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Deseo, disfrute y desenfreno (3)
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Desde la semana anterior, no había sacado de mi mente lo ocurrido en la entrevista, una parte de mi decía que estaba loca por meterme en algo así pero la otra me decía que me dejara llevar, que disfrutara de las experiencias y abriera mi mente. De nuevo se acercaba otro fin de semana y tras lo ocurrido me encontraba subida de ánimo, no hacía falta tener un hombre tras de ti para volver a ser feliz. Decidí que ese finde me vendría bien un poco de fiesta por lo que llame a varias amigas para hacer noche de chicas en nuestro restaurante de siempre y después ir a la discoteca de moda, tocaba pasarlo bien.

El sábado por la mañana todavía andaba en camisón cuando llamaron al timbre, se trataba de un repartidor, que me traía un paquete. Lo abrí y me encontré con un bonito vestido burdeos de escote en pico y falda de vuelo no muy larga, la verdad es que se veía muy bonito. Bajo este había una pequeña cajita y dentro de esta me encontré con un huevo vibrador en el mismo color que el vestido. En el fondo del paquete una hoja doblada con el logotipo de D3 en la que ponía: "Seguro que esta noche tienes ganas de fiesta, así que aquí tienes la vestimenta que te hará triunfar, acompáñala únicamente con unos buenos tacones, NADA MÁS y no le cuentes a nadie tu secreto si no quieres estropear tu noche. Un saludo. Isabella"

Buff no me esperaba todo esto, la sorpresa me había superado, iba a tener que llevar ese juguete toda la noche entre mis piernas, Y SIN ROPA INTERIOR!! Solo de pensarlo me había puesto caliente, así que me tumbe en la cama y comencé a jugar con mis pechos, sacándolos por el escote de mi camisón y apretándome los pezones que estaban ya duros como piedras, con la otra mano comencé a restregar mi rajita, aunque no tarde en hacer a un lado la braguita e introducirme un par de dedos que entraron suavemente. Comencé con un mete-saca continúo restregando con estos movimientos mi clítoris que estaba muy sensible mientras seguía jugando con mis pezones, dándoles pellizquitos que junto a lo demás me hacían estremecer. Fui subiendo la velocidad de mis movimientos hasta que me deje llevar en un delicioso orgasmo.

A mitad tarde comencé a arreglarme, me di un baño relajante, después me dedique a mi pelo, secándolo bien y planchando mi larga melena castaña. Después me maquille cuidadosamente, aplicándome una suave sombra rojiza, junto a la raya negra que realzaban mis ojos verdes, un poco de colorete sobre mis mejillas, y como toque final pinte mis labios de color burdeos, como el vestido, dando un toque aterciopelado a mis labios. Tras esto finalmente me vestí con el vestido que había recibido y me subí en unas sandalias negras con un buen tacón. La verdad que el vestido me quedaba muy bien, yo no lo habría elegido mejor. La parte superior con el escote en pico hacia que se viera mi generoso escote pero sin mostrar mis pechos, aunque la fina tela dejaba intuir mis pezones aun estando en reposo. El vestido modelaba mi figura mostrando mi fina cintura, abriéndose tras esta el suave vuelo de la falda que escondía mis generosas caderas y terminando casi un palmo por encima de las rodillas, me sentía muy sexi. Me perfume bien y antes de salir puse el toque final introduciéndome el huevo en mi interior su toque aterciopelado y mi excitación ante lo que me podía esperarme esa noche hizo que ni siguiera necesitara lubricante. Finalmente agarre mi bolso y me dirigí hasta el restaurante donde había quedado con mis amigas.

Llegue la primera por lo que espere en la puesta a que llegaran. En esas estaba cuando empecé a sentir una suave vibración en mi interior. Mire a todos lados pero no fui capaz de ver a nadie, seguía ensimismada buscando al culpable de que mi juguete hubiera empezado a vibrar cuando me sorprendió una de mis amigas, dándome un buen susto.

M- ¿Estas bien Sophie?

S- Si claro que si Marta, es solo que no te he oído llegar.

La suave vibración ceso, mientras el resto de mis amigas fueron llegando. Entramos al restaurante y la cena fue transcurriendo mientras las botellas de vino iban y venían. Estábamos empezando con los postres cuando de nuevo volvió la vibración, esta vez con algo más de intensidad, que iba subiendo de forma progresiva hasta hacer que se me escapara un gemido que disimule metiéndome en la boca una cucharada de mi delicioso couland de chocolate.

I- ¿Eso ha sido un gemido Sophie?

S- Irene es que no sabes lo rico que está este postre, va a hacer que me corra- dije como pude disimulando y sonrojándome, a lo cual ellas respondieron echándose a reír.

M- Creo que se te ha subido el vino a la cabeza.

P- Me parece que Sophie necesita mojar ya, que lleva demasiado tiempo de sequía.

S- Sois unas exageradas no es para tanto, solo hace un mes de que Carlos me dejo.

I- Que somos exageradas, pero tú te has visto lo sexy que te has puesto, por no decir de los dos pezones que nos están apuntando-Todas lanzaron unas grandes carcajadas.

Yo no aguantaba, tenía todas las miradas fijadas en mí y las vibraciones no cesaban, haciendo que apretara mis piernas conteniendo el huevo que parecía que se fuera a salir. Cuando la conversación cambio de camino aproveche para buscar por el restaurante mientras sentía que estaba a punto de caramelo. No sabía quién podía ser, en la barra había un hombre de unos 50 que nos miraba con descaro pero no me pareció que pudiera ser el, en otra mesa había un grupo de chicos que tampoco parecían culpables, entre la incertidumbre y la calentura me estaba volviendo loca. Sentí que me iba a venir cuando las vibraciones cesaron, no podía más así que me disculpe con mis amigas y fui al baño a terminar lo que la persona misteriosa había dejado a medias dentro de mi.

Estaba llegando a la puerta del baño cuando alguien se acercó por detrás de mi, me agarro por la cintura sin que me pudiera girar y presionándome con su cuerpo, acerco su boca a mi oído y me susurro:

V- Se buena y no te toques o te quedaras sin premio esta noche- y dicho esto desapareció rápidamente, dejándome allí plantada sin tiempo a reaccionar y ver quien era mi torturador.

Cuando me recompuse entre al baño y únicamente limpie los jugos que empapaban mi rajita y empezaban ya a resbalar por mis muslos, después obediente me fui de nuevo con mis amigas, sintiéndome frustrada por no poder saciar mi deseo y con miedo a que mi juguetito se deslizara.

Cuando acabamos, nos dirigimos al pub de moda de la ciudad. Por el camino iba sintiendo una suave brisa que hizo que mis calores bajarán, aunque no me podía sacar de la cabeza quien sería, por lo que no podía parar de inspeccionar a todos los hombres con los que nos cruzábamos.

I-¿Buscando tu presa de esta noche Sophie?

S- Eeh… no que va solo miraba no fuera a estar mi ex…

P- Sisi claro ya te he dicho yo que necesitas alguien que te empotre.

S- Ya basta chicas, sois unas exageradas, dejar el tema y vamos a pedir.

Tras esto Irene y yo nos dirigimos a la barra mientras Marta y Paloma guardaban sitio. Cuando estaba pidiendo note que alguien se sobaba con mi trasero a la par que una mano estiraba del cordón del huevo y luego lo volvía a introducir. Cuando me volví de nuevo había desaparecido entre la multitud. No podía más con este jueguecito me estaba volviendo loca. El camarero termino de servirnos y cargando con los cubatas regresamos con el resto aunque parte de las copas que llevaba yo sé derramó pues otra vez el huevo se activó y di un respingo a consecuencia de esto. La noche siguió entre risas, copas, bailes y las vibraciones que me martirizaban de vez en cuando pero seguía sin descubrir al culpable.

El pub cada vez estaba más lleno por lo que era más difícil bailar sin empujar o pisar a alguien aunque nosotras andábamos tan animadas que no había quien nos parará. Llegó una canción de reggaetón de esas en las que la gente se arrima más y de nuevo sentí mi huevo vibrar a la par que alguien se acercaba por detrás.

V- Te está gustando, pues espérate que esto no es nada nena, te espero a las 2:30 en la salida y pórtate bien.

Chupo ligeramente mi oreja y de nuevo desapareció pero sin apagar el juguetito que seguía vibrando en mi interior a un ritmo que me torturaba hasta que de nuevo lo detuvo dejándome con la miel en los labios. Miré el reloj, tan solo quedaba un cuarto de hora para la hora indicada por lo que debía buscar una excusa que contar a mis amigas para marcharme sin que sospecharan. Me acerqué a Marta y Paloma pues Irene la última vez que la habíamos visto le estaba comiendo la boca a un morenazo. Estas estaban debatiendo si irse a otro sitio pues este estaba muy lleno. Yo les dije que creía que me iba a marchar ya que no me sentía muy bien, que pasaba por el servicio y me marchaba, ellas se preocuparon por mí, pero les dije que sería algo de la cena que no me había sentado bien, que podían irse tranquilas. Nos despedimos y me acerqué al baño a acicalarme un poco antes de salir. Me arregle el pelo, repase mis labios y ajuste el juguetito que me daba la sensación que se me escapaba.

Salí del pub y busqué a mi hombre misterioso pero a decir verdad no sabía a quién buscar. De nuevo como no, sentí una presencia a mi espalda.

V- Así me gusta bien puntual, me has ganado un premio -dicho esto me dio la vuelta y me besó dejándome casi sin respiración.

Cuando nos separamos por fin pude verle la cara. Se trataba de un muchacho pelirrojo, con barba de pocos días pero bien cuidada, ojos azul aguamarina y de estatura algo más alto que yo con los tacones. La verdad que nunca había estado con un pelirrojo pero me daba algo de morbo. Además, se notaba que hacía deporte pues bajo su camisa se podía apreciar unos brazos fuertes y un torso bien moldeado. Por fin se presentó:

V- Mi nombre es Víctor y voy a hacerte pasar una muy buena noche- Me guiñó el ojo y de nuevo me comió la boca.

Tras esto me llevo en volandas hasta una moto que había aparcada en la acera de enfrente.

S- ¡BÁJAME! ¿Dónde me llevas?

V- Tranquila en breves lo descubrirás.

Me depositó sobre la moto y a continuación me colocó un casco, hizo lo mismo él y se subió delante de mí. Antes de arrancar la moto, encendió mi huevo a la velocidad más suave. Entre la posición espatarrada sobre la moto, el roce con el sillín, la suave vibración y mi agarre fuerte a su cintura, mi excitación iba subiendo poco a poco. Estaba tan absorta en las sensaciones que no me di cuenta ni por dónde íbamos cuando de repente la moto se metió en un parking y mi vibración paró. Al levantarme de la moto se podía apreciar un charquito de mis jugos en el sillín de la moto.

V- Umm… como estás nena -Su tono y comentario hicieron que me sonrojara.

No fui consciente de donde estábamos hasta que reconocí el ascensor en el que subimos. Estábamos en el moderno edificio donde se encontraba la oficina de D3. Subimos hasta el último piso y entramos en lo que parecía ser un apartamento. Cerro la puerta tras de mí y empezó a comerme la boca mientras me empujada sobre una de las paredes del salón, se apretujo sobre mí y de nuevo note como activaba el huevo esta vez al máximo, sumando la presión de su creciente paquete bajo su pantalón. Ya no podía más por lo que en unos segundos explote en un gran orgasmo que llevaba conteniendo toda la noche, suavizando mi gran grito de satisfacción en su boca.

Cuando me recompuse me llevó en volandas hasta el sofá. Sentándose y colocándome a su lado.

V- Creo que después de esto tendrás hambre nena. -Y dicho esto se deshizo de sus pantalones, y seguidamente de su bóxer.

Me quedé perpleja mirando su miembro, no sé si existía algún mito sobre los pelirrojos, pero éste sin duda estaba muy bien dotado. Debía estar alrededor de los 22 cm, era blanquita y de grosor tampoco estaba nada mal.

V- ¿Te gusta lo que ves nena? Pues adelante, es toda tuya.

No hizo falta que dijera nada más, deslice mi mano rápidamente hasta ella y comencé a moverla arriba y abajo suavemente, haciéndome a su textura y dimensiones. La verdad que ya andaba bastante dura. Continúe con mis movimientos cada vez algo más ágiles y me animé a empezar a chupar la puntita de su miembro, dándole lametazos y metiéndomela en mi boquita como si se tratara de una piruleta. Poco a poco fui introduciéndomela más pero sin metérmela toda. Mis manos pasaron ahora a sus bolas apretándolas y masajeándolas. Seguí aumentando el ritmo, él agarró mi cabeza para que me la metiera hasta el fondo y así lo hice aunque primeramente me vinieron arcadas pero logre controlarlas.

V- Joder nena como me ponés- dijo con tono juguetón y comenzando a meter y sacar el huevo que todavía llevaba puesto, aunque apagado, hasta sacarlo de mi.

Cada vez podía notar su miembro más duró, pudiendo apreciar sus venas. De seguir así no se si duraría mucho. De repente me detuvo.

V- Eres una diosa pero ya vale o acabaré demasiado pronto.

Me beso y me sentó sobre él. Se deshizo de su camisa y desabrocho mi vestido que todavía llevaba puesto, quedándonos ambos completamente desnudos. Reparó en mis generosos pechos, comenzó a amasarlos, deteniéndose en mis duros pezones, torturándolos con sus dedos y después con su boca, lamiendo, succionando y mordiéndolos a cámara lenta. Dios cómo me gustaba eso, me volvía loca que jugaran con mis pezones y el parecía ser todo un experto. Tenía mis ojos cerrados disfrutando de las sensaciones, a la vez que me restregaba sobre su miembro, juro que de seguir así más tiempo me hubiera corrido, pero de repente paró.

V- Es hora de que me sientas dentro de ti.

Me levanto en volandas y me llevó hasta el dormitorio. Me hecho en la cama, se dirigió a una de las mesitas de la cual sacó un condón, se lo puso y volvió hacia mí. Me acercó al borde de la cama, llevó mi pierna izquierda sobre su hombro dejándome totalmente abierta. Comenzó a jugar con la punta de su miembro sobre mi rajita y de repente de una sola embestida me la metió. Pegue un grito de entre dolor y gusto. Se quedó unos segundos quieto dejando que mi cuerpo se hiciera a su gran miembro, pero pronto comenzó a moverse suavemente subiendo el ritmo paulatinamente y aprovechando para jugar con mis pechos con su mano libre. Sus embestidas cada vez se hicieron más bruscas y su mano pasó a trazar pequeños círculos sobre mi clítoris. Mi excitación iba subiendo por momentos, entre su mano y sus embestidas en las que podía notar como sus bolas chocaban con mi cuerpo.

S- Aaaah… Me voy a venir ya no aguanto más.

Parece que esto lo excito más, pues incrementó su ritmo hasta que estalle en un increíble orgasmo que desato unas deliciosas contracciones dentro de mi, dejándome casi sin respiración. Estaba saliendo del trance en el que había entrado cuando note que él también se corría y salía de mi.

Poco puedo decir de lo que ocurrió después pues estaba agotada y caí en un sueño profundo. Desperté y eran ya las 12 del mediodía día. Inspeccione el piso pero parece que no había nadie más. Llegue a la cocina y me encontré el desayuno sobre la barra de esta y una nota en la que ponía "Esto es para que recuperes fuerzas, lo necesitaras nena. Víctor". La verdad que si que me hacía falta. Acabe con todo el desayuno y fui al salón a recuperar mi vestido. Sobre el sofá un sobre con el logo de D3 me esperaba.

"Quería Sophie acabas de superar otra experiencia D3. Espero fuera de tu agrado. Un saludo. Isabella". Y tanto que había sido de mi agrado, no lo sabía ella bien. Recuperé todas mis pertenencias y me fui a mi casa pues necesitaba recuperar más fuerzas porque a saber lo que me quedaba por delante.

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