Sin quererlo me vi involucrada en un lujurioso juego. Todo empezó un viernes por la tarde mientras esperaba a mi amigo Tom en la cafetería de siempre.
La verdad que necesitaba sus reconfortantes charlas últimamente con todos mis problemas mis ánimos andaban un poco bajos. Como de costumbre él se retrasaba y yo aproveché para hojear una revista que había sobre la mesa.
La miré sin entusiasmo hasta que unas grandes letras doradas llamaron mi atención "TU VIDA ESTA A PUNTO DE CAMBIAR" Bajo estas, en letra algo más pequeño el anuncio seguía así: "Si buscas disfrutar y abrir tu mente acude a la siguiente dirección… Horas de disfrute te están esperando".
La verdad es que necesitaba un cambio, pero no sabía que era lo que necesitaba, quizás mis ojos no hubieran reparado en ese misterioso anuncio por casualidad… quien sabe, así que tomé una foto a este justo cuando Tom aparecía por la puerta. Tras saludarnos me pregunto qué hacía y le dije que nada, fotografiar un artículo que me parecía interesante y el ya no hizo más preguntas, y como en nuestros habituales encuentros comenzamos a charlar.
Esa noche no pegué ojo dándole vueltas al anuncio, sus destellos dorados no dejaban de aparecer en mi mente. Tras un finde de dudas, el lunes me decidí a acudir a la dirección indicada, pues que podía perder, llevaba dos semanas sin trabajo y mi querido novio había decidido que yo ya no era suficiente para él.
Ante mí me encontré un moderno edificio que no me dio ninguna pista de que me esperaba toque el timbre del piso indicado y subí. Al entrar una simpática mujer me saludó y preguntó en qué podía ayudarme. Le conté del anuncio y que necesitaba un cambio por lo que me gustaría conocer más sobre la me dijo que esperara que enseguida me atenderían.
Al poco rato me dijo que pasara tras la puerta del final del pasillo. Ahí me recibió una mujer de unos 60. Me pregunto que esperaba y la verdad es que no lo tenía nada claro… Después ella me explico que su nombre era Isabella, y que en su empresa te hacían ver la vida de otra manera, disfrutándola plenamente, y que lo llevaban a cabo a través de los deseos sexuales y las fantasías. Estas palabras me dejaron algo en shock pero continué escuchando. Me hablo de una serie de términos a cumplir que debía aceptar si quería continuar. Me quede unos segundos pensando pero tras sopesar pros y contras conmigo misma llegue a la conclusión de que dada mi situación nada tenía que perder por lo que finalmente accedí. Me hicieron una pequeña entrevista tomando mis datos y preguntando mis gustos y preferencias, tras lo cual me fui con la única indicación de que ellos contactarían conmigo. Por delante me quedarían 12 misteriosas sesiones en las que a saber con qué me encontraría…
PARTE 2:
Pasaron un par de semanas y no tuve noticias de D3, así era como se llamaba esta misteriosas empresa. Mientras fui echando currículos en diferentes empresas pues seguía sin trabajo. Era miércoles ya cuando recibí una llamada de un número desconocido para una entrevista de trabajo para un puesto de administrativa, tome nota y quedamos para el viernes por la mañana. La noche del jueves no dormí de los nervios. El viernes me levante temprano me puse una falda lápiz gris hasta la rodilla, he de decir que resaltaba mis femeninas curvas de las cuales no me puedo quejar tanto en la parte inferior como superior de mi cuerpo. En la parte superior me puse una blusa color menta finita, con un pequeño escote en pico. Complete mi look con unos zapatos de tacón.
Llegue a las oficinas donde me habían citado unos minutos antes de la hora y se lo hice saber a la secretaria, quien me hizo esperar hasta que me avisaran. Me senté nerviosa en la sala de espera, examinando todo mi alrededor, no figuraba ningún cartel con el nombre de la empresa cosa que me extraño pero no le di importancia. Pasaron los minutos lentamente hasta que la secretaria recibió una llamada tras la cual me indico la sala donde debía entrar. Le di las gracias y camine hasta dicho despacho con paso rápido y nervioso que hizo que entrara al despacho dando un traspié para sumar la vergüenza a los nervios que ya tenía, empezaba bien la entrevista. Cuando recupere la compostura, levante la vista para presentarme y mis ojos se encontraron con un hombre de unos 30, de cabellos color miel y unos ojos verdes hipnotizantes y un traje que le sentaba como un guante. Mis mejillas se sonrojaron entre el bochorno vivido y los calores que me entraron al verlo y como pude articule palabra:
S- Bueenos días, mi nombre es Sophie
Este se levantó y me tendió la mano, debo decir que me sentí intimidada ante su altura, debía medir 1,90 o así ante mi 1,60 que junto a mis tacones hacia que le llegara por la parte alta de su fornido pecho.
P- Encantado, mi nombre es Pablo, siéntese por favor- dijo en un tono firme y señalándome la silla frente a su escritorio.
Comenzó su interrogatorio preguntando por mi formación, experiencia, aspiraciones…, en fin todo lo habitual en las entrevistas pero mi mente andaba algo despistada la verdad, pues no podía sacar ojo a su escultural cuerpo, el cual debo confesar que me había calentado. En un momento dado ni siquiera sé lo que me preguntó por lo que me quede callada.
P- Me ha oído señorita Sophie?? Creo que no me está escuchando.- Dios me quería morir esa voz hacia que mis braguitas se empaparan.
S- Lo siento, estoy algo nerviosa, podría repetirme la pregunta.
P- Le estaba diciendo que me gustaría ver cómo se maneja con alguno de los programas que tendría que usar habitualmente, por favor venga y siéntese aquí y así la veo como se desempeña.
La verdad que no me esperaba ninguna prueba práctica y como pude me levante de mi asiento mientras él hacía lo mismo dejándome su asiento libre. Me senté, y él se agacho a mi altura por detrás de mi explicándome lo que debía hacer. Empecé a realizar la practica pero los nervios hicieron que me equivocara en cosas básicas, el viendo mi nerviosismo, puso mi mano sobre mi muslo derecho, que había quedado algo al descubierto al subírseme algo la falda.
P- Necesita relajarte señorita Sophie- apuntó con voz firme.
Lejos de tranquilizarse sus palabras y su mano posada sobre mi muslo no hicieron más que aumentar mis nervios y mi calentura. Seguí intentando realizar la practica mientras notaba el calor de su mano, que empezó a subir por mi muslo, de lo cual ante mi nerviosismo primeramente no fui ni consciente.
P- Tranquila, yo la ayudare- Susurro en mi oído derecho.
Dios me estaba volviendo loca, no sabía que era lo que estaba pasando y mi nivel de concentración era cero en ese momento. Sin esperar mi respuesta se incorporó y me levanto de su silla después, tomó asiento, me colocó sobre él y volvió a susurrarme:
P- Voy a hacer que se relaje señorita Sophie, así que déjese llevar- Buff mi nombre en su boca hacia que me derritiera.
Tras lo cual comenzó a jugar con ambas manos por mis muslos haciendo que mi falda cada vez estuvieran más arriba. Yo a su vez podía notar el roce duro de su bulto en mi parte trasera. Me estaba poniendo a mil. Sus manos continuaron su camino, comenzando a realizar sutiles caricias sobre mi entrepierna que cada vez fueron haciéndose más invasivas hasta que recorrió mis labios de arriba abajo sobre mi fina braguita que casi no hacía de barrera.
P- Dios señorita Sophie esta empapada- de nuevo otro susurro en mi oído que me hizo estremecer.
Continuó sus caricias por mi rajita hasta que rozo mi sensible clítoris lo cual hizo que se me escapara un pequeño gemido. Siguió realizando círculos sobre este, que me hacían estar en la gloria, hasta que de repente se paró y tiro de mis braguitas hacia abajo deshaciéndome de ellas y subiendo toda mi falda a mi cintura. Separo mis piernas, colocándolas una a cada lado de las suyas, todo la abiertas que le era posible, dejándome totalmente expuesta si alguien decidía abrir la puerta. Siguió las caricias que había comenzado, empezando a introducir la puntita de su dedo corazón en mi interior, hasta meterlo todo sin problema gracias a lo mojada que me encontraba, y moviéndolo habilidosamente en círculos lo cual hizo que no pudiera contener otro gemido. Paró y se llevó la mano a la boca, chupando el dedo que había estado dentro de mí y otro más el cual seguidamente añadió a su juego, penetrándome con ambos dedos y haciéndome sentir rozar el cielo con las embestidas de estos. Mientras su boca chupaba mi oreja, y seguía con sus susurros:
P- Umm… veo que está mucho más relajada señorita Sophie, seguro que así hace mejor su trabajo.
Sus dedos siguieron entrando y saliendo de mi cuerpo, aumentando su ritmo e incorporando el movimiento de su otra mano sobre mi clítoris, lo cual hizo que soltara varios jadeos entrecortados hasta que explote en un delicioso orgasmo entre sus manos, pegando un pequeño gritito.
P- Bien bien, señorita Sophie, vístase, he visto que es muy válida para el puesto.
Recuperando la compostura me levante de su regazo y me agache a recoger mis braguitas, pero su mano me detuvo.
P- No no, esto me lo quedo yo.
Tras lo cual no me quedo más que arreglarme la falda y atusarme el pelo, sin poder recuperar mi ropa interior. Antes de que pudiera volver a mi posición inicial volvió a hablar.
P- Esto es para usted señorita Sophie, espero que haya disfrutado- Me guiño el ojo y me paso un sobre.
Abrí el sobre, dentro había una hoja doblada en la que ponía: "Bienvenida a D3, espero que tu primera experiencia haya sido de tu agrado pues solo ha sido el principio. Seguiremos en contacto. Un saludo. Isabella".
Me sonroje al leerlo y comprendí todo. Finalmente, salí de allí despidiéndome con otro apretón de manos y me dirigí de vuelta a casa. Por el camino, una suave brisa corría por mi rajita provocándome un cosquilleo que me hizo sonreír pensando en lo ocurrido. Seguía sin trabajo, pero la experiencia había valido la pena. ¿Que más me esperaría?