La presente historia me la envió una amiga mía (yo soy hombre) con la finalidad de plasmarlo en esta página.
Antes que nada comenzaré presentando a los protagonistas de esta historia.
Damián un joven de 18 años, de 1.80 m de estatura, piel morena, bien parecido, algo robusto, práctica fútbol y baloncesto, no es muy deportista que digamos, pero su genética es suficiente para estar bien desarrollado, cualquiera que lo comparara con su padre diría que es adoptado o que es producto de alguna infidelidad; Damián es el primer hijo de dos producidos del matrimonio de su padre Alberto (45 años) y su madre Carmen, ellos se divorciaron cuando él tenía 12 años.
Yo, Fabiola o Faby como me suelen decir, soy una mujer madura de 43 años, madrastra de Damián, me casé con Alberto hace 3 años, bajita de 1.58 m., soy vendedora de productos de belleza por lo que siempre me encuentro bien vestida y con ligeros toques de maquillaje, pues se lucir bien mi cuerpo, que a mi edad aún se encuentra bien conservado, soy rubia, mi rostro afilado, tengo un par de tetas medianas no son pequeñas, pero tampoco enormes, lo mejor de todo cuento con una cinturita que me hace resaltar mi trasero y mis nalgas bien paraditas, por eso siempre salgo a vender mis productos vestida con pantalones tipo ejecutivos súper ajustados o alguna falda corta y camisas de botón para que se me vean un poco las tetas, cuando llega a casa me pongo cómoda de igual manera con ajustados leggings o pantalones de licra. La gente, amigos y conocidos me dice que soy muy parecida físicamente a la actriz mexicana Olivia Collins.
Damián decidió mudarse a vivir con su padre, pues a pesar de que lo visitaba con frecuencia, él sabía que viviendo con él tendría más privilegios para salir con sus amigos, su padre era más complaciente en todos los sentidos, cuestiones económicas y de más, también por que el próximo año entraría a la universidad y le quedaría más cerca la escuela, a Damián no le incomodaba vivir con su padre a pesar de tener pareja pues su madre también tenía su respectiva pareja y a él le daba absolutamente lo mismo, mi hijastro es un chico serio, habla muy poco conmigo, es muy reservado, se la pasa la mayor parte del tiempo en su habitación.
Damián y yo nos conocemos desde que me casé con Alberto y a pesar de que siempre se me ha hecho un joven bastante apuesto, nunca lo había visto como hombre, para mí era solo un adolescente que iba creciendo más y más cada que lo veía, las cosas cambiaron una vez que se instaló en nuestra casa, con la convivencia diaria, la calentura de un joven, supongo que verme a diario vestida de manera sexy y coqueta y mi mala vida sexual, darían como resultado una obsesión y deseo por ese joven sin siquiera darme cuenta.
Por mi parte, no me molestaba en lo absoluto que mi hijastro viviera con nosotros pues al principio hasta se me hizo una buena idea de convivir con uno de los hijos de mi esposo, yo quiero a mi esposo, paseamos frecuentemente, vamos de vacaciones, me lleva a cenar, pero en lo sexual no era del todo feliz, a mi edad aún se siento bastante sexy y constantemente me dan ganas de follar, mi marido si apenas me folla una o dos veces por mes cuando mejor me va y además de que no es muy dotado, si apenas me montaba y al poco tiempo se viene, lo que me deja aún más excitada y mojada, casi siempre termino masturbándome para complacerme, queriendo ser follada y complacida como yo lo merezco.
Cuando Damián llegó a nuestra casa yo trate se ser lo más atenta con él, era amable, trataba de hacerlo sentir como en casa, los primeros días como lo menciono, no salía de su cuarto pero cuando salía siempre lo hacía con camisas desmangadas mostrando sus brazos, me daba cuenta de que Damián ya era un hombre, brazos marcados, algunas veces salía de bañarse sin camisa y podía mirar su figura, cuando llegaba de jugar llegaba en shorts, podía ver sus piernas duras y sobre todo, un paquete considerable en la entrepierna, no sé si lo hacía con intención de que lo viera o no, pero vaya que mi hijastro se estaba poniendo bastante bien, seguro que traía varias muchachitas tras de él. Yo seguía vistiéndome normal como siempre, llegaba de hacer mis labores y me ponía cómoda, una playera sin sujetador y unos leggings ajustados, a veces sin bragas o con algunas muy pequeñas.
Pasaron algunos meses y le comenté a Damián, para que no estuviera tanto tiempo en su habitación, que se sintiera como en casa, que si gustaba traer a algún amigo a la casa no había ningún problema, me tomó la palabra y aparte de ahí con frecuencia lo visitaba su amigo Leo. La primer vez que vino Leo a casa, recuerdo que estaba mi hijastro y el en la sala, yo iba llegando a casa y me acerqué a saludar.
-Faby, este es mi amigo Leo, vino a jugar video juegos espero no te moleste.
Leo me dio la mano y me dijo:
-mucho gusto señora.
Lo saludé y le dije a Damián.
-claro que no me molesta está también es tu casa
Me dirijo a la cocina por un vaso de agua y cuando regresaba iban subiendo a la habitación de Damián, entraron a su habitación alcancé a escuchar antes de que cerrarán la puerta como Leo le dijo a mi hijastro:
-no me habías dicho que tú madrastra estaba tan buena.
Al escuchar ese comentario detengo frente a su habitación y pego la oreja a la puerta, me llamo mucho la atención el atrevimiento y la confianza de leo con Damián para decirle esa declaración de buenas a primeras y seguí escuchando.
-baja la voz idiota, te va a escuchar
-pues es la verdad, ya me imagino las pajas que te has de hacer pensando en ese culito
-y eso que no la has visto con sus leggings apretados, se le notan las bragas y algunas veces me doy cuenta que no trae sujetador y se le ven sus pezones, pero ya calla que es la esposa de mi padre
-pues yo fuera pareja de mi padre o no, una vieja así yo sí me la follaba
Vaya sorpresa y declaración de mi hijastro, el muy cabrón se ha fijado en mi como mujer, de inmediato me puse roja y sentí un cosquilleo en mi vagina con esas palabras, me fui a mi habitación y comencé a vestirme a ponerme más cómoda como de costumbre pero las palabras de mi hijastro seguían en mi cabeza, cuando me quite el pantalón me di cuenta de que estaba mojada, el día anterior había follado con Alberto y como siempre, en lugar de quitarme las ganas me dejó más caliente.
Así pasaron los días y cada que veía a mi hijastro llegar a casa, jugando baloncesto en el patio o viendo TV en la sala, me venían a la mente sus palabras, y me preguntaba si era posible que un jovencito como él se fijara en una mujer madura como yo, o si sería capaz de excitarse con la mujer se su padre.
Tal vez fue tanto pensar en ello que esa noche mi esposo venía cachondo y cuando estábamos follando llegó un momento en que a la mente volvieron las palabras de mi hijastro y las imágenes de verlo algunas veces sin camisa y cuando llega con short y se le nota un buen paquete, estaba a punto de venirme cuando Alberto deja de follarme, se había venido, quede tan caliente y mojada como nunca había estado, a los pocos minutos mi marido estaba completamente dormido, yo por mi parte seguía pensando en Damián y si lo que estaba pensando de él, comenzar a fijarme en el como hombre era lo correcto.
A partir de ese momento trataba de calentar a mi hijastro, trataba de ser más coqueta y sexy ante él, aprovechaba cualquier momento para agacharme frente a él, recogiendo algún objeto para que me viera mi culito o de frente para que viera mis tetas, salía de la ducha con shorts cortos y playeras sin sujetador, caminaba frente de el para que viera el movimiento de mis nalgas y en varias ocasiones pude observarlos que él veía todo eso. Siempre que voy por la calle me doy cuánta cuando me miran todo tipo de hombres y he escuchado sin número de piropos de todo tipo pero nunca me había pasado por la cabeza serle infiel a Alberto, sin embargo ver a diario a aquel jovencito, sus miradas, sus palabras y mi pensamiento me estaban calentando como nunca.
Recientemente le habían otorgado un ascenso a Alberto, pero su nuevo puesto requería de viajar constantemente, habían pasado casi un año desde que Damián se había venido a vivir con nosotros y cerca de 3 meses de que había comenzado con mis coqueteos y "descuidos" no me abrochaba algún botón de la camisa, cuando me ponía falda abría de más las piernas, pero nunca me atreví a decirle algo verbalmente a Damián, quizá por temor o la fidelidad que le tenía a mi marido, sin embargo me calentaba hacer eso y me masturbaba mejor llegando más rápido al orgasmo, algunas veces me sentía ridícula y otras me sentía toda una puta en celo tratando de cazar a un joven. Tampoco Damián nunca me dijo nada y notaba su actuar normal hacía mí, si notaba cuando me miraba y veía mis "descuidos" pero hasta ahí.
A Alberto le habían notificado que el próximo viernes tendría que salir a una diligencia de su empresa y que volvería hasta el sábado por la noche, nunca había pasado una noche fuera de casa y el pensar que no estaría y estaríamos mi hijastro y yo solos en casa, era una situación que me calentaba. Justamente el viernes cumplía años Damián y el viernes por la mañana le pide permiso a su padre de salir con unos amigos, que lo festejarían por llegar a la mayoría de edad, Alberto acepto con la condición de que no llegar tarde, él saldría a su diligencia a las 8 de la noche a tomar el avión y le dijo que no quería estar preocupado.
El día viernes cuando mi marido se fue yo me quedé un rato viendo TV en la sala, Damián había salido con sus amigos cerca de las 3 de la tarde, ese día estuvo muy lluvioso, desde la mañana había comenzado a llover y no paró en todo el día. Cuando eran las 9 de la noche me duche, subí a mi habitación y me puse cómoda para dormir, me puse un sujetador y unas bragas pequeñas con encaje, me recosté en la cama a leer un libro cuando, comencé a bajar la mano por debajo de mismo bragas, cerré los ojos y comencé a ver a mi hijastro, me acariciaba y movía mi clítoris en círculos, el pensar que estaríamos solo esa noche me ponía cachonda aún que en el fondo sabía que no pasaría nada, pues yo no daría el primer paso ni mi hijastro, ni siquiera estaba segura que me deseara.
Eran las 10 de la noche, había pasado una hora acariciando y moviendo mi clítoris lentamente, mi vagina estaba inundada de jugos cuando escucho el timbre de la casa, lo tocaban insistentemente, me llamo la atención ya que tanto Alberto como Damián traen llaves, me levanto de la cama solo en bragas y sujetador y me pongo solo una bata encima, llegó a la puerta preocupada, miro por la mirilla y veo que se trata de Damián, de inmediato abro la puerta y mi hijastro sin decir palabra entra, a los pocos pasos cayó al suelo me acerco a él y me doy cuenta que venía borrachísimo, nunca había tomado y esta vez se le pasaron las copas, además, lo ayudo a levantarse y al tocarlo veo que está empapado, seguro llegó caminando o se cayó en una corriente de agua con la borrachera que se cargaba.
Subimos como podemos a su habitación y lo tumbo en su cama, no podía ni decir tres palabras con sentido, no podía dejarlo así, se iba a enfermar, busco un pants en su guardarropa y comienzo por quitarle la camisa, cuando se la quitó me doy cuenta de que estoy desnudando mi hijastro, a aquel jovencito con el que he tenido fantasías, con aquel que se me ha venido a la mente cuando tengo un orgasmo o cuando mi marido me folla, le quitó los pantalones y ahí estaba tendido en la cama solo en bóxer y noto que mi vagina se comienza a mojar solo de verlo ahí tan cerca desnudo.
Me controle a mi misma y trate de ponerle los pants, pero al tocar el bóxer veo que también está mojado, comienzo a bajar los bóxer y ahí estaba mi hijastro con una polla semi erecta y su tamaño era considerable, aun así era un poco más grande que la de mi marido, por un momento pensé en que lo correcto sería ponerle ropa y marcharme a mi habitación, pero ver a aquel jovencito totalmente desnudo hacia que mi vagina ya estuviera completamente inundada de mis jugos, no podía desperdiciar esa oportunidad, además mi marido no estaba en casa.
Le hablo y muevo a Damián pero no responde, me quitó la bata quedando en puro sujetador y bragas, sin pensarlo me arrodilló y comienzo a lamer sus testículos, ya no había marcha atrás estaba completamente cachonda, meto su polla en mi boca y la comienzo a chupar, ahí estaba por fin chupándole la polla a mi hijastro y comienzo a notar como va creciendo su polla dentro de mi boca, estaba respondiendo a las mamadas que le daba, llegó el punto en que no cabía en mi boca, me alejo un poco para ver esa hermosa polla joven y esos testículos duros completamente llenos de leche y era enorme, fácilmente media 18 o 20 centímetros.
Volteo a ver a Damián y veo que sigue completamente dormido, estaba tan cachonda que noto como mis jugos vaginales empiezan a empapar mis bragas y correr por mi pierna, la sensación de excitación, de saber que estoy solo en casa con Damián y de que le estoy mamando la polla a mi hijastro era demasiada, sigo chupando su polla, la lamía como nunca antes había chupado una polla, duro así algunos minutos chupándole y moviéndola con mi mano, incluso con las dos manos como masturbándolo, cuando siento que su glande se comienza a hinchar y suelta el primer chorro de leche dentro de mi boca, así siguieron otra 5 chorros consecutivos, vaya que mi hijastro tenía sus testículos bien cargados, yo está con mi boca completamente llena de la leche de mi hijastro tratando de que no se me escapara ni una gota, su sabor me excitaba aún más y me hacía sentir la hembra más puta del mundo.
Seguí chupándole la polla a mi hijastro hasta que le la dejé completamente limpia, me pongo de pies aun saboreando la leche de Damián y contemplando su cuerpo, me doy cuenta que su polla seguía erecta comí si nada hubiera pasado, mi calentura era demasiada, estaba decidida a qué me follara ese jovencito, que me penetrara y ahora llenará de leche mi vagina, me quite las bras completamente mojadas y suelto mi sujetador, mis tetas rebotaron con mis pezones durísimos.
Ahí estaba, como una puta en celo dispuesta a follar con mi hijastro completamente desnuda, me monto encima de mi hijastro, tomo su polla con mi mano y la dirijo a la entrada de mi vagina, meto el glande y voy bajando lentamente, quería disfrutar cada centímetro de la polla de Damián, cuando entra hasta adentro suelto un gemido que estoy segura que se escuchó hasta la sala de la casa, comienzo a moverme fuertemente con aquella joven y enorme polla dentro de mi, comencé a gemir como loca y con mis dos manos acariciando mis tetas, no paso mucho tiempo cuando siento mi primer orgasmo llegar, estaba en el cielo, por fin de tanto tiempo me estaban follando como lo deseaba aún que mi hijastro estuviera completamente borracho e inconsciente, seguí cabalgando a aquel jovencito y llegué a tener un par de orgasmos más cuando siento que se vuelve a hinchar la polla de mi hijastro y suelta nuevamente chorros de leche dentro de mi vagina llegando al mismo tiempo que yo a un orgasmo descomunal, sintiendo como inunda completamente mi vagina con cada descarga.
Me levanto de encima de mi hijastro, por esta vez era suficiente, aún que aún seguía insatisfecha y sabía que esa joven polla aún tenía mucho semen que dar, temí que se despertara y mi rechazara o le contara a su padre, pues le tenía cierto respeto. Le puse el pants a Damián, lo acomodo bien en su cama, yo solo recogí mis cosas y me fui a mi habitación complete te desnuda y en cada paso que daba a mi habitación sentía como salía semen de mi vagina y corría por mi muslo.
No había marcha atrás, había tomado mi decisión de serle infiel a mi marido con su propio hijo y de una cosa estaba completamente segura, no descansaría hasta que mi hijastro me follara completamente consiente y disfrutando a su madura madrastra.
Continuará?