Para aquellos que leyeron ‘Comenzó en el subte’ (al final de este relato dejo el link) saben de mis encuentros con Raúl, después de acostarme con él dos veces más, comprendí que mi relación con él nunca sería más que circunstancial. Comprendí que él nunca se separaría de su esposa porque a partir de ese momento, él dejaría de ser una persona con dinero, ya que ella era la dueña de la fortuna y él amaba la plata por sobre todas las cosas.
Era sábado, me levante aún más enojada de cómo me había acostado, habíamos discutido con Raúl por una salida que compartiríamos y abruptamente se había frustrado. Íbamos a tener una salida juntos disfrutaríamos el momento, estaríamos juntos todo el día y no un par de horas en un hotel teniendo solamente sexo, deseaba ser más que su amante, él decía que estaba dispuesto a dejar a su esposa por mí, pero eso ya no se lo creía, él amaba más el dinero de ella que a mi.
Ese viernes él me llamó para decirme que no podíamos vernos como lo habíamos planeado y que nos veríamos un rato el sábado por la mañana, esto me alteró, discutimos, le dije de todo y colgué. A partir de ahí, el teléfono de casa y mi celular no paraba de sonar, y Raúl no dejaba de mandarme mensajes “atendeme”, “perdóname”, “te amo” “no puedo vivir sin vos” etc., etc., apague el celular y opté por ir a la casa de Karina, una amiga de la infancia, me vestí y me fui, y mientras viajaba ya había decido el final de la relación con Raúl, pero estaba muy enojada, me sentía usada y despreciada.
Salí llevando puesta una pollera tubo negra con falda corta, unos diez centímetros por sobre las rodillas y un top gris oscuro con escote circular, por el escote asomaban levemente las nacientes de mis senos y lo ajustado del top las marcaba insinuantes, la falda por demás ajustada marcaba mis caderas y mi cola, llevaba además unos zapatos de taco aguja muy altos cerrados y negros y una pequeña carterita negra colgada del hombro.
Camino a la casa de Karina pasé por una obra en construcción y una serie de piropos algo atrevidos nacieron de la boca de esos albañiles, en otros momentos me hubiesen molestado pero esos piropos me ayudaron a levantar mi estado de ánimo bastante decaído, disfruté cada uno de esos piropos, los cuales arreciaron aún más en la medida que notaron que me gustaban, como cuando me dijeron “quisiera ser jubilado para hacer esa colita”, o “dichosos los ojos que te ven y la mano que te toque” ; seguí caminando lento para disfrutar esos piropos.
Llegue a casa de mi amiga con mi libido mucho más alto, nos quedamos charlando y tomando mate, ella estaba con su nueva pareja y me quedé a almorzar con ellos para luego irme, no quería seguir estorbando, ellos debían hacer su vida.
Por lo tanto a eso de las 16:00 h me fui y decidí volver a pasar por la obra en construcción, iba caminando, pero daba la impresión que ya no quedaban obreros en ella, pero una puerta se abrió y un muchacho que se asomaba, al verme pasar dijo: “si la belleza fuese pecado vos no tendrías perdón de Dios”, y él pudo ver mi sonrisa de aprobación.
A escasos metros y detrás mío sentí pasos de hombre, no giré pero estaba segura que el que venía detrás era mi piropeador y me alcanzó antes de llegar a la esquina. Ahí comenzó a intentar levantarme.
Mientras él intentaba el levante yo permanecía impávida, él me decía cosas y yo continuaba como si nada, lo había observado cuando pasé delante suyo, no era una belleza infernal, pero era interesante, era alto, cabello negro, rasgos delicados, morocho, piel curtida por el sol, jean azul gastado y remera celeste.
Me detuve en la parada del colectivo, él continuaba intentando el levante y yo le pedía que se fuese y me dejase sola, vi que venía el colectivo y giré mi vista para no ver su llegada mientras le pedía que me deje sola, el colectivo pasó y dije:
C-Me hiciste perder el colectivo, no sabes lo que tarda en venir otro
J-Agradezco el que lo hayas perdido así estoy con vos más tiempo
Yo salí caminando con un gesto de fastidio, quería vengarme de Raúl a como dé lugar estaba muy dolida, cuando Joaquín reaccionó volvió a la carga detrás de mí y dijo:
J- Déjame que te acompañe
y yo respondí
C- Voy a mirar vidrieras no creo que te guste
J- Con tal de estar con vos iría feliz hasta al cadalso
Su respuesta me hizo reír y dijo
J- Sos tan bonita… tanto cuando te reís como cuando estas seria.
Me detuve en una vidriera de una galería y ahí surgieron nuestros nombres, el suyo era Joaquín. El siguió intentando levantarme y yo por momentos me mostraba accesible y en otros, distante.
Charlamos, caminamos y me invitó a tomar algo, entramos a un bar, estábamos charlando cuando sonó mi celular, era mi hijo que llamaba desde la casa de mi hermana, al atender dije “hola mi amor”, (al principio él supuso que era mi novio o mi marido el que llamaba), como la charla fue delante de Joaquín, enseguida se dio cuenta que se trataba de mi hijo, escucho que él estaba con los abuelos.
Colgué y dije “era mi hijo”, mientras charlábamos miraba a Joaquín no era desagradable, pero era para mi gusto un tipo para pasar el rato únicamente, para ser él el artífice de mi venganza, solo un encuentro… salvo que sexualmente me diese algo “impensado”.
Y la charla se concentró en mí, me hizo alguna pregunta sobre mi hijo y luego me pregunto:
J- Tenés un solo hijo
C- Si
J- Sos separada
C- No (mentí, supuse que eso excitaría más a Joaquín)
J- Me sorprende
C- ¿Qué cosa?
J- Que tu marido no te acompañe si fueses mi esposa iría con vos a todas partes
C- Eso es falta de confianza
J- No lo que pasa es que sos muy hermosa para andar sola en la calle y no pasas desapercibida para ningún mortal.
C- No sé si para todos, pero no pase desapercibida para vos, pero la mayoría de las veces mi marido me acompaña.
J- Por suerte hoy no te acompañó.
C- No hoy no, está trabajando en Salta. Trabaja para una empresa que hace obras en el interior y a veces viaja para supervisarlas, así que está afuera, a veces un par de meses.
J. Así que ahora estas solita.
C- Nooo… ahora estoy acá charlando con vos
J- Hace mucho que estas sola, digo sin marido?
C- Dos meses y 3 días
Note que eso lo puso más excitado
J- Eso quiere decir que no tenés excusas para irte, tu hijo esta con los abuelos y tu marido lejos… podemos seguir caminando.
C- No eso quiere decir que ahora nos vamos, veo las tres o cuatro vidrieras que faltan, y vuelvo a mi casa.
J- ¿Pero qué vas a hacer en tu casa?
C- Mira yo te agradezco los piropos, la compañía que fue muy agradable, pero soy casada, y amo a mi hijo.
Puso su mano sobre la mía y dijo:
J- No dijiste que amas a tu esposo…
No respondí… salimos del boliche, caminamos hasta el final y volvimos por la galería, Joaquín estaba un tanto confundido, no sabía que actitud tomar conmigo, la galería tenía varias salidas tomamos una y salimos a la calle, caminamos y entré a un negocio que estaba cerrado que vendía ropa interior.
Vi ropa, había un conjunto de corpiño, bombacha y baby doll color rosa muy transparente, él dijo que me quedaría muy bien, pero que para dar la última palabra necesitaría vérmelo puesto
Yo me reí. Él tomó mi mano. Yo le pedí que la soltará, pero para nada muy convincentemente, él quiso tomarme de la cintura, yo intente impedírselo un poquito pero excitándolo un tanto, me arrinconó, me tomó por la cintura y me beso, mientras yo hacía como si intentase oponerme, hasta que sus labios rozaron los míos, en ese momento me quedé impávida lo que él aprovecho para sellar sus labios con los míos, y yo no opuse ninguna resistencia, rodee su cintura con mis manos y uní mis labios entregándolos a un beso que se hizo cada vez más profundo, cuando nuestros labios se separaron, lo miré a los ojos y le dije:
C- No quería llegar a esto… me gustaste apenas te vi… no puedo hacer esto
J- Pero pasó bebe, y besarte fue lo más hermoso que me pasó en la vida
Él volvió a tomarme en sus brazos, nos besamos y me tomó por la cola, yo me opuse diciendo:
C- No acá no…
J- Bueno ¿vamos a un hotel?
Me tomó fuertemente por la cintura y caminamos así, besándonos esas 3 cuadras que nos separaban del hotel.
Entramos en la habitación, él se sentó en la cama, yo lo bese mientras él acariciaba mi cola, entonces me separé un tanto, alce mi pollera dejando casi la totalidad de mis piernas al descubierto, me senté sobre las suyas, quedando frente a él y pudiendo sentir su pene muy erecto, rodee con mis brazos su cuello, besé sus labios al mismo tiempo que movía mi cuerpo excitando su pene hasta ponerlo súper excitado. Yo también lo estaba.
Él me beso y sus caricias eran cada vez más profundas, nada le impedía tomar contacto con mi concha por sobre la bombacha, yo me quité la remera y mi torso quedo solo cubierto por mi corpiño de tul bordado de color azul que dejaba buena parte de mis senos al descubierto, y que hacia juego con una bombacha pequeña del mismo tono, el enloqueció aún más al verme así y dijo:
J- Tensé unas tetas estupendas amor, y yo dije:
C- me encanta que te gusten porque pronto vas a poder saborearlas por completo
Él dijo que estaba muy excitado y que estaba haciendo esfuerzos para no acabar, yo lo miré y dije:
C- eso lo voy a solucionar bebé.
Baje de entre sus piernas me arrodillé en el piso delante suyo, baje la cremallera de su pantalón, baje su slip, tenía un pene de dimensiones normales, lo acaricié con mi mano a lo largo de su tronco, vi su cabeza rosada, besé su pene subiendo por el tronco hasta llegar a su glande y lo bese, su boca emitió gemidos de placer, luego con mis labios lo mordisquee suavemente y gocé su punta con mi lengua, Joaquín no paraba de gemir, luego baje por su tronco con mis besos, para volver a su cabeza rosada y volverla a saborear con mis besos, con mi lengua, sentía placer extremo al tenerlo en mi boca.
Luego tome su pene con mi mano y comencé a introducirlo muy despacio en mi boca, chupándolo y saboreando cada centímetro poseído, lo sentía en mi boca, él no paraba de gemir, yo me sentía súper excitada, hasta apoderarme por completo de su pene, y lo chupaba y la rigidez de su pene entraba y salía de mi boca, saboreaba ese momento por completo, y comencé a hacerlo a un ritmo cada vez más acelerado, su mano acariciaba mi cabello con más ímpetu, el final se sentía próximo, su pene entraba y salía de mi boca cada vez más aceleradamente, sus gemidos eran más continuos y profundos, sus manos tomaron mi cabeza con fuerza y su pene estalló lanzando su cálido semen y sentí su calidez en mi garganta, su pene no paraba de estallar y mi boca se inundaba de semen, luego de esos instantes, su pene se calmó, mi boca se dirigió a su glande que seguía lanzado pequeños chorros de semen, mis labios seguían saboreándolo y su boca seguía gimiendo y mis labios seguían saboreando su pene un poco más allá de la quietud de este, el quedó recostado en la cama yo fui en busca de sus labios y nos besamos.
Luego me incorporé y fui al baño a higienizarme.
Volví a la habitación, él estaba con un bóxer negro recostado en la cama, yo en medio de la habitación me saque la ropa hasta quedarme con mi pequeña bombacha azul, me recosté a su lado y nos besamos.
Luego él quedo sobre mí, se sacó el bóxer, lentamente al tiempo que besaba mi vientre fue bajando mi bombacha hasta dejar al descubierto mi conchita, bajó mi bombacha hasta las rodillas, yo completé la operación hasta retirarla de mi cuerpo.
El besó mi concha arrancándole a mi boca una mezcla de gemido y grito cubierto de placer, luego tomó entre sus labios, mis labios vaginales, y los besó, los lamió con su lengua, yo sentía un estremecimiento total, me los besaba y los lamía y mi cuerpo se contorsionaba de placer, aferrando las sábanas de la cama hasta que estallé en un interminable orgasmo.
Luego de besarnos, su boca se apoderó de mis senos, sus manos los acariciaban placenteramente, mis pezones estaban erguidos, y los sentía casi a punto de estallar, luego los besó, los lamió se apodero totalmente de ellos y no paró de besarlos y lamerlos hasta que mi cuerpo pletórico de placer volvió a estallar en un nuevo orgasmo.
Nuestros labios se unieron en un beso apasionado, luego de algunos segundos, se acomodó sobre mi dispuesto a penetrarme, sentí la punta de su pene en la puerta de mi concha, sentí su pene juguetear en ella hasta que abrí mis piernas dispuesto a recibirlo.
Empujó su pene dentro mío y sentí como mi cuerpo se invadía de un placer abrasador, yo tomé su cintura y él siguió lentamente penetrando mi vagina, hasta sentir que lo tenía por completo dentro mío, yo gritaba de placer, detuvo un poco su recorrida en mi vagina y fue en busca de mis labios para besarme y decirme lo hermoso que era tenerme así, y yo lo alenté a continuar así diciéndole que me encantaba que lo hiciese así, que me daba mucho placer y gozo ser poseída por él. Volvió a deslizar su pene por mi vagina, me sentía excitada, estaba muy mojadita mis jugos vaginales me invadían.
Poco a poco fue acelerando el ritmo, ya hacia esfuerzos para detener un nuevo orgasmo, sentí que pronto acabaría, su ritmo se aceleraba constantemente mi vagina totalmente lubricada hacia que su pene me recorriese libremente, hasta que sentí su pene contraerse y lanzar dentro de mi vagina su cálido semen, apenas unos segundos después mi cuerpo estalló en miles de convulsiones en un enloquecedor orgasmo, mi cuerpo vibraba y se agitaba y su pene no paraba de inundar mi vagina de semen, nos envolvimos en un abrazo nuestros cuerpos seguían convulsionándose y nuestras bocas se unieron en un largo y profundo beso que se prolongó varios minutos más allá de habernos calmado.
Una vez estabilizados emocionalmente el me tomo entre sus brazos y nos besamos y acariciamos durante varios minutos. Luego dijo:
J- Sos una potra en la cama, nunca me hicieron disfrutar tanto como lo hiciste vos
C- Vos también sos bueno en la cama
J- Mejor que tu marido
C- No hablemos de él… pero si querés saberlo sos mucho mejor… me hiciste gozar a pleno.
J- Tenés una cola espectacular.
C- No empieces, no doy mi cola la primera vez, pero tal vez en la próxima pueda ser tuya…
Sonó el teléfono indicando el final el turno, el preguntó si seguíamos y yo le dije que no que se me hacía tarde que era el cumple de mi suegra y que debía ir.
Nos fuimos a duchar juntos, nos cambiamos y salimos abrazados, caminamos hasta llegar a la parada del colectivo donde empezó lo nuestro, me dijo cuándo podíamos volver a vernos, le dije que cuando él quisiera, dijo: “mañana?”, conteste que sí que me llamase al celular.
Subí al colectivo, lo vi por última vez… me había vengado de Raúl, y se lo hice saber, con un envío de voz donde escucho algo de lo que había pasado… y tampoco volví a ver a Joaquín… sin saberlo el solo me ayudó a realizar mi venganza. Todo había llegado a su fin.
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