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Aprovechándome de la abstinencia de Lucero
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Eso de cogerme a las amigas de mi esposa se me estaba haciendo vicio.

Me encontraba en mi camioneta, en un callejón recibiendo un rico oral de la divorciada Lucero, esa llenita que me hizo venir delicioso, ¡nuevamente estaba lista para mí!

Me la encontré cuando lleve a mi hija a la escuela, ella traía una licra negra que transparentaba su cachetero, pese a traer una sudadera, se le notaban muy bien sus tetas, ¡no lo dude dos veces y me ofrecí a darle un aventón a su casa!

Ella accedió, desde que cogimos por primera vez, nos volvimos más cercanos, no tocamos el tema del sexo pasado, pero si nos coqueteábamos mutuamente.

Lety, quien ya se había resignado a que fuera el picador de sus amigas, no parecía molesta con la interacción entre nosotros.

En el trayecto a su casa, le acariciaba las piernas, ella no me decía nada, me permitía tocarla, estando a unas calles, ¡coloqué mis dedos por encima de su vagina y hundí su calza y cachetero!

L: ¿Qué haces?

LU: ¡Nada, solo palpo!

L: ¡Basta, nos pueden ver!

LU: ¡Mmm, que emoción!

Sin sacar mis dedos de su concha, frente y me estacione en una calle detrás de un súper mercado.

La bese de lengua, ella al principio se opuso, pero después lentamente, se dejó llevar por mi calentura.

L: ¡Ah, que rico!

LU: ¡Me encanta tu concha!

Le quite la sudadera y acaricie sus enormes tetas, Lucero gemía al sentir mis manos apretar su pezón por encima de su brasear, ¡ella acariciaba mi verga por encima de mi pantalón!

L: ¡Me encanta tu paquete!

LU: Chúpamelo, vamos, ¡sé que quieres!

L: ¿Aquí?

LU: ¡Claro, nadie nos vera!

Me baje el pantalón y deje mi pene erecto a su vista, ella se lanzó como desesperada y llevo mi cabeza a su boca, la succionaba y la tragaba hasta la mitad, yo miraba por la ventana para asegurarme que nadie viera, Lucero me daba un muy buen oral, le acariciaba sus nalgas y le pegaba de nalgadas, ¡Lucero continuaba tragándose mi duro palo!

LU: ¡Mmm, que rico mamas!

L: ¡Esta deliciosa!

LU: ¡Uf, ¡Lucero, que rico!

L: Ah, ¿me la vas a meter?

LU: ¡Claro, sabes que te daré rico!

Recline mi asiento mientras Lucero se bajaba su licra, ¡se hizo a un lado su cachetero y subió a mi verga que ya la esperaba dura y lista para entrar!

La tome de sus nalgas y la deje caer lentamente sobre mí, su vagina apretaba magnifico, mientras se dejaba caer en mí, me confeso que la última vez que cogió fue conmigo, que ya nadie la toca, ¡eso me puso salvaje y empecé a moverme para hacerla gozar más!

L: ¡Ah, papi ah!

LU: ¡Uf, que rico, uhm!

L: Ah, ¡que rica verga!

LU: ¡Toma nena, uhm!

Lucero se apoyó del volante y me cabalgaba riquísimo, le ponía mis dedos en su clítoris para hacerla gemir más.

La camioneta se movía duramente, pro suerte nadie pasaba, los gemidos de lucero se oían fuerte, ¡mi verga ya estaba hasta el fondo y la divorciada disfrutaba de mi verga!

Lucero se acomodó empinada en el asiento trasero, en un perrito improvisado empecé a estrujarla, ¡me apoyaba de la cabecera de los asientos de adelante para empujarle duro mi verga!

¡Me encantaba verla en cuatro, su vagina apretaba magnifico mi verga, sus nalgas chocaban rico con mis testículos, le daba nalgadas, le arañaba la espalda!

L: ¡Mmm, si, así, mas, dame más!

LU: ¡Uf, que rica perra eres!

L: ¡Si, dame tu verga!

LU: Traicionera, uhm, ¿qué pensaría tu amiga?

L: ¡Me vale, yo también quiero gozar, uhm!

Agarraba sus duras nalgas y me empujaba con fuerza, ¡mi camioneta se movía más y más rápido!

¡No sé si nos veían o nos escuchaban nosotros ya estábamos tan metidos que eso no nos importó!

Me senté en el asiento trasero, Lucero mirándome fijamente, puso mi verga en su ano, y solita la empezó a introducir, su ano apretaba magnifico, ¡ella con los ojos bien abiertos y haciendo muecas excitantes!

LU: ¡Nena, uhm, que rico aprietas!

L: Ah, ¡amo el sexo anal!

Se movía muy rico, no podía creer lo desatada que estaba, yo estaba fascinado con sus ricos movimiento, nos besábamos, el mordía las tetas, estaba marcándola como mi nueva puta.

LU: Que rico culo, ¡me vas a sacar toda la leche!

L: Uhm, ¡si lléname el culo!

LU: Muévete, muévete, ¡te daré mi semen!

L: ¡Si, agh!

Nos movíamos con todo, lucero escurría de su vagina, yo estaba a punto de correrme, las nalgas de Lucero chocaban riquísimo en mi pelvis, ¡nos besábamos nos mordíamos hasta que no aguante más y expulse mi semen llenado el culo de la rica divorciada!

LU: Uf, agh, que rico, toma mi semen, ¡ah!

L: ¡Ah, que rico, papi que rico!

LU: ¡Eres una rica puta!

L: ¡Soy tu puta, ah!

El orgasmo fue riquísimo, terminamos con un rico beso, en eso sonó su celular y era su ex, la estaba esperando para darle su cheque, la lleve y al deja una calle antes, Lucero se volvió una rica amante, de hecho, les confieso que al preñe y el hijo menor que tiene es mío.

Lety lo sabe, pero dejamos eso en secreto, como parte de una loca y enferma fantasía!

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