En el condominio donde yo vivo, en la puerta de entrada un señor trabaja como zapatero de la comunidad, donde todos salen a trabajar muy temprano, y la mayoría de los jóvenes como yo tienen 20 años. Yo soy Tomas y estoy estudiando en una universidad; salimos también a distintas horas, este señor tiene la costumbre de estar enterado de todo lo que hace el vecindario, como solo es una puerta, tenemos que pasar por su delante; mi casa queda frente a su lugar de trabajo y vivienda, en donde él vive solo, a veces me quedo observando desde mi ventana su accionar y e veo que demora mucho con cada cliente que le solicita sus servicios, siempre está con sus pantalones cortos, los que al mover las piernas deja notar su verga gruesa y cabezona, y en algunas veces cuando esta con alguna mujer que le gusta se le pone erecta, a lo que él no hace ninguna acción para disimular y continua con lo que está haciendo; algunas mujeres se le quedan mirando y se sonríen.
En algunas veces me he quedado mirando detrás de la cortina de casa, como se la soba cuando la tiene parada, y eso a mí me entusiasma y sobo mis nalgas, a pesar de no haber tenido contactos con chicos, me gusta observarlos y, cuando hay alguien que me gusta, el culo se me moja y abre; con el zapatero me pasa lo mismo. Cuando paso por su lado y el me saluda siento que me está mirando el culo y su olor a tinte y tachuela se me queda grabado en la nariz, y en las clases las recuerdo y mi culo hace agua. Todavía no salgo del closet, tengo miedo a mis padres, nunca me han cachado; mi orto sigue virgen, mi dedo solo ha entrado, cuando me masturbo pienso que alguien me la está metiendo fuerte y duro, que muerde mi nuca y aprieta mis tetitas que están grandecitas y, yo me corro.
Un día, vi como una vecina entraba a su cuarto, que está detrás de sus herramientas, mirando a todo sitio como para no ser vista por nadie, como yo estaba en mi ventana me di cuenta, Salí sigilosamente y fui también al cuarto muy despacio, una vez adentro escuché los gemidos de la vecina y decía:
‘Mas, mas, mas cláveme su tachuela Don Zapa… fuerte, adentro… Aggg… y pude ver desde mi lugar escondido como la clavaba en cuatro una estaca enorme y curva en el culo de la señora, quien gozaba a cada arremetida… Siga don Zapa… siga no pare métala más adentro… mas…’
Yo no aguantaba la excitación y me masturbé, pero de soñar con esa pinga en mi culo. Era tosca y gruesa, filuda y curva, sobre todo cabezona. Yo salí a la calle rápidamente por si acaso saliera la señora y me encontraran mirándolos, ella salió después contenta y sobándose el culo.
En mi cuarto de mi casa frente al espejo me puse a mirar mi culo, era rico, paradito, nalgoso, blanquito y no tenía pelitos ni granitos, nada de huellas, bien formadito, seria por eso que en la calle y en la universidad los chicos se quedaban mirándome; la chicas me celaban y me preguntaban que hacía para tener mi cinturita quebradita y que salgan mis nalgas redonditas, yo me reía, en el bus más de uno se me pegaba atrás y no decía nada, “nunca” me daba cuenta, es que era rico sentir una verga en tu ojete, aunque sea con ropa, calatito debería ser más rico y bien adentro mucho más, me la corrí esa noche, mientras mis padres dormían. Muy tarde me acerque a la ventana y allí estaba el zapatero fumando un cigarro, de rato en rato se agarraba la verga y la meneaba, en un momento se la sacó y estaba paradisima, como era muy noche no había nadie, solo él y yo escondido en mi ventana; se la empezó a correr, era inmensa, deliciosa.
Un día mamá me manda a que la pinten sus zapatos y, tuve que ir a su sitio yo:
-Don Zapa, necesito de sus servicios… Don Zapa.
-Seguro vas a quedar muy satisfecho y contento, je je je… -yo me quedé sorprendido por lo que dijo.
-Mama quiere que pinte sus zapatos…
-Está bien, pasa y ayúdame a limpiarlos y, así terminamos rápido.
Yo entre a la parte posterior y él me enseño donde estaban las escobillas y me puse a trabajarlos, estaba muy ocupado y de repente Don Zapa:
-Dime Tomas, a ti te gustan los chicos verdad? dame una chupadita y nadie se entera…
Yo no sabía qué hacer, me había sorprendido. El notó mi indecisión y me tomo la cabeza y me puso la boca en su verga, yo abrí la boca mecánicamente y empecé a tragar tremendo mástil, no entraba toda, el viejo empujaba y suspiraba…
-Ajusta tus labios… ajústalos más, absorbe… chupa… chupa…
Yo chupaba ansioso, arrecho, lujurioso y se vino en mi boca; mi primera lechada ajena; terminé mi boca la limpie con mi lengua, el viejo me dice:
-Que rico fue tu primera vez verdad?.
Salí rápido con los zapatos de mama terminados.
Esa noche soñé con esa verga tosca, ruda, gruesa… pero rica. Me abrí el culo y me metí una vela de plástico, le puse un condón para que resbale y adentro, me gustó. Los días pasaron y el viejo solo me saludaba, nervioso yo pasaba rápido, ya en la calle recobraba la tranquilidad; una noche el profesor de ese día demoro una clase y salimos muy tarde, muy noche llegué a casa y allí en la puerta estaba él, parado en la puerta del condominio y me dice…
-No quieres debutar como mujercita Tomas?…
-Déjeme pasar.
-Estás que te mueres de ganas, ven toma mi verga y fíjate como me pone tu culito…
Cogió mi mano y se la puso en su verga, desnuda y sentí su calor, su textura y su tamaño; me tomo de la cintura y me llevo a su cuarto, yo me dejé, mi culo me lo pedía…
-No te asustes es algo que tú quieres desde hace tiempo, guardare tu secreto…
Estaba nervioso y sentí que mi culo se habría…
-Chúpala primero ven, así así despacito…
Mientras se la chupaba, me iba quitando la ropa hasta quedar desnudito…
-Que rico culito tienes, debe estar ajustadito, cuando se coma esta verga va a estar feliz…
Sacó la verga de mi boca y se puso a besarme las nalgas y mi huequito, empecé a perder la noción de todo, esa lengua me estaba transportando a los placeres de otro mundo…
-Ya está listo, agáchate y con tus manitos ábrete el culo…
Así lo hice y sentí su cabezota en la entrada de mi hueco y la sobaba y sobaba, estaba caliente, mi culo estaba jugoso, sus manos rugosas acariciaban mis tetas, las apretaba, su olor a tinte me excitaba más, y entró de repente y yo empujé para atrás y entró toda…
-Agggyyy… no se mueva me duele… -atine a decir. Él me empezó a besar la boca y sentí su sabor a tabaco, de hombre, me excito más todavía y empecé a moverme solo, sin necesidad que él me lo diga.
-Así, así, goza Tomasito, eres una locomotora, como aspiras mi verga, tienes un culo comelón…
Yo me movía solito, mi culo estaba debutando, estaba comiéndose una verga grande, fuerte, musculosa y quería más, mas verga, mucho más; el viejo se sorprendió de mis movimientos y empezó a moverse también él empujaba hacia adelante y hacia atrás, el golpe era fuerte, me mordía la nuca y sus manos casposas rudas hinchaban mis tetitas, mi culo seguía disfrutando las entradas y salidas de esa verga, estaba cumpliendo sus deseos, hasta el fondo entraba y salía hasta el borde para irrumpir violentamente, el viejo empezó a masajearme las nalgas más seguidos y sentí sus chorros calientes, intensos, en abundancia dentro de mi… los dos llegamos al orgasmo, rendidos nos quedamos echados en su cama, me vestí y salí a mi casa, esa noche no dormí, me masturbe dos veces más… recordando esa primera vez
Los días siguientes fueron normales, el zapatero solo me saludaba y sonreía, mi culo me dolió un par de días, pero siempre recordando con placer ese momento vivido, en la universidad, una chica me dijo que mi culo estaba creciendo y mis tetas también, yo me puse rojo, y Salí del salón, en la calle se me acerca un compañero y me dice:
Juan: Oye Tomas porque te saliste, le hubieras contestado…
Yo: Para que…
Juan: O es verdad que te gusta la verga?…
Yo: No me molestes…
Juan: Disculpa, pero si quieres un rato de cache, aquí me tienes, tengo cuarto solo, Jajaja…
Yo: Chao, nos vemos…
Al llegar a casa ahí estaba él, parado en la puerta del condominio, yo venía arrecho por lo que paso con el salón y Juan; deseaba cachar…
Don Zapa: Hola Tomas, quieres tomar tu lechita, tengo bastante esta noche.
Ante esas palabras, yo solito entré a su cuarto, me desnudé y quedé para el viejo, a su disposición, él empezó a besarme la boca, yo correspondí, y le mordía su lengua, apestosa a tabaco, a macho, con su aliento de arrecho, que olía a semen, mis tetas siguieron a sus mamadas…
Don Zapa: están grandecitas, cómprate un sostén sino se te descuelgan…
Me volteó y echó en la cama, levante mis caderas para dejar mi hueco a su disposición, me beso las nalgas y su lengua entró en mi hueco.
Yo: Ya métela, toda quiero mucha pinga esta noche, mucha, estoy arrecho…
Don Zapa: Te voy a tapar los ojos para que sea más arrecho…
Yo: Si, hágalo don Zapa, cácheme mucho esta noche, hágame gritar, quiero pinga, quiero pinga don Zapa…
Me tapó los ojos con un pañuelo, me volvió a chupar el hueco y quedé listo, su cabezota se puso de nuevo a la entrada y empujó fuerte y respondí para atrás también fuerte, me quedé sin respiración, la sentí más grande, más gorda, más larga y recta…
Yo: Don Zapa siga está muy rica esta noche, empuje más y más; deme más. Empezó a moverse en círculos, anchando mi culito yo estaba en la gloria, dejo caer todo su cuerpo en mi espalda, que rico, aguantando su cuerpo y vergota, abría mis nalgas para que entraran sus huevos… y se vino torrentes de leche en mi culo, mucha leche, litros de litros, como si no hubiera cachado durante mucho tiempo…
Yo: Esta diferente esta noche, esta mucho fuerte su verga, parece pinga de burro…
Don Zapa: Shooo en silencio es mejor, síguete moviendo y ajusta el culito…
Yo: ya está bien.
Seguí moviéndome hasta que agoto su leche…
Don Zapa: Quédate allí no te muevas…
Yo: Quiere más?…
Don Zapa: Si te dije que te iba a meter litros de leche NO?…
Yo: Que rico, mas leche, en mi boca también…
Entonces volví a sentir ese cuerpo en mi espalda y su verga entro suavecito, rápido hasta el fondo, pegaba a mis nalgas como si fuera un burrito… que rico… que rico…
Yo: Don Zapa que pasó la siento flaca, se desinfló…
Don Zapa: No, como ya tienes el culo roto entra nomas… Mira en tu boca, ya llega… pon la boca…
Empecé a chupársela y vino en mi boca… tome toda su leche que rica leche. Mi culo con leche y boca también y nada cayó al suelo…
Don Zapa: Tomas ya eres mi mujer para cuando yo quiera…
Yo: Si, soy suya, para cuando quiera.
Al día siguiente mama me dice que vaya temprano al mercado a traer las cosas de la semana, acudí a realizar el mandado, cuando regresé me comenta que don Zapa se ha ido del condominio, que llegó su hermano del interior para llevárselo y vivir juntos; me quede pensando entonces de quien era es pinga gorda y gruesa de anoche… que importa estaba rica… los voy a extrañar.