Soy Adrián tengo 38 años y trabajo en una constructora donde tengo una gerencia de área. Esta vez les traigo mi experiencia con Sandra, la secretaria que me asignaron por parte del directorio para que sea ‘mi mano derecha’.
Sandra tiene 55 años, es muy atractiva, un trasero y senos grande, labios muy bien delineados, quizás 1.65, piel blanca y cabello ondeado, unos tacos que se esforzaba porque cada día sean más altos que el del día anterior, pero que delineaban sus piernas y traseros que de espaldas está mejor que cualquier treintona que conozco, yo no me fije mucho en ella pues había cada joven espectacular en la empresa y yo ya andaba con una de arriba para abajo.
Al grano: era sábado y yo estaba demasiado agotado, llevaba tres días sin dormir y ella me alcanzó un café a mi oficina. Le dije necesito una cerveza y me dijo: en la sala del directorio hay wisky te preparo una copa? Le dije: Si por favor, ella me dijo: te entro derrame en el ojo, me mire en el espejo y estaba más rojo que semáforo. Ella acotó: tienes que desestresarte… Que te gusta hacer? Comenté: El sauna me hace mucho bien, pero perdería tres horas y aún no acabo estos informes. Ella dijo: vamos, yo conozco uno bonito, de ahí regresamos y yo te ayudo a terminarlo. Dude y respondí: ok pero solo dos horas.
Eran las 6 pm y cogí mi camioneta, al llegar y preguntar la tarifa me dijo: 15 Lucas cada uno pero tenemos una oferta: por 60 alquilan habitación matrimonial, masaje e ingreso al sauna. Sandra dijo: tomemos el masaje. Entonces pague la habitación e ingresamos…
Ya en la habitación me dijo: cambiémonos rápido y vamos por los masajes, se cambió y se adelantó a los masajes. Hasta ese momento no le vi ni los tobillos. Al darle alcance en él sauna la vi recostada y ya la masajeaban, su trasero sobresalía, grande y bien redondito, me recosté en la camilla de al lado y también empezaron conmigo, ella no traía brasier. Después de 20 minutos salimos a la cámara de vapor, ahí recién repare que Sandra tenía una silueta bastante agradable, se había colocado de nuevo su brasier y le alabe su busto: "que bellos senos y esas pecas los hacen re tentadores", ella acotó: Solo eso te gusta? Así pasó como una hora entre risas y chistes que hacíamos…
Tomamos 3 cervezas cada uno, las que me picaron rápido pues estaba agotado y le dije: me adelantaré a la habitación, me dijo: vamos, también me movió la cerveza. Ella se paró y caminó delante mío, qué tal silueta, su cuerpazo era espectacular, una madura muy buena y pensé: "Me la comeré hoy, podré?". Al llegar a la habitación entre a la ducha y empecé a bañarme, le dije: "necesito que me jabones la espalda", ingreso a la ducha, yo ya no traía nada encima pero ella aún tenía su bikini, me jabono y me pidió que hiciera lo mismo y se sacó su bikini, no la toque, pero el que te cuento ya estaba más prado que soldado de guardia presidencial…
Salimos de la ducha y le dije: recostémonos un rato a lo que ella accedió, pero me dijo: pide dos cervezas más, las pedí, mientras nos secábamos y yo me deleitaba con su cuerpazo llegaron las cervezas, ella abrió la cama y se metió dentro, hice lo mismo y ella me preguntó: te desestresaste? Le dije que algo. Entonces se apegó a mi cuerpo, sentí sus nalgas rozando mi pene, la abrace y acaricie sus senos grandes y pecosos que me embobaron en la sala de masajes, sus pezones café oscuro y grandes que a medias dejaban ver la lámpara se veían exquisitos para morderlos.
Empecé a moverme detrás de ella y mi pene ya estaba re mojado y duro, ella se hacia la dormida, yo entendí que no podía dejar que eso pase y la puse de pancita y empecé a besar su espalda, cuello y a bajar hasta sus deliciosas y carnosas nalgas a la vez que acariciaba su cabello, qué tal cinturita, ancha pero demasiado rica para su edad. Ella sonreía muy pícaramente, ahí entendí que era yo era la mosca en la telaraña. Me levante y acerqué mi pene a su conchita, la que ya estaba lubricada y con bello bien cortadito, quise ponerme un preservativo que había en el velador. Ella me dijo: "Sácate eso, no me gusta", me sorprendió eso y dudé… Me dijo: no tengo nada si eso te preocupa, soy viuda hace 6 años.
Entonces decidí penetrarla, metí mi pene lentamente y sentí que traía la concha algo cerrada, demore un poco y le dolió al ingresar. Me dijo: "hace mucho que nadie me toca… Hazlo suave bebé", después de unos minutos tenía todo mi pene dentro, empecé a moverme rápido y ella jadeaba, la levante y puse en cuatro. Ella me dijo: no te vengas todavía… No lo haré bebé respondí, la embestí con toda mi fuerza y la giré, la puse el filo de la cama y piernas al hombro empecé a darle duro. Sus pantorrillas bien formadas las besaba como loco en mis hombros, su concha era un manjar, que rico resbala por ahí mi pene, trence mi lengua a la suya. Ella tenía unas uñas del tamaño de navajas y empezó a marcar mi espalda.
Entonces la levante al aire con sus piernas abrazadas a mi espalda y yo agarrado de sus nalgas y le reventé la concha por 5 minutos más, ella estaba re mojada. Me canse pero sabía que esta hembra dentro de poco terminaría y entonces la baje y me acosté en la cama, la senté en mi pene y levantando sus nalgas con mis manos la suspendí en el aire, cada embestida sacudía sus blancas y bellas tetas de lado a lado, ella se las agarraba para no botarlas mucho. Su chucha chorreaba y ella jadeaba y jadeaba y me pedía que no pare.
Dios, que rica hembra me comí esa tarde…!!! La recosté y nuevamente de perrito le metí todo mi pene, me prendí a sus caderotas con una mano y con la otra jalaba todo su hermoso cabello y dejaba mi pene ahí unos segundos y me movía de lado a lado, abrí sus nalgas y mire un ano cerradito que juré abrir como hoy reabrí su conchita. Debo confesar que me encanta abrir anos y este no se me escapará. Al moverme así sentía el fondo de su conchita y ella se volvía loca al hacerle eso, no sé, se volvió a venir y me dijo: "voy tres… Tú?". Yo todavía. Entonces te toca indicó, se separó de mi y me pidió recostarme. Así lo hice, puso sus bellos labios en mi pene y lo masturbo y beso como creo jamás lo hicieron. Lo hacía muy rápido y empecé a vaciarme en su cara, le gustaba eso, mientras más salía más lo pajeaba y chupaba.
Que rico final. La recosté a mi lado y le dije: ahora si estoy desestrezado…. Ella sonrió y dijo: "Yo no, tenemos que volver mañana". Sonreí y le prometí que si. Dormimos y así empezó una relación con ella que poco a poco les contaré. Me la comí en mi oficina mil veces, en el baño también, en mi carro y hasta en el pasadizo de mi casa en alguna fiesta de mi esposa a la cual Sandra también llego…
Saludos y ya pronto les traeré más…!!!