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La primera vez que un muchacho me sedujo
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Tiempo de lectura: 6 minutos

En esta ocasión me arreglé para ya vestida salir desde mi casa y llegar a hospedarme a un hotel llamado "Hotel Cielo”, pero para mi sorpresa no había habitaciones, tuve entonces que dirigirme al que me quedara más cerca y resultó ser el Motel Málaga.

Llevaba puesto un vestido camisero café con unas sandalias romanas y una maleta con mi ropa, casi amanecía y quería llegar rápidamente y no andar a plena luz del día caminando por las calles ya vestida. Me encaminé y al llegar me asignaron una habitación que estaba en la segunda planta, me dirigí a las escaleras y caminé a lo largo del corredor que daba a la calle y recorría todas las habitaciones cuyas puertas daban hacia el centro del motel, había un barandal a todo lo largo y al recorrerlo con calma pasé por todas las puertas abiertas dándome cuenta que todas estaban desocupadas, sería la única en ese piso, llegué hasta la que está en el extremo, el balcón daba hacia la calle de González Pagés.

Cuando estuve en el interior dispuse mis cosas en orden para que al levantarme me arreglara y vistiera con calma sin perder el tiempo, aún estaba oscuro en la calle y me acosté sin desvestirme, me sentía tan a gusto estar todo el tiempo vestida que hasta para dormir me arreglaba, así que dormí unas horas y me desperté descansada, eran como las dos de la tarde de un lunes, tenía todo el tiempo del mundo para arreglarme tranquila en la privacidad de mi habitación, me di un baño y al salir me pinté las uñas de los pies y manos, me puse un vestido de licra de color azul suave con rayas horizontales muy finas, me ajustaba muy bien al cuerpo, unas pantimedias de tono natural y unas zapatillas muy altas de tiritas y de acuerdo al color del vestido que me había regalado en una ocasión una camarera del Hotel Cielo, me maquillé diligentemente y al terminar me puse una peluca rizada negra y larga hasta los hombros, y una vez puesta me encantó la chica que vi en el espejo, lucía muy guapa y radiante.

Convencida de que me veía muy bien salí al balcón y ahí colocando mis codos sobre el barandal, me relajé profundamente, estaba disfrutando con intensidad estar ahí tal como quería, lunes, y a esa hora, estaba vacío el motel, me sentía relajada y totalmente confiada en la intimidad de saberme la única huésped en esos momentos, era todo el sitio para mí, ahí estaba parada en el balcón como a las cuatro o cinco de la tarde y hacía calor, como la habitación estaba al inicio del barandal, desde ahí podía ver hacia la calle, era un lugar estratégico que me permitía ver todas las puertas de las habitaciones ubicadas en esa segunda planta y a la vez hacia la calle para saber quién entraba.

Estaba tan relajada que cerré los ojos ahí recargada, disfrutando a plenitud sentir correr el aire fresco entre mis piernas, que cubiertas por unas finas medias me causaba una sensación muy placentera el contacto con cualquier cosa, de pronto oí unas voces en la calle y alcancé a ver a dos chicos atravesando la calle desde la acera de enfrente y cargando unos cestos de mimbre, eran vendedores ambulantes de los que van por las calles ofreciendo su mercancía, venían atravesando la calle de Gonzales Pagés hacia la entrada del motel, me di cuenta que me habían visto, pero hicieron como si no hubieran notado mi presencia.

No les di mayor importancia y volví a cerrar los ojos, escuché cuando hablaron con el administrador y pagaron para hospedarse, pero cuando vi que iban por las escaleras hacia la segunda planta donde me encontraba me puse nerviosa al observar de reojo que se dirigían hacia donde yo estaba, presurosa entré a mi habitación, ya desde ahí en silencio y tratando de calmarme escuché cuando entraban a la habitación contigua, después de unos minutos todo quedó en silencio y di por hecho que estaban descansando, me tranquilicé y volví a salir al balcón a seguir disfrutando del fresco que empezaba a sentirse ahí arriba, me sentía segura de verme bien y muy guapa, absorta y transportada a un lugar distante, como si flotara ahí mismo…

Minutos después percibí un intenso aroma a jabón de baño, y al abrir los ojos ahí estaba uno de los muchachos, recargado también en el barandal del balcón comunitaria a un metro de mí, no volteó a verme, se quedó de perfil, era un hombre joven de cabellos largos, tal vez de 1.80 de estatura, de complexión atlética, lampiño, de piel clara, un Tarzán, estaba realmente emocionada con el corazón acelerado y sin saber qué hacer, o que decir, me sentía turbada y esto no pasó desapercibido por él.

Sin verme de frente me pidió que no me asustara y que por favor siguiera ahí así como estaba, que él no me molestaría, me dijo que era muy hermosa y que si con todo respeto le aceptaba una invitación al cine o a salir a caminar o a donde yo quisiera, su tono de voz me tranquilizó, pero no acepté, le dije que no era una chica, me vestía así, pero no salía a ninguna parte con nadie, entonces me dijo que si aceptaba me invitaba una cerveza para tomarla ahí mismo para no salir a ninguna parte, y no sé qué pasó, pero me sentí emocionada al tenerlo junto de mí.

Creo que en realidad me gustó como hombre aunque no me diera cuenta, y con cierto nerviosismo acepté tomar una cerveza ahí con él, le habló a su primo y lo mandó a traer unas bebidas, sacó una silla de su habitación y yo hice lo mismo y platicamos mientras llegaban las bebidas, así me enteré por el mismo que era Oaxaqueño, y que venía algunos días a vender sus productos a el puerto en compañía de su primo, que era soltero y que tenía su negocio y su familia en Oaxaca, yo lo escuchaba pero dentro de mi estaba muy excitada, era la primera vez que un joven me parecía atractivo y me estaba haciendo platica, me sentía cortejada y muy a gusto con el así junto a mí.

Cuando llegaron las cervezas y tomamos dos o tres, la plática se tornó más animada, me sentí excitada y relajada, ya no estaba nerviosa y platicábamos animadamente. En un momento se puso de pie, tomó su silla y la colocó al lado de la mía preguntando si podía sentarse ahí, junto a mí, solo asentí con la cabeza y él se sentó pegado a mi colocando su brazo izquierdo sobre mis hombros jalándome a que quedará recargada en él, mandó por mas cervezas y cuando estuvo de regreso su primo lo mandó a la habitación de ellos a dormir.

Platicamos un rato más y ya me tenía siempre abrazada y platicábamos de todo, preguntó si no me molestaba que le gustaría tocarme y acariciarme las piernas, solo contesté afirmando y lo dejé que me acariciara como le diera la gana, no puse objeciones, fue muy cuidadoso y me sentí excitada, muy excitada, me relajé dejando mi cuerpo en sus manos y cerré los ojos, solo sentía sus manos recorrerme las piernas, me abandoné por completo a sus caricias, me abrazaba y me acariciaba las piernas mientras, me daba besos en el hombro y en el cuello, yo lo dejé hacer lo que quería, con los ojos cerrados sentí que estaba besándome en las rodillas.

De pronto me dijo que iba a su habitación al baño y que lo esperara, yo también pasé al baño en la mía, cuando salí ya estaba esperándome parado a un lado de la puerta del baño, me preguntó si no me sentía bien o si estaba mareada, le dije que me sentía un poco rara y que era la primera vez que estaba así vestida tomando con alguien, pero que no me sentía mal, entonces me abrazó por detrás rodeándome la cintura con sus brazos para llevarme detrás de la puerta de la entrada a la habitación y sujeta de esta manera me besaba suavemente en el cuello y los hombros sin soltarme de la cintura, sentí algo extraño, pero placentero en mi.

Era como estar flotando, y los oídos como que me zumbaban, como si careciera mi cuerpo de peso, su boca me producía oleadas de placer increíbles, tenía deseos nunca antes experimentados, le pedía que siguiera haciéndolo y que no parara, me abandoné por completo a sus caricias y besos, los besos en los hombros y cuello me tenían totalmente fuera de todo mi alrededor, me tenía abrazada con mis brazos pegados al cuerpo.

Luego me tomó de frente a él y sin decirme nada me hizo cruzar los brazos por detrás de la espalda y sujetándome las manos para acercarme a él me besó en la boca suavemente, nunca había experimentado una sensación similar, que agradable era estar así entre sus manos rudas y rodeada por mis propios brazos en la cintura por detrás mío y el besándome, me sentí tan a gusto que me abandoné cerrando los ojos y solté mi cuerpo en sus brazos.

Él me besaba en la boca y me decía que yo le gustaba mucho, me besó como nunca antes alguien lo hiciera, luego me dijo que si dejaba que su primo viera como me tenía, quería que aprendiera como se hace para estar con alguien como yo y acepté de buena gana pero no quería que dejara de besarme, entonces me llevó hasta la cama y me le habló a su primo, le dijo que trajera otras cervezas.

Cuando las trajeron nos pusimos a tomarlas y me sentí mareada, recuerdo que me hincó de frente a él y me dijo que quería verme con los ojos cerrados, yo acaté cerré los ojos, me dio de su cerveza a tomar mientras me decía que no abriera los ojos, a la vez le decía a su primo que viera como me tenía y que así era como debía de tratarse a la gente como yo porque eso nos gustaba, me ordenó no abrir los ojos para nada e hincada como estaba sentí sus manos en los hombros obligándome a sentarme sobre mis pantorrillas.

Me dijo que con los ojos cerrados abriera bien la boca y lo hice, sentí como metía lentamente su cosa para que la chupara, me tomó de los oídos y sujetándome a metió en mi boca casi toda, después se quitó los pantalones y la trusa, abrió las piernas estiradas metiéndomela toda en la boca y sacándola lentamente, me dijo que lo hiciera así, yo me sentía bien complaciéndole, entonces me susurró al oído que esta vez abriera bien los ojos y que lo mirara a la cara mientras se la chupaba, era una sensación nueva y rara que me estaba resultando muy agradable.

Su mirada era dominante y se notaba complacido, me miraba directamente a los ojos y a veces parecía que me veía con burla, pero me gustaba estar así, lo obedecía en todo lo que me pedía que hiciera y me sentía bien haciéndolo, estaba un poco mareada pero me estaba gustando verme así sometida por él, a veces volteaba a ver a su primo y le decía que viera como me tenía, a mí me decía que siguiera así despacio y que me la metiera toda en la boca, mientras me tenía así y mirándole a los ojos me decía que me fuera con él a vivir a Oaxaca, que su familia me aceptaría y viviría conmigo.

De pronto se me quedó mirando y me la dejó ir toda que estaba muy gruesa, me salían las lágrimas pero no me la sacó, me hizo quedarme quieta y me tomo de la cabeza a la altura de los oídos, me sujetó firmemente y empezó a venirse, me costó trabajo no toser y su semen era caliente y abundante, se me salía por la comisura de la boca, era demasiado lo que me estaba dando, me sujetó por mis cabeza y levantando la otra mano al aire gemía de placer mientras me pedía que lo mirara a los ojos.

Insistió mucho en que me fuera a vivir a Oaxaca con el pero no acepté, era primeriza y aun tenia mis temores.

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