Soy Javier, tengo 24 años, soy arquitecto y hace unos años me fui de mi casa, conseguí trabajo en una empresa constructora y encontré un departamento en cercanías a mi lugar de trabajo. Mi madre se llama consuelo, tiene 39 años, no es muy alta en cuanto a estatura, tiene un buen culo y unas tetas aceptables, hace gimnasio 3 veces por semana y se alimenta de forma saludable.
Mi padre se fue a un viaje de la empresa y se demoraba en regresar, ella aún estaba de vacaciones en su trabajo, para no sentirse sola, me pidió si podía quedarse en mi departamento una semana mientras papá volvía, me gusta más la soledad y que nadie me moleste, de hecho no tengo novia, he tenido rollos o romances con varias mujeres pero no se han consolidado como algo en serio o de compromiso. Sin embargo, analicé que no me vendría mal algo de compañía, por ende, le dije que sí.
Mi jornada de trabajo es desde las 08:00 hasta las 18:00 horas, tengo dos horas de almuerzo cuando no estoy en campo o en las obras, se 12:00 a 14:00 horas.
Llegó mi madre, se instaló, normal, yo me encerré en mi habitación a ver series de Netflix, era sábado y no tenía que ir a trabajar. A las dos horas mi madre me escribe al whatsapp y me pregunta que si había algo de cena, le propuse que saliéramos a una pizzería cercana, no quería pedir domicilio, en ocasiones las comidas llegaban frías o tardaban bastante, me arreglé normal, con polera, bluejean y zapatillas, salí de la habitación y me sorprendí cuando vi a mi madre, tenía un escote que resaltaba sus tenas y un jean ajustado, jamás la vi como objeto de deseo o atracción, pero en ese momento sentía todo lo contrario.
Nos desplazamos a la pizzería, ver el culo de mi madre resaltado con ese jean y sus tetas en el escote me generaron un calor indescriptible, pero, fui lo más disimulado posible, además, sentía que eso no estaba bien, era mi madre y no debía verla como una mujer más.
Entramos y ella se sentó primero en la silla, cuando al sentarse se baja un poco la parte trasera del jean y se le nota un triángulo de color verde fluorescente, era una tanga brasilera o tanguita, eso aumentó más mi calentura, jamás vi a mi madre usar esas diminutas prendas, siempre utilizó calzones de abuelita, cacheteros o tangas pero de aquellas que cubren toda la nalga y no generan nada de excitación.
No le pregunté nada, me dio pena hacerle comentarios sobre el tema, nos comimos la pizza, hablamos de cosas triviales, de mi trabajo, del trabajo de ella y nos fuimos para la casa, no pude dormir bien de pensar en la tanga de mi madre, empecé a fantasear y hacerme preguntas, desde cuando mi madre usaba tangas? Será que se le despertó la libido o deseo sexual recientemente al usar esas prendas sexys? Le gusta quizás que los hombres le miren las prendas? Hay mujeres que son así, en su equipaje será probable que toda su ropa interior sean sostenes o sujetadores pequeños y varias tangas? Será que me atrevo a revisar ese equipaje cuando no esté para ver su ropa interior? No sé, eran las dos de la mañana y no podía dormir, pensé en hacerme una paja para desfogar ese deseo, pero analicé, tengo que ir mañana a laborar y hay mucho para hacer, si me masturbo estaré sin energía y me costará mucho más levantarme al otro día. Me logré dormir y con dificultades fui a trabajar, tuve que tomarme una bebida energizante para no dormirme
En el trabajo me costaba concentrarme en lo que hacía, tenía erecciones imaginándome a mi madre y sus tangas, me preguntaban algo y tenía que pedir que repitieran la pregunta, estaba ido, en otro mundo, mis jefes me preguntaron si me sentía bien, les dije que había tenido algo de insomnio y que por eso no coordinaba bien lo que hacía.
Llegó la hora de irme para mi casa, en el camino pensaba de nuevo en lo mismo, pasé de una acera a otra y por poca me atropella una moto, ese día no era yo, jamás tuve tanta excitación, llegué a imaginar que follaba con mi madre. Llegué y mi madre estaba haciendo algo de aseo, tenía una blusa sin mangas y una minifalda color blanco, obviamente esperé que estuviese de espaldas y cuando miré su culo, también tenía una tanguita, esta vez de color azul, de inmediato me fui para mi habitación, me toqué el pene y sentí de nuevo ese calor.
Me duché, salí, vi televisión en la sala y ella decidió preparar spaguetti con carne molida, charlamos y cenamos, en ese momento me dice que se va a ir a duchar, estaba acalorada del aseo, de inmediato pensé que era mi momento, cuando fue a ducharse, entré a su habitación y abrí el maletín, quedé más sorprendido aun cuando vi que tenía sostenes de colores y pequeños, tanguitas de distintos colores, con triángulos normales, medianos y chicos en la parte de atrás, no alcancé a verlos todos para que nos sospechara que desacomodé su ropa o le esculqué, en la ropa sucia vi que tenía la tanguita del primer día, la olí, tenía un intenso olor a sexo y hembra, pero agradable, me la puse en la verga y empecé a masturbarme, también olí la parte trasera y me embriagó su olor a culo, pero no me pareció desagradable, tampoco agradable del todo, pero sin duda, me excitaba. Escuché que se abrió la división del baño, supuse que se había terminado de bañar, dejé todo como lo encontré y me salí.
Equilibré un poco más mi mente en el transcurso de la semana, no pensaba tanto en mi madre, cuando llegaba del trabajo estaba en escote, camiseta o short de colores oscuros, pero no se le veía la tanga, por ende, el tema perdió energía y se enfrió un poco.
Era sábado y por ende no tenía que ir al trabajo, fui al súper y compré carne de cerdo, chorizos, papas y costilla en salsa bbq para hacer de almuerzo una picada o parrillada con mi madre, ese día tenía una blusa normal de color blanco algo ajustada, almorzamos, vimos una película pero al rato me llamaron de la empresa, venía un cliente a cotizar un diseño y por vivir cerca, yo era el único que podía atenderlo en ese momento, cumplí con el compromiso, tardé un poco más de una hora con la persona, me fui para la casa y pasé por una discoteca, había descuento especial en cervezas y licores, pensé en invitar a mi madre a bailar, para no tener excusa en tocar su cuerpo, llegué al departamento y le dije que si en la noche en vez de ver televisión o que cada uno se encerrara en el cuarto salíamos a la discoteca a tomar unas cervezas para la sed, dijo que si, que le parecía bien.
Llegó la hora de salir, me coloqué una polera color azul oscuro, jean y zapatillas, normal, pero mi madre, parecía una reina, tenía un vestido enterizo color negro sin mangas, nos fuimos para el bar, bebimos, hablamos de todo nuevamente, bailamos un poco, pero en mi mente había un inquietud, debía concretar algo o acercarme más en cuanto al sexo, puesto que ya no la veía como mi madre sino, como una mujer que me tenía loco y emocionado.
Después de haber bailado otro rato y sentarnos, me animé, sin perjuicio o temor a nada y le pregunté, “mamá, hace rato que bailé contigo y puse tu mano en la cintura, pude notar que quizás no trajiste calzones o ropa interior”, me dijo “si mi amor, si traje, pero es un hilo dental bien chiquito, por eso no se nota casi” en ese momento, creo que era el hombre más excitado y morboso del mundo, por la oscuridad del lugar no se podía ver, pero, estaba parolo y me sentía que estaba rojo de excitación y sudaba, increíble que mi madre me hubiese confesado eso así de la nada, sin ningún rubor o reparo, sin esa barrera o temor de pensar que está seduciendo o excitando al hijo, como sucede con otras madres, o quizás lo hizo por qué me tenía confianza y a lo mejor nuestro vínculo se fortaleció por estar esa semana conviviendo.
Mi mente se pervirtió más y le dije “me vas a mostrar ese hilo? Quiere ver como se ve”, antes de que mi madre contestara se me vino a la mente decirle “haremos algo adicional, si logro adivinar el color de tu hilo me das un beso, y si no, hago el aseo toda la semana en el departamento” no es que fuese desaseado, pero no tenía mucho tiempo entre semana, el aseo lo hacía los domingos, si no aseas tu casa por lo menos cada dos días es obvio que habrá polvo y se notará más el desorden, en fin, mi madre me dio tres opciones, negro, rosado y rojo, es obvio que como el vestido era negro la tanga más apropiada debía ser la de color negro, pero me pareció tan obvio y engañoso que decidí cambiar mi respuesta y dije que era rojo, también, por qué debido al éxtasis que tenía ese era un color de pasión y sexo, le dio risa y dijo “No, como no vas a acertar en algo tan obvio y donde no se requería mayores pistas, se nota que poco sabes de mujeres, si mi vestido fuese de color amarillo, naranja o fucsia hubiese usado un hilo del mismo color o alguno que no se notara de lejos, de ser rojo, pues rojo” ni las mujeres con las que me enrollé me habían hablado así, sentía que estaba en otra dimensión, la del placer, inventada por mí y que no quería salir de ella, también perdí por qué al ser del mismo color de su vestido, no se notaba casi de lejos, tenía que haberme acercado bastante, casi oliendo sus nalgas para ver el color del hilo, sin duda, lo supo camuflar, y quizás reservar para mí.
Acepté mi derrota y me tomé un buen sorbo de cerveza, ya estaba pensando en el aseo de mañana, por fortuna un vecino siempre me prestaba la aspiradora, cuando mi madre, quizás en la misma dimensión que yo me dice “Tranquilo, para mi eres mi ganador, me he sentido muy bien no solo en el departamento sino en la discoteca, la verdad me hacía falta cambiar de rutina, donde vivo es del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, tu padre viaja mucho y no podemos compartir casi, él ha presentado el currículum y entrevistas a otras empresas por qué se cansó o aburrió de viajar tanto y así cambiar de empleo para poder dedicarme más tiempo” “así que tu ganaste y te mereces tu beso” posteriormente, me tocó la cara con ambas manos y me besó en la boca, cerré mis ojos y la besé también, le di lengua y ella me correspondió, no tardó mucho el beso, quizás 10 segundos, pero fueron los mejores segundos de mi vida, ella me dejó de besar y me abrazó, yo hice lo mismo, a lo mejor ella lo tomó como un beso maternal o de madre e hijo, mas no como un beso de hombre y mujer. Le dije que quería ver ese hilo, le puse una mano en su pierna, me dijo “no sé si en el baño, es que no quisiera que alguien entrara y nos viera” le dije tenía razón, que mejor en la casa, más comodidad y nadie nos iba a interrumpir.
Pagué la cuenta en la discoteca y nos fuimos para mi departamento, no nos hicimos ningún comentario en el camino, abrí la puerta, entró, encendió la luz, y antes de yo recodarle lo de mostrarme hilo, se postró sobre un mueble de rodillas y me dijo “hijo, antes de levantarme el vestido, quiero que sepas que será solo por esta vez, no sé qué pasó o por qué estoy haciendo esto, soy tu madre y no me parece normal, pero ya las cosas pasaron o llegaron hasta este punto y por lo visto no tienen reversa, me vas a ver solo por un momentico, menos de un minuto, puedes tomarme fotos pero cuidado y resultan en otro teléfono, tocarme, pero sin quitarme mi prenda ni ver más allá, no le vas a contar esto a nadie, ni a tus amigos, es algo entre tú y yo, y espero que al otro día te olvides de esto y todo vuelva a la normalidad, hacer de cuenta que fue algo de tragos y que de ahí no pasará, si te besé no quiero que lo tomes a mal, tal vez lo hice por lo que me dejé llevar y en ese momento me sentí desinhibida, era otra atmósfera”.
Probablemente, cuando volvíamos a la casa, ella aterrizó o reaccionó y por eso dimensionó lo que estaba sucediendo, no la culpo, es mi madre, no mi amante o novia, me di cuenta que las cosas que uno planea poco o que no tienen tanto cálculo previo, son las que mejor resultan, de haber planeado minuciosamente lo de la discoteca, quizás no hubiese salido bien, o como yo esperaba, como bien saben el objetivo era solamente tocarla a ver qué pasaba, pero la situación dio hasta para verle su ropa íntima.
No siendo más, pasamos a lo que estaban esperando, el momento en que mi mamá me muestro su hilo:
Se postró sobre el mueble nuevamente, mi madre sugirió que le colocara alarma al celular, para que al sonar se diera a entender que ya había sido suficiente, que fuese de dos minutos, pero le puse tres, me recordó todas las condiciones de nuevo y le dije que sí, que aceptaba, ella empezó lentamente a levantarse su vestido en la parte de abajo, comencé a ver sus desnudas nalgas, ya quería que llegara de inmediato al hilo, no tardó mucho y apareció de a poco esa línea negra que solo cubría la mitad del culo, hay que diferenciar entre tanga e hilo, la tanga tiene por lo general un triángulo o alguna figura similar, pero el hilo empieza como la letra T, sin duda, es lo que más excita a un hombre, o digan si no.
Obviamente se me puso parolo y me saqué el pene que estaba en su máxima erección, ella al estar de espaldas no tenía forma de mirar, de inmediato toqué, manosee y acaricié esas nalgas, les di una nalgada suave, me agaché y besé su culo, agarré el elástico de su hilo y lo levanté suavemente, pude ver su hoyito o ano y más abajo la entrada a su coño o chochito, tomé varias fotos y un video de pocos segundos con mi teléfono, no sé en qué momento logré hacer todo eso si el tiempo era corto, le pregunté que desde cuando usaba tanguitas e hilos, me contestó “desde que tenía 27 años (yo tenía 12 años y aún vivía con ella, pero era tan reservada con su ropa interior que nunca le vi una tanga ni esculqué su cuarto, a lo mejor mis hormonas se activaron tarde, empecé a estudiar en la universidad en otra ciudad y la verdad ni se me pasó por la mente su ropa interior, iba a casa de vacaciones pero solo encontraba en el tendedero calzones anchos o de abuela) las he usado esporádicamente, cuando me coloco vestidos enterizos, leggings o pantalones de tela, debido a que las tangas o hilos no se marcan o notan como los calzones anchos, ese se ve terrible, también, cuando usaba jean descaderado, es incómodo que al agacharte se te vea el calzón que llega más arriba de la cintura, en cambio, cuando era tanga, la mujer se agacha y solo se le ve por mucho la entrada o la rayita de la nalga, hay otros calzones que son algo anchos, pero terminan en tanga, cuando te agachas, pareciera que la chica usara calzón de abuela o cachetero, pero jamás imaginan que es una tanguita, pero de las anchas, empecé a usarlas habitualmente cuando fui de compras al centro comercial, tenía la duda si seguir comprando calzones de los anchos o si cambiaba todo mi closet por tangas e hilos que de lejos eran más cómodas, decidí lo segundo, no por querer excitar a alguien más, solo a tu padre, ni por qué fuese una mujer caliente, mostrona o exhibicionista como otras”.
En el último minuto que me quedaba, aceleré la masturbación, sentí el orgasmo, pero cerré la boca, no quería que mi madre me viera en eso, tras de que accedió a mostrarme el hilo, el semen cayó en el suelo y sonó la alarma del celular, mis 3 minutos de felicidad ya habían terminado, guardé mi pene de inmediato y toqué la alarma para que parara, tenía el temor de que mi madre viera el semen, pero no podía hacer nada, se salía de mis manos eso, se bajó el vestido para cubrir sus turgentes y grandes nalgas, se puso de pie, por fortuna no pisó ni vio el semen, se fue hacia el costado derecho, yo me fui tras ella, me abrazó sorpresivamente y me dijo que ojalá lo hubiese disfrutado, que se sintiera tranquilo, que me buscara una novia para que no me fuese a masturbar todos los días con su foto, me dio risa. Cada quien se fue a dormir.
Para finalizar esta primera parte, pasó algo más:
Al otro día era domingo, al bañarme me acordé de lo que sucedió la noche anterior y me masturbé dos veces, sin duda, el mejor fin de semana de mi vida con una mujer y sin haber follado, durante el día no hablamos del tema, tuvimos conversaciones normales, vimos televisión, hicimos el almuerzo, dimos una vuelta por el barrio y la ciudad, llegamos a la casa por la noche, es obvio que no podía dejar de pensar que tengas o hilos tenía ese día.
Decidimos ver otra película en la casa, pero estaba aburrida que decidimos no verla, miramos que más había y no encontramos nada, le propuse que jugáramos póker, no tenía ninguna intención negra o disfrazada, el juego al principio era emocionante, ella ganaba y yo al rato ganaba, pero llega el punto en que se vuelve aburrido y monótono, no me importaron las condiciones de la noche anterior y le dije que para hacer el juego más divertido, jugáramos al strep póker, o a la verdad y se atreve pero sin repetir, consistía en confesar algo cuando perdiera y si volvía a perder tenía que quitarse una prenda y luego decir la verdad, de forma alterna.
Empezamos y yo ya había confesado que tuve sexo con una profesora en el baño de la cafetería de la universidad, volví a perder y me quité la polera, le tocó el turno de perder a mi madre y confesó que había ido a la fiesta equivocada y que se ruborizó bastante cuando vio que no conocía a nadie, no quería hacer confesiones sexuales, volvió a perder y tuvo que quitarse su blusa, se le veía su sostén de color lila, perdí y confesé que espiaba a mi prima Ana Luisa cuando se cambiaba, mi madre abrió más los ojos, sorprendida, perdí de nuevo y me quité el short, estaba en boxers, perdí otra vez y dije que había tenido sexo con la mamá de un amigo, mi madre no salía de su asombro, por fortuna le tocó perder y dijo que un amigo de mi padre le habría propuesto salir, pero le dijo que no, que era una mujer casada y la esposa de su amigo, perdí y confesé que había hecho un trio con dos amigas o ligues que hallé en una discoteca, perdió mi madre y se tuvo que quitar su short, de nuevo me volvió la excitación o morbosidad, tenía unas tangas de color negro de encaje, obvio no me mostró su nalga, perdió de nuevo y sabía que se debía de quitar el sostén, se tocó la oreja y no tenía aretes, no le quedó más remedio que desapuntárselo, ponerse su brazo a lo largo de las tetas para taparse, con la otra mano jugaba.
La suerte estaba de mi lado ahora, volvía a perder y le dije, “lo lamento pero este juego también ha llegado lejos, tienes que quitarte la tanga o mostrarme las tetas”, contestó “si tengo esa opción prefiero aprovecharla”, se bajó las manos y pude ver esas tetas algo grandes con pezones color rosado oscuro, como las actrices porno, siguió perdiendo y le vi en su cara su incredulidad y desespero, le di otra opción, “date la vuelta y muéstrame las nalgas” lo hizo de inmediato por un instante, era un triángulo, yo esperaba ver un hilo, pero ni modo, tenía que estar satisfecho de que habíamos podido jugar a ese tipo de póker o cartas, me tocó perder y sin pudor alguno me quité el bóxer.
Mi mamá quedó de nuevo sorprendida y atinó a decirme “no pensé que fueras tan poco pudoroso, me estás mostrando la verga sin reparo alguno” le dije que eso está dentro del juego y que sucedería, perdió ella y se tuvo que quitar las tangas, le dije, “si no puedes o te da mucha pena te ayudo” me acerqué de inmediato y le quité esas tangas, no reaccionó con enojo ni correspondió, como si le diera igual o no le afanara, al no tener prendas le dije que tocaba hacer alguna penitencia, perdí y no sabía que proponerme de penitencia, le dije que podía hacerme la paja o bailar de forma erótica, dijo que lo segundo, bailé como si fuese un bailarín de club nocturno.
Luego perdió ella y le dije que habían dos opciones, que se tocara las tetas con una mano y con la otra la vagina, y que se dejara sacar una foto, o en su defecto, que nos diéramos otro beso pero largo y que me dejara tocarle una teta y una nalga, a lo mejor ella estaba tan excitada como yo y accedió, primero nos abrazamos fuertemente, luego la besé, el mejor beso de mi vida, ella correspondió a mi beso y tocó mi pierna izquierda, yo aproveché y toqué sus tetas y nalgas además sus piernas, finalmente ella se separó y dijo que siguiéramos jugando a ver si yo perdía, y así fue, le dije que la paja, que no había más opciones, me dijo que ya era demasiado, que otra vez las cosas llegaron lejos, quedamos en que yo haría 3 confesiones, fueron confesiones que no tenían que ver con sexo, lo hice para enfriar un poco y darle más confianza a mi madre.
Posteriormente ella perdió, le dije que la foto en las tetas y la vagina, accedió, se miraba tan sexy y hermosa, siguió perdiendo, ella propuso que me bailaría, le dije que no, me atreví a más y le propuse que me masturbara o pajeara, se enojó un poco y dijo que había otro abanico de opciones, que prefería masturbarse ella delante de mí por unos segundos o dejaría que yo le tocara sus tetas, le dije que ya las había tocado, que procediera a masturbarse, lo hizo por apenas 10 segundos suavemente, pude ver sus labios mayores y menores al igual que su clítoris, que delicia, perdió de nuevo, le propuse que me diera su tanga para olerla y masturbarme, volvió a alterarse y dijo que yo era un enfermo y degenerado, que no jugáramos más, ya habíamos llegado a donde no debíamos y que no fue buena idea venir a pasar una semana en mi departamento, le dije que si prefería masturbarme, dijo que prefería, que era menos extremo que oler la tanga y venirse en ella, me puse de pie y ella de rodillas, empezó a agarrar mis huevos y acariciar mi polla suavemente, me dijo “ahora si es la última vez de todas, no sé qué nos pasó, a lo mejor tenemos necesidades, pero recuerda que somos madre e hijo y esto está mal, aguanta lo más que puedas, no te vayas a venir rápido, tan pronto te vengas esto acaba de inmediato, avísame cuanto sientas que te vienes, disfrútalo al máximo ya que no habrá tercera vez”.
Después de tocar mis huevos y verga, empezó lentamente a masturbar, arriba y abajo, le dije que quería una paja rusa en sus tetas, accedió de inmediato, sentir mi pene en esos dos trozos de carne tan hermosos y puntiagudos causó que estuviese cerca de venirme pero logré pensar en otra cosa y aguantar, hacía lo posible para no venirme, eso aumentaba la sensación del orgasmo, le dije que me lo mamara, que lo necesitaba para venirme más rápido, pensé que se enojaría y hasta ahí llegaría todo, pero también accedió, lo mamó como si estuviera haciendo una succión, pasó su lengua por mi glande, salía bastante saliva de su boca y mire que se estaba tocando su vagina, empezó a masturbarse también y tenía la otra mano en la nalga, y se la movía hacia dentro, creo que se estaba metiendo el dedo en el ano, en ese momento no era mi madre sino una mujer deseosa y deseada, lástima que no se pudo extender más, le dije “mamitaaa me vengooo, me corrooo” no retiró su boca, mi lechita empezó a salir y su boquita la recibía, chorreó un poco y le cayó en una teta, nunca me había venido así, tuve un poco más de leche, quizás mi último aliento y le cayó en las tetas, luego ella tuvo su orgasmo y dijo “me vengooo, me vineeee, nooooo, porqué me estoy viniendo? miró sus tetas y dijo “mira como dejaste a mamá” en vez de limpiarse de inmediato, se comió todo el semen que quedaba alrededor de su boca y el de las tetas, con los dedos tomaba restos de semen y comía, como si le hubiese parecido delicioso, se puso de pie y fue a la ducha, me duché con ella, pero estaba tan agotado que no le hice nada más, solamente nos dimos un abrazo.
Finalmente, no pasó nada más esa noche, cada quien para su cama, se preguntarán ustedes si pude dormir, la respuesta es sí, terminé tan agotado que de inmediato quedé dormido, así desnudo como estaba, ella se iba al otro día ya que mi padre llegaba de viaje, nos despedimos, no hablamos del tema ese día ni en los días posteriores en whatsapp o Facebook, seguíamos hablando normal y de vez en cuando, igual que antes, nuestra relación no cambió en nada, ni para bien ni para mal, pero jamás olvidaré ese momento que tuve con ella.
En la siguiente parte, más aventuras con mi querida madre, supe que tenía una bisexualidad algo reprimida o se volvió así, la vi tener sexo no con una sino con varias mujeres en una deliciosa orgía de la cual no pude participar, solo les puedo adelantar que instalé cámaras de seguridad en su casa y pude ver todo en vivo y en directo, en esa orgía hubo una chica hermosa de 18 años, en la tercera parte, ella probó la lactofilia o lactancia erótica lésbica, le chupó la leche materna a una mujer, se le volvió un vicio y con algunas de sus amigas bisexuales o lesbianas conseguían chicas lactantes o se tomaban unas pastillas para aumentar la producción de leche, se chupaban entre ellas la leche, en la cuarta parte por fin la pude penetrar y follar hasta por el culo, en la última parte, ella dudaba si yo estaba listo o no para un trio con una de sus amigas de orgias y vaya que lo estuve, sin duda, soy el hombre más feliz del mundo.