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La tía picarona
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Quiero contarles lo que pasó hace algunos años. Todo empezó con una breve reunión en casa de mi tía. Ella y mi prima son dos personas que gustan mucho de la bebida hasta perder el control, mi tía ya es una mujer mayor digamos que conservada para su edad, ella es gordita, cabello corto castaño, de poco busto, pero muy caderona y unas nalgas bien paraditas producto del gym. En resumen de esas señoras gordibuenas.

En ocasiones anteriores al calor de la bebida ya había notado que se pegaba más a mí y buscaba la manera de poner la mano disimuladamente en mi entrepierna o tocarme las nalgas unas veces más descaradas que otras. Ya entrada la noche, mi prima se fue a dormir y yo alegando que tenía trabajo pendiente para el día siguiente optamos por ir a dormir. Mi prima ya encerrada en el cuarto y totalmente dormida gracias al alcohol roncaba como piedra. En eso salí del cuarto en dirección al baño quería darme una ducha antes de dormir pues había mucho calor y en la región donde vivimos es un clima muy caluroso.

Al pasar frente al cuarto de mi tía me dijo que si le podía acompañar a dormir y le dije que sí, que volvía apenas terminara de ducharme en lo que saqué una colchoneta para poner en el piso y poder descansar, pero mi sorpresa fue cuando volví del baño mientras pasaba para acostarme y descansar, noté que la luz estaba apagada y la colchoneta no estaba en el piso a lo que pregunté donde iba a dormir.

Ella recostada en la cama dándome la espalda y la cama estaba puesta de tal manera que chocaba con la esquina, me senté al borde de la cama y ella me daba la espalda y su mirada daba en dirección a la pared. A todo esto no me había percatado que no traía nada de la cintura para abajo pues al querer darle un beso de buenas noches sentí su piel tersa y sus nalgas duras sin la prisión de sus shorts o ropa interior alguna, me quedé mudo y en silencio admirando el manjar que tenía puesto que solamente se veía gracias a la luz de la luna se puso frente a mí y me agarró el pene por sobre la ropa y me susurro:

-Qué, ya te vas a dormir? -Mientras tanto me empezaba a sobar mi miembro y mordía el labio.

Sinceramente no sabía que hacer o decir solo alcance a cerrar los ojos y disfrutar. Ella, hábilmente me bajó el bóxer y me empezó a dar una mamada de campeonato como si fuera un caramelo, lamio mi falo y mordía mis testículos haciéndome sentir que no iba a durar mucho tiempo.

Rápidamente tomó mis bolas y las apretó para interrumpir la eyaculación de pronto sentí los lengüetazos en mi ano mientras ella subía y bajaba haciéndome una rica puñeta ella empezó a estimular mi ano, yo empezaba a jadear ella se preparó gustosa a recibir mi leche, sacó la lengua y devoró la blanca esperma, inmediatamente me bajé a devolverle el favor.

Pude divisar en coño gordito y peludo inundado en jugos con un sabor muy intenso ya que después me confesó que tenía años sin tener sexo ya que ella era divorciada y muchos la pretendían, pero no se animaba solamente al calor de las copas salía esa fiera que traía esa puta interna lista para disfrutar al máximo, se frotaba el clítoris a toda prisa mientras yo chupaba sus labios y metía dos dedos en su caliente pucha ella solita pidió ser cogida me pidió que le haga el amor como nunca antes le haiga hecho a una mujer yo sinceramente para esos momentos tendría unos 18 años, practicaba deporte y cuidaba mucho mi físico, rápidamente le puse los pies en mis hombros y apunté mi verga para empezar a disfrutar ella no paraba de decir que era una puta y que necesitaba que la follaran como una perra en celo.

De un sopetón se la deje ir y gracias al pre ella estaba muy mojada y no tuve tanto problema en metérsela debo decir que a pesar de todo me apretaba muchísimo la verga pero era un dolor bastante rico, le sobaba las pequeñas tetas y daba mordiscos a los pezones la giré y la tenía de perrito empezó a tocarse mientras solo se oía el chancleteo ese clap clap clap que sueles oír en las películas porno después de un rato le ensalive la entrada del ano y le fui metiendo la verga de a poco si la pucha me apretaba este culo prácticamente me estaba mordiendo la tomé de ambas manos y así en posición de perrito le seguí embistiendo ella me pidió montarme se puso en posición y empezó un frenético bamboleo de caderas mientras que usaba ambas manos con una se apretaba un pecho y con la otra frotaba frenéticamente el clítoris los espasmos se avecinaba yo me vine dentro de ella y ella terminó lanzando chorros de jugos sobre mi cuando se recuperó se puso de pie sobre la cama a la altura de mi pecho empezó a pujar y dejó caer de su vagina, un chorro de semen mismos que hace segundos había dejado dentro de ella se agachó a beberlo de mi pecho se volteó y dijo ‘gracias por haberme hacer sentir gozo de nuevo’. Supongo que el dar gracias es educación sexual.

Saludos.

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