Todas las mujeres de tanto en tanto debemos hacernos un control médico, así que me tocó realizarlo, abrí mi agenda telefónica y busqué el número de mi ginecólogo, llamo por teléfono y un mensaje automático me indica que hasta dentro de un mes el doctor no estará atendiendo pues se encuentra en un congreso.
Maldije bastante, pues con Esteban me atiendo desde hace tiempo y le tengo confianza, y tener que abrir mis hermosas piernas con otro médico me incomoda, antes de acudir con Esteban obtuve comentarios de otras pacientes y los comentarios fueron muy buenos, volver a empezar lo mismo me pone un tanto frenética; así que a regañadientes tomé la cartilla médica y me dispuse a buscar otro, así sin tener comentarios ni nada, encontré un tal Juan Carlos, (el nombre es ficticio para no generar problemas), me atendieron y pedí la lista de turnos disponibles, me dio para mañana por la tarde.
De todas formas en esta primera cita, me tendría que hacer la ficha por ser la primera vez, responder preguntas y todas las inquietudes que tenga sobre mi cuerpo, y luego me dará las órdenes correspondientes, para realizar todos los estudios correspondientes.
Al día siguiente llegué al consultorio con una pollera ajustada una blusa y una chaqueta haciendo juego, y unos zapatos de tacón, la pollera marcaba bien mi culo, me habían piropeado por la calle; en el consultorio había otras mujeres y yo era la última, cuando llegó mi turno completé una ficha respondí algunas preguntas que estaban en el cuestionario y entregué la hoja a Juan Carlos, aparentaba ser agradable, modos delicados, me queda la duda si es afeminado, su tez morena y cuando me extendió la mano en el saludo fue firme y seguro, con una sonrisa calculo que para que una se sienta cómoda, lo cual me agrado.
Me dio todas las órdenes para realizarme los estudios, y cuando los tenga que se los lleve, todos controles de rutina, así que fui realizando todo y cuando obtuve los resultados solicité un turno para entregar los estudios, esto fue a las dos semanas; era un miércoles cuando llamé y me dieron fecha para el viernes próximo; hasta el viernes estuve alterada y nerviosa, sabía que iba a entregar los informes y me iba a revisar, Juan Carlos como hombre no estaba nada mal, pero eran una mezcla de sensaciones raras, que solo las mujeres conocemos y nos pasa; la noche del jueves me costó dormir, así que me comencé a tocarme para relajar, me toqué suavemente los labios, me introduje un dedo suavemente dentro de mi vagina, con la otra mano sobaba mis tetas y pellizcaba mis pezones, pronto arqueé la espalda y tuve un rico orgasmo, me relajé y me quedé dormida así como estaba, simplemente con una remerita y una tanga. A la mañana me di una ducha, me depilé y me preparé para ir a ver a Juan Carlos.
Cuando llegué al consultorio era la última de todas, la secretaria no estaba ese día, así que dé a una fueron ingresando, después de un rato me tocó a mí, después no había nadie, así que Juan Carlos se dirigió a la puerta principal y cerro ya que conmigo terminaba su día, ingrese al consultorio y le entregue los sobres con los informes; llevaba puesto un vestido y zapatos con taco medio, con una cartera, luego de leer todos los resultados me alcanzo una bata y me dijo: “anda aquella puerta desvístete y colócate la bata así te reviso, dentro puedes dejar tu cartera y la ropa”; fui a lo que era una muy pequeña habitación me desnude por completo, y me coloque la bata, cuando estuve lista fui caminando descalza con algo de vergüenza, con mucha amabilidad Juan Carlos me extiende su mano y me dice “ven recuéstate en la camilla, no temas que va a estar todo muy bien, sé que es un tanto incomodo pero no te preocupes”, dicho esto entiendo que se dio cuenta de mi actitud, así que logro relajarme, simplemente le dije gracias, pues sabía que entendía.
Me recosté en la camilla, y puse las piernas en los apoyaderos del borde con las piernas abiertas y levemente elevadas, lo que me hizo pensar, “soy toda tuya”, él se colocó un látex en su dedo, y acariciando mi pierna mientras me decía relájate, fue introduciendo suavemente su dedo en mi vagina, fue tocando todo el borde de mis labios y alrededor rozando el clítoris, que tuve que morder los labios para no jadear, mientras seguía con su dedo dentro me pregunta “sientes alguna molestia”, y casi en un suspiro le respondí “no”, (estoy en éxtasis) esto lo pensé, no pude evitar de mojarme y calculo que se dio cuenta; después que retiro el dedo y tiro el látex, volvió hacia mí y me abrió la parte superior de la bata, me fue palpando las tetas, hasta que cuando hubo terminado me dijo, “muy bien Andrea, puedes vestirte” mientras se dirigía a su escritorio; me quede y me dejo caliente, no había nadie más para atender, y mis miedos del principio se me fuero, ya que fue tan suave y delicado que no tuve la mejor idea, de bajarme de la camilla y dirigiéndome a su escritorio le dije con mi suave y dulce voz “crees que esto va a terminar así Juan Carlos”, mientras me desabrochaba y dejaba caer la bata a mis pies, pase del lado donde él estaba sentado di vuelta su sillón y le acaricie el pene por encima del pantalón, no estaba parado del todo pero tenía un buen tamaño, me dispuse a desabrocharle el pantalón y la camisa, Juan Carlos no sabía que decirme solo me miro y me dijo “espera”, y le devolví su cumplido, “relájate va a estar todo bien”, le baje el pantalón junto con el calzoncillo, y su miembro estaba erguido, con mi boca se lo termine de parar, pronto me acaricio la cabellera y a moverse, lo que me hacía tragar toda su pija, la que se la chupe con muchas ganas, pasándole la lengua por todo el glande y el tronco.
Me levante y tomándolo de la mano lo lleve a la camilla, me recosté en ella bien al borde, y levantando las piernas le dije “hacerme tuya, pero no con el dedo”, y me introdujo su pene hasta el fondo, sus movimientos delicados de la misma forma que me había introducido su dedo, tuve dos hermosos orgasmos, me acaricio las tetas ya no como una paciente, sino como a su hembra, me tenía a su antojo.
Con voz entrecortada me dijo me voy a venir, y le pedí espera todavía no, me baje de la camilla y arrodillada a sus pies le acaricie bien la pija y los testículos mirándolo a los ojos le dije ahora acaba cuando quieras, y chupándole bien su miembro, me dijo ahora voy, le apreté y acaricie los huevos, sentí que se hinchaba la bija y comenzó a descargar buena cantidad de leche caliente, la que jugué en la boca y la trague toda, luego le pase la lengua por la pija y se la limpie toda.
Pase a un lavatorio me limpie y Juan Carlos fue a su escritorio a terminar el informe, cuando salí levanto la vista para verme desnuda y yo con una leve sonrisa le guiñé un ojo, y me dirigí al cuartito para vestirme. Los informes estaban todos bien sin ningún problema, así que me queda a mí ahora saber con cuál de los dos médicos me quedo, veremos, por ahora no se
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