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La mamá de Max
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Tiempo de lectura: 6 minutos

La señora Marlene, siempre fue muy linda y atenta con todos nosotros, los amigos de Max, desde que la conocí cuando era un niño me gustaba como me trataba y al crecer, hablo de cuando iba yo en preparatoria, miré como era dueña de un tremendo cuerpo, piernas torneadas, tetas grandes, nalgas grandes y firmes, se la pasaba en el gym o el fitness, admito que solo iba a su casa para verla a ella y no a Max.

Pasó un tiempo, yo ya siendo más adulto me reencontré con Max, él muy amable me invitó a comer a su casa, yo acepté, honestamente no recordaba lo buena que estaba su mama y no pensaba en eso, el me llevo a la casa de siempre, vi a su papa ya envejecido con canas y un poco cansado, de pronto la vi a ella, un pantalón ajustadísimo en color blanco, ¡una blusa entalladísima que marcaba sus perfectas tetas y sus tacones abiertos enseñando sus hermosos pies!

M: ¡Hola, Luis que milagro, como has crecido!

L: ¡Hola, como le va!

M: Max me hubieras dicho que traerías a Luisito, ¡les hubiera cocinado algo especial!

L: ¡No se preocupe señora, muchas gracias!

M: ¡Bueno, los dejo, voy a ir con unas amigas, me dio gusto verte Luis!

Ella muy coqueta tomo su bolsa y se fue, todo el rato no pude dejar de pensar en ella, mi cuerpo estaba con Max, pero mi mente divagaba en su mama, en mi cabeza solo estaba ella con su ajustado pantalón y sus ricas tetas.

Por alguna razón comencé a salir más seguido con Max y nuevamente como en la adolescencia, solo iba a su casa para admirar a doña Marlene, verla en sus pantalones entallados, con sus minivestidos enseñando sus ricas piernas, o con sus licras Marcano su chocho y sus nalgotas, ¡todo el tiempo la tenía parada de solo verla!

Poco a poco le comencé a hacer la plática, había veces que Max estaba en otra onda y yo ligándome a su mama, la señora de 47 años parecía pasarla bien conmigo, así que como pude le saqué el Facebook y el watt, era imposible no mirar sus perfiles y sus fotos y dedicarle unas cuantas pajas, y eso que yo tenía 24 años y una vida sexual muy activa.

Cierta noche fui a buscar Max, creo que esa vez fue la única que, si lo necesitaba a él, al tocar no estaba la muchacha del aseo, la misma señora Marlene me abrió la puerta, cuando la vi, ¡puta madre! casi me voy para atrás, traía un short de licra que se le transparentaba todo, un escote blanco dejándome ver la mitad de sus tetas!

M: Hola Luis, ¿como estas?

L: ¿Hola señora, bien y usted?

M: yo muy bien, jajá, ¡pásale anda no te quedes ahí!

L: Gracias, ¡pero vengo por Max!

M: ¡Ay mi hijo no está, tampoco sus hermanos y su papa, todos están fuera, estoy solo yo!

L: ¡Bueno, creo que vendré otro día!

M: ¡No, espera, hazme compañía un ratito, tenemos mucho que platicar!

L: ¿Segura? ¿No se le hace incomodo platicar con el amigo de su hijo?

M: Para nada, eres de confianza, ¡ven para acá y tomemos algo que tengo mucha sed!

Pasamos a su sala y nos empezamos a tomar unos vodkas, la plática era muy entretenida, hablamos de mi vida, de mi futura esposa, de la familia de ella y de Max, poco a poco fue subiendo el ánimo de la charla, hasta que me pregunto cuando fue mi primera vez, yo un poco colorado le dije cuándo y con quien, ella se sonrió ya que conocía a la señora Olga.

M: ¡Jajá, en serio con la mama de Sandra, esa Olga resulto toda una asalta cunas jajá!

L: ¡Pero si me sentí mal, jajá Roberto era mi amigo y yo teniendo sexo con su mama!

M: ¡Que tiene! ¡Si ella quiso y tú te dejaste o al revés, que tiene!

L: ¡No te molesta eso!

M: ¡Para nada, el sexo no tiene que ver con lo que es tu familia y amistades!

L: Ósea, si quiero tener sexo contigo, ¿no habrá problemas?

M: ¡Jajá, hay Luisito que bárbaro, mejor dame otro vodka!

¡Sus palabras retumbaban mi cabeza, no podía dejar de imaginármela desnuda, creo que fui tan obvio que incluso me lo hizo notar!

M: ¡Luis jajá parece que nunca has visto unas piernas!

L: ¡Como las suyas, no!

M: ¡Ya, si son comunes!

L: ¡Para nada, con todo respeto, está usted muy buena!

M: Jajá Luis, favor que me haces, yo ya estoy vieja, no estoy como antes

L: Con todo respeto, pero usted es capaz de derretir a cualquiera, cuénteme como uno!

¡Nos miramos fijamente y de pronto comenzamos a besarnos, sus ricos labios daban unos besos tiernos y sus manos acariciaban muy rico, yo puse mi mano en su pierna, acariciándosela hasta casi llegar a su entrepierna!

M: ¡Espera, esto no está bien!

L: ¡Pero señora, no que el sexo no tenía que ver con la familia!

M: ¡Pero es que a ti te conozco desde niño, me cohíbes!

L: ¡Déjame tranquilizarte!

Seguí besándola, la besaba y acariciaba tan pasionalmente que poco a poco cedió, ahí mismo en la sala nos recostamos en el sofá, y mis manos acariciaban sus piernas, abdomen y tetas, uf, ¡se me puso durísima al sentir su cuerpo!

¡Me quite la camiseta y el pantalón, dejándome los calzoncillos, ella me miro un poco desconcertada, pero se lanzó a acariciarme y besarme, le quite su blusa y sus licras dejándola en tanga y brasear muy sexi!

L: ¡Pero que rica estas señoras!

M: Dime Marlene, ¡gracias por el cumplido!

L: ¡Dios mío, siempre fuiste mi fantasía Marlene!

M: ¡Lo supuse, siempre eh visto como me miras, solo que no pensé que esto pudiera ser verdad!

Le bese todo su rico cuerpo, desde sus hermosos pies, subiendo por sus piernas y muslos, su abdomen, sus entrepiernas, sus tetas, me detuve a lamer sus pezones hasta llegar a su boca, le baje la tanga y fui directo a su vagina húmeda, ¡la tenía depilada y lista para ser comida!

¡Le comencé a besar los labios vaginales, mis dedos acariciaban su pelvis, ella gemía despacito y me acariciaba la cabeza, mi lengua empezó a entrar y salir de su húmeda vagina, mis manos apretaban con fuerza sus firmes y grandes nalgas, deteniéndose en sus muslos y piernas!

Le comencé a hacer un tremendo oral, mi lengua la follaba delicioso, su clítoris se inflo como paloma, ¡mis dedos entraban y salían de su vagina mientras mi lengua lamia su clítoris!

L: ¿Te gusta bebe?

M: ¡Me encanta, uf, sigue!

Sus palabras me motivaron para darle tremendas lamidas, mi lengua entraba en forma de taco, mis dedos que ya eran tres, entraban duro para hacerla gozar, sentía como se ponía más y más excitada, ¡yo estaba emocionado ya que aún no podía creer que me estuviera cogiendo a la mama de mi amigo!

Después de darle placer con mi lengua y dedos, me quite el calzón y le enseñe mis 21 cm durísimos, ella los miro con ojos súper abierto y comenzó a acariciarlo como si fuera su mascota, le hablaba tierna y le daba besos suaves, ¡eso me súper prendió!

M: ¡Que rica verga, grande y gruesa, uf, Luisito que escondido lo tenías, con razón Olga te violo jajá!

L: ¡Te gusta corazón, es tuyo, devóralo!

En cuanto le dije eso, uf, comenzó a chuparlo como toda una profesional, sus años de experiencia mamando me estaban haciendo jadear y gozar, su lengua lamia rico su boca se abría para que mi verga entrara por completo, sentía su garganta, ella se comía toda mi verga, yo apretaba el cuerpo, ¡sus dientes me rasgaban rico y sus manos apretaban mis testículos!

M: ¿Te gusta hermoso?

L: ¡Me encanta linda, continua, uf!

M: Que verga más rica, ¡nunca me había comido una tan grande!

L: ¿Le eres infiel a tu marido?

M: ¡Yo soy un muejron para una sola pija jajá!

Lo que me dijo me puso a mil, la tomé de la cabeza y empecé a follarle la boca, mis movimientos eran ricos, sentía como sus dientes y su lengua le daban un rico trabajo a mi verga, yo jadeaba del placer, le empecé a meter los dedos, ella escurría gracias a lo que yo le hacía.

¡Me acosté en el sofá que ella, convirtió en sofá cama, y subió lentamente para cabalgarme, sus movimientos eran ricos, yo le acariciaba las piernas y las nalgas, ella brincaba dejándose caer, su vagina mordía riquísimo mi verga, que sensación! Sus movimientos eran de profesional sexual, nos besábamos, yo me deleitaba con sus tetas grandes y firmes, le mordía los pezones le besaba el cuello, ella seguía haciéndolo, pero ahora invertidamente, observaba como mi verga le entraba y le salía, le acariciaba las nalgas y le daba pequeños tirones de cabello.

L: ¡Uf, mami, que rico, que rico te mueves!

M: ¿Que dura, te gusta bebe?

L: ¡Me encanta, sigue así, síguele!

La acosté y me la empecé a coger “normal” mientras le besaba su cuello, mi espalda era arañada por sus uñas largas, le apretaba sus piernas y le mamaba las tetas, ¡nos besábamos apasionadamente!

M: ¡Me encantas nene, que rico hombre eres!

L: ¡Usted es la más rica del mundo!

M: ¡Quedamos en que me hablarías de tu!

L: ¡Los siento, la costumbre jajá!

La puse en cuatro y casi me desmayo al ver tremendo culazo, grande y hermoso, ella se empino lo más que pudo, comencé con la cabecita, mientras me deleitaba con sus nalgas mi cabecita le daba placer, la tomé de los muslos y se la metí ya más fuerte, mi verga entraba duro, ¡yo apretaba sus ricas nalgas y le acariciaba la cabeza!

L: ¡Ah, mi amor, que rica estas!

M: Dámela así, que rico, ¡que rico!

L: ¡Eres una bomba!

M: ¡Me matas, uf, que verga tienes!

Mis movimientos eran más rápidos, al estar ella súper nalgona tuve que ponerme de pie y ella empinarse en la orilla del sofá cama, ahí se la deje ir hasta el fondo, le daba pequeñas nalgadas, sus gemidos me excitaba mas y más, sentí como empezó a escurrirse, le apretaba fuerte las tetas y ella me lamia los dedos.

M: ¡Goza papi goza!

L: Bebe, ¡me vas a hacer venir!

M: Lléname de ti, ¡quiero tu leche!

L: ¿Que quieres?

M: ¡Quiero tu leche!

¡La tome del cabello y empecé a penetrarla salvajemente, le daba nalgadas, la abrace para metérsela más fuerte y hasta el fondo, ella gemía y también se movía riquísimo!

M: ¡Papi! ¡Así así, que duro, dios!

L: ¡Toma, tómala nena, que rico!

M: ¡Coges maravilloso, dios mío!

L: ¡Bebe, me vengo, me vengo!

M: ¡Yo también dios!

¡Ambos nos corrimos juntos, nuestros fluidos se esparcían por todo el sofá cama, los gritos eran muy fuertes, el orgasmo fue maravilloso, nunca había sentido un rico orgasmo como ese!

Me recosté un poco y ella se acostó boca abajo para dejarme acariciarle las nalgas mientras me limpiaba la verga con su boca, su lengua limpiaba todo el semen mientras me miraba retadora y coqueta.

L: ¿Te gusto hermosa?

M: ¡Eres el mejor!

L: ¿Quieres más?

M: Claro, ¡será un placer!

¡De pronto recibió una llamada, era Max!, me dijo que me vistiera que estaban a punto de entrar, yo corrí al baño mientras ella acomodaba lo demás.

Tuvimos suerte, los demás llegaron y nadie sospecho nada, Max se fue conmigo para la casa de otro amigo, me despedí de Marlene normal, pero en la noche o madrugada, nos escribimos por mensajes, nos mandamos fotos y videos.

¡Esa fue la primera de varias veces que me cogí a la buenísima mama de mi amigo Max!

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