero sentir tu verga dentro de mí, no aguanto más, métemela por favor.
Le puse sus piernas en mis hombros y de una sola embestida se la metí al fondo, ella gimió como loca y me dijo “papi, que verga tan grande tienes”. Empecé con un ritmo suave y ella me dijo “no papi, quiero que me rompas mi vagina, soy tu puta y puedes hacer conmigo lo que quieras”. Empecé a envestirla más fuerte y ella gemía y me decía “si papi así, que rica verga, me estás rompiendo. Papi dame más duro, más mas ahhh”. Cuando tuvo su orgasmo me dijo “papi quiero que me rompas mi culo, que me partas en dos”.
Ella se puso en cuatro, le lubriqué su agujero con el líquido de su vagina y empecé a metérselo suave y ella me dice “no así no, quiero que me lo metas todo de una” y yo se lo empecé a meter todo hasta que estaba todo mi pene dentro de ella, la miré y estaba con lágrimas en los ojos. Yo fui a sacar mi pene de su culo y ella me dice “ni lo pienses, quiero que me rompas mi culo”, empecé a entrar y salir suave y me dice “es que no entiendes, quiero que me rompas el culo, quiero que me des duro” y empecé a envestirla si compasión, la cogí del cabello, la hice arquearse y le cogí una teta y le empecé a dar duro. Los gritos de dolor empezaron a volverse gemidos y me decía “papi así ahhhh, más duro, papi rómpeme el culo” y le dije “putica te voy a llenar tu culo de semen” y me decía “si papi lléname mi culito de tu semen”. Esta mujer estaba gimiendo como loca, no aguante más y le llené su culo de mi semen.
Quedamos acostados en el suelo y al cabo de un rato nos repusimos y me dijo:
-Jefe, de aquí en adelante soy tu putica.
Nos vestimos y ella se fue para su casa.