Esta es la segunda parte de una entrega de mis relatos, lo cual me sucedió con mi primo de visita a su casa en vacaciones. Si gustan leer mi primer relato dejo el link al final de este, espero que lo disfruten.
Desde la primera vez que estuve con Jorge, mi vida cambió radicalmente, antes de nuestro encuentro mi vida estaba sumergida en la decepción de haber descubierto a mi novio poniéndome el cuerno, lo cual había detonado que terminaremos. Jorge me tenía a sus pies y a pesar de que fuese mi primo, quería tener más encuentros con él, no me importaba nada más. En su casa de visita, buscamos cualquier pretexto para tocarnos o más bien para que Jorge me tocará, me besara, me magreara las nalgas, las tetas incluso de arrinconarme en cualquier parte de su casa para que yo se la chupara o de ves en ves, me sorprendía por atrás para meterme su mano por debajo de mi ropa interior y de mi falda, aún con nuestras familias en la casa. Jorge me tenía a mil de cachonda y yo no veía pasar la hora para que llegara el día de nuestro encuentro en la ciudad de junto de donde él vivía.
Todo conspiró a nuestro favor, mi mama necesitaba unos documentos que se encontraban en mi casa, es decir en la misma ciudad donde vivíamos con mis padres y en la cual Jorge me había pedido que lo acompañara, pues mi mama sin más me pidió que fuera por ellos y que aprovechando que mi primo Jorge viajaría a la ciudad podría acompañarme con él y hacerle ese favor. Como no había sospecha siquiera de nuestro plan con Jorge, todo estaba listo para que viajáramos fuéramos, el pretexto de Jorge era su trámite en el batallón militar para recoger su cartilla y yo iría a la casa en búsqueda de los papeles de mi mamá, como ven, todo estaba saliendo de maravilla para mi plan, incluso Jorge llevaría el coche de su papá.
Llegó el día y para aprovechar más que nada el tiempo salimos desde muy temprano de la casa, aún estaba oscuro por el amanecer y hacía un poco de frío, para no levantar sospechas de nada, yo me vestí con unos jeans, tenis y una sudadera gruesa de cierre, eso sí, sin nada más por debajo que mis cacheteros negros de encaje, como verán me gustaba vestir con ropa interior sexy y más cuando sabía que había un hombre de por medio que me los quitaría.
Tomamos rumbo a la ciudad, el camino sería poco más de una hora, Jorge se veía muy bien, se había recortado su barba y eso me gustaba, me pone hot un hombre con barba, es mi debilidad y Jorge tenía una barba de candado que me gustaba besar y acariciar, pues en el camino:
J: Hay primita, como que vienes bien tapadita -poniendo sus manos sobre mi pierna y deslizándolo hacía arriba a la altura de mi conchita sobre el pantalón.
Yo: Sabía que me ibas a decir algo así, por eso no me puse brazzier -al momento que bajaba el cierre de mi sudadera por completo abriéndolo de par en par para Jorge lo viera- te gusta lo que ves primito -Mis pezones estaban erguidos un tanto por el frío de la mañana y otro por lo cachonda que me tenía Jorge en ese momento.
Jorge sonrió y de inmediato tomó uno de mis senos sin descuidar la mirada de la carretera, los acariciaba y yo sentía mojarme por debajo de mi cachetero negro, pellizco mi pezón, apretaba mi seno, luego el otro y con mi mano alcance a tocar su miembro por encima de su pantalón no sé si alguien en los vehículos que pasaban nos había visto al pasar pero eso a ninguno de los dos nos importaba, yo desabroche el cierre de mi pantalón, no aguante la calentura y metí mi mano por debajo de mi cachetero. Jorge presionó por encima mi mano para moverlo como si me estuviera masturbando, así estuvo unos minutos y en tanto sacó su mano y la llevó a mi boca para que disfrutara mis jugos, que ricooo!
Pidió que lamiera mis dedos con mis jugos y eso hice mirándolo, luego tomé su mano besando sus dedos como si de su pene se tratase, sus dedos eran gruesos y negros y yo los tenía dentro de mi boca, los chupaba metiéndolos en la boca, enseguida los retire de mi boca y le dije que lo que quería era chuparle pero otra cosa y se apuró a desabrochar el cinturón, luego pantalón con mi ayuda, se alzó hacia arriba un poco para poder bajar su pantalón y vi sus calzoncillos negros mojados donde se encontraba reposando su glande.
Me incorporé en el asiento pare besarlo en la boca, que excitante era ese momento lleno de adrenalina, Jorge manejando, yo besándolo y masturbándolo hincada en el asiento del copiloto, a esa altura Jorge me empujo hacía el para poder morder unos de mis pezones que apuntaban hacía su boca, a mi me dio un escalofrío que hizo que mi tanga se empapara más con mis jugos.
Yo me acomodé entre mi asiento y su pierna como en posición de en cuatro, recogí mi cabello y le di el primer beso a ese rico pene, le hice a un lado sus calzoncillos y el pene de Jorge quedó como en forma atravesada permitiéndome pasar mi lengua por toda su extensión, besando el tronco mordiendo con mis labios antes de pasar mi lengua por toda su extensión, con mis labios llegue hasta la punta de su glande y lo metí a mi boca, ya dentro de mi boca me dispuse a chuparlo como si de una paleta de chocolate se tratase, Jorge gemía y no paraba de repetir “Que rico primita, que rico me la chupas mi amor, me encantas Linda, no se me quitan las ganas de seguirte cogiendo, y me encanta como me la chupas, eres una diosa mamándomela, me vuelves loco primita”.
Al tiempo que con su mano me tomaba del cabello que ya tenía recogido entre su mano para empezar más mi cabeza y entrara más su verga a mi boca, era tan pequeño el espacio que no me permitía moverme para disfrutar completamente la vega de Jorge, pero aun así ambos lo estábamos disfrutando, yo le decía que me encantaba su verga, que quería que fuéramos amantes a escondidas y no dejaba de disfrutar de rico pene, por la adrenalina de la situación de repente sin aviso sentí un chorro de semen saliendo que fue directo a mi boca y garganta, me atragante un poco por la cantidad de semen que salió directo a mi garganta.
Me incorporé y de igual manera que la vez anterior Jorge con las manos en mi cabeza me empujo hacía el para que le diera un rico beso apasionado aún con residuos de su semen en mi boca y mis labios, seguidamente le limpie bien su pene con mis labios, Jorge se acomodó la ropa, yo me subí mis pantaletas, mi pantalón y subí el cierre de mi sudadera incorporándome en mi asiento, seguimos de camino a la ciudad platicando de muchas cosas y de la relación de amantes que había empezado desde la tarde de antier a ese día en su casa, yo sentía cachonda aún, a pesar de haber tenido la verga de Jorge entre mi boca, no me bastaba con eso, quería sentirlo dentro de mi, pero sabía que eso llegaría mas tarde.
Después de que Jorge (mi primo) me hubiera invitado a la ciudad y de haberme dado esa cogida en su casa, yo estaba preparando en mi cabecita la sorpresa que le daría y el que Jorge fuera a hacer su diligencia al dejarme en casa me daría tiempo para prepararme para él y prepararle su sorpresa. Entramos a la ciudad y llegamos a mi casa, se paró en frente, le pedí que me avisará cuándo terminará, porque le tendría preparado una sorpresa para más tarde y que no había necesidad de ir a ningún motel pues tendríamos la casa mis padres solo para nosotros, Jorge me beso agarrándome del trasero y yo abrazándolo del cuello, estuvimos un rato así en un beso apasionado que duro no menos de un minuto pero estuvo ardiente dejándome con ganas de mucho, Jorge se retiró mientras yo entre a mi casa para prepararme para él y aprovechar cada momento que teníamos.
Ya en casa, me quité mis jeans y mi sudadera, quedándome solo con mi cachetero negro, siempre acostumbraba a estar así en poca ropa cuando me quedaba sola, lo disfrutaba y así lo hice, fui a mi guardarropa para prepararme para mi primo, me gustaba mucho vestir con ropa interior sexy o diminuta así que tenía un cajón lleno de estos atuendos, escogí varios conjuntos y los puse sobre la cama para escoger cual le gustaría más a mi hombre.
La sorpresa que le tenía preparado era de recibirlo de manera sensual con un atuendo que hiciera que al verme me quiera coger todo el día y así lo haría. sobre mi cama estaban tres conjuntos que había escogido: un conjunto color negro enterizo de encaje con la espalda y el ombligo descubierta, un babydoll rosa de tirantes de encaje con una tanguita rosa diminuta la cual escogía muchas veces solo para dormir y un conjunto rojo carmín de encaje con brazzier de media copa que hacía ver mis senos grandes y una tanga diminuta con un moñito por atrás justo donde empieza a formarse la línea que divide mis nalgas, este conjunto me gustaba más porque tenía un liguero con unas medías de malla negras que se veían muy bien con el tono claro de mi piel, no lo pensé más y opte por este último, quería hacerle un baile a mi hombre para provocarlo más y tenerlo bien caliente para mi así que separe una de mis zapatillas negra de tacón aguja altas que harían más pronunciado la vista de mi trasero.
Sin más y para adelantar, me metí a la regadera, me despoje de la poca ropa que me quedaba y bañaba mi cuerpo tocando cada centímetro de mi piel recordando el cuerpo de Jorge y el mío desnudos en su casa y en el oral que le había hecho en la carretera camino a mi casa, no pude contener las ganas de tocarme y excitarme con esos recuerdos, tenía hasta su olor de su cuerpo y de su semen clavados en la mente como si los tuviera pegado a mi en ese instante y eso me excitaba más, me sentía deseada y de un macho verdadero que quería que me siguiera penetrando.
Sin más aproveché para depilarme las piernas, mis muslos y mi conchita para estar lista y depilada para mi hombre. Salí del baño y justo en ese momento llegaba un mensaje de Jorge el cual decía que había terminado rápido y que se moría de ganas por cogerme.
-llego en 20 minutos mi amor, muero por cogerte en tu casa, en tu cama en la que duermes y en cada rincón de tu casa.
-Aquí te espero mi amor, ven que te tengo tu sorpresa.
Los nervios recorrieron mi cuerpo como si de mi novio se tratase. Me di prisa para estar lista para mi hombre, frente al espejo desnuda me puse mi atuendo acomodando mis medías, mi tanga el liguero y mi brazzier, me puse un labial de color de mi atuendo rojo, me perfume bien y me puse mis zapatillas, nuevamente me vi al espejo y me gustaba como lucía con ese atuendo sexy que dentro de poco mi hombre me despojaría para hacerme suya, mi trasero se veía paradito aún más por lo alto de mis zapatillas, me sentía sensual, sexy y cachonda, como quería que en verdad mi hombre se sorprendiera, me puse una gabardina color café y salí a recibir a mi hombre que estaba llegando.
Abrí la puerta y mi hombre entro me tomo de la mano y me invito a dar una vuelta para que me viera en 360 grados, me acerco a él y de inmediato me beso tomándome de mi mejilla y yo de su pecho, me dijo que nunca me había visto con zapatillas y que justo eso le encantaba, lo cual me pidió que de ninguna manera me los quitara hasta que el me lo pidiera, me beso metiéndome su lengua en el interior de la mía y acariciando mi cuerpo por encima de la gabardina sabía un poco salado debido que venía de la calle pero no me importaba me gustaba su sabor y todo en él, ambos nos estábamos calentando con los besos y las caricias, yo me contuve un momento y le dije que me moría por que hiciera suya pero eso haría que arruinaría mi sorpresa a lo cual le pedí que me acompañara a mi habitación para poder enseñarle su sorpresa.
En seguida me separé de él, desabroché la gabardina para quitármela de manera sensual giraba para que mi hombre pudiera ver todo mi atuendo, a Jorge le brillaban los ojos en cuanto me empecé a despojar de la gabardina la cual ya la había dejado en el suelo a mi lado, Jorge se abalanzo hacía y yo lo impedí con una risa burlona diciéndole “¡No, mi amor, espérate, esta es parte de tu sorpresa, así que te tienes que esperar!”. Pude ver la expresión en la cara de mi hombre y se le caía la baba de lo que estaba viendo, yo me alegre mucho al ver que mi plan había resultado a la perfección, lo cual ya lo tenía caliente con solo verme. Lo tome de la mano y lo guie hacía mi habitación, con la otra mano Jorge aprovechó para darme una nalgada, solté un gemido involuntario de mi boca y en seguida posó su mano en mi trasero magreándome las nalgas en nuestro caminar.
Entramos a la habitación y de frente uno del otro lo bese, impidiendo que me acariciará, yo tenía el control de la situación y parecía que eso no le importaba pues accedía a mis peticiones, en seguida lo empuje hacía atrás para que se sentará a orillas de la cama, me subí postrándome detrás de él, tomé sus manos hacía atrás y le pedí que me dejará atarlas suplicándole que lo iba a disfrutar, estaba convencida en darle el mayor placer a mi hombre y lo estaba obteniendo.
Con un lazo até las manos de mi hombre dándole besos en el cuello yo detrás de él, le mordí la comisura de la oreja y él se retorcía de excitación ante tal posición. Me bajé de la cama, le di la espalda y me incline hacía una grabadora para poner música, en esa vista tarde un poco más con la intensión de que mi hombre disfrutará de esa vista, meneaba mi trasero de un lado a otro sin mover mis pies haciendo que el hilo del tanga se metiera más en mi trasero, estábamos a solo poco más de un metro de distancia y yo podía sentir su respiración agitada en mi trasero.
J: Prima, ya me tienes bien caliente y no aún estoy con mi ropa, muero por metértela ya, desatarme para cogerte, que esperas acaso no ves cómo me tienes.
Yo me incorporé y pude ver su verga por debajo de su pantalón que ya estaba erecta suplicando por salir y estar dentro de mí. Me sentía muy sensual y lo estaba disfrutando mucho, mi entrepierna estaba más que empapada de mis jugos, pero quería seguir jugando y poniendo a mil a mi hombre.
Con la música sonando empecé a bailarle muy cerca doblando mis rodillas para agacharme al ritmo de la música, me agachaba con las piernas entreabiertas y estando debajo las abría para pudiera ver mi sexo empapado, en esa posición mi tanga diminuta se clavaba entre mis labios vaginales dándome una sensación de rose que me ponía más cachonda, meneaba mis caderas de un lado hacía el otro dándole la espalda y de frente me tocaba los senos por encima de mi ropa apretándolos provocándome gran excitación y sumando más lujuria al deseo de mi hombre, con las yemas de mis dedos bajaba recorriendo mi vientre hacía mi ombligo, los deslizaba hacía mi tanga para meter mi mano por debajo de la misma, la cara de excitación de Jorge era tal empezaba a sudar por la frente, sabía que estaba sufriendo por que lo desatara para tomarme y penetrarme ahí en mi cuarto.
Seguí con los mismos movimientos durante unos minutos, me acerque a él, puse mis senos a la altura de su cara, lo bese en la frente tomando su cara para hundirlo entre mis senos los beso de uno en uno, alcanzo mi cuello propiciando un leve chupetón en mi cuello del lado izquierdo que me hizo estremecer le desabotone la camiseta sin dejar de moverme sensualmente y le acaricie los pechos, mordí sus pezones y pasé mi lengua por todo su abdomen mordiendo los leves cuadros que se formaban en su vientre, subí y lo bese en el cuello, mi hombre solo se retorcía pues no podía hacer mucho, seguía atado de manos y estaba gimiendo diciendo que estaba disfrutando de mis besos y mis caricias, suelo ser muy cariñosa incluso en la cama y se lo demostraba a mi hombre, me acerque a su oído lo mordí y le susurré:
-Ahora soy tu mujer primito, te pertenezco, quiero que sigamos cogiéndonos durante mucho tiempo, me vuelves loca y tu verga aún más.
Me separé un instante para darle la espalda, me senté en su regazo acomodando mi espalda a su pecho, con mis manos en su rodilla me movía en forma de círculos para poder sentir su verga en mis nalgas, busque su verga aún debajo de su pantalón y acomode mi trasero al punto que su verga se hundiera entre mis nalgas eso rozó mi ano y un gemido se me escapó de la boca, deslizaba mi trasero por encima de su pantalón seguí así un momento y al poner la mirada sobre mi hombre pude notar que tenía los ojos cerrados y lo estaba disfrutando tanto como yo.
Dirigí mi trasero hacía arriba untando sobre su pecho desnudo y su abdomen para llenarlo de mi olor, tome mi tanga con mis dedos bajándola a la altura de mis muslos, mi trasero quedo a la altura de su cara misma que aprovecho para morderme una nalga hundiendo sus dientes y dejando marca de que eran suyas, yo gemí alzando la cabeza hacía atrás por esa rica intervención de sus dientes sobre mi trasero.
Jorge metió su cara entre mis nalgas y con su lengua daba lamidas desde la entrada de mi vagina hasta mi ano, yo me quede inmóvil disfrutando en esa posición la mamada que me estaba dando mi hombre, sentía rico su lengua posándose sobre el orificio de mi ano, con su lengua me besaba el exterior de mi ano y con su lengua formaba círculos por todo orificio causándome una excitación total, yo gemía mientras me apretaba mis senos, empinada con el trasero en la cara de mi hombre, si eso hacía con las manos atadas, no podía pensar que haría si usara también las manos sobre mi.
Aún con las manos atadas gire para acariciar su pecho y secar con mis boca su cara que estaba llena de mis jugos lo bese lamiendo su cara para retirar hasta el último sobrante de mis jugos, frente a él, me hinqué entre mis rodillas desabroche su pantalón.
J: Eso mi putita, comete mi verga, no me hagas esperar más, que esperas ya métetela a la boca que quiero llenarte de leche.
Con una risa picara me desabroche mi brazzier para dejarlo en el suelo, le quite los zapatos, baje su pantalón, él se inclinó hacia arriba un poco para poder quitarle los pantalones, me pidió que lo desatara, yo le dije “Aún no mi amor, quiero que sigas atado para mí, ¿por qué quieres que te desate? si solo ve cómo estas hirviendo, lo estas gozando mi rey, espera un poco más”.
Se acercó a la punta de la cama y con sus calzoncillos en el suelo tome su verga color chocolate y esta vez me la pasé por las tetas jugando con mis pezones y su verga, tenía los senos medianos pero eso no impidió que tomara su pene y lo metiera entre mi par de senos y los presione con las manos de lado a lado apretando su pene entre mis senos, subiendo y bajando entre mis senos lo masturbaba por veces me tocaba la barbilla y otras lo alcanzaba con la punta de la lengua quitando el líquido preseminal que se había acumulado en el glande de mi hombre, estaba claro lo caliente que ya estaba que fue mucho el líquido preseminal que se acumuló.
No tardé manteniendo la verga de mi hombre entre mis senos que de pronto contrajo su cuerpo al tiempo que se venía saliendo un chorro de semen que fue a caer sobre mi cuello, barbilla e incluso en mis cejas, fue intensa la eyaculación que abarcó parte de mi cara llenándome de semen, eso propició que al contraerse por la eyaculación se desatara las manos, me pidió que le lamiera hasta la última gota de semen que le quedaba en su pene, se tiró sobre la cama boca arriba mientras yo lamía su pene y sus bolas para limpiarlo, me levante dándole la mirada, el acostado en la cama, mirándolo, con mi dedo empecé a recoger el resto de semen que había caído en mi cara para metérmelo a mi boca, yo ya me había acostumbrado al fuerte olor de su semen que no me causaba asco, sino mucho placer al lamerlos y tragármelos.
Jorge se incorporó ya con sus manos desatadas, me abrazo postrando sus manos sobre mis nalgas para apretarlas, me besaba tan apasionadamente que no veía terminar ese beso acompañado de su lengua recorriendo todo el interior de mi boca, me decía que me veía tan sexy y que ninguna mujer le había hecho lo que yo en ese momento, de haberlo atado y haber esperado mucho para desatarlo.
Me empujó hacía la pared de mi habitación, justo ahí entre su cuerpo moreno y la pared puso su mano en mi cuello y con la otra mano apretó mis senos, los metió a su boca, mordió mis pezones causándome un poco de dolor y excitación a la vez, retiro su mano de mi cuello para llevarla a mi sexo, lo cual tocaba de manera furiosa como ahogando mi conchita con sus manos sacando de mi boca gemido tras gemido, fue tan furiosa la manera que me tocaba y presionaba mi entrepierna que no tardé en venirme contrayendo mi cuerpo en un rico orgasmo que no paraba de gemir, ahí pegada a la pared y con el dedo de Jorge en mi interior lo llene de mis jugos, fue tan intenso el orgasmo que tuve que duró como 20 segundos, Jorge no paro ni un momento de masturbarme mientras me venía.
Jorge con la mano empapada de mis jugos, la llevo a mi boca metiendo sus dedos para que lo lamiera, sentía el sabor de mis jugos en las manos de Jorge, me gustaba el sabor y disfrutaba hacerlo de esa manera. Jorge me dijo que le había gustado que lo atara y el qué hubiera jugado con él, pero que entre los dos.
-Tu no debes de olvidar que eres mi putita, EH!!! Yo elijo como cogerte y como quiero metértela y ahora vas a ver.
Jorge me volteó y me puso contra la pared tomándome las manos sobre mi espalda, yo sabía que quería mi hombre, así que incline mi trasero hacía el, y enseguida me metió su verga en la vagina, yo empinada hacía el y Jorge penetrándome, dándome fuertes envestidas con una mano me tomo las manos para que no pueda moverme y con la otra me hizo una cola que enredo entre sus manos para jalarme hacía atrás mientras me daba fuertes embestidas en esa posición, yo gemía de placer y daba gritos cuando su pene tocaba el interior de mi útero con la punta de su pene, en esa posición no podía moverme mucho, estaba con los pechos contra la pared, con mis manos y mi cabello atado a las manos de mi hombre, Jorge retiraba sus manos de vez en vez de mi cabello para darme fuertes nalgadas, sacándome gemidos fuertes que seguro se escuchaban hacía la calle, no me importaba, me sentía como una puta, como la puta de Jorge y quería seguir gozando.
Jorge sacaba todo su pene completamente fuera de mi, para darme nalgadas con su pene en mi par de nalgas para luego metérmela de una sola embestida hasta el interior de todo mi ser, yo suplicaba.
-¡Que rico mi amor, dame más, mi amor primito, cógeme, no me la saques, por favor, mas, dame más, no te detengas, párteme en dos, pero no me la saques, dame más, mas, mas -yo gritaba como una loca excitada.
-Así me gusta putita, que pidas más, que seas mi putita, ya te dije que te voy a coger cuando quiera y como quiera.
Seguía dándome en esa posición, de pronto me soltó las manos, yo me apoye sobre la pared extasiada del placer que me estaba dando mi hombre, saco su pene de mi vagina y lo introdujo de inmediato a mi ano, con un poco de lubricación de mis propios jugos entro la punta del glande a mi ano, abriéndose en mi interior y de poco en poco empezó a meter su pene mi hombre dentro de mi, con embestidas suaves ya había logrado llenar todo mi interior de ese rica verga negra que me traía loca, paró un segundo, para postrar sus manos sobre mi hombro para empujarme hacía el dándome esta ves embestidas fuertes a mi ano, era un vaivén rápido que se hacía dentro de mi al pasar toda la extensión de su rico pene, yo baje mis manos hacía mi conchita para masturbar mi clítoris que ardía y que ya no aguantaba más, no duro mucho y yo no aguante viniéndome en un rico orgasmo provocando movimientos en mi pelvis que detonaron que mi hombre se viniera dentro de mi, terminando en un rico orgasmo compartido llenando mi interior de su semen caliente.
Jorge tomó mis senos en sus manos y juntos chocamos en la pared, él detrás de mi abrazándome y yo con la cara en la pared de mi habitación y la respiración de Jorge en mis hombros, estuvimos un tiempo así, Sin poder moverme, mi hombre me cargo a su pecho yo detrás de el para llevarme a la cama, ambos nos tumbamos cayendo en la cama, el detrás de mi, abrazándome, con sus manos en mi cuello y en mis senos. De mi interior escurría el semen caliente de Jorge cayendo sobre la cama, de lo exhaustos que estábamos y en esa posición nos dormimos.
Me dolía mi vagina y mi ano de la intensa penetración que me había dado mi primito, que se había convertido en un buen amante para mi, después de unas horas, despertamos, pedimos pizza y nos metimos a bañar. dentro del baño disfrutábamos de ricos besos, yo le puse jabón por todo el cuerpo, luego él me puso jabón en la espalda, era un tipo fuerte y le gustaba someterme cuando me penetraba pero también tenía su encanto de cariñoso conmigo, bajo la regadera frente a él y con la verga erecta se inclinó hacia abajo, me alzo mis piernas con sus brazos, para meterme su verga entre mi vagina, yo le pedí que tuviera cuidado porque me dolía un poco por lo intenso que me había penetrado hace un rato, por la intenso de las penetraciones que me había dado, me había causado un poco de dolor.
Él tuvo todo el cuidado posible para alzarme de las piernas e introducirme su miembro erecto, el hombre dominante que me había mostrado mientras me penetraba de forma furiosa me estaba consintiendo en lo que le había pedido. En esa posición, mis piernas se mantenían en el aire por las fuertes manos de mi hombre y yo con las manos sobre la pared en la esquina del baño estaba siendo penetrada una vez más por mi hombre, esa posición era tan estimulante para mi clítoris ya que pegaba su pene hacía pared superior de mi vagina permitiendo estimular mi clítoris en cada embestida que mi hombre me daba, no tarde en venirme en un orgasmo abrazándolo y besando agradeciéndole por el día maravilloso que me había dado.
Seguía penetrándome unos minutos más, hasta que se vino dentro de mí, en seguida me bajo, nos abrazamos debajo de la regadera, unos minutos más así nos terminamos de bañar, Jorge se vistió para recibir la pizza, comimos yo aún desnuda en su regazo. Luego me vestí y nos fuimos a su casa, sellando ese momento como uno más de los muchos encuentros que tuvimos.
Las circunstancias me llevaron a regresar con mi Mama a casa a la ciudad y seguí manteniendo contacto con mis primos, incluido mi nuevo amante, mi primito Jorge.
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La primera parte de este relato:
“Sodomizada por mi primo, me convirtió en su amante”
Espero que les guste, perdonen que haya escrito este relato con lujo de detalles, pero me pone cachonda el recordar cada momento vivido con mi primo.
Besos…