Hace un tiempo conocí a Nel un hombre madurado de 45 años lo conocí por Facebook por medio de una venta, chateamos un tiempo y las conversaciones cada vez subían más de tono, él me contaba de sus aventuras sexuales y yo de las mías, hasta que un día decidimos vernos.
Él un hombre alto de ojos azules muy buen mozo, yo de estatura media, morocha, tengo algunos kilos de más, pero me mantengo bastante bien, tengo 36 años. Nos vimos en una plaza y fuimos a un bar a tomar algo entre charlas y risas nos besamos y ahí comenzó la calentura.
Luego de un rato decidimos ir a un hotel, cuando entramos él me tomo de los hombros y me tiro a la cama de forma brusca me encantó y gemí, sonrió y me dijo ‘te gusta fuerte?’. Él sabía porque yo le conté que me encanta chupar pija y me encanta el sexo duro, le dije ‘si papi quiero sexo duro’. Me tomó del pelo y me arrodilló, sacó si miembro no era muy grande, pero si muy grueso, lo besé y con los labios apreté su glande y chupé, él gimió.
Lo hice varias veces, luego me la tragué hasta mi garganta hice arcadas y él con sus ojos cerrados gimió, me paré y empujé a la cama a ese hombre que me ponía a mil, él se dejó caer.
Me saqué la ropa y él me miraba, le saqué toda su ropa y de nuevo comencé a chupar esa pija tan rica pasé mi lengua de arriba abajo, chupe todo su tronco, me la tragué toda hasta la garganta, chupé sus huevos los lambí, los saboreé. Seguí chupando primero suave luego fuerte, mordí su pija, chupé, tragué hasta que se acabó en mi boca. Me tomó del pelo y compartimos boca a boca la lechita rica hasta que yo me la tragué.
Él se recuperó rápido y fue mi turno solo que él me tomo del cabello y me puso en cuatro, me dio unos nalgasos muy fuertes, me dejó su mano marcada y me encantó, me sentía empapada. Él se puso detrás de mi y sin más me penetró en mi culo, de una grité de placer, él me tomó las caderas y me dio más y más fuerte, yo gritaba y comencé a moverme. Él me decía ‘no te muevas que me acabo’, pero como niña desobediente me moví, mis caderas subían y bajaban y el acabo. Sentí su leche dentro de mi, él gimió y me dijo ‘que puta desobediente sos’ y me dio dos nalgadas muy fuertes, eso me llevó a acabar.
Él me ordenó que me tocara la concha y lo hice hasta acabar como una perra, él fue y me chupó la conchita toda mojada, yo gemía. Luego de unos minutos él me ordenó ponerme de rodillas y me ató las manos con un pañuelo, me levantó de los pelos y me dijo ‘vamos a hacer un rico 69 pero tu estarás atada y solo podrás mover los pies’. Me tiró sobre la cama y me metió la pija en la boca mientras él chupaba mi conchita, yo chupaba su pija hasta que logré chupar su culo, sentí su gemir y dejó de chupar mi concha. Yo metí mi lengua bien adentro de su culo y él gemía pidiendo más.
Seguí hasta que sentí que me rogaba por más, le pedí que me soltara las manos y lo hizo entonces. Ahora él estaba en cuatro con su culo lubricado y muy abierto, le metí un dedo y luego dos y tres, él gritaba de placer, seguí así hasta que le pedí que me diera su pija en mi boca y sin dejar de meter mis dedos en su culo le chupé la pija hasta que acabó. Lo besé y dejé descansar porque lo que venía después era mucho mejor, pero eso lo cuento en la próxima…