Ella vino a visitarme porque ella percibió que yo me sentía solo sintió la necesidad y vino a hacerme compañía igual ella lo necesitaba.
Durante el día sonreímos, chistes, sarcasmos y bailaderas, cayendo la tarde bajamos al gazebo y nos sentamos allí con unas copas vinos contemplamos el atardecer, ella me miraba fijamente y se mordía los labios, me preguntó:
-Te gusta mi compañía?
Le respondí:
-Claro que si, no imaginas cuánto!!
Ella me pregunta de nuevo de manera más seria y comprometedora:
-Te dejarías complacer de cierta manera de una amiga cómo yo?
Le respondí muy certero:
-Viniendo de ti por supuesto!!
-Traje un bulto conmigo lo buscaré e iré a tu habitación y regreso espérame aquí!
Ella fue y se cambió la vestimenta, para mi sorpresa cuando regresó fue verla con una mini falda blanca, te digo que se le veía el alma, mostraba bastante piel, tenía una camisa blanca desabotonada mostrando a penas la mitad de los senos.
Ella apagó las luces del gazebo y me dijo en tono suave y sensual…
-Déjate llevar!
Le respondí atónito…
-sí!!
Luego me dijo…
-No cierres los ojos simplemente mírame en todo lo que te haga!
Ella tomó un cojín y lo puso en el piso frente a mí sillón reclinado, parada frente a mí se encorvo y me empezó a besar mientras me abría la bragueta para bajarme el pantalón sin dejar de besarme mientras me abría las piernas para luego arrodillarse, sacó el pene lo manoseaba de arriba abajo masturbándome para luego acercarlo a sus labios y empezar a rozarlos en todo el pene introduciendo lentamente en su boca hasta el último pedazo.
Lo agarraba y besaba con suficiente furor, ella se tocaba los senos con la otra mano, yo sentado allí hervía de la sensación que estaba sintiendo, ella se levantó subiendo una pierna en el brazo del sillón para ponerme la vagina cerca de la boca, me agarró la cabeza y me guio hacia su vagina, empecé a lamerla y morderle los labios de la vagina hasta el clítoris, ella gemía y se movía de las ganas que estaba sintiendo. Me expresaba el clímax que sentía.
Luego se despegó de mi lengua poniéndose de espaldas a mí, agarró mi pene haciendo una especie de brocheo y se lo introdujo lentamente en su vagina, totalmente cargado de fluidos, cuando logró meterlo por completo empezó a zigzaguear sus nalgas sobre mi pene, se movía hacía delante y hacía atrás dejando una estela de fluidos entre nuestros cuerpos, se escuchaban como chasquidos pero llenos de fluidos ella jadeaba todo el tiempo.
Luego usando las manos se saca el pene jadeando aún más, se levanta y aleja de mi, colocándose al otro extremo del gazebo, me dice a mi bien entender, cumple tus deseos! Me levanté acercándome a ella la tomé de la mano y la lleve hasta la casa, entramos y dejando la puerta cerrada y aún sin soltarle la mano la aproxime hasta el desayunador le quite la camisa, para encorvarla poniendo su cara contra el desayunador, le subí la falda y baje a besarle las nalgas, le abrí las piernas logrando meter la lengua en su vagina igual subía a besar sus nalgas mientras le introducía mis dedos.
Me levanté y poniendo su espalda contra mi pecho agarrando sus senos, ella bajo las manos y conecto mi pene con el clítoris frotándolo una y otra vez, luego lo introduje por completo mientras ella erguía sus nalgas para tragar más y más el miembro.
Llegado el momento para no eyacular lo retire, ella se volteó y bajo a chuparlo sin dejarle un espacio fuera de su boca. La levanté y la senté en el desayunador, lamía por completo sus senos, la bese y rozaba mis labios contra sus labios, le mordía sus labios y la punta de sus senos.
La recosté boca arriba dejando encorvadas sus rodillas contra su pecho casi pegándolas a sus senos, ahí arremetía mi lengua en su vagina, lo lamía por completo, le metía los dedos mientras besaba sus muslos.
Le bajé una mano hacia su clítoris para que se masturbara mientras yo metía los dedos una y otra vez.
Bajándola del desayunador le levanté una pierna y arremetí mi pene en su vagina, sentía como le salía fluidos que chorreaba sus piernas mientras yo le introducía a todo vapor.
Le baje la pierna y la lleve hacia el baño, allí abrí el grifo de la bañera y colocándola contra la pared le agarre las nalgas y le metía más y más el pene bajo el agua que nos caía en el cuerpo, al momento de llegar a la gloria ya terminando ella volteó, me lo chupó eufóricamente hasta sacarme el semen para echármelo de nuevo encima del pene y volver a lamerlo con tanto placer hasta extraerme la última gota, se levanta e introduce sus dedos en su vagina y extrae los flujos lubricados y me los introduce en la boca para luego besarnos por un buen rato.
Al terminaré allí nos tiramos en un sillón de la sala, encorvados ambos y abrazados me hace una pregunta…
-Quieres hacerlo de nuevo?
Mi respuesta fue sencilla…
-Por supuesto amor.