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Raúl mi compañero de Telcel
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Esto sucedió hace algunos años cuando entre a trabajar a Telcel, obviamente siempre iba bien arreglada, mi traje azul de minifalda, con mis pantimedias color carne y mi saco, el tener el cuerpo que tengo y en un lugar tan lleno de hombres me hacían ser la más popular.

Pero había un compañero de nombre Raúl, él siempre fue directo conmigo, desde que me conoció me aventó el perro, me invitaba a cenar, me invitaba a comer, me abrazaba, él era muy aventado.

Él era un hombre alto, de aproximadamente 1.88 cm, caucásico y de buen porte, él era el jefe de todos y por esa razón siempre sentía que podía lograr algo conmigo, yo tenía apenas poco de haber empezado a serle infiel a Luis y la verdad Raúl no me desagradaba tanto.

Ese día no hubo trabajo así que tuve que regresar a casa, al llegar había un carro estacionado y era Raúl quien me espero con una botella de vino y e dijo que, si lo dejaba pasar, yo un poco tensa accedí, a leguas se notaban las intenciones de él, pero yo quería ver qué pasaba.

R: ¡Es increíble como una hermosura como tu tenga que trabajar en Telcel!

L: ¡Lo que pasa es que estoy esperando que me llamen del IMSS!

R: ¡Pues si yo fuera tu marido no te dejaría salir!

L: ¿Y porque dices eso?

R: Seré directo nena, ¡porque estas buenísima y todos los compañeros te quieren comer!

L: Jajá, ¡pero eso no me afecta y supongo que a él no!

Fue entonces que él se lanzó a mí, ¡se acercó y me dio un beso el cual recibí sin poner resistencia, su mano acaricio mi pierna por encima de mis medias que eran sujetadas por un ligero, su mano bajaba y subía mientras me besaba!

Al tenerlo así, me dio lo mismo que estuviéramos en mi casa, lo besaba apasionadamente, el me acariciaba las piernas y las nalgas, me quito el saco y la blusa dejando mis tetas en brasear, le besaba el cuello y le quite su camisa, para ver un buen cuerpo atlético, el me abrazaba con pasión.

R: ¡Lety estas buenísima!

L: ¡Tu estas muy bien!

R: ¡Que rico, te tenía ganas preciosas!

L: ¡Lo se nene, aprovecha que estoy de buenas!

Le baje el pantalón y la trusa y dios mío, una verga de buen tamaño erecta por la acción, sin dudarlo la lleve a mi boca, la succione y la lamia como paleta, ¡Raúl gemía del placer que sentía al tenerme entre sus piernas!

R: Ah Lety que rico, que rico me la mamas, ¡uff!!

L: ¡Disfruta rey, te voy a deslechar!!

R: Desde que te vi te me antojaste, ¡tienes unas piernotas y unas nalgas riquísimas!

L: ¡Pues ahorita me vas a gozar nene!

Mamaba la verga de Raúl mientras él me acariciaba las nalgas, me tomaba de la cabeza y metía toda la pinga en mi boca, yo experta mamadora gozaba de eso,

Pasamos a un 69, le dejo caer mi concha en la cara, mientras me la chupaba, ¡yo masturbaba la verga con mis tetas!!

R: ¡Lety que rica concha y tu culito que rico!

L: ¡Cómeme papito, cómeme!

El 69 era magnifico, yo no dejaba ni un centímetro sin comer él me trabaja muy rico mi clítoris y mi ano, yo estaba gozando, no me interesaba que llegara Luis y me encontrara con él.

Decidí tomar el control y subí en él, lentamente me dejaba caer en la verga de Raúl, quien ya estaba desesperado por penetrarme.

Raúl me tomó de la cintura y como loco comenzó a moverse, yo movía mi cadera tan rica que Raúl no cabía de la excitación, él me agarraba los pechos, las piernas, las nalgas! Yo seguía domando a la bestia, ¡Raúl solo jadeaba y gozaba mi cuerpo!

R: ¡Uf que rico te mueves nena, que rica pepa, me aprietas riquísimo!!

L: Me encanta tu verga, ¿quieres que me mueva más nene?

R: ¡Si, destroza mi verga!

Me movía más rápido, cambie de posición ahora lo hacía al revés mientras Raúl me acariciaba las nalgas, cada que podía le deja ver que estaba fascinado con mi tremendo trasero, yo hacía lo mismo con el pene de él, de repente el no soporto más y se vino, era lógico, lo estaba destrozando.

R: ¡Perdón chiquita… pero estás buenísima…!

L: ¡No te preocupes bebe tenemos mucho tiempo!!

Baje a mamársela nuevamente, el gemía y gozaba el placer que le daba, le limpiaba nuestros fluidos, la tragaba todita, el me apretaba la cabeza, me la follaba ligeramente, poco a poco su paraba nuevamente.

R: ¡Así Lety, dios mío!

L: ¿Estas gozando mi amor?

R: Muchísimo amor, ¡muchísimo!!!

Me puse en cuatro dejándole mi trasero a su disposición, el me dio un par de nalgadas y me abrió las nalgas para meter su verga en medio, se masajeo con ellas un momento para luego dejarme air con fuerza.

Me la estaba dando lento y luego rápido, mientras yo acompañaba con ricos movimientos, me tomaba de la cintura y me acariciaba las nalgas, se estaba dando gusto con mi rico cuerpo.

R: ¡Ugfgff! ¡qué ricas nalgas, están riquísimas, muévete! muévelas más mami!!

L: ¡Goza papacito, ah, así, uf, ah!!

Él estaba tan excitado que sentí como no resistiría más y aunque hubiese querido que durara más ni hablar, pero lo que duro fue rico, me tomo de la cintura y con tremenda velocidad decidió venirse dentro de mí.

Me logró prender, lo acompañe con movimientos desesperado, ambos nos venimos, líquidos manchaban mi cama, ¡esa cama que compartía con Luis!

Terminamos y prácticamente lo corrí de la casa, como no dure mucho ahí trabajando, no se repitió, ¡pero fue rico tener una verga de otro en mi casa!

Saludos su amiga Lety

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