Después de que mi jefe me sacó mi tanga se la guardó quedándose con ella, me abrazó, me besó diciéndome ‘que rica estas, me encantó’ acercó sus labios a los míos, abrí mi boca, era la primera vez que probaba mis jugos mezclado con su semen sintiendo en mis labios su sabor viscoso, lo abracé, lo besé con deseo, metió su lengua en mi boca jugaba con la mía.
Sus manos bajo mi vestido acariciando mis nalgas separándolas pasado por en medio sus dedos embarrando su semen que me salía de mi panochita empecé a gemir nuevamente sin poder evitar menear mi cadera apretar mis nalgas al sentir sus dedos como los pasaba en medio de mis nalgas me dijo ‘tu culo va ser mío’. Le dije ‘no como crees no debemos’.
Una de sus manos la puso en medio de mis muslos con su semen que me escurría de mi panochita, la embarro en mis nalgas uno de sus dedos nuevamente acaricio el orificio de mi culo haciendo gemir con su otra mano embarraba su semen en el encaje de mis ligueros.
Le dije ‘ya no alguien nos puede ver alguien’ ya era tarde que tenía que llegar a mi casa mi esposo me esperaba no quería tener problemas.
Mi jefe bajó mi vestido que cubriera mis nalgas acompañándome a mi coche me fue abrazándome poniendo una de sus manos sobre mi vestido en el encaje de mis ligueros.
Me decía que le había gustado como lo apretaba como gemía como me movía que quería que fuera suya nuevamente, no le decía nada porque a cada paso que daba sentía como su semen me escurría en medio de mis muslos hasta llegar al encaje de mis medias me preocupaba que llegara manchar mi vestido que se llegara a notar.
Llegamos a mi carro mi jefe me abrió la puerta no sin antes de volverme abrazarme acariciar mis nalgas diciéndome al oído que quería que fuera suya muchas veces más.
Solo le dije ‘hasta mañana’ me subí a mi auto, tenía sentimientos encontrados lo vi alejarse levante mi vestido, abrí mis piernas mire como tenía su semen mezclados con mis jugos habían manchado el encaje de mis medias negras de red.
Por primera vez estando casada tenía el semen de otro hombre en mi panochita como salía de mi tome una toalla para limpiarme pero no lo hice, no sé porque no me limpie.
Me mire en el espejo arregle mi pelo acomode el rímel de mis pestañas, el color de mis labios con el lápiz rojo carmesí, tome una pastilla de sabor para quitar el sabor del semen de mi jefe y mis jugos mi boca olía a él, encendí mi carro empecé a conducir.
Trataba de no pensar en cómo era posible que hubiera permitido que mi jefe me hiciera suya aún no sé cómo lo había permitido trataba de no pensar en sus palabras que me había dicho que le había gustado hacerme suya. Más aún que como era posible que le dijera yo las palabras que le había dicho cuando me estaba haciendo suya que le hubiera permitido que se viniera dentro de mi que me diera su semen. Todo fue tan rápido que no supe que hacer me deje llevar permitiendo que se quedar con mi tanga como recuerdo de la primera vez que me hizo suya.
Llegue a mi casa preocupada por lo que había pasado no sabía si confesarle a mi esposo que le había sido infiel pero por otro lado no quería hacerlo sentir mal que tuviera problemas con él.
Baje de mi auto acomode mi vestido mi abrigo, camine nerviosa sentía la humedad en mi panochita su semen de mi jefe escurrir, al abrir la puerta estaba mi esposo mi suegra en la sala mirando un programa.
Quería pasar al baño para limpiarme pero mi esposo me recibió con un abrazo y un beso, me sentí mal porque era la primera vez que mi esposo me besaba teniendo el semen de otro hombre en mi boca.
Le dije ‘mi amor esta mi suegra que va a pensar’ me pidió que me sentara en la sala me dijo ‘como te fue te ves muy contenta’ les comente que nos habían felicitado por los logros obtenidos y de eficiencia en nuestra área, que nos habían dado un premio, que estábamos muy contentos.
Mi esposo y mi suegra me felicitaron que estaban orgullosos también le dije a mi esposo que era una lástima que no me hubiera acompañado.
Me dijo que ya habían cenado que estaban por ir a descansar que mi suegra se quedaría con nosotros esa noche, que iban a terminar de ver el programa en la pantalla.
Les dije que me iba a preparar para dormir, que estaba un poco cansada no quería que se dieran cuenta que no tenía mi tanga y que tenía el semen de mi jefe.
Cuando entre a la recamara me quite mi abrigo mi vestido me mire al espejo mire mi cuerpo con mi bra, sin mi tanga solo con mi ligueros mis medias de red negras mis zapatillas, el brillo del semen de mi jefe impregnado en el encaje de mis medias separe mis piernas aun escurría el semen de mi jefe.
Me quite mis medias con ellas limpie el semen de mi jefe que tenía impregnado en mis nalgas, en medio de mis muslos lo que salía de mi panochita, iba a bañarme pero no quería despertar alguna duda en mi esposo del porque me bañara ya que casi nunca lo había hecho en la noche para limpiar mi panochita y el semen de mi jefe pero no lo hice me puse otra tanga mi baby doll, me metí a la cama para esperar a mi esposo.
Nuevamente no sabía si contarle o no lo que había pasado por un lado me sentía mal por lo que había pasado y por otro que hubiera tenido ese atrevimiento de hacerme suya.
Me hacía sentir hormigueo en mi vientre, hacía que me tocara mi panochita que abriera mis muslos cerrando mis ojos recordando que cuando le hacia el amor a su esposa pensaba en mi, esas palabras hacían que me sintiera alagada que le gustaba mi forma de vestir que usara lencería, la forma de hacerme suya como me había movido y las palabras que yo le había dicho.
No me di cuenta la hora en que me quede dormida, cuando desperté era la hora de arreglarme de bañarme, cuando termine de ducharme no quise ponerme un vestido ajustado como los que siempre había usado, para que mi jefe no pensara otra cosa así que me puse un vestido amplio a mi cadera y en mis muslos.
Mis medias de color humo sujetadas por mi liguero mi tanga mi bra. Mis zapatillas de aguja.
No sé porque me sentía nerviosa mi esposo me iba a pasar a dejar a la oficina y después llevaría a mi suegra a su casa.
Cuando me despedí de mi esposo con un beso, mi suegra me dijo que siguiera teniendo eso logros y muchos días de esos. Solo le dije ‘gracias’ y entre a la empresa.
Mi jefe había llegado temprano a la oficina y uno de mis auxiliares, estaba nerviosa no sabía si reclamarle a mi jefe por la forma en que me había hecho suya o no.
Estaban llegando algunos personas que llevaban oficios los tenía que recibir cuando pase al privado de mi jefe mis piernas me temblaban no quería ni mirarlo a los ojos.
Cuando le entregue los oficios se levantó de su sillón, diciéndome que no dejaba de pensar en mi, le dije que no quería hablar de eso que había sido un error que no sé qué me paso que no era correcto que me sentía mal por mi esposo.
Se me acerco me levanto mi cara con su mano para mirarme a los ojos, me dijo que le gustaba la forma de caminar meneando mis nalgas, mi forma de vestir que le gustaba que usara medias sujetadas con ligueros que era su delirio.
No quería causarme ningún daño en mi matrimonio, que sería discreto que le había gustado el aroma que le había dejado de mi en su verga.
Me abrazo puse mis manos en su pecho rechazándolo le dije que había gente esperándolo para hablar con el que no insistiera que no volvería a ser suya.
Me tomo de mi cadera me repegó a su cuerpo me dijo ‘siente como pones mi verga de dura como te desea estar dentro de ti’.
-Me gusta cómo te mueves como gimes -puso sus manos en mis nalgas trate de alejarlo intento besarme
Le dije que no, que tenía que irme, me beso en mi cuello, en el lóbulo de mi oreja, sentí como subía la falda de mi vestido.
Metió sus manos con desesperación bajo mi vestido acariciaba mis nalgas a su antojo. Hizo a un lado mi tanga con sus dedos abría mis nalgas.
Comenzó acariciar mi ano me dijo en susurros en mi oído ‘que rico culo tienes mamita esta apretadito para culearte rico’, eran palabras que nunca me había dicho mi esposo, mordí mis labios para no gemir apreté mis nalgas presionando su dedo que acariciaba mi ano.
Su otra mano acaricio mi panochita que ya la tenía húmeda le dije ‘ya no por favor no sigas’, no pude evitar repegarme a él me tenía ya muy excitada por sus palabras sus caricias y yo misma le abrir mis piernas para que me acariciara.
Los susurros, los besos, las palabras con caricias siempre me han excitado, en los años que tenía trabajando en la empresa nunca me habían acariciado era la primera vez que alguien lo hacía, de qué forma lo estaba haciendo mi jefe.
Sus manos bajo mi vestido con una en medio de mis nalgas acariciando mi culo y la otra acariciando mi panochita húmeda.
En ese momento me tenía muy excitada .
-mira como estas de mojada que rica estas para cogerte que seas mía otra vez -metió su dedo en mi panochita abrí mi boca para gemir, sus labios besaron los míos y abrí mi boca nuevamente para recibirlo.
Quité mis manos de su pecho las puse atrás de su cabeza para besarlo con deseo, mi cadera la empecé a mover apretando mis nalgas y mi panocha con sus caricias, le dije ‘que rico me encanta…’.
-Así me gustas mamita muévete -estaba yo muy excitada.
-así… así me gusta cómo me acaricias no pares por favor…
Baje una de mis manos para acariciar su verga que la tenía muy dura intente sacársela pero no pude me dijo ‘te gusta’. Le dije ‘me encanto tu verga como me cogiste como me hiciste tuya. También pensé en ti’.
Me dijo si me había cogido mi esposo le dije que no que me había quedado con su leche toda la noche que no me había bañado, hasta hoy en la mañana.
Le dije en su oído ‘cógeme, hazme tuya te necesito’ me separo de él me empino en su escritorio subió mi vestido en mi cintura, comenzó a mamar mis nalgas con mis manos le abrí mis nalgas para que mamara mi culo.
Le dije ‘cógeme cógeme por favor no puedo más hazme tuya’. Escuche el sonido de su cierre mire por mi hombro como había sacado su verga dura brillosa la paso por mi panocha se embarro de mis jugos y la puso en la entrada de mi culo.
Mordí mis labios para no gritar sentí como la cabeza de su verga estaba en mi culo tratando de entrar separe más mis nalgas en ese momento tocaron la puerta.
Mi jefe bajo mi vestido guardo su verga se sentó en su sillón, me arregle mi vestido mi cabello y abrí la puerta.
Era el contador general que tenía que tratar un asunto con mi jefe lo hice pasar.
Salí de su oficina con mis jugos escurriendo por mis muslos con el temblor de mis piernas los labios de mi panochita inflamados y con los deseos en mí de que me hubiera hecho suya mi jefe.
Tenía ya gente esperando para que los atendiera y no pude ir al tocador para secarme.
Es parte de lo que paso al siguiente día que mi jefe me hizo suya por primera vez.
En otro relato les comentaré que fue lo que pasó.
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Gracias nuevamente a todos los que me han escrito a mi correo y se han interesado en saber qué fue lo que pasó cuando llegué a mi casa después de que mi jefe me hizo suya en esa noche.
Les pido su paciencia y comprensión para los que me escriben, gracias por sus preguntas y sus sugerencias de lo que quieren que les publique lo que he vivido.
P.D. Pueden escribirme a mi correo [email protected]
Con doble n
Como lo he dicho:
Una nunca sabe lo que pueda pasar cuando y donde.