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Una mamada express en plena calle
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Mi vecina, de la cual ya había hablado previamente, ya era amiga y cómplice en este tema del sexo. A pesar de que ambos teníamos compromisos, nos regalábamos pequeñas escapadas para darnos esa cierta atención particular, que solo podíamos tener entre ella y yo.

Hace un par de semanas, la invité a pasar por ella a su universidad (ella estudia y yo trabajo) puesto que yo tenía la mañana libre y sobre todo, unas grandes ganas de cogérmela. Habíamos estado platicando por msn sobre la idea de hacer algunas travesuras, platicábamos sobre nuestras fantasías sexuales, así que yo estaba muy inquieto por cumplirle una que otra y así mismo, ella para conmigo.

Así que llegó el día, pasé por ella al centro universitario y se subió a mi coche, yo ese día iba en ropa cómoda, un pants y playera de resaque. Cabe mencionar que obviamente, no llevaba ropa interior, puesto que ya sabía a lo que íbamos. Nos saludamos con un beso, cuando se acercó a darme ese beso, rápido puso su mano en mi verga, como tanteando mi reacción al verla jajaja… pues yo no iba tan excitado, pero la verdad si traía algo de sangre allá abajo, así que ella se encontró con que mi amigo estaba preparándose para lo que viniera.

Avanzamos y le propuse algunos hoteles de la ciudad, yo ese día tenía ganas de entrar a un jacuzzi, así que comencé a platicarle los que tenía en mente, ella se sonrojó y me dijo que no podía, ya que tenía que regresar a clases y pues no podía regresar toda mojada, no al menos del agua del jacuzzi jaja… Yo le platicaba mis intenciones, lo que tenía ganas de hacerle, pero mientras charlábamos de eso, comencé a calentarme, así que mi pene se empezó a notar más y más. Con la misma platica, mi amiga empezó a sentir lo mismo y se tocaba su cuerpo imaginando dicho escenario.

Me pidió que me detuviera en una sombra y así lo hice, me comenzó a besar eufóricamente, se notaba que ella ya no podía esperar más. Nos besábamos y claro, nos tocábamos bastante, pero al ser en plena calle, procurábamos que no se fuera a salir de control. Entonces ella se alejó de mi, dijo mi nombre y sonriendo me dijo ‘ya no aguanto, pero no puedo tardarme más, te propongo algo, te la mamo hasta que te vengas en mi boca, eso es lo que más me gustaría hacer ahorita’.

No sé cuál sería mi cara que ella se río abruptamente, pero apenado le dije que sí, pero que me esperara a llegar a un motel. Ella me dijo que conocía un sitio donde podíamos estacionarnos un rato sin problema, así que ya estando prendido y con mi pene al tope, pues no dudé en decirle que sí.

Comencé a conducir hacia la dirección que me pasó, pero a los 3 minutos de arrancar el coche, ella se quitó el cinturón y se abalanzó hacia mí, me agarró por abajo y me bajó el pants, comenzó a darme unas deliciosas lamidas de locura. Hizo la piel de mi pene hasta abajo, para dejar el glande totalmente expuesto y comenzó a chupar solo esa parte, lo más sensible de mi miembro. Yo como podía seguía conduciendo y metiendo los cambios, iba muy concentrado en conducir, pero también me dejaba soltar un poco por lo que ella hacía conmigo.

De pronto, pasamos por un centro deportivo, que está abierto para entrar ya sea a pie o en tu coche y dejarlo estacionado en alguno de los espacios para coches, así que entré por ahí, me fui hasta el fondo, en una zona de muchos árboles, y me detuve. Dejé el coche encendido y me recargué para disfrutar lo que mi vecinita hacía conmigo. Se escuchaban fuertemente las lamidas que hacía, su boca jugando con su saliva y seguro con algunos de mis jugos preseminales, que tenía ya saliendo de mi pene.

Entonces ella se levantó la falda y me dejó tocarle sus piernas, mientras seguía mamándome la verga con delicadeza. Cabe mencionar que ella es una experta en esto del sexo oral, es bien lanzada, me chupa los testículos, incluso abajo del escroto, ella sabe exactamente donde presionar con su lengua para hacerme sentir bien atendido. En fin, ella me seguía lamiendo y jalándome la verga, estaba decidida a hacerme terminar lo antes posible. Pero por la posición en que se encontraba, me pidió bajarnos del coche, yo no estaba seguro de hacerlo, pero ya en la calentura, me valió madres. Ella se bajó del coche y se pasó al lado del piloto, abrió la puerta y yo con el pants a las rodillas solo me volteé hacia ella, ella se hincó y con la puerta abierta y el coche encendido, siguió mamándomela.

La escena era deliciosa, yo sentado en el coche, y ella sentada a mis pies, haciendo un gran trabajo. Con una mano tomaba mi verga y con su boca chupaba y lamía, era excelente. Yo la agarraba en ocasiones de la cabeza y le sumergí toda la verga hasta tocar su garganta, estaba totalmente excitado y la verdad, perdiendo un poco de empatía, control de la situación y del contexto jaja… Pasando unos minutos, ella me pidió apresurar el paso, ya que estábamos expuestos y ella tenía que regresar a clases, así que la alejé un poco y comencé a masturbarme, ella mientras me chupaba mis huevos con un gran afán, me los acariciaba mientras yo me masturbaba a una gran velocidad.

Comencé a sentirme caliente y le dije que se preparara, ella abrió la boca y me dijo con una deliciosa voz "échamelos en la cara, quiero probar a que sabe tu semen"… cosa que me hizo dispararle un gran chorro de espera en la cara, le rocié el pelo, los ojos, la boca, era una gran explosión. Ella con su boca abierta recibía mis mecos calientes, al terminar el gran disparo, con su boca empezó a limpiarme los restos de espera de mi cuerpo, lo que tenía en las piernas, en mi pubis, incluso en mi mano.

Después comenzó a chupar nuevamente mi glande de manera suave, con la idea de quitarme todo rastro de esa gran mamada. Se limpiaba la cara con sus manos y como si fuera miel, empezaba a lamerse los dedos, tomaba más suavemente mi verga y con pequeñas "exprimidas" lograba sacar hasta la última gota, mismas que ella quitaba con la punta de su lengua, era una cosa de locos. El semen que se dispersó por todos lados, ella lo desapareció con su boca. Al finalizar se levantó y subió nuevamente al coche.

Al retirarnos de ahí, mantuvo su mano en mi pene, ya que mi erección no desistía, y cuando salían pequeñas gotas de semen, ella bajaba y lo chupaba, así que nos regresamos a la universidad haciéndome ella un sexo oral más suave, ya con más cariño jaja…

Mi erección no bajó hasta que ella se despidió de mí, aunque al bajarse, me dijo otra frase que impediría que me quisiera ir "la próxima, quiero que te vengas en mis pompis, quiero hacer sexo anal"… así que esa invitación quedó abierta… y por supuesto que tengo historia!!!

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