Siempre he dicho que el corazón no es el órgano más importante, de hecho todos lo son. Trabajan en conjunto y en sintonía para que nuestro organismo lleve todo en un perfecto control y de esta manera poder realizar nuestras acciones día a día sin ningún problema, sin embargo nos hemos puesto a pensar que hay más allá de la química, la biología y la fisiología de nuestro cuerpo, por qué hay reacciones, estados, y respuesta inespecífica que salen de nosotros sin ningún motivo.
Sera realmente un error de nosotros mismos, proporcionada de manera hereditaria como fallo de las poblaciones humanas por las factores genéticos, geológicos, climáticos, sociales y sanitarias que se dieron en un pasado, o como un castigo divino de la naturaleza incluso dada por dioses, o termina siendo nada pero la misma vez todo; yo creo que el ser humano es algo indefinido porque así como dicen que nunca terminas de conocer a una persona así también nunca terminas de conocer tu cuerpo y la capacidad que puedes lograr hacer con él, tanto bueno como malo, pero más malo que bueno, porque lo malo corre por nuestras venas hasta que acabamos de ceder siendo esto la luz de nuestros días y el estudio de nuestras noches volviéndose un dulce pecado en compañía.
Estoy en tercero de residencia optando por especialidad de cardiología, sé que es irónico decir que el corazón no es importante cuando me asemejo al de la misma manera que en sus fases de sístole y diástole, me estreso y luego me relajo, pero primero me excito para poder empezar y terminar sonriendo o llorando. ¿Podría ser el dolor un placer?, ¿El cansancio un símbolo de esfuerzo y estrés?, ¿Y la excitación causada por algo nuevo y desconocido sin saber si te gustara o no? ¡Aquí llega la fantasía! Es así el estudio y el sexo.
-Vanessa, el paciente de la sala 08 de consulta externa te está esperando hace 3 horas, ¿has terminado con el expediente post-operatorio o tendré que trasladarlo? – Dijo en un tono seco y áspero Carolina, la enfermera.
Levante lentamente la mirada del expediente y mi vista se centró a ella, la cual ni me estaba viendo, tenía la cabeza agachada viendo la hoja de signos vitales y lo que creía tener un electrocardiograma. Se miraba desvelada, sus ojeras la delataban y su cabello castaño estaba alborotado con una moña alta, pero aun así mantenía en perfecto estado su uniforme blanco.
Suspire, levantándome y dándole el expediente. – Si ya he terminado, puedes darme la lista de mis pacientes correspondientes hoy en día.- Le dije, ella asintió y me dio los registro. – Gracias y Carolina, ¿puedes traerme una taza de café por favor? – Le pedí, regresando nuevamente al asiento. Ella me miro indignada pero luego asintió cerrando la puerta.
Tenía 26 años y sentía que mi cuerpo había agotado sus reservas como 10 años más, suspire y abrí los expedientes. Comencé a leerlos y respire hondo a leer el primer expediente.
Nicolás Vicente.
Me levante perezosamente y abrí la puerta llamando al paciente. Él se levantó rápidamente y me quedo viendo con una mirada fría, examinadora y pausada. Vicente, era un paciente de meses atrás ingresado en emergencia por intoxicación de monóxido de carbono, y luego trasladado en cuidados intensivo, posterior a su recuperación tuvo unas consultas externa de cardiología, siendo su situación actual aparentemente bien, pero por historial de antecedentes familiares a regresado varias veces a consulta para chequear su estado de vida sobre su organismo, especialmente corazón aunque yo aseguró que es por otro motivo.
-Buenas Tardes Dr. Hans la eh esperado durante 3 horas. – Dijo en tono molesto. Sonreí levemente. Sus ojos azules me miraban detenidamente.
-Disculpe usted, tenía que arreglar unos asuntos en quirófano. Sabe que siempre trato ser puntual con mis pacientes, disculpe por el retraso. – Le dije abriendo la puerta del consultorio invitándole a pasar.
Su cara cambio de parecer y rio seco. – Especialmente conmigo, sabe que es algo especial. – Dice y asiento. Él entra y se sienta, cierro la puerta y repito la acción del escritorio y comienzo a escribir en la computadora.
-¿Cómo has estado Vicente? ¿Cómo te has sentido estos meses de nuestra ausencia?- Lo veo rápidamente. Él se relame los labios y entrecruza los dedos.
Carraspea antes de hablar. -Pues realmente muy bien Doctora, pero como usted sabe, me gusta estar seguro que no tengo completamente nada así que estoy en sus manos. – Dice, asiento con la cabeza y me levanto para realizar el examen físico. – Sabe que he extrañado verla- Ínsita sonriendo mientras tomo la frecuencia cardiaca. Rio suavemente.
-¿Y eso porque? -Pregunto retóricamente, sabiendo ya la respuesta. Él ríe bajo.
– Sabe muy bien cómo me gustan las morenas, y usted es una chica muy bonita y sobre todo inteligente y delicada sobre su trabajo sigo sin creerme que no tenga novio. – Dice sin dejar de verme, subo mi mirada hacia el dejando el esfinomanometro.
-¿Que te hace creer que no tengo novio?- vuelvo a preguntar retóricamente. Él ríe en alto. Y coge mi mano.
-Doctora usted y yo sabemos muy bien que no podría. -Dice y quedo atónita. – Eso no está en su sistema, usted es una persona responsable y dedicada, no sale mucho con su compañero de trabajo y estoy segura que si llega a tener algo con alguien sería muy pero muy duradero. Estoy en lo correcto, no? – dice con una mirada divertida.
Me rio suavemente. – Usted se ha imaginado cosas que no son Vicente. – Digo pero él se levanta de la camilla y pone sus manos en mis hombros. Lo veo detenidamente, y con un poco de miedo, sabía que Vicente tenía estados compulsivos y que era demasiado terco, su presencia me atemorizaba y podría sentir su atracción sexual hacia mí.
-Vanessa, me gusta mucho tu mirada, esos ojos marrones son muy sensuales y provocativos y… -pauso deteniéndose en mi boca- Y esos labios carnosos, ufff- Resopla- Doctora debería de dejar de pintarse los labios de rojo. – Sus manos bajan y se posan en mis caderas atrayéndolas hacia él, pongo mis manos en su pecho tratando de alejarlo y bajo la cabeza. -Mírame a los ojos- Dice en tono obligatorio, niego con la cabeza.
-Vicente sabes que vos y yo no podemos tener nada, nuestras personalidades son completamente diferentes, además mi trabajo me lo impediría por los turnos, las horas y… -Me interrumpe y me sube arriba de la camilla.
Sus labios se posan en mi cuello y da pequeños besos en él. La coleta recogida daba una completa visión de él. Chillo une muerde, empujo fuertemente y lo quedo viendo mal. – Debo moverte con un médico hombre, te dije que si volvías hacer esto le diría a mi supervisor, esto no es ético ni profesional. -Digo molesta, saltando de la camilla al suelo. Me giro y el me coge del brazo.
-¿Crees que no me doy cuenta que sales con otro, y que cuando estas en consulta conmigo choreas para que te folle esa boquita dulce que tienes? – Dice en tono molesto, frunzo el ceño y con mi mano derecha dirijo un golpe fuerte a su mejilla provocándome que me suelte ¡PLUS! – ¡Joder Puta! – Sus ojos azules se tornan oscuro de la cólera.
Me muerdo fuertemente el labio-Tienes suerte que no llame a seguridad, ahora lárgate de mí consultorio sino quieres ir a la cárcel por acaso. -Le digo y ríe- Me eh dado cuenta que me sigues cuando salgo del trabajo y eh tenido q buscar rutas alternativas para alejarme de ti, así que déjame en paz. – digo frustrada.
Vicente era un hombre alto, blanco, ojos azules y cabello negro, con una buena dentadura y musculatura, era terco, compulsivo, mentiroso y calculador. De hace meses me seguía y yo por no coger ningún problema no he abierto la boca. Él respira hondo y asiente con la cabeza. – Como quieras muñeca, transfiere a otro doctor u hospital pero esto no se quedara así. – Dice saliendo de un portazo, caigo rendida en la silla del escritorio, pensando las medidas preventivas que debí hacer desde un comienzo.
Terminó mi turno a las 20:00 pm llego a casa 30 minutos después. Mi madre ha dejado una nota en la mesa diciendo que han salido a comer y que regresan en la madrugada, resopló indignada y cansada. No han dejado comida y me da mucha pereza hacer, así que probablemente pediré. Realizo el pedido, y luego me meto a la ducha. Pienso en el día largo y agotador que fue y lo único que quiero es comer y dormirme. Salgo, me pongo una bata de dormir, y camino a la puerta de entrada para recibir la comida, entregó el dinero, cojo y cierro.
Tenía la música un poco en alto en casa mie tras paseaba en ella, voy hacia la cocina, y comienzo a buscar unos platos que se encuentra en la lacena, me pongo de puntillas para alcanzarlo cuando veo una mano que lo coge primero que yo y chillo. Me giro rápidamente y me pone una mano en la boca. Era Vicente, quedó con los ojos abiertos de par en par, él sonríe y luego me coge del cabello. Chillo por dentro, estoy muy asustada. Él me guiña y me tira hacia la mesa cayendo boca abajo sobre la madera, él se posa detrás de mí cogiendo mis manos por detrás de la espalda.
-Me gusta también como te ves con esta bata de baño. ¿Es nueva? Porque la anterior era roja y esta es de color negro. – Dice en tono burlesco.
Mi cara se pone roja de la cólera. – Quítate y lárgate o gritare y vendrá la policía, pero ¡YA!-Grito al final, girando mi cabeza para poner mi vista hacia él. Vicente ríe fuertemente y se acerca a mí apretando más mis manos y su bulto presionando mi trasero. – Vanessa tu eres mía, siempre lo has sido, me has salvado la vida tengo que recompensarte de alguna manera. – Dice en tono rudo mientras me da un beso en la mejilla, como respuesta le escupo en la cara y sus cejas se ponen en V y me gira rápidamente quedando boca arriba, me coge con una mano la cara apretando fuertemente, mientras la otra sujeta mis manos, trato de removerme pero no puedo mi mirada es tímida pero molesta a la vez. Sus ojos estaban encendidos, y sus labios en una sola línea.
-vuelve hacer eso y… -Se detiene para darme una fuerte bofetada en la cara- y veras como te arrepientes en la puta vida, zorra mía-Grita dándome otra bofetada, chillo fuerte al sentir el ardo y el dolor, comienzo a temblar del miedo. Mi vista comienza a nublarse por las lágrimas pero veo como se relamo los laníos donde había caído mi saliva.- Vas aprender hacer una buena mujer así como de doctora eres de buena. -dice arrastrándome de los brazos hasta la sala, donde me tira al sillón y con las cintas de las cortinas me anuda los brazos y las piernas. Comienzo a llorar a mueres, mientras mi cuerpo tiembla al sentir su tacto.
-Porra favorrr Vicenteee -Lloro fuerte, él ignora mis suplicas y sigue manoseándome de arriba hacia abajo.- paraaazhahan… -Me da un azote como respuesta y comienza a reírse.- ahahah -Comienza a darme muchos azotes hasta que su mano comienza a picar cruelmente en mi piel.
Siento como pone sus dos manos en mi culo y comienza a restregarse sobre él, me levanta la bata y hace a un lado la braga, ríe fuertemente y paso sus dedos por la raja de mi culo y luego siento como su saliva cae lentamente. Chillo más fuerte, removiéndome, pero cada vez que me muevo me pellizca o me azota.
-Por faaavorrr hare lo que quierasss pero nooo -mi voz se entre corta, y mi garganta carraspea. Escucho como se baja la bragueta y sus gemidos de excitación, empujo más mi cabeza contra el sofá. Y de repente pone su pie en mi cabeza y chillo más. – Vicenteee por favorrr.
-¡cállate! -Grita, chaquea y azota ¡Plas! ¡plas! Paso sus dedos sobre los labios de mi coño, siento su capullo palpitando y pasándolo restregadas veces sobre mí, y de un solo empujón se introduce completamente tomando impulso desde los pies hasta la cadera.
-hahahaaaaa jodeerrr -Grito fuertemente mientras siento como las paredes de mi coño se contrae, y atrapan su polla, mi cuerpo se colapsa y comienza a sudar, temblar y ruborizarse. Él sonríe de oreja a oreja y gime fuerte, siento como sus pies hace más presión en mi cabeza mientras levanta mi culo para ponerlo más en pompaaa- porfavorrrr paraaaa hahaaa – Mi cara es un mar de lágrimas.
Él me ignora y veo como con la otra pierna se sube al sofá. – Si bajas el culo en donde te lo puse, te reviento hasta que quedes sin coño puta- Me escupe en la cara mientras me amenaza, y sin quitar su pie en mi cabeza, se sienta sobre mi culo con la polla metida en el coño, y su otro pie se posa en mi cabeza. Siento como todo su peso recae sobre mi, sus 1.90 de altura recaen sobre mis rodillas, siendo yo una chica delgada con 1.53. El gime fuertemente haciendo presión sobre mi coño y se mueve suavemente de adelante hacia atrás sin sacar la polla. Escucho la música, sus gemidos y mi respiración forzada, la situación me pone nerviosa. Sus manos recorren mi cuerpo y desciende hasta introducirse en mi bata y comenzar a tocarme los senos, encuentra los pezones y los pellizca.
-Ufff Joder-Gime fuerte y de repente da un salto pequeño y chillo, me contraigo y él gime de nuevo. -Soonn hahhaha pequeñitos como me los imagine, una teta grande puta con pezón pequeño. – Me escucha gritar y eso le excita más porque comienza a saltar más fuerte haciéndome descender las piernas. – No bajes el culo joderrr.
-paraaa. -El molesto se baja y saca la polla. Me gira, y me pone boca arriba. Lo veo con miedo y el sonríe, y luego me escupe se acerca para besarme y pone mis piernas en sus hombros. Lo muerdo cuando me besa, él se aleja, ríe y vuelve a besarme, introduce suavemente la polla hasta que sus huevos tocan la entrada de mi coño. Se escucha el ¡chof! ¡ chof! ¡chof! De sus huevos sonando contra mi, le pido que pare, pero no lo hace. -vicenteee eeheheee
Él pone los ojos en blanco mientras gime y luego sonríe viéndome a los ojos- Tu eres mía, solo mía de nadieee mas. – Comienza a follarme de una manera más agresiva como antes siento como su polla va creciendo a tal punto de correrse y llenarme por completo. – ahahaha sisisi me corro en ti zorraa
Cierro los ojos fuertemente al sentirme sucia y utilizada, él aun no disminuye su paso. Al sacar la polla, siento como su leche baja de mi. Él baja, y empieza a escupir mi coño repetidas veces. Levanta la mirada y sonríe de oreja a oreja, me coge del pelo y me pone a la orilla del sofá, con la cabeza afuera, mi cabeza guinda. Y me da unas cuantas bofetadas para abrir la boca e introduce sus pelotas en mi boca. Comienzo a chupar siento lo salada de sus huevos a causa de la agitación y el éxtasis, algún pelo de él chupo y succiono los huevos, el gime y pone sus manos detrás de mi cabeza y me levanta para unirme más a él.
-Joder Doctora ahora sí creo que tengo taquicardia- Dice riéndose burlescamente mientras sus huevos están en mi boca, me saca los huevos, comienzo a toser fuertemente pero vuelve a cogerme la cabeza y pone su polla en mi boca entera comenzando a follarme la boca, él gime de manera muy fuerte, excitada, fuera de sus casillas, y sus huevos rebotan en mi mandíbula, ejerce algunas veces presión, y la saliva desborda por la comisura de mis labios.
En unos minutos más se vuelve a correr pero esta vez dentro de mi boca. Deja un rato su polla dentro de mi, y seguido se aparta y me ve desde arriba. – Te ves preciosa así. – Me dice tirándome un beso. Mi cara esta hinchada, roja y llena de saliva. Él pone sus manos en mi pecho y comienza a estrujarlo, chillo con la polla metida pero en un dos por tres siento otro liquido descender por mi garganta y es su meado.
El comienza reírse y yo agitarme pero el coge mi cabeza fuertemente, y cierro los ojos por la presión. -Así así Doctora muy bien, trague trague imagine que es suero, lo que te ayuda a hidratar el cuerpo luego de una recaída jajajaja. – Se burla y comienza a sacar la polla cuando termina.
Me siento humillada, y usada, su meado lo escupo pero no por completo. Él vuelve a cogerme del cabello y me gira para verlo. -Esto será muchas veces doctora.
Continuará…