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Betty, la madura prima de mi vecina
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Esto ocurrió en marzo del 2019, cuando los apagones, bueno después de marzo, cuando el domingo 10 de marzo en pleno apagón como a las 20 h, veo a mi vecina María hablar con su pareja, sobre su prima Betty, quién estaba con su carro accidentado, yo venía pasando y les ofrecí mi garaje, en vista de que era muy peligroso que una señora estuviera por la calle oscura y sola, Carlos la pareja de mi vecina María se ofreció a llevarla hasta su apartamento en Valencia.

Guardaron el auto en mi garaje, llevaron a Betty a su apartamento, al día siguiente trajo su mecánico, revisaron el carro sacaron la pieza dañada, por los inconvenientes del apagón tardaron como 3 días aproximadamente, Betty apenada me pedía disculpas y yo le insistía que no había problemas y no estaba apurado, lo importante era que el vehículo quedara bien reparado y la seguridad e integridad física de Betty, como a la semana sacó su vehículo totalmente reparado, agradecida intercambiamos números y nuevamente le ofrecí mi garaje por sí deseaba quedarse un sábado donde su prima, respondiendo que consideraría la opción.

Luego del día de las Madres le llamé para informarle que había recibido el "detallito" que me había dejado con su prima María, diciéndole que no era necesario y que lo hacía de mil amores, puesto el afecto y cariño que sentía mi difunta madre por su prima María, Betty me pregunta sí podía pedirme un favor y que le disculpara el abuso, le respondí que siempre estuviera a mi alcance no habría problemas, ella me pide que la acompañe en un viaje ya que Miguel el hijo mayor de mi vecina María no podía hacerlo, en vista de que en la empresa donde trabajo estábamos varias semanas libres le dije que no habría problemas, me informó que serían cuando mucho 3 días.

Llegó el día en cuestión me pasó buscando un martes en la mañana salimos a las 5:30 am, debíamos viajar y no queríamos perder tiempo, el viaje fué tranquilo, empezamos a hacer recorrido, como a las 14 h, nos metimos en una pollera almorzamos pollo asado y unas pizzas acompañadas de unas cervezas, luego como a las 16 h seguimos haciendo las visitas a los proveedores, ya casi a las 19 h, algo cansados nos vamos nuevamente a la pollera donde almorzamos, esta vez comimos pizza y cerveza, pero estas ya estaban haciendo mella en Betty, una mujer de 58 años, rasgos italianos, piel blanca, rondando el 1,70 m de estatura, nariz algo pronunciada y perfilada, labios delgados, cabello corto, negro, senos medianos aún apetecibles, redondos, algo de barriga, no era atractiva pero su trato cálido y su sencillez la hacían muy atractiva, aparte que era muy inteligente y el conversar con ella hacia cualquier conversación muy amena y menuda, aparte destilaba algo que me gustaba y no sabía descifrar.

Cerca de las 21:30 h, cuando vamos al estacionamiento la veo tropezar, producto de las cervezas, confesándome que no se siente en condiciones de conducir, que no es bebedora asidua de cerveza pero el día estuvo muy caluroso, la ubico en el asiento del copiloto, le pido la dirección del hotel donde nos hospedaremos, enciendo el automóvil y emprendo la marcha, en el camino Betty estaba muy alegre, se le notaba en sus ojos brillosos, alegres, se reía mucho, se lo atribuí a las cervezas y como había dicho ella que no era muy asidua a ese tipo de bebidas, pero el calor del día era fuerte, sin embargo ya la noche empezaba a asomar que sería distinta, muy fría en verdad. El hotel no estaba tan lejos a los 10 minutos llegamos, nos presentamos y nos registramos, el encargado de la recepción nos informa que hubo un error y no hay 2 habitaciones sino 1 y como es época vacacional el hotel está repleto, Betty me mira asombrada, está apenada, molesta, le digo que por mí no hay problema, que estoy muy cansado quiero darme un baño y acostarme a dormir, el empleado nos informa que la habitación tiene 2 camas matrimoniales y es amplia, tomamos las llaves, nuestro equipaje y nos dirigimos a nuestro cuarto. Una vez adentro el recinto es muy acogedor, 2 camas matrimoniales, espacioso, le dije a Betty que saldría mientras ella se aseaba, para que lo hiciera a gusto, ella me insiste que no hay problema que me quede dentro de la habitación, que ya empezaba a hacer frío y no quería que me enfermara, más por culpa de ella, toma su bolso y se mete al baño para que no salga de la habitación, me quito los zapatos, quedándome en medias, el pantalón y la franela por fuera, ya estaba casi dormido cuando siento que se abre la puerta del baño, sale Betty con un pantalón mono ceñido al cuerpo, una franela, sencilla que realzaban sus pechos, pude notar que en sus pezones lo puntiagudos, lo atribuí al frío, me dijo que se sentía mejor que se le había quitado el malestar por las cervezas, que la disculpara, le respondí que no había problemas, tomé mi bolso y me dirigí a ducharme, abro las llaves del agua para graduarla, se me vino la imagen de los pechos de Betty, alcanzando una erección, pero traté de no pensar en ello diciéndome a mi mismo que una mujer como ella era difícil por no decir que imposible que quisiera tener nada conmigo, terminé mi baño salí con un short, me coloqué una franela, cuando me dirijo hacía la cama veo a Betty muy alegre, le habían escrito y llamado uno de los clientes, que debíamos visitar al día siguiente donde le avisaban que habían aclarado el malentendido y que su visita no era necesaria, por otro lado habían liberado todos los pedidos que motivado por el error no habían dado su curso, significando esto una jugosa comisión para Betty, quién me pide celebrar puesto que dicho trámite tenía como 8 meses y estaba poniendo en riesgo su empleo, alegre me expresa que tendríamos la mañana libre y pide una botella de whisky, la felicito pero me siento un poco extraño y le digo que no quiero ocasionarle gastos, en esto Betty me responde que desde que la ayude con el carro en mi garaje, le ha ido relativamente bien, que lo de la botella de whisky es un adelanto, en esta clase de bebidas ella sí se sabía manejar, llega la botella a la habitación una Buchana´ns 12 años, en vista de su estado de ánimo, recordé que me dijo que le gustaba oír música, tomé mi teléfonoque tenía algunas canciones y le muestro a Betty el repertorio, me pidió que le colocara una de un Trío muy famoso llamado los Panchos, las tengo porque a mi mamá le gustaban sus canciones y Betty al ser una mujer cercana a los 60 años de edad más de una vez le llevaron serenatas con esa clase de canciones y géneros, fue lo que me comentó. Empezamos a tomar nuestro whisky, pidió también pasapalos comenzamos a platicar de su vida, es una mujer divorciada, tiene 3 hijos, uno de ellos militar, cuando llevábamos casi la botella terminada, suena una canción que le recordó no sé qué cosa y empezó por su mejilla a deslizarse una lágrima, rápidamente busco mi pañuelo, que nunca me falta, le coloco mi mano en su mejilla y con la otra pañuelo en mano le seco la lágrima y corto el camino de una segunda, estábamos parados en medio de la habitación, ya el whisky estaba haciendo mella en ambos, Betty hablaba entrecortado, le sugerí parar, pero mirándome a los ojos, sin decir nada y explicando todo en silencio, me arriesgué y le propiné un beso corto, tierno, tomándole su rostro con ambas manos, esperaba todo, una bofetada, una reacción colérica, pero no; Betty cruzó sus manos por encima de mi cuello, abrió su boca en clara señal para que jugara tiernamente con sus labios, empecé a mordérselos suavemente, a meter mi lengua y a jugar con la suya, a que nuestras lenguas se entremezclaran, me dice entre suspiros entrecortados:

Betty: Ale, por favor no pienses que estoy desesperada, no pienses mal de mi por fa…

Yo: Betty, porque he de pensar mal de ti? tú de alguna forma de gustas, me he callado esto por años…

Sin dejar de besarle sus finos labios, con los cuales ya jugaba, mordía sutilmente, le pasaba la punta de mi lengua por sus mejillas, acariciaba con la punta de mis dedos su nariz, mentón, le abracé un poco más fuerte para que sintiera mi miembro, el cual ya estaba listo, sentía los líquidos preseminales empapar mi bóxer, sin detener mis besos la siento en la cama, de píe aún me quito la franela y digo:

Yo: corazón lo siento yo duermo en bóxer nada más…

Betty: no quiero que pienses mal de mi… (Bajando la cara)…

Con mi dedo anular en su barbilla le levanté la cara y mostrándome seguro por fuera, aunque por dentro sentía mis piernas desfallecer le dije:

Yo: aquí no va a pasar nada sin tu consentimiento, me gustas mucho, eres una mujer atractiva, tienes tus encantos, si crees que saldré a la calle vociferando lo que hicimos déjame demostrarte que soy muy discreto, caballero, muy respetuoso, lo que suceda hoy aquí y en cualquier lugar será nuestro secreto…

Betty respiró como aliviada, exclamando:

Betty: no es eso ale… es que…

No la dejé terminar la estampé un beso tierno, apasionado, me lancé sobre Betty, quién al sentir mi miembro duro, abrió sus piernas, quedando nuestros sexos unidos pero a la vez separados por nuestras ropas, Betty colocó sus piernas bordeando mi cintura, yo trataba de empujar con mi pene para que lo notara tieso, empapado al igual que su triángulo que aparte de caliente estaba destilando chorros. Me levanté, le tiendo la mano a Betty, la coloco de espaldas a mí, arrecostándole mi pene en el medio de sus nalgas y empiezo a besar su cuello, dejando ella escapar un suspiro, negándose…

Betty: Ale que hacemos?

Yo: déjate llevar amor, mira como me tienes, mira como estas vamos a quedarnos así?…

Betty: no quiero que pienses mal de mi amor…

Yo: cómo crees? eres un ser vivo, que siente, respira, eres bella, mira como me tienes…

Betty: Ale, tiempo sin sentir esto, entiéndeme… no quiero que pienses mal…

Yo: tranquila déjame todo a mi, yo me encargo, déjate llevar, disfrutemos este momento…

Mientras no besábamos le acariciaba sus tetas a través de la franela, prácticamente la estaba cogiendo con ropa, la única negativa era de boca, pero su cuerpo ya estaba doblegado, era cuestión de seguir transmitiéndole confianza, seguirla estimulando adecuadamente, en eso le subo los brazos y le voy subiendo la franela para liberarla de dicha prenda, quedando dos masas de carne blancas, con aureolas rosadas, puntiagudas, le meto una mano por su zona vaginal, sintiendo su calor, estaba debidamente depilada, le rozo un dedo en su raja, sintiendo la humedad excesiva, emite un leve gemido, abriendo más las piernas, la sujeto y le doy vueltas, la cargo con algo de dificultad y la coloco en la cama, le quito el pantalón del mono, está rendida, me mira como queriendo decirme que sea cariñoso, con la mirada le transmito dicha respuesta, le abro sutilmente las piernas, instintivamente se tapa su vagina, me quedo observándola, como pidiéndole permiso, diciéndole en silencio que la trataré como una princesa de cuentos de hadas, lentamente me dirijo a sus labios, los capturo, nuestras lenguas se mezclan con nuestras salivas, me acaricia el cabello de forma desaforada, con una mano intento quitarme el short y bóxer, una vez liberado de dicha ropa me incorporo, me observa y detalla, discretamente se muerde el labio superior y con el dedo en la boca al ver mi pene brilloso por la cantidad de líquido preseminal, con mi mano derecha tomo mi miembro duro y lo dirijo a la entrada de la cuevita de Betty, su vagina parece una estufa encendida por lo caliente, Betty, apenas perceptible exclama:

Betty: Ale por favor con cuidado, tengo años que no estoy con un hombre, es decir con el papa de mis hijos ha sido mi único hombre…

Dicho esto me excitó mucho más, me dirigí a su vagina, que no era tan carnosa como sus pechos, apenas le pasé la lengua Betty brincó bruscamente, preguntándome que hacía, porque eso.

Betty: Ale que haces?

Yo: amor, déjate llevar, nunca te han besado tu vagina?

Betty: besar mi vagina? mi esposo y yo lo hacíamos tradicional…

Yo: pues amor hoy te voy a llevar a las puertas del paraíso… déjate llevar y confía en mi…

Y empezando a lamer y buscando su clítoris que ya empezaba a asomarse lo tomé con mis dientes muy suave, Betty empezó a gritar

Betty: ah ah Ale que haces? que rico amor!

Betty blanqueó los ojos tensando su cuerpo alcanzando un orgasmo, llenando mi cara de sus líquidos, los cuales traté de tomar todo, pero era mucho, Betty estaba respirando agitadamente, su rostro estaba rojo como un tomate, asustado le pregunto sí se sentía bien, aún como en shock me hace señas de que si se sentía bien, pero me preguntó sí lo que había sentido era normal, púes no creía que había alcanzado un orgasmo, volví a sumergirme en su cuca chorreante y procedí a volver a lamer esta vez con más frenesí, Betty giraba su cabeza a los lados, con sus manos agarraba las sábanas con fuerzas, en menos de 3-4 minutos estaba subiendo otra vez al cielo.

Betty preguntó:

Betty: Ale que me haces? nunca sentí esto tan rico, es posible?

Yo: amor ya no aguanto quiero hacerte mía…

Betty: amor hazme tuya, quiero sentirte…

Tomé mi pene, se lo froté varias veces a Betty en su raja, hasta que se lo envié de un solo tirón hasta el fondo, con razón Betty me pidió tratarla con suavidad, no soy muy grande, pene promedio unos 16-17 cm, sentía su cuca muy apretada, y eso que la tenía con las piernas abiertas de par en par y sus pies en mis hombros, Betty me susurraba al oído que era estrecha, de hecho sus partos fueron cesárea, pero que lo estaba disfrutando, me pidió cambiar de posición porque se le estaban durmiendo los pies, la puse a cuatro patas, al verle ese culo cerradito, sentí morbo, le metí la lengua cayendo Betty desmayada, volviendo a blanquear los ojos, la tomé por la cintura levantándola y ensartándole mi pene hasta el fondo acabé dentro de Betty muy rico, la cama estaba muy mojada, nos fuimos a lavar y al regresar nos metimos en la otra cama, nos besábamos con pasión y ternura, me dijo que le había hecho sentir cosas muy ricas, cuando vi eran casi las 3 am nos dormimos abrazados, sabiendo que tendríamos la mañana libre.

Cuando nos despertamos eran casi las 11 am, nos metimos a bañar juntos, nos cepillamos los dientes y empezamos una sesión de besos caricias, el agua nos caía en nuestros cuerpos, enjaboné a Betty y con el dedo medio con suficiente jabón traté de penetrarle su culito, Betty sintió un corrientazo recorrer su espalda, le besé sus pechos, no pude introducir mi dedo en su ano, por acción reflejo contrajo su cuerpo cerrando su culito, nos secamos, dirigiéndonos a la cama, donde le abrí sus piernas, dirigiéndome a su cuquita, su olor, era dulce, más con la fragancia del jabón comencé por pasarle mi lengua de arriba a abajo, abajo arriba, hacía círculos, Betty giraba la cabeza, con los ojos cerrados, apuñando las sabanas con sus manos, se las agarré, me las sujetó fuertemente en clara señal de que pronto recibiría el trofeo por mis caricias, expresando o mejor dicho gritando:

Betty: ah ah dios mío que rico! no puede ser que rico, si papi ah ah ah ahhh me vengo Ale que riiicooo!

Un caudal de líquidos brotó de su vagina, nuevamente Betty, respiraba agitadamente, su cara parecía un tomate, me dirigí a sus pechos, para brindarle mimos, mientras se componía pero sin dejar que se enfriara, le besaba además su cuello, mi pene estaba duro, destilando mucho líquido preseminal, le susurró al oído que quiero volverla a hacer mía, dándome su aprobación…

Yo: amor quiero hacerte mía!…

Betty: si papi hazme tuya…

Yo: pídemelo amor anda deja salir la mujer apasionada que eres, suéltate, pídemelo a gritos…

Se veía a kilómetros de distancia que Betty no disfrutó su sexualidad, tenía muchos tabúes, quería que me pidiera verga a gritos, eso no sucedería de la noche a la mañana, pero tendría paciencia, por el momento disfrutaba de su cuca, ya su culo se me antojaba y ese sería mi otro trofeo, ya estaba buscando la manera de estrenarlo, me posicione boca arriba, le indiqué que se montara sobre mí, con las piernas abiertas y mi pene erecto, se lo dirigí a su cuca, por lo lubricado, entro ajustado, Betty era estrecha, poco a poco su cuca se fue devorando mi pene, una vez ensartada totalmente, la tomo por sus nalgas y le dirijo sus movimientos de caderas, me llevo un pecho suyo a mi boca, mientras con el dedo medio se lo paso por su cuca para lubricarlo con nuestros líquidos e irle lubricando su ano, Betty estaba en shock, disfrutando, con los ojos cerrados, cuando liberaba mi boca de sus pechos le decía lo sabrosa que era como mujer, con la otra mano le acariciaba su cabello corto, apenas pude introducir la yema del dedo medio, apretando Betty más su vagina desbordándose en otro colosal orgasmo, fue tanto lo que apretó que me asustó y también me aceleró acabar dentro de su vagina, cayendo Betty sobre mi pecho, con su habitual respiración agitada, mis latidos eran acelerados, poco a poco volvimos a la calma, para sumergirnos en una sesión de besos apasionados, cuando mi miembro salió de su vagina flácido vi la hora y eran cerca de las 14 h, nos duchamos para vestirnos y salir a almorzar, visitamos el último cliente del día aclarando también el inconveniente satisfactoriamente, en cada momento que podíamos en el vehículo nos dábamos un beso apasionado, en una luz roja, en una cola, al llegar en la noche al hotel, nos liberamos de nuestras ropas, nos metimos a la ducha, pero le pedí a Betty que me hiciera sexo oral, con cara ignorante me pregunta cómo se hace eso, ya que a su esposo como era mayor que ella el sexo oral le repugnaba, me lavé bien el pene y le dije que pensara que era una barquilla o helado del sabor que más le gustase empezando al principio con mucha torpeza, pasándome los dientes, con algo de paciencia, le fui explicando y señalándole el ritmo ahí fué agarrando la práctica, era placentero verla como una jovencita novata mamarme el pene, Betty trataba de imprimirle morbo, placer, yo por el contrario disfrutaba y trataba de estimularla diciéndole lo rico que sentía su boca en mi pene:

Yo: si mami que rico uufff si así coño e tu madre que rico lo haces me gusta eres la mejor Bettyyy!

Acabé lanzándole mi semen en su boca le coloqué una mano en su cabello y la otra en la parte de atrás de su cabeza, y como tenía el canal porno estaba en una escena de sexo oral donde el hombre le acababa a la mujer madura en la boca y ésta se tragaba el néctar de su amante, le señalé la pantalla, Betty tragó con algo de dificultad, según me dijo al rato al principio le causó repugnancia, pero al probarlo le encantó el sabor, luego me pedía a gritos que le acabara en su boca, luego hicimos un 69 rico acabando muchas veces Betty para luego darle su dosis de verga en su vagina, en ese viaje Betty había disfrutado más de lo que había disfrutado en su período de infelizmente casada, luego les contaré como estrené su culo, volviéndose una adicta, o mejor dicho declarándose una mujer apasionada…

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