Este relato que voy a escribir define las vueltas que da la vida. Los protagonistas somos mi tía y yo, yo y mi tía.
Mi tía Clari, vamos a decir y yo su sobrino preferido y hace unos años utilizado por ella. Me llamo Sirio. Los nombres no son reales, pero la historia es tan cierta como que es nuestro pasado y el presente actual.
Clari es mi tía, vivía con su marido y sin hijos, él bastante mayor que ella y podrido de dinero por lo que ella vivía de él y solo se preocupaba de ella, se cuidaba mucho y yo siempre me fijaba en ella descaradamente, me rozaba y ella como era muy puta se dejaba. Con sus hermanos, entre ellos mi madre, no se llevaba bien, pero a mí siempre me ha utilizado como chico de los recados, yo iba encantado porque siempre me daba dinero.
Fue pasando la vida, a su marido una enfermedad lo postró en una silla de ruedas con demencia senil y tenía dos mujeres que se ocupaban de cuidarle mientras mi tía a sus 50 años se volvió más zorra que nunca, yo ya había oído que se había follado a más de un joven. Yo ya tenía 20 años y era bastante golfo y descarado. Entonces noté que ella me llamaba más con cualquier excusa o recado absurdo y seguía frotándose contra mí en cada saludo. Entonces empecé a verla como mujer, aunque ella ya se había fijado en mí como objetivo.
Un día de tantos que me llamaba, me dijo a ver si me podía quedar esa noche en su casa, que se aburría mucho sola por la noche.
Era un viernes a las 7 de la tarde y le dije que a las 8 estaría allí.
—Vale perfecto. Gracias mi niño.
—Te voy a dar yo niño cuando vaya —dije mientras colgaba el teléfono.
Llegué y me encontré a mi tía en la sala con una batita corta y transparente y debajo una ropa interior con un tanga de encaje muy sexy.
Me senté a su lado mirándola y ella me trajo una cerveza contoneándose mientras iba a la cocina y venía. Toda zorra queriendo provocarme.
Yo ya sabía a lo que había ido, de hecho le dije:
—Enseguida vengo tía, hace calor, me voy a poner cómodo yo también.
—Vale Sirio, aquí estará tu tía esperándote.
Fui directo a la habitación de ella a dejar mi mochila y me puse un pantalón de pijama blanco muy fino sin nada arriba ni debajo. O sea sin camiseta y sin calzoncillos debajo.
Entré en la sala mientras mi tía me comía con la mirada, entonces tenía un pecho depilado con unos pezones pequeños siempre tiesos, que sigo teniendo y ni gota de tripa ni grasa de más. Moreno, 1,80, guapete de ojos azules.
Me senté a su lado y ella acariciando mi muslo por dentro me preguntó:
—Que quieres que hagamos? Que te apetece?
En cuanto sentí su mano en mi muslo mi polla se levantó de inmediato haciendo una tienda de campaña gigante en mi pijama, abrí las piernas y puse su nano en ella que la empezó a acariciar por encima del pantalón.
—Esto es lo que quieres no tía?
—Uuuff!! Sii. No sabía cómo decírtelo pero sii.
Empezó a lamer mi cuello y mi pecho y mientras bajaba se iba quitando la batita quedándose en esa lencería tan sexy que llevaba se puso de rodillas y quitándome el pantalón agarro mi polla y empezó a lamerla ansiosa mientras yo sujetaba suavemente su cabeza y enredaba su pelo. Después de un rato deleitándose con mi verga grande y dura se puso de pie delante de mí y empezó a quitarse primero el sujetador y luego muy eróticamente las braguitas.
Allí estaba delante de mí, 1'68 cm, rubia de tetas enormes cintura perfecta y caderas un poco anchas con largas y esbeltas piernas…
Buuff! Un mujeron, mitaba mi polla que se veía en plenitud 18 cm gorda y mirando al cielo. Durísima como es normal a esa edad. Se empezó a subir encima de mí mientras yo humedeciendo mi mano frotaba su coñazo que noté muy húmedo. Joder tía!! Estás apuntito.
Se sentó encima de mí clavándose mi polla poco a poco hasta que le entró entera con suspiros entre placer y dolor. Ya dentro empezó a cabalgarla poco a poco subía y bajaba mientras yo sobaba esas enormes tetas que empezaron a subir y bajar más rápido mientras me decía:
—Dios cabrón!! Vaya polla! Aahh!! Nunca había tenido algo tan gordo y tan duro dentro… Aahh!! Uuff!! Siii!! Uuf! Uff!! Siii! —Gritaba mientras su primera corrida empapaba mi polla.
—Uuumm!! Tiiaa!!
Me levanté y me puse detrás de ella que apoyando su cara en el sofá y con las piernas levantadas me ofrecía ese coño tan húmedo y ese culo precioso con su pequeño agujerito aún virgen por lo que me dijo en cuanto le pasé mi polla por él.
—Noo!! Por ahí noo!!
—De momento tía —le contesté mientras se la clavé de golpe en el coño hasta dentro.
—Ahhh!! Buuff!! Joder sobrimo, con cuidado que soy tu tía.
—Calla zorra! —Le grité mientras le azotaba el culo y la embestía otra vez.
—Sii cabronazo! Fóllate a tu tía!!
La agarré de las caderas y empecé a embestirla como un animal, rápido y fuerte, ella gritaba de placer como una loca mientras yo seguía con mis embestidas hasta llenarle el coño con mi corrida mientras seguía azotándole el culo.
—Aahhh!! Tomaaa!! Uuuuhh! Baaahh!!
—Sii!! Uummm!! No sé cuántas veces me he corrido… uuff!! Qué bueno!!
Ya sentados mientras yo me fumaba un cigarrillo, mi tía me dijo:
—Yo buscando fuera cuando lo mejor lo tengo en casa. Quiero que seas mío cada día sobrino. Además todo queda en casa, te pagaré muy bien.
Con cara de asombro le dije:
—Pero tía. Que me dices? Soy tu sobrino y quería hacerlo.
—Suelo llamar a hombres pagándoles para tener sexo y no sé ni quiénes son ni si están sanos, tu eres mi sobrino preferido y si eres mi amante, viendo lo visto, pues mucho mejor.
Me lo pensé y mejor y como era un golfo vicioso al que le gustaba mucho la fiesta, pues accedí. Así sacaré para mis caprichos pensé.
—De acuerdo tía. A partir de ahora soy tu puto jajaja!!
La conversación hizo que mi polla volviera a ponerse dura y mi tía dijo:
—Ya está así otra vez?? Buena inversión jijiji!
—Jajaja!! Si tía si. Toda tuya.
Me cogió de la mano y me llevó al baño, tiene un gran baño con jacuzzi, nos metimos dentro y empezamos a comernos la boca y sobarnos mutuamente, ella no soltaba su nuevo juguete que seguía duro como un palo lo que le sorprendía y alegraba a la vez, lo acarciaba con suavidad de arriba abajo hasta que lo apretó fuertemente con su mano y lo levanto, haciendo que con ello yo me pusiera en pie con mi polla agarrada por ella delante de su cara. Chupando la punta susurro:
—A partir de ahora eres mía, toda mía. Verdad sobrino?
Si tía, toda tuya le dije mientras agarré su nuca con las manos y le introduje la mitad en la boca mientras ella frenaba mi cuerpo le dije:
—Has dicho toda tía! —Exclamé clavándosela hasta la garganta—. Aaggg!!! Aagg!!
Se la saqué y empezó a decirme:
—No tan bestia mi hombretón, acuérdate que soy mayor ya, y además soy tu tía y la que paga jijiji!!
—Jajaja!! Vale tía, tranquila que me controlaré un poco… jajaja!
—Una no está acostumbrada a semejante polla, uummm!! —Dijo mientras la volvía a pajear y mamar con gusto… uumm… Dame tiempo para acostumbrarme al menos sobrinito. Como lo vamos a pasar juntos —susurró metiéndosela en la boca y mirándome a la cara como una puta en celo.
—Sii tía sii!! Es toda tuya…
—Lo sé —me dijo mientras salía del jacuzzi tirando del ahora su juguete, nos pusimos dos albornoces y me llevo sin soltar mu polla hacia su habitación sin dejar de mirarme y pajear con su mano su nuevo juguete, se sentó al borde de la cama con el albornoz abierto y siguió pajeándome cada vez más rápido con la polla delante de su cara y sin dejar de mirarme se la metió en la boca y la pajeaba y chupaba a la vez.
—Uuff! Tiaa! Que me voy a correr —grité intentando sacarla para no correrme dentro de su boca, paró un segundo y con cara de puta me miró y con una voz de viciosa dijo:
—Haazloo… —se la metió en la boca y empecé a correrme mientras ella tragaba toda la leche que salía de mi polla siguió chupándola hasta que bajó mi erección sin parar de relamerse.
—Buuff!! Como eres de…
—De qué? Que rica lechee, también es mía… uummm!!
Entonces cogí los almohadones de esa cama gigante y redonda y los puse contra el cabecero, levanté a mi tía y besándola le quité el albornoz invitándola a ponerse cómoda.
—Túmbate ahí y abre esas piernas tía que te voy a comer hasta que te corras en mi cara una y otra vez…
—Uuyuuy! Que bien suena eso —dijo apoyando su espalda en los almohadones y abriendo sus piernas a la vez me dijo.— Toda tuya y todo tuyo sobrino… haz gozar a tu tía…
Fui de rodillas hacia ella mientras la miraba esas tetazas redondas boca arriba y ese chocho deseoso de mi boca rosita y apetecible como ese agujero del culo que también iba a lamer… le chupé el cuello y fui bajando a por esas tetas grandes y preciosas, las comí con deseo durante más de 10 minutos poniendo esos pezones duros mirando al techo, techo en el que la muy zorra tenía un gran espejo donde ella no dejaba de mirase y mirar lo que yo hacía y por lo que me dijo lo bien que lo hacía.
Descubrió que comerle las tetas como yo lo hice, le dio un gusto que nunca había sentido mojando su coño como una jovencita, sin haberme ni siquiera acercado a él. Mi tía daba gemiditos de placer mientras yo baje a su entrepierna lamiendo sus muslos por la parte interior rodeando con mi lengua su chochete ansioso de mi boca. La puse tan caliente que cuando lo lamí dos veces ya se corrió por primera vez, yo seguía lamiendo desde el culo hasta el clítoris con deleite y deseo.
—Me encanta tía, me encanta que te corras en mi cara —seguí la lamiendo y jugando con mis dedos y mi lengua en su coño humedísimo y caliente mientras mi tía gemía y gemía de gusto. Mis dedos también empezaron a estimular su culo introduciendo, con mi mano derecha por debajo de su culo, mi dedo corazón en el hasta dentro y mi dedo gordo lo introduje en su coño. Empezando a introducirlos y sacarlos suavemente empecé a jugar con mi lengua en su clítoris.
Los gritos de placer de mi tía me afirmaban lo bien que lo estaba haciendo y muy poco a poco fui subiendo la intensidad. Mi tía gozaba de placer pidiéndome entre jadeos de placer que no parase, cosa que no pensaba hacer, entonces una gran corrida inundó mi boca que no paro de lamer y comerme esa corrida, sus manos apretaron mi cabeza y yo seguí moviendo mi lengua, casi sin poder respirar y metiéndole los dedos en sus agujeros.
Mi tía jadeaba y gritaba de un placer que luego confesó no haber sentido nunca, cosa que me alegró y a ella más. No sé cuántas veces se corrió en mi cara, cuando la levanté estaba empapada y ella aun suspirando sonrió al verla.
Me fui acercando a su cara por encima de su cuerpo chupándome sus jugos que había todavía alrededor de mi boca y entonces le pregunté.
—Que tal tía?
—Eres increíble sobrino. Ha sido lo mejor que me han hecho en la vida. Te quiero solo para mí… otra vez volvió a decirme:— Te pago lo que quieras, pídeme lo que quieras, lo pagaré encantada…
—Ya estás otra vez con el puto dinero tía —dije medio cabreado.— El día de prueba es gratis vale?
—Jijiji!! Prueba superada —me dijo pensando que habíamos acabado.
Entonces la besé en la boca y la levanté las piernas con los brazos apoyando la punta de polla dura en ese agujero pequeño y aún virgen y le dije.
—Y esto de propina!!
Se la metí poco a poco casi entera mientras gritaba de dolor, cosa que no me importaba porque no pensaba parar, sentir esa presión al meter mi polla en ese culito solo pensaba en follámelo. La saqué y se la metí en el coño para humedecerla con sus corridas. Aquello estaba empapado, la saqué y ahora sí, de un golpe se la metí por el culo y me la folle sin parar hasta llenar ese agujero también con mi leche. Mientras la llamé “zorra, puta, tomaa!!”.
Al sacarla vi ese agujero dilatado como un bebedero de patos y mi tía con cara de dolor me dijo:
—La próxima te vas a enterar!!
—Tampoco te lo tomes a mal tía. Soy tu sobrino. Quien mejor para estrenar ese culete… jajaja.
—Jijiji! Que cabrón eres!!
Esa noche follamos dos veces más y el día siguiente me volvió a llamar y empezamos a intercambiar sexo por dinero. Así estuvimos más de tres años pero nunca fue tan bueno como ese día. Mi tía lo dirigía todo, ella ordenaba y yo hacía, me lo tomé como un trabajo que me daba para tener coche, moto y dinero siempre. Además era mi tía pensaba yo.
Al final me di cuenta de cómo era, se pensaba que era suyo y de nadie más, no podía salir con chicas porque si se enteraba me llamaba todos los días y acababan hartas de mí y de mi tía, además ella un día se lo contó a un par de amigas suyas ricachonas y fue un secreto a voces que llegó incluso a oídos de mi madre que ya se imaginaba algo por mi tren de vida y porque mi tía se pasaba el día llamando para que fuera a satisfacerla, me usaba sin escrúpulo alguno, solo para su placer.
Yo iba, obedecía sus órdenes y cuando ella estaba satisfecha me echaba de su casa sin importarle yo nada, le daba igual si yo me había corrido o no, me usaba para lamerle el coño, el culo y follarse mi polla. Para ella ya era solo eso, un trozo de carne que ella compraba pero en ese momento tenía que seguir haciéndolo para mantener el nivel de vida al que estaba acostumbrado. Me sentía humillado, un día llegó a grabar un vídeo de cómo se sentaba encima de mi cara y restregaba con fuerza su culo y su coño para luego tumbarse y ordenarme que la follara marcando ella el ritmo para correrse ella sin pensar en mí y echarme de su casa empalmado y a medio vestir. Humillante verdad?
Decidí que esto tenía que cambiar y busque un trabajo lo que me quitaba tiempo y ganas de la puta ricachona de mi tía y su dinero. Ella seguía llamándome y yo hasta tener cierta estabilidad seguía yendo hasta que un sábado a la noche me llamó, pero no le cogí el teléfono, llamó igual unas 50 veces, pero yo estaba de fiesta con unos amigos y pasaba de ella. Ya de retirada a mi piso decidí leer los mensajes que me había mandado. Me llamó de todo, además de vividor y que todo lo que tenía había sido porque me había aprovechado de ella.
Entre el medio pedo que llevaba y que vivo cerca de mi tía decidí ir para su casa, eran las 6:00 de la mañana y en un paseo me planté allí, abrí la puerta con cuidado, porque yo tenía llaves y ella como toma pastillas para dormir no se enteró de que había entrado.
Entré en su habitación y allí estaba tumbada de lado y dormida, con un camisoncito corto sin nada debajo y una copa de whisky sin terminar que me aseguraba que se había dormido medio inconsciente. Encendí la luz y ni se enteró, me desnudé mirando ese cuerpo por detrás, le levante el camisón y ese culo en pompa me había puesto muy burro y von el cabreo que llevaba pues sin dudarlo pensé:
Le voy a romper todo el culo a esta zorra, le voy a dar de su propia medicina.
Me tumbé detrás de ella y le abrí las nalgas con mis manos, puse la punta de mi pollón durísimo en su pequeño ojete, y agarrando su cintura con ambas manos para que no se fuera para adelante se la metí toda de un golpe brusco a la vez que la ponía boca abajo totalmente tumbado encima de su espalda y cabeza para amortiguar el grito que iba a dar con la almohada. Gritó de dolor como es lógico y la almohada consiguió que no la oyeran en 1 kilómetro a la redonda.
Ya dominada y penetrada debajo de mi cuerpo empecé a follarme ese culo sin piedad mientras ella gritaba contra la almohada, así estuve más de tres minutos seguidos follándomela a saco. Dándole duro y llamándole puta.
—Toma puta, toma!! Eres mi puta!!
Antes de empezar había puesto mi móvil en un sifonier frente a la cama grabándolo todo, como ella había hecho conmigo.
Me quedé quieto dentro de ese agujerito estrecho que aprisionaba mi verga para evitar correrme en su culo. Esta corrida era para su cara.
Le di la vuelta y entre sus insultos me puse con mi polla contra su boca que se cerró resistiendo abrirse. Me daba igual yo dándole fuerte contra la boca la conseguía meter un poco, no todas las veces pero suficientes. Le daba pollazos en el morro, nariz, frente… las veces que no entraba dejaban marca. Noté subir mi corrida y me senté entre sus tetas y garganta rozando mi polla contra su cara y soltando toda mi leche por toda su cara…
Ella ya había dejado de insultarme y solo deseaba que acabase cuanto antes.
—Que se siente putita mía? Ahora te vas a comer tu polla hasta que me vuelva a correr putita mía.
Me levanté y sacando dos monedas de entonces 500 pesetas, se las tiré encima y le dije:
—Perdona que no había pagado tus honorarios por adelantado porque eres mi puta barata…
Tumbándome en la cama apoyado un contra muchas almohadas le dije:
—Ahí está tu polla. Cómetela hasta que se corra dentro de tu boca.
Mi polla ya flácida y sin limpiar después de haber pasado por su culo y llena de mi semen no era lo más apetecible la verdad. Jajaja!!!
Se metió entre mis piernas de rodillas y empezó a acercarse sin ganas, muy despacio, la agarré de los pelos y le ordené abrir la boca, apreté su cabeza contra mi pubis y entonces le dije:
—Mejor que lo hagas tú y lo hagas bien y con ganas. Cómetela pedazo de puta! Gánate tu dinero!! O será peor…
Entendiendo a la primera lo que quería decirle empezó a hacerme una mamada maravillosa, su lengua lamia desde mi culo hasta la punta de mi capullo sin parar, mi verga se volvió a endurecer enseguida mientras ella seguía y seguía lamiendo.
—Cómete tu polla puta!!
Se la metió en la boca hasta la mitad y subió la cabeza. Parándola con las dos manos en la nuca cuando estaba arriba le dije:
—Así no, como a mí me gusta, ya sabes…
Empezó a bajar su boca por mi polla mirándome a los ojos con esa cara llena de manchas rojas de pollazos y se la tragó entera con la correspondiente arcada y se quedó con toda dentro sin tener que obligarla con las manos.
—Así mi putita, así!! —La hice estar haciendo eso más de 5 minutos seguidos, sacando mi polla de su boca solo para coger aire. La aparté y poniéndome de pies le dije:— De rodillas putaa!!
Se puso de rodillas en el suelo y siguió comiéndomela ahora rápido con boca y pajeándola con su mano a la vez.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, mucho rato… ella ya estaba cansada, pero yo no la dejaba parar.
Me lancé boca arriba a la cama y le dije:
—Ahora quiero que tus tetazas se follen mi polla. Eso que tanto me gusta y casi nunca me has dejado hacer porque solo gozaba yo. Puta egoísta!! Que se siente siendo mi puta?
Se metió entre mis piernas y metió mi polla entre sus tetas y apretándolas contra ella empezó a botar como loca…
—Uuff!! Sigue tía!! Sigue mi puta!!
Ya a los 5 minutos o más paró el ritmo y como la notaba cansada decidí tumbarla a ella en la cama boca arriba y sentándome en su vientre se la metí entre esas enormes y preciosas tetas que ella tenía apretadas con sus manos y empecé a follármelas hasta correrme, dejando toda mi corrida encima de ellas mientras mi tía se la repartía por todo el pecho.
Me levanté, fui al baño, me di una ducha, me vestí y me fui a mi casa. Ella no se levantó de la cama, se quedó tapada sintiéndose sucia, sensación que yo había sentido muchas veces por su culpa.
En otro relato contaré el porqué decía lo de las vueltas que da la vida.
30 años después la he tenido que acoger en mi casa porque no tenía donde ir ni dinero… Como a mí no me sobra pues si no puede pagarse sus gastos, pues la ayudo y le cobro en carne. Ahora es muy diferente, además ya habíamos arreglado aquello hace años.
Hasta el próximo…