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Descubrí mi sexualidad gracias a mi hermano
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Me llamo Diana Laura aunque normalmente me llaman Lauris, tengo 19 años, 1.60 m, delgada, cabello castaño, piel blanca, pechos medianos 34D, nalgas paraditas.

Creo que todo comenzó cuando mis papás tanto por problemas con los familiares de mi papá como por un negocio que empezaban me la pasaba sola con mi hermano tres años mayor que yo, de nombre Jose. En esa etapa difícil para una chica y en la ausencia de mi mamá le empecé a confiar mis dudas y miedos a mi hermano el cual sin problemas me ayudaba explicándome varios temas de la sexualidad femenina incluyendo el de la humedad en mi ropa interior, derivado de todo eso se generó gran confianza entre él y yo de tal manera que le confesé que tenía curiosidad por usar tangas a lo que él me ofreció conseguirme unas para probar diciendo que si me acostumbraba las siguiera usando y si no, solo las tirara.

En 1* de la preparatoria le comenté que un chico me pidió ser su novia y que le acepté, él me dijo que se alegraba por mi. Seguido de eso me dijo:

– muy bien hermanita, es tu primer novio y lógicamente no será el ultimo, solo te pido que te des a respetar, eres una chica muy hermosa.

– si, no hay de qué preocuparse.

La mayor parte de este noviazgo pasó sin mucha novedad excepto por tres ocasiones en las que el ahora mi primer ex me pidió tener sexo cosa a la que llevó que terminara con él, sin embargo la petición me causó sensaciones por una parte halago, deseo y excitación, por otra parte me sentí ofendida al pensar que lo único que quería era cogerme, a lo largo de la prepa tuve otros novios nada significativos, pero que de igual manera terminaban pidiéndome coger con ellos a lo cual siempre me negué.

Cuando terminé la preparatoria mis padres decidieron hacerme fiesta de 18 años y de término de estudios. Un día sábado mi hermano me llevó a una tienda para elegir distintas cosas para la fiesta y de paso fuimos a un parque en donde me dijo que quería platicar conmigo.

Entre uno y otro tema salió a la plática mi primer novio a lo que le confesé a mi hermano que me había propuesto coger con él.

– y que hiciste, lógicamente lo mandaste lejos, verdad.

– sí, aunque sinceramente hubo un momento en el que me gustó su propuesta de hecho él no fue el único en proponerme.

– dime que con ninguno aceptaste.

– no, con ninguno.

– bueno es normal que te haya gustado la propuesta, recuerdas lo que te explicaba cuando tenías tus dudas en la pubertad, y realmente estas en edad de tener deseos de un pene, pero no te dejes llevar y piensa antes de cualquier cosa.

En ese momento que mi hermano me dijera eso no significó mucho, solo fue como algo que sucedería después.

Poco tiempo después de haber iniciado la universidad llegué a casa y sabiendo que no habría nadie en casa ya que mis padres estarían en el trabajo y mi hermano por igual y sin ningún ruido que advirtiera que había alguien entré rápido al baño en donde encuentro con sorpresa a mi hermano bañándose, mi sorpresa aumentó cuando vi su verga parada, rápidamente salí y me dirigí a mi habitación estaba tan excitada que había mojado mi tanga como nunca antes.

Una de las costumbres que tiene mi hermano antes de irse a trabajar es entrar a mi habitación para desearme buen día. A la semana de haberle visto la verga mi inconsciente me jugó una mala pasada y me soñé cogiendo con él, se me hizo raro que esa misma mañana mi hermano no me despertó como habitualmente lo hacía o eso pensé yo, ya que por la tarde me dijo que iría a arreglar unos asuntos en el centro de la ciudad y que si lo podía acompañar yo accedí, solo que en el camino el desvío la ruta hacia un camino despoblado deteniéndose en una casa que aparentaba estar abandonada.

– que estabas soñando en la mañana.

– nada por qué.

– porque se nota que alguien te dejo con ganas.

A lo que me enseño un audio en donde se escucha que estoy gimiendo e indudablemente era yo.

– emmm, bueno en realidad has sido tu quien me tiene con ganas, recuerdas que me dijiste que estaba en edad de desear, pues deseo tu verga.

– olvidas que somos hermanos, entre nosotros no puede pasar nada.

– por favor, no sabes cómo me he estado mojando desde que te la vi,

– no, y no vayas a cometer la tontería de abrirle las piernas a cualquiera para saciar tu calentura, el día que te cojan que sea porque te quieran y porque tú quieras a la persona.

– pues si tu no quieres alguien más si lo hará, le pediré verga a algún amigo!!

Subimos al coche sin mencionar una palabra en el camino, habitualmente los viernes salimos de antro con nuestro grupo de amigos así que ese día me puse un minivestido entallado, después de algunos tragos le dije que ya que él no me quería coger buscaría quien lo hiciera.

– vale Lauris hazlo.

Me dirigí hacia la barra cerca de donde se encontraba un grupo de chicos, me pedí una bebida y al poco rato se me acercó un tipo el cual me empezó a hacer platica, era algo interesante, entre un tema y el otro él puso su mano sobre una de mis nalgas y me empezó a besar mientras que con la otra mano acariciaba mi espalda dirigiéndose hacia mis nalgas en un momento dado sentí como lo jalaron, era mi hermano que le propinaba un golpe a la cara, inmediatamente se acercaron los amigos del otro chico a tratar de defenderlo pero entre mi hermano y nuestros amigos controlaron el asunto aun que el personal de seguridad del lugar nos pidieron nos retiráramos, ya en la calle algo alejados de nuestros amigos disimulando frío abrace a mi hermano.

– por qué lo golpeaste?

Mi hermano quedo en silencio.

– Dijiste que siempre me cuidarías.

– pues eso hago.

– Pues cuida también de mi vagina, dijiste que cuando me cogieran que fuera porque me quieren y yo quiera a la persona, pues a ti te quiero y sé que tú me quieres a mí, o no?

– pues sí.

– además de que quien me cuidaría mejor que tú, o prefieres que me coja cualquier otro y me deje embarazada y me bote.

– ok, tu ganas.

En verdad no creía que mi hermano haya excedido, pasaron varios días, una semana exactamente el día sábado 31 de agosto un día antes de mi cumpleaños mis padres salieron a cenar para cerrar un trato con unos proveedores en cuanto ellos salieron le sugería a mi hermano ver una película a lo que a él le pareció bien elegimos una de terror llamada “mamá”.

Él se recostó en el sofá por mi parte fui a mi habitación a ponerme un pequeño short y un top delgado sin brasier por lo cual se notaban a la perfección mis pezones lleve una manta delgada que alcanzaba a cubrirnos, me recosté enfrente de mi hermano y le pedí me abrazara quedamos en posición de cucharita, poco a poco fui percibiendo su verga entre mis nalgas y mi excitación en aumento, en cierto momento metí mi mano entre mis piernas para acariciar los labios de mi sexo, desabroche mi short y lo baje hasta mis tobillos tome la mano de mi hermano y lo puse sobre mi sexo y note como mi humedad se hacía notar en el dedo índice de mi hermano.

– y eso

– te acuerdas cuando me dijiste que estaba en edad de desear una verga? pues ahorita deseo la tuya, quiero verga.

Se levantó para bajarse el pantalón mientras me besaba los labios, me acostó en el sofá retiro mi tanga y el short jalo de mis piernas abriéndolas.

– este rico juguito no se va a desperdiciar.

Y empezó a jugar con su lengua entre mi clítoris labios vaginales y mi ano.

– si José, si mi amor, que rico, aaah, aaaah

Empecé a soltar pequeños gemidos y a morder suavemente mi labio inferior.

No podía creer la rica sensación que sentía, placer, una especie de electricidad recorriendo mi cuerpo desde mi vagina hasta cada extremo de mi cuerpo, la sensación de estar flotando, en lapsos de tiempo la sensación se volvía más fuerte y mi entrepierna inundada de los jugos de mi vagina, sentí una fuerte contracción mi primer orgasmo una gran excitación algo indescriptible.

– quiero verga, métemela amor, cógeme por favor, cógeme.

– quieres verga putita, eso quieres, en verdad que eres puta.

– sí, quiero verga, métemela, y sí, soy puta soy una perra en celo, pero soy tu puta, soy tu perrita.

– ok, pero primero te castigare por ser tan puta.

Me levantó del sofá agarrándome del brazo y me inclinó, acarició mis nalgas y me dio tres nalgadas las cuales hicieron más grande mi excitación, me llevó hacia un extremo del sofá, me recargó e inclinó.

– esto te dolerá un poco, pero disfrutarás como la perrita que eres.

– si, coge a tu perrita, cógeme, cógeme. Ya métemela

Sentí como ponía su verga entre mis labios vaginales, la presión que poco a poco aumentaba algo de ardor, la rica verga de mi hermano invadía mi interior, la verga de mi hermano ya hacia dentro de mi el ardor difuso un brazo de él abrazando mi cintura y la otra mano en una de mis tetas.

– gracias por regalarme tu virginidad

– je, je

Una peque sonrisa salió de mi.

– me haces feliz, continua, cógeme.

Empezó el vaivén y el entrar y salir de la verga de mi hermano me propinaba un placer muy rico y su mano derecha empezaba a darle lo mereció a mi clítoris, nuevamente empezaba a sentir contracciones.

– dame más, dame rico amor.

Lo único que mi cuerpo sentía era placer y calambres en especial mis pies que sentía se doblaban, pero el brazo de mi hermano lo impedía, Jose tomó la manta y la tendió en el piso.

– acueste putita.

Obedecí. Se posó frente a mi abriendo mis piernas e introduciendo su verga en mi, empezó a besar nuestras lenguas jugueteaban mis piernas rodeando su cintura y su pecho rosando mis pezones a su máximo esplendor y su verga dándole placer a mi vagina mi mente perdida, sus labios bajaban a mis tetas.

– aaah, aaaah aaaah, si mi amor cógeme, que rica verga tienes amor.

Después de un rato las contracciones se presentaron nuevamente solo que en esta ocasión eran diferentes y más intensas en especial entre mi culo y mi clítoris mi espalda se empezó a arquear y mis piernas aprisionaban la cintura de mi hermano empecé a sentir una sensación como cuando se orina y al mismo tiempo algo caliente en el interior de mi vagina.

– me estoy viniendo amor, que rico, que rico.

¡Haaa! ¡haaaa!

Sentí como mis jugos emanaban de mi y se salpicaba el abdomen de mi hermano y mío y el calor del semen de mi hermano dentro de mi vagina y a su vez emanando resbalando hacia mis nalgas. Imaginaba como mis jugo se mezclaban con su semen.

Mi hermano quedo recostado sobre mis tetas recuperando el aliento.

– Limpiemos y te vas a bañar.

Así lo hicimos incluida una trapeada jeje.

El resto de la noche paso de lo más normal, al día siguiente acordamos que me cogería solo cuando estuviera realmente muy excitada.

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