Anabel vivía en una casa muy grande y con cierto lujo en una zona de clase media en la ciudad de México, su familia era un poco peculiar o eso es lo que ella pensaba.
Esa mañana se encontraba con la mayoría de ellos, desayunando en el comedor, su padre Genaro, su madre Carla y su hermana menor Vanessa, hace años sus hermanos mayores ya no vivían en esa casa.
Anabel era una chica de 19 años, cabello obscuro y un poco rizado, su color de piel era de un moreno lustroso muy bello, como el de su madre, medía 1.59 metros, sus piernas eran grandes y fuertes con unas nalgas duras y grandes que le habían ganado muchas miradas morbosas desde que se desarrollaron, su pecho era pequeño siendo solo talla A, tenía un abdomen normal sin estar plano o abultado.
Carla, su madre de 38 años, no compartía las mismas piernas que su hija, pero si unas nalgas grandes y paradas, su cabello era lacio y castaño, medía 1.65 metros, lo que más destacaba de ella eran dos cosas, la primera eran sus grandes tetas talla D, que se mantenían firmes a pesar de su edad y embarazos, la 2 era su abdomen plano, que había conseguido después de una cirugía y mantenía con ejercicio regular.
Vanessa, su hermana de 18 años, era lo opuesto a ella, era de piel blanca y cabello lacio, rubio obscurecido, tenía una estatura de 1.55 metros, no tenía muchas nalgas o piernas, pero ya a su edad tenía un pecho copa casi llegando a C, su abdomen en cambio era como la de cualquiera a esa edad.
Genaro, su padre de 44 años, era de cabello negro rizado y con canas, su cuerpo era de lo más normal posible con una barriga un poco vistosa, con una altura de 1.73 metros.
A pesar de todo ello, Anabel no comprendía como su madre al ser tan hermosa, estaba enamorada de su padre, profundamente enamorada, él la engañaba con otras mujeres y mantenía amantes en diferentes lugares, pero lo que más le molestaba era otra cosa…
Al cumplir 18 años comenzó a molestarla, buscaba espiarla en el baño o cuando se cambiaba, le daba nalgadas o trataba de abrazarla siempre por la espalda, Anabel buscaba evitarlo, y lo lograba desde que terminaron la pequeña casa de huéspedes al otro lado de el gran patio, donde podía estar pendiente de cuando se acercara su padre.
Pero lo que vio esa mañana la puso nerviosa, su padre estaba viendo a su hermana, con la misma mirada que la veía a ella antes de nalguearla o abrazarla.
Eso no era lo peor, su hermana era muy sensible y no podría soportarlo como ella, le diría a su madre y causaría una bola de nieve para todos en la casa, afectando de gran manera a su madre.
La última gran pelea que tuvieron sus padres, termino con él yendo a vivir con una amante durante un año, dejando a su madre deprimida y al borde del suicidio.
No podía permitir eso, algo podría hacer Anabel para evitarlo, tal vez, contener al cerdo que tenía por padre, protegiendo a su hermana y madre.
Se pasó la tarde pensando y llego a la única conclusión donde podría detenerlo, tendría que negociar con él.
Su padre tenía una oficina en la planta alta de la casa, era consultor financiero para una gran compañía de energéticos petrolíferos, era muy bueno, tanto que casi todo el trabajo de oficina lo podía hacer desde casa.
Esa tarde su hermana y madre habían salido de compras, era el momento ideal para hablar con él.
Toco la puerta de la oficina y dijo:
-Genaro, puedo pasar? (nunca le decía padre o papa)
-Eres tu Anabel? Que quieres?
-Es algo importante. Puedo pasar?
-Pasa.
Su padre se encontraba sentado detrás del escritorio, escribiendo algo en su computadora, sin dejar de hacerlo, la invito a sentarse en el sillón frente a él.
Anabel se sentó, cruzando las piernas.
-Genaro, quiero que no molestes a mi hermana y dejes de tratar a mi madre como basura.
-De que hablas niña?
-Crees que no me he dado cuenta que has visto a mi hermana como lo haces conmigo antes de manosearme, cerdo?
En ese momento su padre dejo lo que hacía y la vio directo a la cara.
-Y si lo hago qué? Esta es mi casa y yo hago lo que se me antoje!
-Lo vas a dejar de hacer Genaro, inmediatamente.
-Si no que? Me vas a denunciar? Sabes que tu madre se mataría si lo haces! jaja
-Por eso vengo a negociar contigo, te ofrezco algo que siempre has querido.
-Y eso que es?
-A mi.
La cara de Genaro se puso en un rictus entre curiosidad y sorpresa.
-Si a mi, sé que me deseas coger, bueno, pues lo haremos, pero con ciertas condiciones.
-Continua Anabel.
-Si hacemos esto, deberás de ver a mi hermana y nunca tocarla, ser más amable con ella y mi madre, dejar de buscar meterte con otras mujeres y dejar a todas tus amantes.
-Solo por coger contigo una vez me pides todo eso? No veo la ganancia.
-Sabía que dirías eso, por lo tanto, no será solo una vez, que propones?
-3 veces por semana, el tiempo de este acuerdo lo veremos después de que te haga algunas preguntas.
-Empieza.
-No me gusta como vistes, no te luces, estás de acuerdo en cambiar de look mientras esto dure?
-Si (maldito pervertido que me pedirá vestir?)
-En ese caso, una vez a la semana usarás minifalda, otro leggings que marquen tu trasero y coñito, y otro shorts súper cortos, que días? Me da igual, pero me daré cuenta cuando lo hagas, de acuerdo.
-Si.
-Tu ropa interior también cambiara, desde este momento no usarás sostén para nada, siempre he pensado que con lo que tienes es un desperdicio y me gustaría ver tus pezones marcando tu ropa.
-Maldito cerdo. Está bien lo haré.
-Ya no usaras calzones, cacheteros o siquiera tangas, lo único que usaras serán micro tangas, casi hilos, lo mínimo que tape el frente.
-Sera incómodo, pero está bien.
-Te rasuras el coño?
-Solo recorto mi mata de vellos
-Bueno, eso va a cambiar, te lo recortaras en forma de corazón, la punta empezara en la parte superior de tu chicharito, todas mis amantes lo tienen así.
Anabel hizo una mueca de asco pero al final pronuncio:
-Ok
-Te meterás a un gimnasio, quiero que ese cuerpo se ponga mejor y más cachondo, no te preocupes del dinero para todo esto, yo te lo daré en buena cantidad.
-Eso no lo dude.
-Tienes novio, o sales con alguien?
-Salgo con alguien, pero no es muy importante.
-Muy bien eso me agrada, desde este momento romperás con él, quiero que seas mi putita exclusiva por lo menos un año, después si te metes con otros no me interesa, es más, será más excitante.
-Eres un asco, pero está bien.
-Tu trato conmigo enfrente de tu madre y hermana será más cariñoso y te dirigirás a mi como papá, en la intimidad me dirás papito, daddy, mi picador, mi macho y lo que se me vaya ocurriendo.
-Jajaja está bien “papi” jajaja
-Al principio te diré que hacer y que no en la cama, seguirás mis instrucciones al pie de la regla, te daré sobrenombres, algunos muy guarros pero no quiero que te quejes.
-Sí, sí, lo que sea
-Con qué frecuencia consumes alcohol? No olvido la última borrachera que tuviste y el espectáculo que diste en la casa, que drogas consumes? Se honesta
-Tomo alcohol unas 3 veces por semana con mis amigos, fumo marihuana casi diario y en alguna fiesta he probado coca.
-Bueno, de ahora en adelante, solo consumirás una vez a la semana alcohol con tu amigos, no me importa que día, solo avísame, no te lo impediré, pero quiero saberlo, algunas veces tu y yo beberemos juntos, la marihuana no me importa, pero nunca en la casa y la coca solo consumirás las que yo te dé cuando yo te la de?
-Es en serio lo de la coca?
-Si a veces me gusta probar un poco, pero la mía es de una calidad superior.
-Dd… de acuerdo
-Tú tienes algo que agregar?
-Sí, hazte una prueba de ETS y me la muestras, no quiero que me pegues algo y que siempre usemos condones al coger.
-Tienes suerte perrita, apenas me realicé una hace dos semanas y salí limpio y la única mujer con la que me he metido estos días fue con tu madre, aquí están los estudios.
Su padre le pasa un papel que tenía en el escritorio y Anabel lo revisa, todas las enfermedades salían negativas.
-Ahora con el condón no es lo mío, pero encontraremos una solución después, solo que la primera vez quiero probar esa puchita apretada sin goma. Para mi.
-Bueno pues cerremos este trato Anita
Anabel se paró de su asiento y extendió su mano, su padre se paró y se acercó a ella.
-Asó no perrita, así…
La agarro de las nalgas y la beso con una intensidad que Anabel no esperaba o había sentido, su lengua, mucho más grande que la de ella se golpeaba por toda su boca de una forma violenta y también sentía como usaba mucha saliva, el sonido que hacía ya era muy acuoso, pero eso no lo detendría.
Sus manos se encontraban tan agarrados a esa nalgotas que parecían garras y le causaban daño a Anabel, ella se encontraba de puntas por la fuerza que le aplicaba el sátiro de su padre.
En un rápido movimiento esas mismas manos se metían bajo sus pants apartando sus bragas, Anabel sentía las manos largas y calientes de su padre directamente en su piel, adelante sentía como una gran erección golpeaba la parte superior de su estómago.
Empezó a sonar el teléfono de casa pero su padre no cedía ni se separaba, la contestadora entró y se escuchó la voz de su madre.
-Querido, tu hija y yo tardaremos más, pasaremos a ver una película en 1 hora, regresamos en 4 horas aproximadamente.
Al terminar la llamada, Anabel sintió como su padre la soltaba y se alejaba de ella, de sus bocas salió un hilillo de saliva que su padre ni se molestó en tomar en cuenta.
-Bueno, pirujita creo que es tu día de suerte, hoy sabrás como es coger de verdad, te veo en 20 minutos en tu guarida, vete preparando.
-S s si papi
Veinte minutos después Anabel se encontraba en el cuarto de huéspedes esperando a su padre.
Observaba el lugar donde se protegía de él, ese lugar que sería ensuciado con su presencia y con lo que tenía que darle para que su familia no fuera destrozada.
El cuarto era sencillo, una cama matrimonial, un tocador, un televisor de gran tamaño y un baño al lado con una tina.
Un ruido se escuchó y era su padre entrando al cuarto, Anabel vio en su cara la lujuria a punto de explotar, entonces él dijo:
-Muy bien putilla, ya estoy listo para cerrar este trato de una manera real, quítate toda la ropa de una jodida vez.
-Sssi Gena… papito.
En ese momento su hija comenzó a quitarse la ropa, comenzando con la playera, después el sostén, continuando con el pantalón, siendo interrumpida.
-Eres un dulcecito, pedazo de zorra, pero esos pechitos si que te bajan puntos aunque tus pezones lo compensan jajaja
Anabel se sintió apenada por un momento mientras veía sus pezones que eran de un color café ligero, pequeños pero muy puntiagudos, se espabilo y continuo con sus bragas, viendo su mata de vellos un segundo.
-Bueno, bueno si mi hijita tiene una puchita que se ve casi nueva, eso lo cambiaremos en un momento, cuando te rellene como un puto pavo jajaja.
Entonces Genaro procedió a quitarse la camisa que llevaba, mostrando sus poco ejercitados brazos y su barriga que aunque no era muy grande si era evidente, siguiendo con su pantalón quedando en calzoncillos.
Su hija se quedó observando el bulto enorme que se marcaba en los mismos, casi a punto de romperlos.
-Bueno aquí esta lo que será tu delirio, zorrita.
De un solo golpe los bajo y salto algo que Anabel no podía creer, no era el más largo que había visto quizá de unos 18 a 19 cm, pero si era muy ancho, aun la cabeza con el prepucio se veía como un cupcake, lleno de venas, en general, parecía un obelisco invertido que apuntaba hacia ella, con unas tremendas bolas colgantes y peludas.
Al momento pensó que quizá por eso su madre estaba tan atada a un hombre tan poco guapo y atlético, pero el pensamiento se borró de inmediato con algo de pena por suponer de esa forma.
Lo que le llamó de nuevo la atención fue que su padre lo descapullo, viendo la cabeza completamente descubierta, ninguno de sus parejas anteriores tenía esa anchura y en ese momento sintió un escalofrío de arrepentimiento fugaz.
-Lo sé, lo sé, te está preocupando en este momento, pero cuando te acostumbres a él, chillaras como una cerda porque te lo meta, como lo hace la pendeja de tu madre.
– Qué sigue?
-Túmbate en la cama y ábrete de patas para tu papito.
-N n no prefieres que primero te la chupe?
-Jajaja te preocupa que te roce? No te preocupes con el precum y un poco de saliva no habrá daño, además lo primero que mi verga sentirá de tu cuerpo, será tu pepita.
-Está bien
Esto lo dijo con un tono de pesadumbre, tumbándose en la cama, abriendo esas tremendas piernas, exhibiendo su intimidad hacia su padre, escupiendo un poco en sus manos, se empezó a sobar de una manera un poco acelerada, para acondicionarse un poco a lo brutal que venía a continuación.
Poco a poco Genaro se acercó, mientras su hija veía casi con sorpresa como la verga de su padre goteaba como si la misma estuviera ansiosa de meterse en ella.
Acomodándose de forma que su verga se pusiera directamente en aquella cuevita empezó a empujar lentamente.
-Aghhh no creo que entre
-Como chingados no, va a entrar!
Diciendo esto la conchita de su hija se estiro y dejo pasar la cabeza envolviéndola completamente.
-Ay ay ay ya está adentro, ya está adentro!!!
-Puta madre, sabía que esta papaya rica iba a estar estrecha.
-Sácala por favor, por favor…
-Sacarla?
Con esto, de un solo golpe la metió completa hasta que sus bolas chocaron con las carnes de su hija, Anabel sentía como la llenaba completa, como nunca lo había sentido hasta ese momento, cerro la boca y los ojos con fuerza, saliendo unas pequeñas lágrimas de su lado izquierdo.
-Ughh niña que tus novios eran maricones o la tenían como lápiz? Esto está muy cerrado, casi como una virgen.
Su hija solo pudo emitir un gruñido entre dolor y aceptación, pensando que todos los hombres anteriores con los que estuvo ni de cerca se comparaban con esto.
-Abre tus ojos, que los abras con una chingada!!!
-Si si!!
-Ahora abrázame del cuello, si así, pasa tus piernas sobre mis nalgas, si así.
Quedándose en esa posición por un minuto, vio como su padre acerco su cabeza a la de ella y le susurro:
-Saca tu lengua…
Poco a poco Anabel la saco, sintiendo como su padre la atrapaba con sus labios y la empezaba a chupar como una paleta de hielo. En ese momento de manera lenta, su padre se sacaba la verga de su conchita.
En su cabeza, ella pensaba que eso era todo, que por esa vez ya todo había terminado, sin poder terminar ese pensamiento, sintió como de golpe la volvían a clavar hasta el fondo.
Abriendo sus ojos al máximo y con los labios de Genaro sobre los de ella, el cabrón empezó a bombear de manera violenta y rápida sin miramientos, el sonido que emitía en ese momento la cama se podría comparar con un quejido metálico lleno de desesperación.
El bombeo era tan fuerte que Anabel sentía que se desmayaba de un momento a otro, empezando a hiperventilarse, luchando por respirar por su la nariz, porque su boca estaba llena de babas y las lenguas de ambos.
De improvisto y sin dejar de bombear, su padre dejo de besarla (si a eso se le puede llamar beso), haciendo que, por reflejo, ella tragara toda la saliva que habían vertido en su boquita.
-Estas muy apretada golfita, me encanta, pero no te quiero romper, todavía no!!!
Y de qué manera lo demostró, empezó a bombearla de una manera aún más rápida, sintiendo Anabel que se iba a morir, arqueando la espalda y moviendo su cabeza de manera rápida de lado a lado solo emitiendo una especie de gruñidos.
-Ya putona, ya viene, toma todos mis mecos!!!
En ese momento, su hija sintió como los huevos de Genaro volvían a pegarse completamente a ella, sintiendo el líquido seminal llenando el poco espacio que aun creía tener, esto pasó cerca de medio minuto hasta que su padre se desacoplo completamente.
La pobre vagina de Anabel solo emitió un plop cuando se encontró vacía, moviendo la cabeza vio un reloj que se encontraba en la pared y no lo podía creer. Solo habían pasado 15 minutos, que para ella fue una eternidad!!!
Entonces su padre se acomodó a su lado, llevando su mano a la precien masacrada cuevita, levantando con 3 dedos algo de la corrida que manaba de ella, llevándolos a la boca de su hija, que sin oponer resistencia los recibió en la boca, repitiendo esta operación una y otra vez.
-Muy bien mi nalgona, muy bien, creo que este es uno de los mejores tratos que he hecho, te dejare descansar por hoy y no olvides que desde ahora serás la competencia de tu propia madre jajaja
Con esto se paró y salió de la habitación dejando a su hija adolorida, apenada y exhausta en la cama que antes había sido un refugio para ella.