Mi esposa, por esto de la cuarentena me pidió irse donde su padre a cuidarlo, acepté no sabiendo que despertaría en ella a la diabla que tenía durmiendo. Por esto de la pandemia, mi esposa viendo que no podía trabajar se fue a su lugar de origen a cuidar a su padre y cumplir con los quehaceres de casa y compras y así evitar que él se expusiera a este virus.
Nos hemos contactado todos los días vía teléfono, video llamada, etc… En fin, siempre atento a ella y sus necesidades, en este periodo que ya lleva dos meses ella me ha contado de sus actividades diarias, las cuales involucran, aseo, cocinar y realizar las compras, y bueno aquí comienza lo bueno.
Cierto día mi bella esposa le tocó ir de compras al supermercado, cuando iba llegando a este, desde un auto recibió un "hola, como estas" , ella se agacha para ver quién era y sorpresa quien la saludaba era Mario, un antiguo pinche de ella de su época de juventud, con esto digo de la época que mi esposa era de 22 años, ahora ya tiene 44 bien cumplidos, manteniendo su físico con sus hermosos pechos y sus glúteos que hacen voltear a cualquier macho. Mi esposa de nombre Cecilia sorprendida respondió:
C: Ah hola, no te había reconocido, bien y tú, tanto tiempo.
M: Uff si bastante tiempo, bien aquí trabajando ¿viene de paseo?
C: No, no vine a cuidar a mi padre, como mi trabajo no está funcionando, que mejor que venir a velar por él.
M: Siempre tan linda y atenta usted, oiga y vino solita.
C: Sí. Mi esposo se quedó en casa y yo me vine.
M: Podríamos salir a comer algo ¿qué le parece?
C: Difícil porque con esto de la pandemia, no me atrevo, tal vez en un futuro, si nos encontramos de nuevo y esté sola como ahora podría ser.
Al volver a casa después de las compras, y en el llamado diario conmigo, me contó lo sucedido, y yo le avivé el fuego preguntándole que le provocó eso y ella me decía que se sintió bien. Cecilia empezó a contarme quien fue Mario en su vida de juventud y yo aprovechaba de preguntarle cada vez más y más en el plano sexual.
Ella me contó que con Mario, que es un guapo ejemplar, solo dos veces tuvo sexo, la primera vez fue nefasto y la segunda se reivindicó, y que al término de esa segunda vez, quedaron en una especie de pacto de que la próxima vez sería con más tranquilidad y más completa. Yo le preguntaba “cómo es eso de más completa?”. Ella me decía que fue rápido en una camioneta, muy salvaje, no hubo preámbulos, solo sexo donde ella se montó encima hasta que acabaron. “¿Entonces que le provocó encontrarse con él?”, ella me dice “igual sentí algo en mi pussy amor…”. “Bueno -le dije yo- si usted quiere juegue aproveche, busque la ocasión”.
Pasaron días y cuando ella volvió a salir de compras me mostró su atuendo de compras, un jeans muy ajustado que realzaba su culo y una blusa escotada, “vaya -le dije- que hermosa se ve”, ella me dijo “se despertó la diabla amor, no se enoje”.
Y estando en el almacén se topa con Mario.
M: No se vale así, usted así de bella y yo de buzo.
C: Pero ese buzo le queda muy bien ¿cómo estás Mario?
M: Bien y ojalá que al final del día pueda estar mejor.
C: Porque podría ser, algún panorama.
M: Sí, tengo una invitada, guapa, guapa, que sé que esta vez no me dirá que no, le tengo unos ricos mariscos.
C: Pucha, si ella no va, yo acepto ir en su reemplazo.
M: Bella es usted mi invitada ¿aceptas? O tiene que pedir permiso a su esposo.
C: Ya tengo su permiso, me pidió que lo pasara bien si volvía a recibir su invitación, y eso depende de usted.
M: Bueno la paso a buscar o llega usted solita allá, vivo donde mismo.
C: Llego solita, besos, nos vemos.
Cuando me contó, mi respuesta fue no se arrepienta y vaya y disfrute, y así fue.
Llegó a la casa de Mario y él la recibió sin beso ni abrazo, solo un “hola bienvenida”.
M: Que rico que no se arrepintió, lo vamos a pasar muy bien, rica comida y buena conversa.
C: Como le dije tenía permiso y vengo a pasarlo muy bien.
M: Te ves espectacular, que bonito físico.
C: ¿Te gusta cómo visto? pero si no me he sacado el abrigo, espera un poco para ese piropo.
Al verla sacar el abrigo, Cecilia dejó ver un conjunto de falda corta roja y blusa blanca transparente que si fuera por su sostén rojo tipo top y encaje, ese busto duro y redondo se mostraba por completo, Mario no le quitó los ojos a ese busto hasta que Cecilia se dio vuelta para liberar el resto del abrigo mostrándole ese culo redondo.
C: Ahora sí. ¿Cómo me veo?
M: Muy bella, uff que cuerpo, me encantaría abrazarlo.
C: ¿Y qué lo detiene?
Mario, se acerca y le da un abrazo donde sus manos quedaron en la cintura de ella, para luego deslizar hacia arriba y abajo y apretando más.
C: Que rico se sienten tus manos, no me sueltes.
Mario topó esa frase como luz verde y sus manos ya no se detuvieron en la cintura, bajaron hasta sus glúteos y lo apretaron y levantaron.
C: Si, al parecer hoy no se cenara, ufff que rico aprietas, te gusta mi trasero.
M: Podemos cenar más tarde y tu culo está muy rico, y me lo voy a comer todito.
Se besaron y ya las manos se perdieron recorriendo ambos cuerpos.
M: Vamos, camina hacia mi pieza, que rico culo, como lo mueves.
C: Gracias ¿qué hay en tu pieza?
Entraron en la pieza y Mario no respondió y se abalanzó a manosear y desvestir a Cecilia, fuera blusa, fuera top, liberó esos pechos redondos y ya duros, bajó de forma violenta la falda dejando un calzón rojo pequeño que se perdía metido en el culo.
M: Ufff mami, que rico culo, tus pechos tan ricos y duros. Y hoy serás mía otra vez sin prisa sin apuros, verás las estrellas, te lo prometo.
C: A eso vine, para eso tengo permiso para disfrutar y quitarme las ganas pendientes.
Mi esposa que estaba de espalda a Mario, siendo besada en el cuello y sus pechos masajeados con esas grandes manos, y ya estaba sintiendo ese cosquilleo que la llevó a contarme de este pinche y a mí a decirle que se la jugara, se liberó por completo y dejó salir de su boca el primer gemido de placer.
C: Uuuh que rico se siente, Mario, que ricas tus manos, tus besos, si te digo que no quiero perder el tiempo cenando.
M: Si te digo que no te tengo comida, más que yo.
C: Ahhh mmm no importa, te voy a comer entero.
Ambos se acuestan y mi esposa le quita la camisa y empieza a besar ese pectoral trabajado, el pantalón lo saca Mario y deja la silueta en su bóxer de un grueso miembro al cual Cecilia empieza a acaciar por sobre él, Mario no deja escapar esos pechos y lleva su boca a esos duros pezones y empieza a lamer y besarlos.
M: Que rica estas. Cuanto tiempo fue de la última vez, esa vez que solo te metí mi verga y tú solo cabalgaste…
C: Sí. Tú estabas… Ahhh… pololeando con tu actual esposa y yo estaba de polola con Arturo, y él me dejo sola esa noche y tú la fuiste a dejar y volviste con la maldad, esta dura y gruesa maldad que estoy tocando, dejémosla libre, oh solamente mi mano la había tocado, es muy gruesa, debí haber estado muy caliente esa noche para que me metieras este tronco… Que rico hoy me tienes igual…
M: Si, rica toda tuya y haz lo que quieras con ella.
C: O sea yo mando, yo disfruto… ¿Eres igual a mi esposo?
M: Por qué?… Pobre de él que no sabe lo que le pasara a su rica esposa esta noche.
C: No hablemos de él y ven, baja tu boca y empieza cumplir con tu deuda de 20 años.
Mario baja y con su boca le quita el cuadro rojo y pequeño y con sus manos abre un poco más las piernas de mi esposa y empieza a besar, chupar los labios vaginales y a meter su lengua, Cecilia ya estaba muy mojada tanto por la expectativa que tenia de esa noche, y a esta altura por la habilidad de Mario con su lengua y dedos.
C: Ahhh que ricooo, sigue, sigue cabrón, te vi, y necesitaba el empujón de mi esposo para hoy ser tu puta, tu amante, tu mujer que necesita cerrar… Ahhh… mmmm este ciclo de 20 años.
M: Que rico se siente, guuuh, estas muy caliente Ceci… Tú esposo que cabrón suertudo… pero hoy serás mía, te voy a hacer el amor, te daré el mejor sexo, te voy a tratar duro mmm… Y te voy a violar serás tratada como una verdadera puta… una esposa putaaa.
C: si, sii sii siii trae tu verga aca a mi boca est tu turno, pagaré mi deuda.
Mi esposa, mi bella esposa estaba introduciendo ese grueso falo en su boca, la cual no se achicó para recibirla, lamia y besaba y chupaba todo ese tronco y ese glande grueso y de gran tamaño.
M: Ven recuerda cómo te montaste esa vez… eso ven, ven metete mi penca, mi verga… Eso, eso, esoo… ahhh que rico… toda, te la estas comiendo toda igual que la otra vez.
C: Ahhh siii que rico si ricura toda tu verga adentro… Que gruesa es… Uhhh ya me vengo… No voy a parar.
M: Dale ricura acaba no más… vente, vente con todo, así después me toca a mi.
C: Uh sii ya es muy rico… Dame por otra posición la que tú quieras cabrón…
M: Date vuelta, quiero ver ese culo, así a lo perrito… Abre tu culo uyyy que rico se ve y tentador, mantente así y ahora siente como te entra por tu concha… Toma!
C: Ay que rico… Sigue más rápido dame, dame, dame… Métela toda… Que gruesa es.
M: Si ¿muy gruesa? ¿Y la de tu esposo?
C: No, la tuya es más gruesaaa, él al igual que tu… mmmm ah se sabe mover… Pero cabrón tu hoy la cagaste… Mételo duro metelo fuerte ahhh rico!
M: Que pasa, ya vienes otra vez.
C: Si siii rico muy rico… Ufff segunda vez y tu aun nada… Que quiere.
M: Tú sabes!!!
C: Ahí entra mi esposo solamente.
M: Dale que es una raya en el agua. Ya lo probaste con él, déjame a mi probar.
C: Pero es que… Es muy gruesa!… Uh que hiciste.
M: Shiiih, tranqui, te dije que te iba a violar… Y ese culo me llamaba… Relaja tu culo y te entrará más fácil.
C: Sabes, ahhh okey… No es violación porque yo también quiero… Así que ahora cabrón dame toda tu verga, rómpeme el culo ah así que rico dame dame más fuerte uh que rica verga dame.
M: Que rico culooo me vengo querida… Ahhh que rico.
C: Déjame algo para mi boca!
M: Abre tu boca!
Mario se deja caer al lado del cuerpo tembloroso de mi esposa y pone su mano en el pecho de ella y ambos se quedan dormidos. Cuando ya amaneció, Mario vio que mi esposa no estaba al lado, se levanta y se acerca a la puerta del baño y escucha a Cecilia hablar:
“Sí. Fue una gran noche. Si mi amor la pasé muy bien. Te contaré todo como fue. Creo que 3 o 4 veces, muy gruesa muy rica. Si le entregué tu culito. Me dolió, pero después fue todo placer. Otra vez? Podría ser. Ya voy amor. Ahora una mañanera? Puedo? Okey si un rápido y voy a tus brazos”.
Mario se separó de la puerta y se fue a la cama ya con su verga totalmente dura y al parecer más gruesa después de lo que escuchó.
C: Guau que bonito paisaje me recibe esta mañana…
M: Ven mi putita, que te daré esa mañanera que te pidió tu esposo.
C: Malulo, escuchabas… Pero será un rapidito.
M: Ven zorrita. Ponte en cuatro y abre tu culo.
C: ¿Me quiere culear?
M: Si, ponte aquí, eso abre, ves eres una esposa muy caliente, ya está mojadito está lubricado… eso abre ese culo ah!
C: Mierda!… Ahhhggg siiii ufff dame fuerte rómpelo más más sigue que rica tu verga!!
M: Para te acuerdes siempre de mi… Y si usted quiere y cuando venga para su pueblo piense que tiene otra verga esperando!!!
C: Gracias aahaaa que rico siii lo tendré presente… ¡Me vengo lléname el culo de leche!!
M: ahhgga hi ahiii vengo… uh!!