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Tere y yo en el hotel
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Esta historia comienza un viernes, esa tarde nos pusimos de acuerdo unos amigos y yo para ir a echarnos un partido de fútbol, quedamos de vernos como a las 6 de la tarde en las canchas. Le dije a mi esposa que iría a jugar y llegaría un poco tarde porque después del partido acostumbramos a quedarnos a tomar unas cervezas.

Salí de mi casa como a las 5:30, llegué a un Oxxo a comprar cerveza cuando recibió una llamada de un número que no tengo registrado, no suelo contestar números que no tengo así que opté por no contestar, así que seguí, pero me hicieron varias llamadas del mismo número así que contesté y era Tere.

Y: bueno, con quien quiere hablar.

T: soy yo Tere, la amiga de tu suegra.

Y: ahh, Tere buenas tardes no esperaba su llamada.

T: estás ocupado, es que quiero decirte algo.

Y: no, dígame .

T: qué haces? Qué harás un rato más?

Como si ella supiera que estaría solo por un momento me hacía esas preguntas.

Y: nada, me dirijo a un jugar un partido de fútbol con mis amigos.

T: mmm, te iba decir que si nos podemos ver en un hotel ya que tengo reservado para este fin de semana.

Yo no podía despreciar tal invitación.

Y: pues por supuesto que voy, pero tendría que ser ahorita hasta no muy tarde porque tengo que volver a casa.

T: si está bien no te preocupes te veo allá.

Me dirigí al hotel me quedaba como a 15 minutos. Estacioné el coche y me dirigí al lobby donde le mandé un mensaje el contesto habitación 143, tomé el elevador y me dirigí a la habitación, toqué y ella abrió la puerta, ahí estaba Tere, vestía una bata blanca que dejaba ver su sostén negro de encaje, se veían sus piernas blancas, sus pies blancos con sus uñas medio largas de forma cuadrada pintadas de un rojo vino y me invitó a pasar, me dio un beso y me dijo:

T: como me veo 

Y abría su bata para que yo la viera por completo.

Y: se ve muy bien, se ve mejor de como la recuerdo.

Estatura 1.65 pie blanca, cabello rojo y ojos verdes, tetas no muy grandes, pero si refundirás y firmes, de culo igual no muy grande, pero si redondito y bien firme.

La tomé de la cintura y la empecé a besar como loco la verdad me la quería comer, empecé a bajar por su cuello, le quite su sostén y empecé a besar sus ricas tetas su pezón duro y rosita sus tetas blancas y se le notaban las venas seguí besando hasta que fui bajando por su estómago. Ella se acostó, yo le quité el calzón de forma delicada y comencé a besar en su vagina, después por sus piernas hasta que seguí hasta sus pies donde los besé y chupé su dedo gordo, ella está excitada.

Volví a besar su boca, ella se giró e hizo lo mismo me besó y fue bajando hasta mi pene erecto y empezó a mamar se metía todo mi pene a su boca lo tragaba yo la veía a la cara ella parecía una zorra queriendo devorar mi verga se la sacaba de su boca y comenzaba a masturbarme mientras con su boca me succionaba los huevos, después de un rato dije: 

Y: me voy a venir ya no aguanto más.

Por más que quise aguantar ya no pude, ella metió mi pene a su boca y siguió mamando hasta que salió mi leche inundándola, ella tragó mi semen, pero como salió demasiado se le desbordó un poco, pero ella siguió mamando. Ahora era mi turno, la acosté y la puse boca arriba para empezar hacer un exquisito sexo oral en su vagina blanca de labios rosados y un clítoris semi saltado. Comencé a hacerle sexo oral, ella gemía y salían gritos diciendo “ahh, ahhh sigue sigue”. Yo continuaba moviendo mi lengua y chupando su vagina, ella hizo una especie de arco con su cuerpo y sentí sus jugos vaginales en mi boca tenían un sabor excelente, ella rio y dijo:

T: fue el mejor sexo oral que me han dado.

Subía besarla y a seguirla acariciando ella me se montó y dijo:

T: mientras te monto quiero que me nalguees y muerdas mis pezones.

Y: quieres que te de fuerte con mis manos o muy suave.

T: quiero que me las dejes marcadas quiero gritar de dolor .

Ella subía y bajaba montándome y gritando, mientras yo le pegaba unas fuertes nalgadas y le daba suaves mordidas en sus pezones erectos y duros, ella seguía gritando “ahhh, pégame más soy tu zorra”, eso a mí me excitaba y me prendía más y más.

Ella se giró dándome la espalda, haciendo otra pose ella empezaba como hacer sentadillas yo tocaba sus tetas y mientras se penetraba con mi pene también tocaba su vagina con mi mano ella dijo “me vengó me vengo” a lo que yo dije “yo también estoy a punto de venirme”, salieron mis chorros de semen dentro de su vagina, ella sacó mi pene y apuntó un chorro muy fuerte hacia la cama, ella estaba teniendo un orgasmo sensacional parecía que estaba orinando, ella se tiró a la cama diciendo:

T: coges muy bien ya sé porque tu suegra está engreída contigo.

Y: jajaja gracias solo trato de hacerlo bien

T: pues lo haces muy bien estoy muy agotada, siento débiles mis piernas pero aun así quiero que me des por el culo, me encantó la última vez que me diste por ahí, quiero que me nalguees y me jales el pelo.

Mi pene estaba medio parado así que para darle tiempo que se recuperara la coloque de perrito y empecé a mamarle el culo un culo delicioso quisiera que lo vieran, le introduje un dedo ella gimió y mi pené se puso efecto firme como metal, así que lo introduje y ella dijo “despacio que aún no tengo mucho uso por ahí”, yo obedecí y empecé hacerlo lento cuando sentí que ya estaba relajada le di brutales embestidas, que al mismo tiempo la nalgueaba y le jalaba el pelo ella gemía y solo escuchaba de su boca “ahh, ahh que rico corazón destrózame el culo quiero que me lo desflores”.

Yo solo obedecía y así fue con brutales embestidas ella se volvió a venir pude sentir sus piernas, yo tardé más en venirme, ella estaba casi agotada solo gemía, yo quería terminar después de un rato lo logré, logré venirme en su culo estrecho y casi virgen, la leche quería salir y al momento que quité mi tapón salió, ella dijo:

T: me dejaste desgastada me duele mi ano, y mis piernas no me responden me has hecho sentir como una diosa.

Y: tienes un cuerpo exquisito y la verdad estás bastante buena.

T: tenía dos años sin tener relaciones ya que mi marido es un alcohólico y no me toca, ya no sabía lo que era el sexo y levantaste esa paciencia.

Y: pues parece una experta, mama y coge muy bien.

T: pues lo que bien se aprende no se olvida.

Ya era algo tarde por lo que decidí retirarme. Ella me dijo “quiero otro encuentro” y para garantizar eso me dio su tanga negra de encaje, yo la tomé, pero a la vez no sabía dónde la iba a guardar, mi esposa la podría encontrar y me iba a meter en serios problemas, pero aun así la guardé y me la llevé. Aún la conservo y se viene algo muy bueno.

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