Hace como 5 meses camino al apartamento (había salido de la universidad), en el metro quedé justo en la puerta y sin poder moverme delante de mi quedó una mujer, sus dos nalgas quedaron justo delante, eran espectaculares se sentían divina. Grandes duras. Y mi palo empezó a parar con los movimientos. Enseguida me di cuenta que ella lo iba sintiendo. Alrededor de 5 o 6 paradas más adelante me sorprendió que ella tenía la posibilidad de moverse de lado y no lo hizo al contrario se pegó más a mi.
Fue en ese momento que me di cuenta que ella le gustaba la cosa. Su perfume, su vestido, su pelo, me tenían en una locura total, así fuimos hasta que ella se bajó y fue cuando me di cuenta que era una travesti. No podía creer lo que había pasado. Que no me diera cuenta de que no era una mujer.
Llegué a casa, me bañé, cené, vi TV y me fui a dormir, me desperté en la madrugada y pensando en lo que había pasado y como me había puesto de caliente esa travesti. Se me empezó a parar de solo pensarlo, hasta que ya no pude más y empecé a pajearme de una manera brutal hasta venirme, la leche salió tan fuerte que mucha de ella cayó en mi cara. Dentro de la excitación me dio por probarla y no me gustó el sabor salado que tiene, pero lo caliente que estaba esa leche si me gustó.
Al día siguiente llegué al metro y no la vi, había mucha gente. Decidí esperar por si aparecía por ahí, hasta que la vi bajando las escaleras. Tuve la oportunidad de meterme en el vagón, pero no lo hice porque ella no alcanzaría llegar. Espere y me salí y me colé, quedé último quedando al lado de ella. Me daba miedo, pero a la vez me gustaba el morbo que sentía al hacer eso. Ella se dio cuenta de todo.
Entramos y de una u otra manera nos arreglamos para quedar como el día anterior. Y fue aún mejor que el primer día… Así pasamos varios días hasta que un día viernes antes de bajar justo cuando lo estaba haciendo me dio un papel. Que había en el papel? Un número de celular. Lo guardé en mis contactos, pero no fue hasta el domingo que me atreví a colocarle un simple “Hola”, me respondió en menos de 5 segundos “Hasta que escribiste”. Empezamos a escribir de todo menos de lo que estaba pasando entre los dos.
Yo salí de vacaciones de la Uni, pero nos seguíamos escribiendo y yo dándome la paja todas las noches por Faviola así se llama. Hasta que un jueves me dijo que estaba libre que estaría en su departamento que me invitaba a comer. Fue ahí cuando me empezaron a temblar las piernas, todo. Pero al final de mucho pensarlo me decidí a ir. Me pasó la dirección estábamos relativamente cerca. A las 2 del mediodía llegué a su apartamento.
Me abrió y quedé boquiabierto, me recibió con una bata muy corta y sin sostén, se le notaba todo a ese cuerpo espectacular que tiene y una belleza que muy pocas mujeres tienen. Pasé, comimos, hablamos, nos reímos… Hasta que ya no pudimos más y se empezó a tocar el tema y lo que había pasado los días anteriores.
De pronto. Estábamos uno al lado del otro su mano me tocaba cada vez más la pierna. De repente me dijo “Te quiero besar”, no dije nada, pero ella lo hizo. Empezó todo, nos metíamos manos por todos lados. Le agarré las tetas, las nalgas… Me fue quitando la ropa, me besaba la boca, el cuello, el pecho hasta que llego allá bajo. Me bajó el bóxer, me besó mi palo y se lo llevó a la boca.
Diosss!!! No podía controlarme, parecía que me corría hasta que ya no puede más y le dije que se quitara que me iba venir. Y me dijo “Vente que eso es justo lo que quiero, que te vengas en mi boca”. Cuando dijo eso no pude más y reventé en su boca todos mis chorros de leche caliente. Se la tragó, me dijo que estaba rica, que le encantaba mi palo, que estaba grande y duro, que lo quería ahora en su culo.
Se colocó en 4 y me dijo que se lo metiera. “Lento -me dijo- despacio”. Y así fue, se lo metí. Lo que sentía no lo había sentido nunca. Y empecé a darle cada vez más fuerte hasta que la estaba reventando a palo por el culo. En una de esas se me salió y se le salieron varios peitos. Que me volvieron locos. Se lo metí de nuevo y le di sin parar como diez minutos, ella se pajeaba, se volteó, subió sus piernas, se lo metí y cuando le estaba dando me pidió que le diera con mi mano en su palo, le seguí dando y con mi mano le empecé a dar la paja. Tiene un palo muy grande y ya estaba todo lleno de semen. No había pasado mucho cuando empezó a venirse, chorros de leche por todos lados, gritos de ella, se movía, temblaba. Me llenó la mano de leche.
Yo al ver todo eso me vine dentro de su culo. La mejor del mundo. Tirar la leche en ese culo rosado apretadito. Terminamos y me pidió que si se lo podía chupar. Le dije que no y me fui… pero…
Esta historia continuará.