Hola amores, soy Michelle.
Esto que les cuento me sucedió el 31/01/2020, yo estaba en la universidad terminando mis clases diarias. Era un día tranquilo, todo sucedía con normalidad, hasta la penúltima hora cuando me dirigí al baño a hacer de orinar.
Recuerdo bien que entró mi amigo Gabriel y como era costumbre hacernos bromas de echarle agua al que estuviera haciendo sus necesidades, el me vio orinando y tomo agua del lavabo para echarme. Yo solo reí porque sabía que era la costumbre, cuando él se paró a orinar a mi lado, yo me acerque a verle orinar y en todo de juego decirle “te la cambio”, ya saben, típico vacile de hombres.
No sé si fue su respuesta o ver aquel pedazo de carne, me dejo helado al decirme “mejor te la presto”. Yo no supe cómo reaccionar, solo la mire fijamente y después de volver a mí, le aparte la mirada y me dirigí al lavabo queriendo rescatar mi “hombría” que según tengo, pero Gabriel se dio cuenta de mi perdición al verle su verga.
Ya en el lavabo acostumbro a lavarme la cara cada que voy, en ese momento lo hice más que nada por la excitación que me dio y bajar el calor que sentía en mi cara y cuerpo.
Gabriel me siguió hasta el lavabo y cuando me hablo, ya me tenía recargada su verga en mis nalgas, yo quite el agua de mis ojos y levantándome rápido, le dije en forma de reclamo que jamás volviera a hacer eso, que no se equivocara conmigo en esas mamadas.
Yo quería esconder mi excitación y gustos dentro de mi facha de macho, pero Gabriel supo hacérmela y me dijo agarrando su verga y mostrándomela como todo un macho y diciéndome “mamada la que me quieres dar”.
Y otra vez, ahí estaba yo sin apartar mi vista de su hermosa verga, de ese delicioso pedazo de carne que me enamoro de un principio, solo quería agarrarla y besarla, pero volví a mi postura de macho y le dije que no, que esa no era mi postura, que se dejara de chingaderas, pero él tenía la forma de voltearme las frases y me dijo “tu postura es frente a mi verga y chingaderas son las que me harás putita”.
Yo a pesar de querer verme como un hombre, por dentro me enloquecía que me dijera eso, y se me escapo un desliz y bajar mi cabeza como doblegándose la hembra ante su macho.
El me tomo del brazo y me dijo: -ven, vamos al último baño.
Era un baño que estaba al final del mismo y donde casi nadie iba, los baños de mi uni son de espacio amplio y cabíamos perfectamente 2 o 3 personas dentro.
Recuerdo que me sentó en el baño y voltio a poner seguro en la puerta, yo solo pensaba
“debe ser como otro hombre calenturiento y me quiere amenazar diciéndome que si no se la mamo le va decir a todo mundo”.
Yo solo quería darle una rica mamada y ya salir de esto, por una parte me gustaba la idea de mamarle la verga porque el tipo era un hombre de los más guapos de mi curso, pero también quería terminar rápido para que nadie viniera a descubrirnos.
Así fue, bajo su pantalón y bóxer y tomándome de la cabeza me hizo presión contra su verga como mostrándome dominio, obvio yo me deje llevar y note como se paraba su verga contra mi cara.
Me pidió que comenzara a mamársela y así lo hice, le daba un sabor no tan rico porque había orinado momentos antes, pero no me importaba, sabía que con mi saliva ese sabor iba a eliminarse y así fue, cada vez era más el deleite que me daba y él gustoso de que le mamara su verga, lo veía y solo notaba como se arqueaba de placer y yo me esmeraba más para que recordara la forma en que doy una rica mamada y a la vez para hacerle terminar más rápido y salir de esto.
Poco a poco fui sintiendo sus contracciones y sabía que era el momento en que iba eyacular, yo le pedí que se apartara y terminara en el excusado, pero su respuesta fue solo apretarme contra él y no sacarme su verga de mi boca, me dijo “quiero que mi novia se trague toda mi leche”.
Supe que era inútil, que iba terminar dentro de mi y le deje hacerlo, exploto una cantidad considerable de semen en mi garganta y lo tragué de forma inmediata.
Ya terminado todo, aparto su verga de mi y me dijo:
-no lo dije de broma, quiero que seas mi novia, nunca me habían hecho esto y lo disfrute demasiado.
Yo solo me quede viéndole sin poder responderle y volvió a preguntarme si quería serlo, su novia. Obviamente íbamos hacerlo en la intimidad, nadie debía saberlo porque a ninguno nos convenía.
Yo lo pensé un momento y le dije que sí, pues sabía que era una de mis fantasías el tener un novio, que me hiciera sentir más mujer.
Me dio un beso rico y termine por darle dos mamadas profundas, metiéndome toda su verga y diciéndole como toda hembra que quiere a su macho, “pero esto es solo mío”.
Nos reímos y dimos un beso, nos limpiamos y salimos como cualquier pareja de amigos platicando normal.
Llegando al salón no parábamos de vernos y sonreíamos recordando lo que había pasado.
De pronto me llego un mensaje de él diciéndome “que rico me la mamaste amor”, hasta ese momento me cayó la idea de que ahora era su hembra, que tenía un macho y que debía comportarme como toda una putita ante su macho, al menos por mensajes lo hacía todo el día, pero no paraba de pensar estar a solas con él, para que pudiera cogerme a su antojo, pues el primer encuentro solo fue una chupadita a su verga, ahora quería que me comiera de la forma que se le antojara, solo quería sentirme suya por completo.
Agradezco que lean mis relatos y espero contarles muchos más muy pronto.
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