Les voy a contar de Rosa María, solo de recordarla vienen a mi momentos lujuriosos y peligrosos que viví con ella.
La conocí a mediados del 2011, una morenita de 1,60 cm, nalgas paraditas, tetas tamaño medianas y un amor de mujer. Ella era mucho mayor que yo en ese entonces.
Yo tenía 20 años y comenzaba en la industria del arte gráfico, ella tenía 33 años y ya tiempo de experiencia en el trabajo, desde que la conocí me encantó, siempre con sus pantalones entallados o minivestidos, siempre se veía bien.
Comenzamos una amistad y poco a poco nos llevábamos mejor, aunque ella me platicaba de su novio, a mi no se me quitaban las ganas de hacerla mía. Creo que ella lo sabía y me daba entrada e incluso ella me insinuaba que estaba dispuesta a que pasara algo.
Llegó la fiesta de fin de año de la empresa, la organizaron en un bar que estaba en la avenida universidad. Ese día todos estábamos bailando y tomando, ella se veía muy bien. Llevaba un minivestido negro que le llegaba a la mitad de sus muslos, unas medias negras y un escote a la mitad de la espalda.
La verdad yo no me le separaba, bailábamos, cantábamos y tomábamos, estábamos bien alegres, ya entrando más la noche le dije que si no quería ir a otro lado a seguirla pasando bien.
Después de estar bailando y tomando un rato comenzamos de cariñosos, le daba de besos en el cuello y le acariciaba su espalda, ella me acariciaba mi entrepierna y me besaba los brazos…
– Que quieres hacer ahora niño?
– Más bien que no te quiero hacer jeje
– Jajaja nunca he estado con alguien menor, además tengo novio
– Y eso que, no lo vamos a invitar ni le voy a decir
– Jaja ok, te voy a cumplir tu fantasía…
Nos fuimos al hotel más cercano, le pedí que me hiciera un striptease. Ella bailaba y comenzaba a desnudarse, yo le tomaba fotos desnudándose y también me desnudaba, ella con poses sensuales se acercó a mi y me acostó en la cama, me quitó la trusa y se fue directo a mi verga…
– MMM, que rica verga se te ve, la tienes grande corazón…
– ¿Lavas a chupar?
– Te voy a dejar seco nene lindo.
Ella comenzó a mamármelo como una paleta, pasaba su lengua por mis testículos subiendo por el tronco hasta la cabeza de mi pene. Eso se sentía genial, sentía como mi verga se iba poniendo más y más dura, entonces comenzó a metérsela poco a poco a su boca.
El roce de sus carnosos labios y su lengua húmeda erectaban más mi pene, yo la tomé de la cabeza y no dejaba que la sacara de su boca. A ella no le disgustaba eso, entonces pasó a chupármela mas rápido mientras al mismo tiempo con su mano me acariciaba todo mi cuerpo.
– Papito ya estás bien duro, métemela!
– Si nena, ya quiero estar adentro.
Ella se subió para empezar con un misionero, su vagina húmeda se comía lentamente mi dura verga. Acompañada de música comenzó a moverse lentamente mientras yo le chupaba sus tetas.
Subimos la velocidad de nuestros movimientos, así mismo le pedí que se volteara para hacerlo invertidamente, me excitaba ver el movimiento de sus nalgas sobre mi pelvis. Yo se la apretaba y le daba de nalgadas mientras ella se movía bien rico.
– AHHH Luis que rico lo haces aaaahhh
– Te mueves increíble pero todavía quiero darte más.
La acosté sobre la cama y le empecé a dar de patitas al hombro, mientras la embestía suavemente, le lamia los muslos y sus pies, le levantaba las piernas por momentos formábamos una L con nuestros cuerpos, su vagina soltaba fluidos y sus gemidos llenaban el cuarto de hotel.
La puse de perrito y comencé a darle un poco duro, ella me acompañaba con movimientos de twerk, yo la tomaba de la cintura y con más fuerza se la metía.
Llegó el momento que el placer estaba a tope que la tomé del cabello y comencé a darle tremendos golpes en el trasero.
– AHHH Luiiis, Luiis, no pares aahh no pares
La tomé con más fuerza y se la di con todo, ella gritaba y decía que iba a vomitar. Yo creo que si le estaba entrando mis 20 cm completos, unos instantes después cual si fuera orina se vino sobre mi.
Sus gritos de satisfacción me excitaban mas pero a mi me faltaba para llegar. Ella se recostó sobre la cama dejando parado el trasero, se la saqué y utilizando los fluidos como aceite se la empecé a meter por el culo.
– Luisito que vas hacer?
– No preguntes y disfruta
– P…pero nunca he hecho eso antes… aahhhh!!
Se la empecé a meter poco a poco por el ano, ella gritaba y me decía que lo hiciera despacio, estaba muy estrecha. Estaba claro que esta sería la primera vez.
Obviamente no le entró toda mi verga pero aun así, yo sentía un gran placer, era el segundo anal que hacía y que mejor que con Rosita. Apretaba muy rico mi verga, sentía como rozaba con algo e incluso pensé que no aguantaría mucho y defecaría, pero no fue así.
En cambio le agarró el gusto, ella también se comenzó a mover, dios!, eso se sentía genial, los ruidos que provocábamos se oían seguro por todo el hotel.
– AAHH Que rico se siente, métemela toda paaa!
– Que culo más rico, me vas a deslechar Rosy… aaaah
– Dame tu leche bebe, damelaaa!
Ya no resistí más y me vine dentro de su ano, las vibraciones eran deliciosas, ambos gritábamos y escurríamos de satisfacción.
Terminamos acostados en la cama reposando, mientras la acariciaba y nos besábamos.
Esta no fue la última vez que lo hicimos pero les contaré más en otros relatos.