Hace frío, hace mucho frío, este lugar parece un congelador, quizás por eso no puedo moverme.
*Espera… por qué estoy en un congelador? Este lugar está muy frío. No puedo ni abrir los ojos. Qué diablos está pasando? Esto está muy pequeño, y duro. No sé porqué, pero creo que en realidad sí estoy en un refrigerador. Tengo miedo.
*No sé cuánto tiempo llevo aquí dentro, pero me duele todo, la espalda, la cabeza me quiere matar, en el abdomen siento algo raro, está más frío que en el resto de mi cuerpo, se siente más correr el poco aire que hay aquí, como si me hubiera cortado, las piernas y los brazos, todo me duele. Me pegaron? De dónde me caí?
Se escuchan pasos afuera, ojalá sea alguien que me pueda ayudar, que al menos pueda explicarme qué está pasando.
Abren y cierran una y otra cajas…
Esta se llama Sonia, 45 años.
Él es Juan, 38.
Fabián, 60 años.
Escucho como se acercan a donde estoy, sáquenme de aquí! Necesito ayuda! No sé qué está pasando.
Claudia, 30; esta se queda aquí.
*Alto, por qué hay tantas personas? Por qué no puedo ni gritar, ni abrir los ojos, ni nada, apenas puedo respirar. Pero debo estar tranquila, se acerca la ayuda
Paula, 32; tu tampoco entrarás aún.
*Eh? Espera… qué pasa? Siento la luz en mis ojos, pero sigo sin poder abrirlos, al menos se siente menos frío aquí, están cerca al menos dos personas que pueden ayudarme, pero no puedo moverme, trato de poner toda mi fuerza en abrir los ojos, en hablar, en moverme… pero no puedo, me está invadiendo la desesperación. Ayúdenme.
Le fue muy mal, tiene bastantes golpes, y está cortada en su abdomen debió ser dolorosa, aunque tal vez murió en la caída y ya no la sintió, sabes cómo fue? Se ve desesperación en su cara.
*Espera qué? Muerta? No, yo no estoy muerta, los escucho, siento su presencia, el dolor, el calor, estoy viva!
Qué más da cómo fue, no tenemos tiempo para averiguar, hay poco tiempo antes de que debamos entregarlas.
*Qué está pasando… no estoy muerta, es cierto que tengo golpes, lo sé porque todo me duele, pero justo eso, aún siento.
Quédate tú (dijo uno de ellos), elije y me dejas a la otra, regreso en el tiempo acordado.
Mi cabeza da mil vueltas mientras escucho unos pasos alejarse y luego una puerta cerrando… no entiendo nada, ayúdenme, que alguien me saque de aquí.
Aunque a lo lejos, escucho la voz del tipo que sigue en la habitación.
Son muy jóvenes para estar aquí, no es agradable recibir ancianos y viejitas, pero es peor aún recibir jóvenes como ustedes, seguro tenían familia, y muchas cosas por vivir. Pero a veces el dolor de unos es la alegría de otros.
*No, no! Yo no estoy muerta, no me hables así, abre mis ojos, siente mi respiración, aún siento calor, no estoy muerta!
Siento su mano en mi pie izquierdo, algo está murmurando.
Clau o Pau, quien me va a disfrutar hoy?
Su mano fría recorre mi cuerpo, parece que trae un guante, hace una pausa, escucho como algo truena, pone su mano sobre mi pierna, es más cálido, el sonido fue porque se quitó los guantes.
No sé por qué tú te sientes aún tibia, llegaste aquí antes. Lo siento Clau, no sabrás lo que es tenerme
*Dios no! Me eligió a mi. Para qué? Siento tanto miedo, todo me tiembla, al menos eso me parece. Si tan solo pudiera hacer algo! Pero mi cuerpo sigue sin reaccionar! Muévete mano… por favor! Muévete!
Su mano recorre mi piel, presiona más justo en donde siento los golpes.
Ni tantos moretones hacen que te veas tan bien, esos pechos son tan jugosos y grandes, cuántos no habrán disfrutado con ellos.
*Me aprietas demasiado fuerte, me gusta que los presionen… pero no así! Seguramente por brusco no puedes estar con una viva. No no! No puedo estar pensando en eso, concéntrate, trata de abrir los ojos, de mover algo!
Puso mi mano sobre su pene, no era gordo ni muy largo, pero seguramente por el tamaño podría darme bastante placer.
Te está gustando verdad!? Por eso mueves el dedo. (Susurrando) si no hubiera pasado esto tantas veces, seguro pensaría que estás viva.
*Lo logré! Moví el dedo! Si estoy viva! Date cuenta… no es un reflejo! Estoy viva…
Seguía acariciando su pene con mi mano, luego lo acercó hasta mi boca. La abrió y metió una parte de él en mi, su sabor era amargo, olía mal, era muy desagradable tenerlo en mi boca, quería vomitar!
Todavía estás húmeda, aún te sientes suave. Nos vamos a divertir!
*Claro que estoy húmeda! Date cuenta… estoy viva! Déjame en paz! Déjame.
Después de meter y sacar un rato su pene de mi boca, se subió a la plancha donde yo estaba, mordió muy fuerte mi cuello y me penetró. Sentí cada centímetro de su verga entrando en mi vagina que al parecer era lo único que me respondía y apretaba tratando de evitar que me penetrara por completo.
Estás bien apretada cabrona, que rica estás, hasta parece que lo estás disfrutando.
*Quítate, déjame animal, suéltame, me lastimas!!
Al notar la resistencia que puse se calentó más y de una embestida me metió todo lo que aún no entraba, en mi mano se sentía más pequeño, sentí mi vagina rasgándose, era un dolor inmenso, no recuerdo haber sentido algo igual nunca.
Si tan solo pudieras moverte aunque sea un poco. Seguro con esta cogida regresabas a la vida.
*La vagina me arde horrores. Parece estar húmeda, presiento que es sangre. Quítate animal, me duele, no lo soporto. Siempre quise que me cogieran sin que pudiera moverme, pero no así, no contra mi voluntad.
El tipo dice cosas que no logro entender, parece animal gruñendo, mientras me penetra y aprieta mis pechos brutalmente. Al menos uno lo está disfrutando.
Seguramente disfrutabas como perra cuando estabas viva. Y si así está de apretada tu panocha, quiero saber cómo está tu cola.
*No! No! Nooo! No por favor no! Llora, grita, muévete! Algo! El miedo y el dolor me invaden! Por favor! Ayúdenme!
Sacó su pene de mi vagina, bajo de la mesa y me volteó, caí como costal, todo me dolió aún más.
Aunque sea muerta vas a saber lo que es bueno.
Sentí lágrimas recorrer mi cara.
Volvió a subir a la plancha mesa o lo que sea. Abrió mis nalgas, escupió dentro de mi ano y sin más me clavo su pene, en mi mente grité, lloré, me moví, arde horrores, es la peor sensación de mi vida, y aun así no puedo hacer nada, solo siento como más y más lágrimas brotan de mis ojos.
Estás apretadísima, apenas voy a aguantar.
Entre ardor y dolor y con un sonido asqueroso que soltó el tipo, siento mi ano llenarse de semen de un desconocido, mis lágrimas no paran.
Que rica cola tenías, al menos no te irás sin que yo la disfrutara.
Mi mente quedó en blanco, ya no intento moverme, ni gritar ni nada, ahora sí quiero estar muerta, a pesar de todo, me duele más el ano que la vagina, incluso más que cualquier golpe que ya tenía.
Siento otra vez sus manos sobre mi. Me está volteando nuevamente.
Que puta eres, lo disfrutaste tanto que estás llorando.
Ríe mientras me da un beso en la frente.
Escucho como sube su pantalón y abrocha su cinturón, camina hacia afuera, regresa. Siento un trapo mojado sobre mi, está limpiando mi vagina y mi ano. También mis lágrimas. Aun así, no paro de llorar.
Si quieres repetimos, pero ya deja de llorar.
Vuelve a meterme al congelador. Escucho como se aleja y le habla a su compañero.
*Por qué me está pasando esto. Y si en realidad estoy muerta. El miedo, el dolor, la impotencia me invaden, aun así trato de moverme mientras escucho gemidos y ruidos grotescos de otro sujeto. No puedo darme por vencida, tengo que salir de aquí.
Y si estoy muerta? Y si no y me entierran viva…?
Mis lágrimas no dejan de brotar…