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El fetiche de la vendedora
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Nunca fui de buscar ningún tipo de ropa específico para vestirme. Pero alguna vez tuve unos botines altos acordonados que me gustaban más que nada por su comodidad. Vestía simplemente vaqueros, algún buzo y chaqueta de abrigo si hacía falta. Pasó que un dia salí caminando de mi casa, llevando puestos los botines, un jean, una chaqueta de cuero y me calcé una gorra azul con visera. Al pasar frente a un comercio, me pareció que la chica que allí estaba se me quedó mirando. Pero tampoco le di demasiada importancia ya tal vez solo me lo imaginaba.

Anduve por varias partes y al regresar, recordé que debía comprar algo justamente en ese lugar. Al entrar no había clientes a la vista y la señorita, ahora sí, me clavó la vista. Le pedí lo que necesitaba y ella me atendía medio embobada. La verdad me sentí un tanto incómodo porque no hacía nada para provocar su actitud. Luego de pagarle y cuando ya me despedía, me preguntó:

-No va a detenerme… a interrogarme?

-Yo? Y por qué habría de hacer eso?

-Por sospechosa… y por su condición de agente del orden…

-Usted se equivoca… yo no soy agente de nada…

-Pues yo creo que sí… Esa gorra, la chaqueta, esos botines… ese porte!

-Ja! Usted realmente está muy errada en lo que ve… se confunde!

-Pues… quizá quiera pasar usted de incógnito, aunque…

-Disculpe… debo irme…

-Pues, vea que yo tengo las esposas… para ahorrarle trabajo… mire!

-No puedo creer… ¿es broma?

-Para nada… te vi con esa vestimenta y se me despertó la sumisa que llevo… me encanta que me traten recio!

-Pues… no es lo mío!

-¿Ni por una vez? Soy de las que una vez dominada… entregan todo! Dijo y se abrió un poco el escote por donde asomaba un buen par de tetas. Recién presté más atención a su aspecto. Era más bien grandota, de anchas caderas y corta cabellera pelirroja.

-Hay poca clientela hoy y me aburro. Mejor cierro y me interrogas… o incluso me revisas para ver si no escondo algo… un arma… no se…

Ya me picó la curiosidad y opté por interpretar el personaje que ella pedía. La tomé de un brazo para empujarla hacia la entrada.

-Cierras de una buena vez esa maldita puerta y te pasas a la trastienda. Tienes una tremenda cara de sospechosa ¡

-Ay agente… no se enoje. Soy obediente y no le causaré problemas.

-Eso ya lo veremos…

Cerró y pasó a mi lado hacia la parte trasera del local, cosa que aproveché para propinarle una fuerte nalgada.

-Ay… qué violento!

-Y puedo serlo más todavía, perra!

Me llevé las esposas que había dejado por ahí. Una vez en la trastienda, le ordené poner las manos adelante y se las calcé. Si ese era el juego que proponía, si era su fetiche, lo tendría. Le ordené que se pusiera de espaldas y separara las piernas. Incluso le empujé los pies con los botines para ordenarle que lo hiciera.

-Vamos a ver que tenemos acá, le dije y tirando las manos por delante, se las metí dentro de la blusa para sobarle las tetas libres de sostén. Se las apreté y dejó escapar un gemido. Le lamí detrás de las orejas. Besé su cuello dejándole la marca de un chupón.

-No me haga daño, agente… soy una buena chica… no hice nada…

-Eso lo veré… veré si no esconde nada. Metí la mano por entre sus piernas y la acaricié con rudeza. La empujé sobre una mesa para que quedara más expuesta. De un tirón bajé el cierre de la pollera y se la dejé caer. Menudo culo guardaba dentro de esos calzones de aspecto antiguo. Se los corrí a un costado y fui directamente a meter un dedo en su concha. Gimió. Metí y saqué el dedo, removiéndolo en su interior apenas húmedo.

-Aquí no hay nada… veremos acá… y de un golpe le mandé el dedo en el culo, haciéndole dar un respingo.

-Ay… que rudo, agente… pero revise bien, revise y asegúrese de que no escondo nada!

Saqué el dedo, lo escupí y se lo volví a meter. A meter y hurgar en el estrecho agujero anal. Ya para entonces tenía la verga bien dura y la dejé salir. –Revisaré más profundo le dije… y de un solo golpe le penetré la concha…

-Ay, ay… así, revíseme bien… así. Que buen pedazo de detector tiene usted! Si no supiese que es usted un correcto agente, pensaría que me está cogiendo!!!

-Para nada, le dije mientras bombeaba en su interior e iba haciendo que se terminara de humedecer.

-¿No encuentra nada, agente?

-Todavía no llegué al fondo, le respondí antes de dar el empujón que dejó chocando mi pelvis contra sus nalgas y toda la verga dentro.

Con una mano sostuve su cadera y con un dedo de la otra le volví a escarbar el culo. A medida que aumentaron mis empujones, su respiración se hizo más agitada y movió las caderas para invitarme a que la cogiera más fuerte. Apenas llegó al orgasmo, saqué la pija de la vagina, la apoyé a la entrada del culo y se lo invadí.

-Aaaaah… me duele… pero no la saque. Soy una mala chica y puedo ocultar algo… busque, busque!

Fue casi una violación con tan recia entrada! La penetraba y la azotaba con la palma de la mano, dejándole las nalgas rojas. Bombeaba con golpes espaciados y profundos. Cuando sentí que estaba a punto de acabar, se la saqué e hice que se arrodillara frente a mí para descargarle la leche en la cara. Se relamió para juntar lo que le quedó cerca de la boca y me sonrió burlona.

-Quería esa leche en el culo… pero supongo que tendrá usted más, agente…

-Claro… esto aquí no termina… toma y chupa hasta dejármela limpia o sí que te castigaré…!

Geronimo68

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