Les contaré una historia corta de algo que sucedió trabajando en el área de atención al cliente de un Spa, en ocasiones me daban la oportunidad de dar masajes anti-estrés ya que estaba aprendiendo el oficio. Es un lugar bastante exclusivo y concurrido por mujeres que van a descargar el estrés o simplemente a consentirse.
Ella llegaba los viernes a final de la tarde, es una dama elegante, de buena figura, brillante cabello; y un rostro hermoso. Siempre vestida elegante, a veces con vestido que delineaban perfectamente la silueta, otras con falda, que la hacían ver con un toque de sensualidad; y talleres de vez en cuando, que la hacían lucir bastante elegante; tacones altos, perfume suave; alhajas finas; pero lo que más lucia en ella, era su sonrisa encantadora.
Les confieso que esperaba ese día con ansias para poder verla.
Llego ese viernes tan esperado por mí, por causalidad estaba en la entrada del local, el reloj marcaba las 6:30 pm, levanto la mirada, cuando veo que entra con su contagiosa sonrisa, su educado “¡buenas tardes! ¿Cómo están?” De inmediato contesto… “Buenas tardes, muy bien ¿y usted?”. Ella me mira fijo y me dice “¿usted? ¿Tan mayor me veo?”. Y sonríe, le devuelvo la sonrisa con una respuesta algo más torpe que nerviosa: “¡qué va! ¿Cómo va a creer eso? Es por respeto!!”. Ella dice '"el tutear no es falta de respeto".
Hubo un poco de silencio, luego le pregunté “¿tienes cita?”. Contesta “en realidad no, pero hoy deseo uno de esos masajes que te dejan como nueva, pero llamé a la chica que me atiende aquí, y me informó que hoy se le presentó algo, por tal motivo no va a poder atender, que preguntara por Alex.”. Yo le dije con una sonrisa en la cara "soy yo". “Ah que bien me dijo que eres bueno”. "Gracias" contesté. “En un instante la atiendo, diríjase al cubículo número 05, se pone cómoda, en breve estaré con usted”.
Yo no podía creer que la atendería, del tiempo que estoy aquí siempre pide con la misma chica.
Bueno llegó el momento de hacer mi trabajo. Al entrar al cuarto ya tenía la bata puesta; y el cabello recogido con una cola de caballo alta. Eso me pareció tan sexy verla así, (en realidad es tan normal que todas las clientas estén así) en ella me pareció sensacional. “Puedes quitar lo que tienes puesto, acuéstate en la camilla boca abajo”, le di una toalla para que tapara la parte baja de la espalda, y me salí por un momento. Dejé la puerta entreabierta y por X motivo me regresé al sitio.
Antes de entrar pude ver cuando abrió la bata y solo quedó con la parte de abajo de la ropa íntima, sin brasier, mis ojos escanearon la anatomía, vi sus piernas bien torneadas, espalda definida; y lo hermoso que lucía esa prenda diminuta color blanco en el cuerpo, era una lencería fina de encajes, realmente hermosa. Con el antebrazo tapaba los senos.
Yo seguía parada viendo entre la abertura de la puerta, se acostó, colocó la toalla tapando los glúteos. En ese momento irrumpí en la habitación; coloqué música suave con la intención de que se relajara por completo; ahí comenzó mi trabajo.
Me dice “me siento bastante cansada y el estrés a millón, debido al día a día, más trabajo, etc., me duele del cuello hasta los pies…”.
-Debe relajarse, cierre los ojos y piense en algo que le guste mucho, lleve su mente a ese momento, a ese lugar, tome una respiración profunda y suelte el aire.
Así lo hizo repetidas veces. Comencé por el cuello, y los hombros, suavemente deslizaba los dedos por detrás de las orejas, cuello, hombros. Luego dejaba caer gotas de aceite aromático por toda la columna vertebral desde donde empieza hasta el final, podía ver como la espalda se erizaba y como contorneaba el cuerpo. "Ver aquello era muy excitante"…
Con los pulgares recorrí la columna desde el cuello hasta abajo, yo percibía o eso creía yo, que le daba placer más que relajarse.
Un deseo carnal se apoderó de mí en ese momento, ya los masajes poco a poco se estaban transformando en caricias, mis manos se deslizaban por toda la espalda, sin pensarlo mucho quite la toalla, mis ojos quedaron fijos en su cuerpo, no podía creerlo, que estuviera acariciando a la mujer que esperaba viniese cada viernes.
Unte mis manos con más aceite, comencé a dar masajes en la parte de atrás de los muslos, con una mano en cada uno, subía, bajaba, me dedique en esa zona un largo rato. Sentía que ella estaba plácida, disfrutando de lo que estaba haciendo, no negare que estaba nervioso pero de igual modo continuaba.
Ya no eran "masajes" eran verdaderas caricias cargadas de erotismo, sin llegar a su intimidad. Mis manos bajaron a las piernas, seguía acariciando sin parar, suave con calma, apasionadamente, llegue a los pies, ahí me dedique uno por uno; tomé cada dedo y lo acariciaba con ternura, con delicadeza, luego los talones y finalmente los tobillos.
De pronto pude escuchar un suspiro profundo, era un suspiro de placer, en mis adentros dije "es mi momento de darle el placer que ella desea"…
En vos baja “colócate boca arriba”, ella lo hizo de inmediato; tomó la toalla para cubrir los pechos, no sé si era a propósito o descuido, pero solo cubrió un poco la zona de pezones. Bajé mi mirada hacia la entrepierna, noté lo mojado que estaba el pantys. ¡Y eso no era aceite!! Era el néctar que emana de su intimidad!
Eso me produjo una excitación inmediata, la cual no podía ocultar. Por un momento pensé seguir de los pies hacia arriba pero, se apoderó el deseo en mi mente; y abrí un poco sus piernas, deje caer poca gotas en las ingles, me coloque a espaldas de ella, comencé hacer masajes que abarcaban toda la zona sin tocar su parte más sensible, mis dedos se pasearon por el lugar por minutos, podía ver como se iba poniendo cada vez más húmeda la tela; y ya su respiración eran jadeos placenteros.
Era súper excitante ver lo mojada que estaba, la tela blanca se hacía traslucida y podía observar su forma.
De pronto sentí sus manos en mi espalda…
Me apretaba mientras suspiraba, no lo podía creer!!! Tímidamente coloqué los pulgares justo ahí, mientas los ocho dedos seguían haciendo el trabajo en las ingles. Fue en ese momento cuando escuche un gemido de placer que ella no pudo controlar.
Ya no pensaba, mi mente estaba llena de deseos. Luego fui quitando su prenda con cuidado hasta dejarla completamente desnuda ante mi. Ella no abría los ojos, solo se dejaba llevar por las caricias y el deseo que sentía.
Rodeé su cuerpo hasta la orilla de la cama de masajes; coloqué sus muslos en mis hombros y suavemente deslicé la lengua por la abertura, con ambos pulgares abrí, con la lengua exploraba cada rincón hasta encontrar ese punto donde más placer puede sentir. De inmediato sentí sus manos halando los cabellos y subió sus rodillas hasta pegarlas en los senos.
Cada vez se hacían más fuertes los temblores; su piel estaba completamente erizada cuando saboreaba la miel con lujuria.
Su cuerpo temblaba ya era inevitable que de jadeos pasara a pequeños gritos de placer, estaba teniendo un orgasmos en mi boca, que delicia poder sentir eso.
Continuaba metido de cabeza en medio de sus piernas dando placer; y así lograr, no uno!! Sino varios orgasmos.
Luego busqué una silla que se encuentra en el cubículo, la tomé de las manos y la bajé. Me quitó la camisa, bajó el pantalón, se puso de rodillas frente a mi, quitó el bóxer, comenzó su ritual de chupar y frotar con placer. Estaba tan excitado al verla haciéndolo mientras acariciaba su cabello. Cuando término de hacerlo me senté en la silla y ella se sentó sobre mi. Primero de espalda, ahí duramos un rato, verla subir y bajar mientras apretaba la espalda y glúteos era una delicia.
Luego se sentó de frente y mis movimientos iban al compás de su ir y venir, de subir y bajar! Mis manos por momentos colocadas en sus glúteos y por ratos en su espalda; y al mismo tiempo chupaba los senos, pasaba de uno al otro. Los movimientos se aceleraron y ambos nos apretamos sin dejar el vaivén…
Nos besamos y nos movíamos con fuerza desesperada. Ya no podíamos controlar el deseo de llegar y nos entregamos a lo que estábamos sintiendo. Cuando sentí la palpitación, le di con más ganas hasta explotar de placer dentro de ella…
Al terminar nos quedamos paralizados por un momento, luego un beso y antes de levantarse me dijo "fue el mejor masaje que he recibido en mi vida" gracias.
DA