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Hetero musculoso macho guapo es violado por un grupo de gays
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Un grupo de chicos gays con el que suelo salir muy a menudo estábamos en busca de heterosexuales borrachos para cumplir nuestras fantasías y bajarnos la calentura. Nos habíamos puesto de acuerdo a reunirnos el fin de semana pasado, sí, mucho antes de la cuarentena. Total, todos llegamos y empezamos la party en una de las casa de uno de los chicos del grupito.

Para casar heterosexuales debes de ser muy discreto, es decir, no ir de golpe, bueno… eso si no quieres cazar chichifos, porque si los quieres entonces tienes que seguir otros pasos. Fuimos a unos antros y bares en el centro, nos la pasamos bastante bien divirtiéndonos y bailando, pero sin beber demasiado.

Ya pasado de la medianoche nos fuimos a un antro bastante normalón. El chiste era cazar a alguien heterosexual, ya sabes, que nunca ha probado una verga. No sé porque razón esto nos excita demasiado, tipo que seas el primero que lo penetre o que se la chupe. Así que para las 2:00 a.m. ya habían varios chavos que estaban súper pedos, en especial había una mesa llena de bombones aparentemente heterosexuales que se la estaba pasando muy bien.

Dentro de la mesa, sobresalía uno que estaba uff… en su punto bueno. Imagínate, si todos eran guapos este era lo más hermoso que mis ojos habían visto. Entre mis amigos nos pasamos la ficha, así le decimos cuando detectamos a nuestra víctima. Entre todos tenemos una forma de cazarlos, nos repartimos en diferentes posiciones siempre rodeando a la presa, esto es para que si va algún lugar, mínimo uno de nosotros tiene que verlo a donde se va o que va a hacer para ahí atacar en grupito, y así fue, esta técnica es infalible. Obvio, tenemos un grupo de Whatsapp en donde cuando estamos de cacería nos mandamos mensajes para ver que hace nuestra víctima.

Mi amigo nos había dicho que nuestro pedazo de carne se había separado de su mesa, se había ido a baño. Para allá nos fuimos todos para cazar a la presa. Tenemos que ser muy discretos pues siempre hay alguien que cuida las puertas y uno que otro despistado. Entramos todos y si, ahí estaba el en los orinales sacando su verga sin pudor. Yo cuando entre solamente pude notar esas riquísimas nalgas, esas que me decían que nunca habían sido perforadas por un hombre. Mi calentura aumento.

Dentro del baño uno de mis amigos le hizo la plática, que tal se la estaba pasando y etc., otro también lo abordo para que se sintiera en confianza, y si, con todas nuestras ganas evitando lo más probable de verle la verga para que no sospeche porque el truco es no ser tan obvia, es mas, entre mas macho heterosexual luzcas, estos te toman confianza mas rápido.

Entre broma y broma lo invitamos a la mesa, una buena dotación de cervezas no puede faltar. Recuerda que tiene que estar borracho para que ya sea mas fácil dominarlos. Sin pensarlo aceptó cuando lo retamos a un "fondo, fondo, fondo" nadie se resiste a eso y eso nos ayuda a empedarlos aún mas.

De cerca era mucho mas guapo, tenia unas facciones bastaste masculinas pero a la vez conservaban la inocencia de un niño, era una combinación excitante entre ese cuerpo de hombre y la cara tierna. Las nalgas no las podía sacar de mi mente, redonditas, paraditas, vírgenes… ya quería llevarlo a la casa.

El chavo se veía bastaste a gusto con nosotros y como todo hetero andaba jode y jode que quería ligarse a una chava y llevarla al departamento y no sé qué más. Ya como a las 3:00 a.m. nos decidimos retirarnos a hacer nuestras fantasías realidad. Durante la hora que estuvo en nuestra mesa, había notado sus perfectos brazos, su pecho hermoso con la camisa desabrochada… de verdad que era una delicia de espécimen masculino.

Le dijimos que nos íbamos a retirar, que habían dicho que unas amigas querían seguir la peda pero en la casa de uno de nosotros, que ellas estaban en otro antro y que allá nos iban a alcanzar. El chavo pregunto si estaban buenas nuestras amigas a lo que nosotros le dijimos que además de buenas eran unas putas. Su sonrisa se ilumino dándonos un espectáculo a todos lo que estábamos en la mesa y sin perder mas tiempo nos fuimos al departamento donde le haríamos las mas bajas aberraciones sexuales.

Nos subimos al coche de un amigo, yo iba en la parte de atrás con otro amigo y en medio llevábamos a nuestro trofeo de la noche. Para esto, mi amigo en la mesa le había pedido su celular para hacer una llamada. Se había metido a su Whatsapp y tenía un mensaje de una amiga que lo estaba buscando. Mi amigo se había hecho pasar por Adrián, así se llamaba el hetero, y le había contestado que había encontrado con quien pasar la noche, que después platicaban. La chava contesto bastaste seca con un "Ok," como que se había enojado la pendeja, pero equis… la presa ya estaba servida.

Adrián ya estaba mas pedo que consciente. Llegamos a la casa y lo invitamos a pasar, en la casa como ya habíamos hecho el pre-copeo había mas alcohol. Nosotros no queríamos dormirlo, porque queríamos escuchar sus gemidos cuando lo penetráramos, queríamos ver como se resistía así que solo le dimos mas alcohol y le dijimos que nuestras amigas vendrían en unos minutos.

Ya bastaste borracho Adrián y nosotros con las vergas a full, fuimos poniéndonos mas y mas cómodos. Invitamos a Adrián a hacer lo mismo, él puso un poco de resistencia al querer quitarle la camisa pero aflojó más cuando nos vio a nosotros hacer lo mismo. Pusimos la tele y había música. Afortunadamente para nosotros, los vecinos de mi amigo no estaban, habían salido, así que disfrutaríamos a este pendejo sin que nadie nos descubriera.

Ya en la sala, nos dimos la señal de empezar. Yo me senté frente a Adrián y mis amigos a un costado de él. Poco a poco mis amigos lo fueron manoseando, ya sabes, que ja, ja, ji, ji, manita en la pierna y subiendo poco a poco. Adrián se asustó bastante cuando uno de mis amigos puso su mano entre su bulto, dijo que mejor se retiraría porque ya estaba bastante borracho y nuestras amigas no venían. Nosotros le dijimos que no se podía ir, que él era la presa de la noche.

Al escuchar esto, Adrián se molestó, aventando a uno de mis amigos lejos de él y levantándose bruscamente, pero el licor le jugó una mala pasada y apenas avanzo unos pasos cuando dos de nosotros la lo teníamos sujetándolo por la espalda. Adrián empezaba a poner resistencia, intentando defenderse de las morbosas manos que recorrían su cuerpo, dando unos golpes al aire y uno que otro a nosotros.

El alcohol jugo de nuestra parte porque sus movimientos torpes no pudieron derribar a los 5 pervertidos que nos encontrábamos manoseando su cuerpo. Mis manos recorrían a ese muñecote, mis manos se metían en su camisa desabrochada ya bruscamente por nosotros, con algunos botones rotos y tirados en el piso, tocando sus abdominales perfectos. Otros le tocaban el paquete, apretando su verga y marcándose por el pantalón, otro amigo le manoseaba las nalgas.

Jalándolo a la fuerza lo llevamos en la habitación. No había retorno, estábamos muy calientes y solo queríamos deslecharnos, Adrián seguía poniendo resistencia intentándonos golpear, diciéndonos de groserías y retirando nuestras manos de su cuerpo. Veíamos una mirada de impotencia, de frustración, de asco, de odio en su rostro, aquel rostro aniñado ahora tenía una forma más varonil con todas estas sensaciones juntas.

Ya nos habíamos enojado un poco pues nuestra presa estaba bastaste alebrestada, queríamos manosearlo bien, mamarle los pezones perfectos que tenía, las nalgas suculosas que se le marcaban y meternos la verga en nuestra boca hasta atragantarnos. Queríamos poseer a ese macho YA y él no se estaba dejando, lo que nos excitaba mas. Uno de mis amigos lo agarro por la espalda como en típica pose de secuestro, levantando sus manos al aire, mientras otro le propicio un puñetazo que le saco el aire. Al pasar esto, el que lo tenía por la espalda lo aventó al piso. Otro más lo agarro y lo dejo en la cama.

Nuestra presa se intentaba recuperar del ataque pero nosotros nos aventamos a su espalda dejándolo boca abajo. Mientras dos lo sujetaban de arriba, dos mas lo desvestíamos. Le quitábamos esos jeans que no hacían justicia a las deliciosas piernas y nalgas que ocultaban, era una delicia. Tenía unas piernas grandes, musculas, velludas, de hombre, de macho. Sus nalgas competían fuertemente con sus piernas, yo me pedí en esas hermosas bolas de carne, parejitas, sin pelitos, que pedían ser penetradas YA, que pedían nuestras leches aunque el dueño no lo quisiera.

Yo fui el segundo en comerme ese culo- Mientras nuestra presa luchaba por salir de ahí, dos se ponían arriba de él, mientras otros dos le sujetaban por las piernas y solo uno disfrutaba de las nalgas. Cada uno de nosotros paso su lengua en ese asterico hasta ahora virgen. Íbamos cambiando de posiciones para que todos pudiéramos disfrutar de ese trozo de carne que estaba a nuestra merced. Lo nalgueamos hasta que nos ardió la mano a nosotros. Las nalgas de Adrián habían quedado rojas, rojas, rojas… lo habíamos mordido, lo habitamos desvirginado con 5 lenguas diferentes, le habíamos hecho cosas que él jamás pensó que alguien le haría.

Y si, llego la hora de comerse la verga. Lo volteamos con mucha dificultad pero la multitud le gano a la fuerza, y el alcohol nos estaba haciendo todo mas fácil. Nosotros ya sin nada de ropa, empezábamos a besarlo y el macho de Adrián también iba perdiendo fuerzas al saber que no había escapatoria. No hacía las cosas mas fáciles pero si, su resignación la notábamos.

Cada uno probo ese rico trozo de carne, todos nos lo metimos por la boca, mientras esto pasaba, uno de nosotros se sentaba en el pecho y le daba de cachetadas al macho, para dominarlo, para amansarlo, para hacerle entender que solo era un trozo de carne a nuestra merced. Lo escupíamos en la cara, lo humillábamos todo lo que queríamos. Le dábamos a probar nuestras vergas que al inicio no quería pero con unas buenas cachetadas y amenazándolo de golpearle en los testículos si nos mordía lo amansamos, lo adiestramos a tragarse 5 vergas diferentes, 5 vergas que estaban escurriendo leche en honor a él.

Abría la boca con resignación, y cuando no quería, los bofetones en su cara lo obligaban a abrirla. También lo besábamos de la forma mas morosa posible. Le lamíamos los labios, la cara, los ojos, las orejas, metíamos la lengua en donde quisiéramos, ya te imaginaras, aquello era todo un festín. Mamábamos sus pezones como hambrientos becerros que buscan alimentarse. De su verga ya no te cuento, succionábamos como si fuéramos maquinas buscando el líquido dorado. Adrián solo se retorcía de dolor al estar sometido a todas las atrocidades que le hacíamos. Tenía algunas lágrimas en su rostro.

Cuando llego la hora de hacerlo puto, de dejar de ser virgen este comenzó a suplicarnos que no, que no era de esos, que a él jamás le habían gustado los hombres y que le desgraciaríamos la vida, que ya no volvería a ser hombre. A nosotros solo nos excito más… la situación la definíamos nosotros no él.

Todos tomamos posesión de ese culo, jugamos piedra papel y tijera para ver quién sería el primero en estrenar semejante cosota. Ese culo heterosexual esa noche se comió 5 vergas.

Espero que te haya gustado mi relato.

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