back to top
InicioTransexualesLa fantasía de Joselyn

La fantasía de Joselyn
L

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 10 minutos

Sigo compartiendo mis experiencias, ahora les dejo mi cuarto relato, espero lo disfruten tanto como yo lo viví.

Recordaba cuando me cogía Joselyn, sin duda una gran experiencia sexual, me encantó cuando me entregué como una vil puta deseosa de ser llenada completamente, aún recuerdo como gemía y me retorcía de placer, mi pene se me para cuando la recuerdo cabalgando sobre mi, y es que si bien es cierto que lo que lo penetraba era un hombre, su feminidad causó un gusto especial en mi.

A Javier no lo volví a ver nunca, se reconcilió con su mujer e hizo su vida normal, esto me causo tristeza pero sentí buena vibra por él, eso si, antes de despedirnos le pedí el número de Joselyn para estar en contacto con ella, así que le marqué pidiéndole una cita que inmediatamente aceptó.

Después de la cogida que me dio esa charla volvió a salir a flote, ella me dijo que si me gustaría cumplirle una fantasía.

-Por supuesto, de que se trata?

-Quiero feminizarte y que vallamos a coger a un hotel!

-Como, no entiendo!

-Sí, siempre he querido volver a alguien igual que yo, no buscarlo, sino hacerlo a mí gusto!

-Mira, es algo que Javier ya me había propuesto, nunca lo hicimos, pero ahora tú, no sé, me da miedo!

-Vamos, no tienes nada que temer, total, si no te gusta o no te sientes cómoda, ahí lo dejamos, pero déjame intentarlo, que dices?

-Ok, está bien, que tengo que hacer?

-Unas cuantas horas de ayuno y una dieta previa serían suficientes, una afeitada a conciencia!

-Solo eso?

-Si querida, de la elección de atuendo me encargo yo, por la tarde vienes a mi casa y aquí hacemos juntas realidad mi sueño!

-Muy bien ahí nos vemos!

Que podía salir mal? tenía tiempo que estaba esperando esto, después de todo estaba muy seguro de que en realidad quería hacerlo. El día esperado llegó y mientras iba camino a su casa seguía pensando si en realidad era buena idea, y es que imaginaba que no es tan fácil hacerme a la idea de que de la noche a la mañana eres una trans y me cuestionaba, Por qué lo hago? Por qué me estoy excitando? Solo existe una respuesta, por qué me gusta!

Llegue a su casa y me recibió con mucha alegría, no le dio muchas vueltas al asunto y me ordenó.

-Métete a bañar, voy preparando las cosas!

Salí del baño y ya en su cuarto me quedé sentado en la cama mirando como ella buscaba una buen conjunto de ropa interior mientras decidía si me ponía medias negras o transparentes, la escuché entrar, andaba alborotando por todos lados sacó el atuendo especial que había elegido y lo acomodó sobre la cama, acariciaba la suave tela de la falda y se le notaba sonrojada y jadeante, esta actitud me tranquilizó, era solo por cumplir su capricho.

Me concentré en tararear la canción que sonaba en la casa mientras ella me abrochaba un brasiere con relleno.

-Te queda divino y hace juego con esta tanga y con la falda que te pondré!

-Me la pongo desde ahorita o más tarde que lleguemos al hotel?

La bombardeaba con preguntas, una tras otra y solo me respondía con ademanes, y yo pensaba: Anda ansiosa, dejemos que las cosas pasen!

Salimos de su casa y ya era de noche, puso en la cajuela la maleta que había preparado con las cosas necesarias, para la ocasión eligió faldas, blusas, vestidos, pantalones, pelucas y botines de agujetas, que eran sus favoritos. Le había pedido que fuéramos a algún lugar lejos de donde me conociera la gente, nunca falta la nota de mala suerte y sería catastrófico para mi. Así que condujo su auto hasta las afueras de la ciudad donde encontramos un pequeño hotel, discretamente camuflado entre los edificios viejos, metió el carro al estacionamiento y fuimos a pedir una habitación, nos veíamos como cualquier pareja que busca un buen lugar para coger, nos dieron las llaves y subimos a nuestro cuarto. Qué raro, no hay elevador, subiendo las escaleras pude sentir su mano tocando mis nalgas sobre mi pantalón, sus dedos curiosos buscando entre mis nalgas.

-Ummm! Que rico!

La pegué a la pared y le di un beso en la boca, con la punta de mi lengua recorrí sus labios y acaricié su lengua, mi mano buscaba abajo de su falda podía sentir su verga dura y babeante. En el descanso de las escalera sin preocuparnos de que alguien pudiera vernos me hinqué a darle una ligera mamada.

-Mmm! sabes cuánto me gusta tener tu rica verga dentro de mi boca!

Ella me tomaba la cabeza sin dejarme sacarla para tomar un poco de aire, escuchamos unos pasos en algún lugar del pasillo quise pararme rápido pero ella me lo impedía, me asfixiaba, los pasos se acercaban, era una parejita pues se podía escuchar claramente una risa de mujer, que pena me iban a ver así, intentando suplicarle que me dejara parar, levanté la mirada y vi un extraño brillo de excitación que hasta ahora no le había conocido. Para cuando por fin logramos llegar a nuestro cuarto los ánimos estaban a mil, yo era un hervidero de hormonas, mi pene estaba completamente parado y mis pezones sensibles con el roce de la tela me dolían, No podía más con la ansiedad de probarme aquel atuendo de puta, comenzó a desvestirse inmediatamente, de su verga chorreaban gruesos hilos de semen y palpitaba por si misma, le recomendé que se diera un baño.

-No te verás muy bonita si sales a las calle con esa tremenda erección o si?

-Tienes razón!

Se metió a la ducha y escuchaba el sonido de la regadera, yo no podía dejar de pensar: esta situación la tiene emocionada y excitada, cuando salió por fin de bañarse corrió de puntitas hasta la maleta y comenzó a sacar las cosas, se esmeró en su elección de ropa realmente quería vestirme como una real puta, me puso una fina tanga de encajes que efectivamente hacían juego con el brasiere que ya tenía puesto y no pudo evitar un ligero gemido cuando comencé a deslizar por mis piernas unas medias transparentes.

-Anda arréglate, ponte bonita, te voy a maquillar, ya sé que colores ponerte!

-Ayúdame a delinearme los ojos, que colores combinan con mi falda, se ve bien la peluca negra, o la café, qué tal la blusa blanca?

Parecíamos madre e hija arreglándose para ir al parque. Así siguió un buen rato, la veía ir y venir de un lado a otro, me quitaba y ponía la peluca, haciendo algunos cambios al peinado para después volver a dejarla como estaba y con cada vuelta que daba yo miraba en el espejo mi transformación, cuando me calzó un par de zapatos nuevos con un tremendo taconazo de 12 cm di unas cuantas vueltas, me senté al filo de la cama y crucé la pierna cuál si fuera una señorita, me puse de pie y entre al baño con la excusa de hacer pis, en realidad necesitaba calmar un poco la mente, hasta hace unos minutos yo era todo un hombre completamente y ahora simplemente no me reconocía, tanto era así que no sabía si pensar como él o ella, estaba confundido, pero ya era tarde para dar marcha atrás, solo esperaba que la noche terminara rápido.

Salí y me mira en el espejo de cuerpo entero, alcé un poco la pierna, estaba bien, me miraba casi hermosa, Dios, tenía cinco minutos y ya pensaba como mujer. Me sugirió que ya me dejara así, que me veía muy sexy, domine nuevamente los zapatos y salimos.

Al ir bajando la escalera sentía las piernas pesadas y por un momento estuve a punto de perder el equilibrio, salimos a la calle y caminamos un poco buscando algún bar en donde tomar unas cervezas y de verdad que necesitaba algo que calmara mis nervios, ella iba tomada de mi brazo hablando sin parar, yo no dejaba de verme en los espejos de las tiendas, algunos transeúntes nos miraban y silbaban, no sabía si era a ella, o las dos, caray eso era tan raro. Entramos a un pequeño bar, había poca gente a esa hora calculo que no serían más de las 9 pm, al caminar ella movía las caderas y sostenía su bolsa colgando de la mano izquierda, un par de tipos no nos perdían de vista mientras nos acomodábamos en una mesita, éramos dos chicas solas y con facha de putas, era un buen indicador de que buscábamos macho, me parecieron repulsivos, un par de viejos libidinosos que no dejaban de morbosearnos, que asco.

Llegó nuestra primer ronda de cerveza y mientras decíamos salud ella se iba animando poco a poco, la música comenzaba a poner ambiente y los clientes llegaban en grupos, por la entrada principal del bar vi llegar a un par de chicos que me parecieron guapos, los clásicos que salen a relajarse del estrés de la semana, se sentaron en una mesita cercana a la nuestra, no se veían tan mal. Uno de ellos me veía con insistencia, buscaba mi mirada pero yo hacía que no me percataba de eso, claro aún no sabía diferenciar las señales que dan los hombres cuando alguien les interesa, ella se acercó a mi y hablando despacito me dijo que la acompañara al sanitario, pudo ver en mis ojos la indecisión, entrar al de hombres o entrar al de mujeres.

Nos pusimos de pie y ella se me colgó del brazo, caminamos al baño de mujeres que afortunadamente era individual y se metió mientras automáticamente me puse frente al espejo para retocar mi labial, cuando ella salió se colocó a un lado de mi haciendo lo mismo, le comente del chico que no me perdía de vista, jamás había esperado que se alegrará.

-Quién es?

Se lo señalé desde donde estábamos

-Ahhh ese, no se ve tan mal, pero si fuera un poco más alto!

-Crees que me invite a bailar?

-Por qué no lo invitas tú? Deberías de sonreírle o no sé, haz algo!

-Ay no, cómo crees? Me da pena!

-Entonces a que venimos? Deja de portarte como niña!

Salimos del sanitario y regresamos a nuestra mesa, no sé por qué había sido tan tajante, algo me molestaba y no me dejaba disfrutar de la noche, los chicos se nos acercaron en cuanto nos vieron aparecer, sin consultarlo conmigo ella los invitó a sentarse con nosotras, ella se presentó a si misma acercándose para saludarlos de beso. Como me presentaré yo? No habíamos pensado en ningún nombre para mí, como es que no se me había ocurrido. Ellos se presentaron como Eduardo e Isaac, dijeron que eran amigos y que habían salido a divertirse un rato pero que no pensaron que encontrarían tan agradable compañía, volvieron la mirada a mi y me presenté como Lily, solo saludándolos con un rápido movimiento de mano negándome a hablar más. Después de las debidas presentaciones se hizo un silencio un tanto incomodo, los chicos no sabiendo que hacer nos dijeron que se retiraban a su mesa, al instante Joselyn se negó, queriendo prolongar el martirio de la recién bautizada Lily.

-No muchachos, quédense a tomar algo con nosotras, nos gustaría mucho que nos acompañaran!

-Verdad amiga?

La mirada que me lanzo no daba lugar a dudas.

-Si!

Respondí con una voz por demás bajita y con la mirada clavada en la mesa. Los chicos regresaron por sus tragos y se sentaron uno a cada lado de nosotras, Isaac se colocó a un lado de ella visiblemente interesado en mirar sus largas piernas, Eduardo me invitó a bailar, acepté de inmediato, que buena excusa para dejarlos solos, ya en la pista y mientras giraba con las vueltas podía verla, charlaban muy juntitos, el con sus labios casi pegados a su oreja, respirando su perfume y acariciando su largo cabello. Yo la buscaba con la mirada, como pidiendo su aprobación, yo seguía bailando, estaba sufriendo deberás, no era lo mismo ser la mujer que el hombre al bailar, cuando terminó la pieza le pedí a Eduardo que me acompañara afuera pues tenía ganas de fumar un cigarro y dentro del bar no podíamos, me tomo de la mano y salimos del lugar. Me recargué en la pared y encendí mi cigarro, le di una larga fumada pensando muy bien como haría el siguiente paso, Eduardo tomó este gesto como coquetería y se inclinó un poco hacia mi y me dijo:

-Eres la travesti más bella del mundo, que rico huele tu perfume, por qué no intercambiamos nuestros números de teléfono?

Y demás estupideces que dicen los hombres para llevarse a alguien a la cama, pobre, si supiera que solo lo soporto por ella.

-Claro, me encantaría volver a verte, mmm y si mejor me enseñas a bailar? Es que ya ves, no lo hago muy bien!

Me acerqué a él y apenas roce sus labios con los míos, estoy segura que la tenía bien parada, me di media vuelta y arrojé el cigarro al piso, caminé hacia adentro y oh sorpresa, Joselyn ya muy adelantada se besaba de lo lindo con el otro chico, muy bien, sería mucho más fácil. Al regresar a la mesa ella se separó de Isaac como impulsada por un resorte, yo solamente sonreí y me llevé al tarro a los labios para disimular una sonrisa, seguimos bebiendo y charlando, ya entrados en confianza y alentados por los tragos, nos dijeron que podíamos ir a algún otro lugar a seguir pasándola bien, ah que malditos, querían putas gratis, pues, tendrían a su puta, esto era más sencillo aún de lo que pensaba.

Dejamos la sugerencia al aire, Joselyn no haría nada que no le dijera o que no estuviera en el plan , y este hasta el momento era solo ir a bailar y beber muy coquetas y lindas, seguimos pidiendo más y más cerveza, ellos no se daban cuenta que solo fingía beber, Joselyn daba vueltas en la pista con su nuevo pretendiente quien se tomaba cada vez más la libertada de acariciar sus nalgas y sus piernas por debajo de su falda, sus pasos se hacían más torpes y los veía reír como tontos escolares, Eduardo intentaba meter sus manos por debajo de mi blusa, yo solo lo dejaba hacer, se acercaba y me besaba insistente, me acariciaba la pierna por debajo de mi faldita y sin oposición el sentía libre acceso a ella, estaba caliente, borracho y ansioso de coger. Qué asco me daba, no era feo, pero cabe mencionar, solamente no era quien me interesaba, yo quería solo la verga de Joselyn. Ya eran las tres de la mañana cuando decidimos salir del bar.

-Que les parece si vamos a nuestro hotel? Lily y yo andamos de visita en la ciudad y tenemos una habitación rentada muy cerca de acá!

Mi cara fue un poema, pasó de la sorpresa al asombro y por último a la vergüenza al adivinar su plan, no en vano llevábamos juntas toda la noche. Juguetona jaló a Eduardo de la mano diciéndole que la pasaríamos Muuuy bien y realmente no mentía del todo, nos esperaba una gran noche, Isaac mordió suavecito mi oreja provocándome un estremecimiento de lo lindo, aja, ya había caído, yo caminaba de la mano de mi acompañante recargando mi peso en el hombro de él, que lindos nos veíamos.

Llegamos al hotel y subimos directo al cuarto.

-Aaahhh! que tonta, soy, olvidé pedir la llave al encargado, Lily baja por la llave por favor!

Yo la miré como diciendo: que poca madre!!! El encargado me vio llegar contigo vestido de hombre y ahora me mandas así?

-Anda nena me duelen ya los pies y tú en cambio te vez tan a gusto con tus zapatos! O prefieres que nos quedemos afuera?

Comencé a bajar de mala gana, inmediatamente Isaac se ofreció a acompañarme, a mitad de la escaleras el me repegó contra la pared y comenzó a besarme y a acariciarme de una manera tan intensa que ellos alcanzaban escuchar mis gemidos, metió su mano por debajo de mi falda y oh sorpresa, se encontró con algo total y completamente parado. Isaac levantó la faldita hasta mi cintura rasgando apresuradamente las medias y tomó ese gran pedazo de carne que ya se encontraba mojado y ansioso, acariciaba de arriba hacia abajo jugando con mi pene, yo gemía despacito dejándome hacer, de repente él se agachó y lo metió todo en su boca, iniciando una mamada intensa, mis manos fueron directamente a su cabeza, enredando mis dedos en los cabellos de él.

No pudieron aguantar la curiosidad y despacito bajaron los pocos escalones que nos separaban, la escena que vieron los dejó pasmados. Isaac de rodillas dándome la mamada de su vida, ni yo que me consideraba buena amante había logrado darle tanto placer a Joselyn como Isaac a mi, yo recargada en la pared con los ojos cerrados lo aferraba del cabello metiéndole toda la verga hasta su garganta, las dichosas llaves podían esperar, cuando Joselyn paso junto con su amante a un lado nuestro y dijo:

-Tu diviértete, yo voy por las llaves!

Isaac seguía en su faena y no tarde en llenar su boca de semen. Quedando totalmente relajada me senté en el piso a esperar, al parecer no iban a regresar prontamente, no sé cuánto tiempo habría pasado, estaba muy cansada y seguía penando que tan buena idea era cuando escuché nuevamente pasos seguidos de unas risitas nerviosas al parecer ya habían terminado ellos su primer round. Entramos a la habitación seguidas de nuestros galanes, me descalcé y fui directamente al sanitario, necesitaba refrescarme un poco, me quite la ropa y me metí bajo la regadera, necesitaba quitarme la sensación de las caricias de ese tipo, que asco pensar en su saliva en mi pene, me bañé a conciencia, lista para lo que vendría.

Mientras Joselyn los atendía, al salir fui hasta la cama, ellos seguían en la fiesta bebiendo, fumando y manoseándose, Eduardo tambaleándose fue hacia Joselyn intentando darle un beso, le quitó la botella de cerveza de las manos y con el pretexto de darle un trago evadió su asqueroso beso, lo empujó en la cama y se sentó a un lado diciéndole:

-Tranquilo la noche es de ella, cójansela, es lo que quiero, aún es joven y quiere verga, yo beberé mirándolos!

Empezaron a besarme por el cuello, sentía una corriente eléctrica en todo el cuerpo, sin perder el tiempo Isaac agarraba mi pene, lo acarició con sus dedos, se sentía riquísimo, mientras Eduardo abría mis nalgas y metía el dedo en mi culito. Me pusieron en cuatro, Eduardo me penetró, se notaba que ya tenía ganas, Joselyn solo miraba, ahora yo le chupaba la verga a Isaac, era jugosa y grande solo para mí, la de Eduardo también me volvía loca, era una sensación de locura, sin embargo, me sentía la más puta de todas.

Después intercambiaron Isaac me cogía y yo se la chupaba a Eduardo, él tocaba mis pezones, yo estaba a punto de venirme, cuando volvieron a intercambiar. De repente solo sentí dolor, Eduardo había metido su verga en mi culo junto con la de Isaac, ni siquiera me había dado cuenta, y me penetró, fue doble y una sensación extremadamente excitante, quería explotar. Como estábamos en el hotel no me dejaban gritar, y Joselyn contribuyó a mi silencio cuando metió su verga en mi boca y empezó a cogerme por ahí, estaba muy excitada, y eso me gustaba aún más, toda su cara era la de una loba hambrienta, Eduardo se vino dentro de mi primero, y se sentó a observar cómo me cogían, al parecer Isaac quería presumir como la mayoría de las noches montaba a su novio, me hacía gemir, Joselyn termino llenando mi boca de semen justo en el momento que Isaac aventaba chorros de esperma dentro de mí culo juntándose con el semen de Eduardo que aún tenía adentro, lo hizo tan fuerte que tuve que terminar, fue un orgasmo súper rico que todo lo que hice fue salirme y recostarme, aún tenía la verga de Joselyn en la boca que no me di cuenta cuando los chicos se fueron, pero pasé una noche extraordinaria, había probado algo nuevo y a Joselyn le había encantado. Espero que la próxima vez sea en mi casa donde tenga la libertad de gritar como toda una puta.

Gracias por leer y espero les haya gustado. Los leo en los comentarios.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.