No soy gay y menos amanerado, me encanta el sexo y había tenido la fantasía de estar con un hombre, pero no imaginaba como podía hacerse realidad hasta que un viernes salí temprano de mi trabajo, pero no sentí deseos de salir con amigos a un bar, por el contrario, quise caminar solo y sin planearlo terminé por el parque de los venados en la Benito Juárez.
Ya se había ocultado el sol así que al llegar a una de las esquinas del parque me adentre hasta la primera banca que vi y me senté, no sucedió nada fuera de lo normal hasta que enfrente de mi pasó un hombre con ropa deportiva, al pasar enfrente de mi, se me quedó viendo mi entrepierna lamiéndose los labios, fue demasiado descarado, inclusive, después de pasar no dejó de ver mi entrepierna y tampoco de sacar su lengua, la primera reacción que tuve fue de enojo, pero no hice nada, unos segundos después me levanté y me fui.
Camine unos pasos hasta que, llegó la idea: ESTA ES LA OPORTUNIDAD; del solo pensarlo me excite, sentía mi pene crecer y mi respiración acelerarse, me detuve, di media vuelta, y empecé a caminar hacia la banca pero de manera lenta, pues así como me había excitado también pensaba que no debía hacerlo, era una locura, pero me venció la excitación así que regrese a la misma banca, me senté y espere, miraba alrededor en busca de él, y no lo veía pasar, me desespere demasiado porque no pasaba, fue tal mi desesperación que después de un buen rato dije, si en 5 minutos no pasa, me voy.
Parece increíble pero al cumplirse los 5 minutos, justo cuando me iba a levantar, decidido a irme, volvió a pasar, el solo verlo venir me excitó demasiado sentía como mi pene quería salir de mi pantalón, cada vez con más fuerza, pero volvió hacer lo mismo, solo miró mi entrepierna de la misma forma lasciva, después de pasar enfrente de mi, lo seguí discretamente con la mirada y vi que solo le dio vuelta a la jardinera, algo grande por cierto, cuando estaba en camino a volver a pasar, se detuvo, no podía con la excitación, en mi mente le gritaba que ya viniera a mi, hizo como que amarró sus agujetas y después de eso volvió a caminar hacia mi, estaba demasiado excitado y justo cuando vi que iba hacer lo mismo, dije, es ahora o nunca, espere a que estuviera cerca y cuando vi claramente que miraba nuevamente mi entrepierna y se lamía los labios, me empecé a acariciar el pene con mi mano.
Al ver lo que yo hacía pude notar como cambió su facción a una de asombro, dio unos pasos más pero de forma más lenta hasta que se detuvo y volteó a ver mi entrepierna, yo no dejé de acariciar mi pene, caminó hacia mí y se sentó a mi lado, ya tenía muy erecto mi pene, pero dejé de acariciarme, no sabía que decir hasta que me dijo, se ve que tú paquete está muy bueno, muy nervioso le respondí, eso crees, y me dijo, si, se ve muy bueno, sentía que el tiempo se hizo lento porque mientras teníamos esa escasa conversación mi mente pensaba muchas cosas, así que entre mi excitación y nerviosismo le dije, y como sabes si no lo has comprobado, levantó su vista y me miró a los ojos, porque aún sentado a mi lado no dejaba de ver mi entrepierna, y con asombro me preguntó, quieres que lo compruebe, y le dije si, parecía que no podía creer lo que le contestaba, y me dijo, vamos a mi departamento, ahora yo no podía creer lo que yo estaba haciendo pero estaba demasiado excitado y dije si, nos levantamos y me dijo, vivo muy cerca, nos iremos caminando, en el camino intentó hacerme la plática pero entre mi nerviosismo y lo excitado que estaba, no le podía seguir la plática solo le respondía lo que me preguntaba.
Cuando llegamos a su departamento, me senté en su sillón y mientras me ofrecía algo de beber y música, que por cierto dije no a lo primero, y lo que quisiera a lo segundo, se sentó a mi lado, lo volteé a ver, y ya no podía más, me acerqué y nos empezamos a besar, fue uno de los besos más excitantes, nos metimos mutuamente la lengua hasta lo más profundo, nos chupamos nuestras lenguas y labios, tenía unos labios y una lengua muy gruesa, sentí la diferencia de besar a un hombre a una mujer, nos besamos por un largo tiempo, hasta que poco a poco empezó a besar y lamer mi cara, cuello y empezó a descender, corrió el cierre de mi pantalón, después desabrochó éste y me lo bajó junto con mi bóxer, mi pene estaba demasiado caliente y parado, y me dijo, lo sabía, está muy rico, sin aviso, se lo metió a su boca y empezó a chuparlo y pasar su lengua como si fuera una paleta desde mis testículos hasta la punta.
Fue el mejor sexo oral que me habían hecho, me volvía loco la forma tan apasionada de comer y lamer mi pene, lo agarre de la cabeza e imitaba los movimientos como si me lo estuviera cogiendo, y justo cuando sentía que me iba a venir, lo tomé del cabello con la intensión de alzarlo y le dije, quiero probar tu verga, se levantó y empecé a quitarle el pantalón, cuando lo hice, me impacté al ver su pene, era muy muy grueso, no largo pero demasiado grueso, lo empecé a chupar y lamer como si fuera la cosa más deliciosa del mundo, fue un poco incómodo cuando empecé a sacar y meter su miembro en mi boca, porque cuando me lo metía, sentía que me ahogaba, lo excitante era que su pene y mi boca estaban empapados en fluidos espesos resultado de la combinación de saliva y líquido preseminal, me encantó ese sabor, podía ver las tiras de saliva que colgaban desde su pene hasta mi boca y viceversa, fue incómodo pero me volvía loco.
Luego de eso nos desvestimos por completo, besó todo mi cuerpo, me volvió a chupar y lamer mi pene caliente, y me dijo, ven, vamos a la habitación, entramos, me acosté boca arriba y se puso encima mi, era algo pesado, pero no incómodo, nos besamos como si no existiera un mañana, sentía como nuestros miembros en plena erección se frotaban entre sí, me estaba volviendo loco, en eso, hicimos un 69, fue demasiado excitante, después me puso boca abajo y me empezó a besar y lamer desde mi nuca hasta llegar a mis pies, no podía con el placer, después volvió a subir y me dijo, me encanta tu cuerpo, y empezó a lamer y chupar mis nalgas, lo que me puso en éxtasis fue como al estar lamiendo mis nalgas empezó a lamer mis testículos y pasaba su lengua por mi ano, después jalo mi pene y lo empezó a chupar, recuerdo que yo gemía, estaba a nada de venirme cuando, me abrió las piernas y sentí su intención de empinarme, en ese momento le dije que no, y me dijo, no te preocupes, veo que es tu primera vez, así que me regresó a mi posición boca abajo, y se puso encima de mi, también boca abajo, y mientras me besaba el cuello, hacia movimientos como si me estuviera cogiendo, cada vez sus movimientos eran más intensos, podía sentir su pene entre mis nalgas tocando mi ano, mis testículos y mi miembro erecto hasta que me dijo, me quiero venir, y me preguntó, dónde los quería.
Ahora me arrepiento porque hubiera querido que se viniera en mi boca y después hacer que me besara para que compartiéramos su semen, pero le dije que en el abdomen, se vino en mi, me limpio y me preguntó si quería venirme, tontamente le dije que no, no sé qué me pasó, nos vestimos, me dijo si quería salir con él en ese momento, le dije que no y me fui, con mucho respeto nos agradecimos.
He pensado en esa experiencia y me he masturbado reviviendo lo que pasó, así también, dos veces fui al mismo lugar pero nunca lo encontré.
Ahora buscó hacerlo otra vez pero con alguien con un pene pequeño y que viva en la Benito Juárez, [email protected]; solo busco sexo seguro.