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Que sabrosa mi sobrina
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Tenía mis manos apoyadas sobre ese culito hermoso con forma de manzanita y mi lengua metida en el fondo de su vagina saboreando los jugos de una joven de apenas 19 años. Sus quejidos de placer eran tan hermosos y dulces al mismo tiempo. Sabía que mi mujer podía regresar en cualquier momento pero no me podía detener, ella me provocaba a seguir metiéndole mi lengua en su vagina. Además era tan rico ese líquido que podía saborear con mi lengua, era delicioso.

No hizo falta que me practique sexo oral para ponérmela erecta, ya con tenerla enfrente mío con su pequeño short en el piso, con sus brazos apoyados sobre la pared y mi lengua metida en su vagina provocaron en mi una erección como nunca antes había tenido.

Me baje el pantalón y vi mi pija más dura que nunca, con sus venas marcadas en toda mi poronga. Abrí más las piernas de mi sobrina y guíe a mi poronga a la cueva de la satisfacción. Disfrute cada instante en que mi pedazo se fue introduciendo en la pequeña vagina de mi joven y petisa sobrina. Estaba tocando el cielo con las manos, es una sensación única tener sexo con una joven de 19 años. Mi pija entraba y salía con facilidad del cuerpo de mi sobrina y eso es porque es una joven muy sexual que ya tuvo sexo con varios hombres.

Aproveche que mi sobrina tiene el cabello largo para agarrarme de él y seguir metiéndole mi pija por su vagina. No le saque la remera que tenía porque me gustaba así como estaba aunque metí mis manos por dentro de ella para poder tocar esos pezones de esos pequeños pechos que había probado hace unos días atrás.

Mi corazón latía a mil, los gemidos de sobrina empezaron a ser más fuerte y tenía miedo que en cualquier momento entre mi esposa por la puerta y nos encuentre teniendo sexo. Así que con una mano tape la boca de mi joven amante para así poder escuchar si mujer regreso de hacer las compras o no. Por lo pronto seguíamos teniendo sexo pero esta vez el que se movía ya no era yo sino ella. Como ella es una chica delgada la agarre fuerte de la cintura y la empecé a sacudir hacia delante y hacia atrás. Mis bolas golpeaban con fuerza sus nalgas y generaban un ruido único y excitante.

Ya en el aire se podía sentir olor a sexo, mis líquidos preseminales ya había entrado en contacto con sus jugos vaginales generando un olorcito tan rico como la cogida que le estaba haciendo a mi sobrina.

Cuando sentí que ya no podía retener más mis ganas de expulsar mi leche, la tome fuerte de los hombros y la empecé a embestir como nunca en esa mañana. Explote en un orgasmo infernal, no se cuanta leche expulse pero creo que debe ser toda la que acumule durante toda esa semana en que mi sobrina se quedó en mi casa. Le saque la pija y pude ver como unos segundos después su vagina expulsaba parte de toda esa leche calentita que le brinde de forma gratuita. Después de eso le pegue un par de cachetadas en la cola y le dije que se vaya a bañar que la quiero ver limpita para llevármela a coger con su padre.

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