Deseaba verla con otro hombre. Siempre lo tenía metido en la cabeza, me la follaba y pensaba que era otro el que se la estaba metiendo. Así empezó mi obsesión por verla follar con terceros, cada día me ponía más y más.
Me llamo Julio tengo en la actualidad 40 años, soy un tipo deportista, 180 musculado, me cuido mucho, no soy feo y mi polla es de lo más normal creo que en la media.
Mi mujer Mirian, deportista profesional competidora, un cuerpo de infarto, pelo liso morena-castaña (alguna vez se lo tiñó de pelirroja), tetas preciosas no muy grandes pero muy firmes y sobre todo pezones brutalmente sensibles, piel de seda, unos pies perfectos, unas piernas ligeramente musculadas con formas de diosa griega, muy guapa de cara y sobre todo su culo, simplemente perfecto.
A sus 26 años, no conozco aun ningún tío que la mire y no vea en sus ojos la cara de deseo por ella.
Nos conocimos hace dos años, evidentemente en el gimnasio donde entrenábamos los dos, entre charlas y charlas acabamos quedando un día y a la semana ya estábamos viviendo juntos. Soy muy activo sexualmente y me considero buen amante, pero mi mujer es un volcán en constante erupción, en cuanto la toco el cuello, la paso la mano por el culo, ya me busca la boca y me mete mano con ganas de guerra.
Follábamos como posesos todos los días, pero pasando el tiempo empecé a pensar que ella necesitaba más de un hombre y empezamos con los juguetes.
Pollas vibradores y plugs fueron nuestros preferidos.
Y así poco a poco fuimos escalando en nuestras fantasías hasta hablar claramente de ello.
Ella siempre fue muy sumisa conmigo, yo llevaba siempre las riendas en nuestra relación y en la cama más aun, así que acabo cediendo cuando la propuse buscar otro tío para que se la follara junto a mí. Lo único que me pidió es que fuera yo el que eligiese que ella no quería saber nada hasta llegar el momento de hacerlo.
Me lo puso a huevo, así que me sumergí en mis más sucios deseos y pensé que era lo que más morbo me daba.
Lo tuve claro, siendo tan preciosa y estando tan buena quería verla con un tipo mas maduro que yo, sin importarme su físico ni su raza, pero sí que fuese algo dominante con ella y sobre todo que tuviera un buen rabo.
Publiqué un anuncio y entre en chats de cornudos para buscar al candidato. En el proceso de búsqueda y hablando con unos y con otros, pensé mas allá de mi deseo de verla follar con otro y decidí que no iba a ser una noche, ya que algo podría fallar por nervios o cualquier otra circunstancia. Sería un fin de semana completo compartiendo no solo la noche si no también el día.
Para poder gozar esta nueva situación que se me había ocurrido era evidente que, por si acaso, nos desplazaríamos fuera de nuestro entorno habitual para evitar situaciones tensas con posibles casualidades con conocidos y amigos.
Decidí que viajáramos fuera de Madrid a un lugar donde nosotros y el invitado no tuviésemos problemas de arraigo.
Una vez hablado con mi mujer, mi nueva vuelta de tuerca a mi fantasía (suya también, aunque se hacia la dura), me puse de lleno a la busca y captura.
Tras dos semanas de filtrado y conversación con varios de los elegidos, me decidí por un tipo de 58 años que vivía en Zaragoza, divorciado con hijos ya mayores, un tipo grande con bastante barriga, aspecto muy rudo, trabajaba como comercial de maquinaria agrícola, bastante culto y educado y según el con experiencia en ‘jugar con casadas jovencitas dándoles cosas que sus maridos no pueden o no saben’.
Su seguridad al hablarme de la cuestión y su total disponibilidad a viajar sin ningún problema donde fuese hicieron que me decantara por el en principio.
Le comenté a mi mujer que ya casi tenía decidido el invitado y que si me daba el ok ponía en marcha todo mi plan.
Mirian fue contundente:
– Yo soy tuya mi amor, y como ya te dije, si es lo que quieres lo haré por ti hazlo cuando quieras y con quien quieras, si tu lo vas a gozar yo con verte gozar a ti también lo haré.
No quedaba ninguna duda. A al día siguiente contacté con mi nuevo amigo, le envié unas fotos muy sugerentes de mi mujer y le dije que nos veríamos en Barcelona ese mismo fin de semana. Nosotros llegaríamos el viernes tarde al hotel y nos volveríamos a Madrid el Domingo noche.
El me contesto que no se creía que fuese aun en serio y que me garantizaba que si mi mujer estaba así de buena y era tan caliente como le decía, me iba a enseñar cosas que yo no sabía de ella.
Cierto es que hasta la fecha me había hablado de que tenía una buena polla, pero aún no se la había visto, así que me envió un video con mi mujer de salvapantallas del ordenador y comprobé que eso si era un rabo y no lo mío.
Tenía claro que había acertado, ya solo quedaba comprobar si en realidad me enseñaría cosas que yo desconocía de mi mujer.
En la conversación hablamos de cómo íbamos a rematar el acto y me dijo que si queríamos gozar de verdad lo mejor sería que días antes nos hiciéramos analítica de venéreas y sida para poder follar sin ningún miedo ya que sabía que mi mujer tomaba píldora y enseñárnoslas mutuamente. Me pareció una idea excelente y que nos dejaría a todos mas tranquilos.
El jueves noche ya no pegue ojo pensando en lo que pasaría al día siguiente, el morbo que me daba me excitaba, me hacía dudar, me hacía tener miedo para a la vez lo estaba deseando.
No follamos en toda la semana mi mujer también estaba nerviosa, ya que yo no la decía nada, pero me conoce y sabia que no la follaba adrede para que estuviese mas caliente el fin de semana.
Nos levantamos el viernes, hablamos poco, teníamos una calma tensa. Atendimos unos cuantos asuntos personales y cogimos el avión y aterrizamos en Barcelona, no hablamos nada del tema, como si fuese un finde normal.
Llegamos al hotel a las 19 horas, subimos a nuestra habitación y cuando estamos deshaciendo equipaje me sonó el whatsapp del teléfono:
– ‘Soy José Manuel, ya estoy en Barcelona, voy para el hotel, la mía es la 303 al lado de la vuestra en cuanto llegue te pego un toque’
Le enseñé el mensaje a mi mujer. Se puso nerviosa, algo tensa, yo también estaba nervioso
Me daba un poco de vértigo la situación, estaba llevando a mi mujer a pasar un fin de semana con un desconocido que se la iba a follar con un rabo enorme y que me daba algo de miedo lo que me decía de que me iba a enseñar como era mi mujer de verdad. Algo en mi interior de decía que José Manuel tenía razón. Me daba la espina que mi mujer, como ya había pensado mas de una vez, necesitaba más en el sexo.
A las 20 horas sonó de nuevo mi whatsapp:
– estoy en mi habitación, nos vemos?
Le dije a Mirian que íbamos a verle, ella me dijo ves tu solo, yo me doy un baño relajante y ya le conozco cuando vayamos a cenar.
Me dejo un poco chafado, pero la hice caso. Salí de mi habitación y toque la puerta 303, ‘voy’ me dijo y abrió José Manuel. Un poco más alto que yo, trajeado con cara de tipo duro pero muy amable, grandote de tamaño, con barriga unas manos más grandes que las mías, bien perfumado.
– ‘ ¿Dónde está el bomboncito? Me pregunto.
– Está dándose un baño, está nerviosa, pero no te preocupes, vamos para adelante.
– ¿Me gustaría comentarte un par de cosillas antes de que metamos la pata que te parece?
– Si dime sin problema, me parece bien.
– Veras quiero saber cual es tu limite de aguantar, te lo digo por que como te dije me gusta dominar a las mujeres y veras que poco a poco voy subiendo el listón hasta hacerme totalmente con ellas y me gustaría que antes de empezar tengas claro, que voy a hacer con ella y ella va a hacer conmigo cosas que no ha hecho contigo y eso te puede joder o crearos algún problema en la pareja y eso es algo que no quiero bajo ningún concepto.
Ahora si que me estaba acojonando un poco, su seguridad y rotundidad me dejaba sorprendido. A la vez me invadía la curiosidad y sobre todo el morbo de pensar que esto estuviese aun por encima de mis fantasías.
– José Manuel sin problema, me estas sorprendiendo con tu seguridad, pero no te preocupes, tu como si yo fuese tu colega en lugar del marido de Mirian.
– ¿Fenomenal, pues nos vemos a las 21 en el restaurante? No me l vistas con pantalones por favor que baje con algún vestido de esos largos, si puede ser.
– A las 21 te vemos, y en vestido, no hay problema.
Me fui para mi habitación, mi mujer ya había salido de la bañera, estaba repasándose todo con la depiladora, no tiene un solo pelo en todo el cuerpo, me pregunto:
– ¿Qué tal, has acertado con tu amigo?
– Muy bien si, espero que te dejes llevar y así gocemos al máximo, tienes que ser buena chica con él, él va a ser quien mande esta noche sobre ti.
– ¿qué le has dicho, que me va el rollo de sumisa y eso?
– ¿Claro, porque lo eres no? Aunque solo sea en temas sexuales.
– -Joder Julio me mola el rollo, pero a este tío no le conozco de nada y no se…
– Tu tranquila, déjate llevar si algo te mosquea mucho lo dices y punto, que esto la hacemos para gozar no para estar puteados.
– Ok si algo no me mola os lo digo y punto.
Así quedo la cosa, le dije que se pusiera un vestido largo que tiene verde con estampados tipo selva que me encanta se la marca el culo con la caída que es la ostia, unas sandalias negras preciosas, las uñas de manos y pies se hizo francesa, un tanga verde oscuro con encaja a juego con el sujetador de media copa de eses que dicen invisibles.
Se aliso en pelo un poco se perfumo y bajamos para el restaurante.
Bajamos en el ascensor, cruzamos el hall, era un espectáculo como la miraban tanto tíos como tías, con las sandalias de tacón era brutal el porte que llevaba tal alta tan estilizada, tan buena.
Entramos al restaurante, José Manuel de frente en la barra, su cara era un poema, se quedo de piedra. Me juego que pensó: ‘madre mía el pibón que me voy a follar’.
Se levanto, se había cambiado de ropa iba mas sport con unos pantalones chinos y un polo por fuera con americana, no pude no fijarme en el paquetón que le hacían los pantalones y se que mi mujer seguro que también se fijaría. Se acercó a mi mujer la tomo de la mano y acercando su mejilla a la de mi mujer dijo:
– Hola Mirian por fin te conozco en carne y hueso, superas todas mis expectativas eres la mejor hembra que he visto en mi vida.
La dio dos besos en la mejilla, pero casi en la comisura de los labios, mi mujer de poso roja como un tomate sin saber como reaccionar, yo me quede sorprendido por lo de hembra, la forma de mirarla con tanto descaro y tan agudamente.
Sin soltarla la mano me dijo: ‘¿Julio, nos sentamos?’
Y nos dirigimos a la mesa que teníamos reservada al fondo del restaurante en un rincón con un pequeño biombo que nos daba más intimidad.
El restaurante estaba lleno, y en la presentación noté como mas de uno que no quitaba ojo a mi mujer se dio cuenta de algo raro.
Empezamos a hablar de todo un poco, José Manuel manejaba la situación de manera cada vez se hacia la cena más amena, que si la independía, que si el gobierno que si la vida en general, etc.
Con dos botellas de vino que nos habíamos bebido (Nosotros no solemos beber alcohol habitualmente) tanto Mirian como yo, ya estábamos relajados en confianza con José Manuel, risas y adulaciones hacia mi mujer, piropos constantes.
Pedimos los postres, nada mas irse el camarero, José Manuel le dijo a mi mujer:
– Ven Mirian siéntate a mi lado.
Señalando a su izquierda, pegada más al biombo, desde ahí nadie podría verla.
Mirian me miró como pidiendo permiso a lo que yo asentí. Se levanto y a la que iba a sentarse pasando pegada a él por delate José Manuel se levantó y la dijo:
– Quieta, espera
La miro a los ojos, mi mujer le miro cabizbaja, la cogió con la mano derecha del cuello lateralmente tocándola la oreja con el dedo gordo y con la otra mano la agarro el culo, y la beso. Mi mujer primero se quedó bloqueada pero rápido abrió la boca y dejo que la lengua de José Manuel la invadiera.
Fue un beso sucio, la metía la lengua hasta el fondo mientras la agarraba fuerte la cacha del culo y la cogía firmemente del cuello.
Yo me empalme como nunca, me dolía de lo dura que se me había puesto, allí mi mujer preciosa con un tío de 58 años, la edad de su padre, morreándola como un cerdo y metiéndola mano con ansia y ella con las manos en su pecho, como no queriendo, pero abriendo la boca y moviendo la cabeza para que no se escapara esa lengua grande de su boca.
Me pareció eterno el morreo, la sentó, el de pie la dijo:
– Mira cómo me las puesto solo con un morreo, me ha dado cuenta cuando entrabais al restaurante como me mirabas el paquete, y he sabido que eras una buena zorra y que vas a aguantar el tirón de un macho de verdad.
Mirian no dijo nada, solo le miro el pedazo de bulto que le marcaba perfectamente hacia un lado, se veía algo brutal, le volvió a mirar a los ojos, me miro a mí, volvió a mirar a José Manuel y se mordió el labio mientras volvía la mirada al bulto.
Llego el camarero, un segundo de calma mientras nos ponían los postres en la mesa.
Al marcharse el camarero, la dijo:
– ‘Ponte de pie delante mío’
Echo la silla para atrás y estando sentado, mi mujer de pie, metió la mano por debajo del vestido, la saco el tanga y me lo dio. La empezó a sobar los muslos y tocarla el culo, mi mujer ya estaba en trance, solo respiraba profundamente y se dejaba hacer.
– ‘Abre las piernas’
El sobo a capricho sin llegar a su vagina ni su ano, le quería tener en el clímax máximo,
De pronto mi mujer dio un respingo, la acababa de agarrar la vulva como de pellizco, y empezó a movérsela agarrada de manera fuerte y rápida, se le doblaron las piernas, no pudo más y se corrió derramando flujo por sus muslos y mojado las dos manos de José Manuel.
– Como sabía que eras de las que te corres como una perra sin poderte aguantar, límpiame las manos.
Mi mujer le cogió sus de las muñecas y con mucha suavidad y sensualidad le fue lamiendo manos chupando y dedos mirándole a los ojos como queriendo calentarle aún más.
– Siéntete, vamos a tomar una copa y nos subimos
Acabamos los postres, era un ambiente eléctrico raro muy muy excitante, el camarero nos miraba de forma rara sabia que algo poco habitual estaba pasando.
Mi mujer desbordada. Yo sabía que estaba muy cachonda y que estaba como loca por que José Manuel se la follara y yo estaba aún más por verlo.
– ¿Qué tal Mirian? Ahora una copita y nos vamos para arriba, a mi tráeme un whisky solo, y un Ron con coca cola para la dama bien cargado, ¿Julio tú que tomas? ¿O mejor no tomes nada, no te parece? Quiero que estés bien atento.
El camarero me miró con cara de no entender, y le dije que efectivamente les trajera la bebida que yo no bebía más.
En la espera de las copas José Manuel me dijo que estaba muy contento de habernos conocido y que estaba seguro de que nosotros también nos íbamos a alegrar de haberlo conocido.
Trajeron las copas, hablamos de todo, como si no hubiera pasado nada, los ánimos se fueron calmando, era un profesional, mi mujer de nuevo estaba distendida, cómoda, a gusto, el la adulaba con comentarios bonitos suaves a mi me felicitaba por cómo era ella.
Acabaron la copa, nos pusimos de pie y fuimos hacia el ascensor, mi mujer iba bien tocadilla, la agarro por la cintura ella apoyo la cabeza en su hombro. José Manuel me miro como diciendo esto está hecho.
Entramos al ascensor, nada mas cerrase las puertas, doy otra vuelta de tuerca para volver a marcar como el macho Alpha:
– Te he dicho Julio, que Mirian va a ser mas puta de lo que imaginas y que no me va a negar nada de lo que su macho la ordene y mande. ¿Te lo dije o no?
– Así es José Manuel eso me dijiste, dije yo algo abrumado
– ¿Pues así será verdad Miri?
Mi mujer se quedó callada mirándome algo extrañada pero terriblemente cachonda. No le gustaba que la dijeran Miri, es más rápido protestaba, pero no dijo nada.
José Manuel insistió:
– ¿Va a ser así verdad Miri?
Según lo decía, la agarrándola por detrás la cogió del cuello con una mano, metiéndole la lengua en la oreja y con la otra mano agarrándola la teta de manera soez y basta.
Sus pezones se pusieron duros como piedras y se le escapo un gemido un leve uhmm, el con los dedos la apretó el pezón, ella cerró los ojos y abrió la boca, eso la ponía 2000 por hora, y repitió:
– ¿Verdad Miri?
Mi mujer no pudo más y le dijo:
– Si Jose.
– Vas a ser mi putita este fin de semana, mi juguete y no vas protestar por nada, simplemente vas a obedecer y a correrte todas las veces que quieras sin pensar en nada ni en nadie solo en tu macho, ¿verdad?
Mi mujer que estaba a punto de correrse de nuevo, con el magreo de tetas, la presión en el cuello y notando el enorme bulto de José Manuel en el culo dijo un suave.
– Si jose
La empujo levemente hacia delante y dándola un brutal azote en el culo la dijo alzando la voz:
– ¡!!Mas alto y no quiero que vuelvas a mirar a este (refiriéndose a mi) como si pintara o decidiera algo, en tu casa el será tu macho, pero aquí el macho soy yo y este no pinta nada, te ha quedado claro, SI JOSE QUE? !!!:
Mi mujer con cara de circunstancias, pero loca de ganas de que se la follara le dijo:
– SI JOSE soy tu puta haré lo que tu quieras este fin de semana.
Se abrió la puerta del ascensor, por suerte no había nadie. Llegue hasta nuestra puerta fui a abrir y Jose Manuel dé dijo:
– ¿Dónde vas? No hombre no, la habitación de follar es la mía, que me he traído alguna cosita para mi zorrita, no quiero reventarla hoy que me tiene que durar dos noches y dos días.
Me quede un poco acojonado, ¿qué habría traído o que la tenía preparado?
Entramos a su cuarto, me dijo siente en esa silla y saca el móvil que empieza el espectáculo.
El agarro la cara con las dos manos y la empezó a morrear, ella con las manos en su pecho como en la mesa del restaurante tocándole, como con miedo.
La mando bajar los brazos, tiro de los tirantes del vestido y este cayo al suelo. La aparto un poco hacia tras para verla mejor.
Mi mujer con la cabeza agachada, desnuda completamente, con los pezones duros como piedras pisando el vestido. La mando descalzarse.
– Tu recoge todo y quítalo de en medio. Me mandó
Me agaché a recoger todo y volví a mi silla.
Jose Manuel mirándola detenidamente a un metro de ella.
– Joder que buena estas hija de puta, que cuerpo para follarte todo él día y que cara mas bonita y de puta que tienes.
Mi mujer estaba desbordada, la tenia como nunca yo la he tenido. Le miraba el bultazo del pantalón y el la miraba y se lo tocaba:
– ¿Estas como loca por ver lo que te voy a dar verdad putita? Estoy seguro que estas tan cachonda que te vas a correr antes de vérmelo solo de pensarlo verdad?
Le miro y le dijo:
– estoy deseando verlo Jose, pero no sé si me correré antes de verlo.
Dijo Jose Manuel:
– ¿Cómo? Mal empezamos, si yo digo una cosa es por sé que va a ser así
Se puso pegado a ella y con tono severo la mando abrir las piernas.
La empezó a sobar las tetas y jugar con sus pezones frente a ella, la ordeno sacar todo lo que pudiera la lengua y de forma sucia empezó a chupársela, la puso los brazos hacia atrás. Mi mujer estaba que se derretía, la oía respirar muy profundo como cuando esta extasiada. La arrimó mas a él y empezó a hablarla al oído, metiéndola la lengua:
– Si te digo que te vas a correr, te vas correr. Porque se lo puta que eres y sabes a que has venido. Estas deseando verme la polla, por que nunca has visto una polla de verdad y a la vez tienes miedo porque sabes que te voy a follar el coño y el culo y sabes que te voy a hacer daño, pero aun así es lo que mas deseas. Tienes miedo de que tu marido descubra que eres mucho mas zorra y golfa de lo el se cree, pero yo ya lo sé y él lo va a saber hoy. Pero lo mejor de todo esto, es que lo vas a saber tú, que ni siquiera tú lo sabes.
La volvió a agarrar la vulva de repente, cogiéndosela toda en la mano a pellizco y con nada más darla el apretón, vi como se fundía en un orgasmo tan brutal que se le doblaron las piernas cayendo sobre el pecho de Jose Manuel en un profundo gemido que la salió del alma.
La tubo dos minutos descansado sobre su pecho mientras la acariciaba el culo.
La incorporó y la volvió a morrear de esa manera sucia que tenia él. Mi mujer era suya 100% yo ya no pintaba nada, estaba claro que estaba sometida a su nuevo macho en cuerpo y alma.
– Ves a lavarte, date una ducha solo con agua, pero refréscatelo bien, que va a empezar la fiesta de verdad.
Mientras mi mujer se metía en el baño yo miraba atónito a Jose Manuel, me sorprendía el control de no haberla puesto a cuatro patas y habérsela follado ya, la verdad era un crack.
Se fue a hacia su maleta y saco una crema lubricante, me dijo, mira por si acaso otro día se la entregas a otro con pollo, esta crema además de lubricar de puta madre es un pelín anestésica para cuando las follas el culo sin dilatar.
De la misma bolsa sacó dos plugs, uno mas grande que otro y me dijo, según la vea hoy la llevo mañana con el grande o con el pequeño, ya veremos. No quiero reventarla.
Oíamos la ducha de fondo, Jose Manuel se desnudo por completo, flipe al verle el rabo, mas o menos 20 0 21 cm, pero como un vaso de tubo de gorda, y unos huevos gigantes, a pesar de tener todo el cuerpo peludo la polla y los huevos los llevaba depilados, la tenia llena de venas y todavía no estaba empalmado.
Vio mi cara de asombro:
– ¿Qué pasa que no te esperabas que fuese así en vivo verdad?, pues de primeras se va cagar un poco tu mujer, pero luego ya macho, vas a tener que traérmela una vez al mes por lo menos, por que va a estar soñando conmigo.
Me parecía ya un poquito presuntuoso, pero visto lo visto no quería yo dar nada por imposible.
– Oye una cosa que al final no lo hemos hecho, toma
Efectivamente con todo el lio y lo acontecido, se nos había pasado que nos íbamos a enseñar la analítica que nos habíamos hecho los tres de venéreas y sida para poder disfrutar plenamente sin miedo, miré la suya, que estaba todo ok y le enseñé la nuestra, comentándole que como era evidente ella tomaba píldora para mayor tranquilidad de todos.
– Mira Julio desde que hablamos ando maquinando como iba a ser con vosotros y por las fotos de tu mujer y como me decías que era que Miri, sabia que iba a ser mi mejor zorra. Por eso he roto otro rollo que tenia por ahí y llevo sin vaciar casi 20 días. Me he aguantado un poco en follarla rápido porque quiero gozarla a tope y que veas como la va gustar tomarse toda mi leche sin desperdiciar nada.
Me abrumaba su rotundidad, me dejaba sin palabras, solo atine a decir:
– Ya te dije que el tema del semen era lo peor que llevaba, jugueteaba, pero no se lo tragaba.
Me miró altivo, haciendo noes con la cabeza. Justo en ese instante que se doy la vuelta para para colocar la crema en la mesilla salió mi mujer del baño, un poco cortada mirándome con cara de niña buena como avergonzada, miro a Jose Manuel que en ese momento se giraba hacia ella y mirándole el pollon dijo:
– Ostia, me vas a destrozar, madre mía.
Y me volvió a mirar como diciéndome ¿has visto eso?
Jose Manuel de dos zancadas se puso delante de ella y la agarro fuerte el brazo con una mano dándola un tirón hacia delante poniéndola en el centro de habitación y con la otra la propino un azote a mano abierta que se tuvo que oír hasta en la recepción:
– ¡!!!A que cojones te crees que estamos jugando, te he dicho que no le mires y que no comentes, solo que obedezcas. ¿Te a quedado claro, grita te ha quedado claro?!!!
– SI JOSE, PERDONAME, LO SIENTO, NO LE VUELVO A MIRAR, PERDONAME POR FAVOR.
Me quede de piedra, mi mujer gritando el perdón, pero ya no solo lo que decía si no como le miraba y como se sometía.
La dio un tirón agarrándola del pelo, la puso de rodillas con la cabeza hacia arriba y en esa postura la ordenó poner las manos atrás cogidas, sentada sobre sus piernas, la mando abrir la boca y la puso el enorme capullo en los labios.
– Solo con la lengua, lamela y bésala
Mi mujer hacia lo que podía, lamia, besaba, le lamia los huevazos, le resultaba complicado. El mientras jugaba con sus pezones con una mano, mientras con la otro la manejaba la cabeza.
Por increíble que parezca esa polla empezó a crecer mas y a poner se tiesa y dura.
La soltó las tetas y la cabeza. Puso Jose Manuel sus manos por detrás y la dijo:
– A ver que sabes hacer Miri, usa las manos si quieres, pero quiero que te la metas hasta donde puedas, no me la chupes solo métetela y sácatela hasta donde puedas y cuidado con los dientes o te daré una ostia cada vez que me hagas daño
Mirian agarro el pollon como sopesándolo, alzo su culo sobre de sus perfectos pies y se la llevo a la boca, abriéndola con fuerza como si le fuera la vida en ello.
Y empezó a mamar, metía y sacaba el pedazo de carne intentando llegar hasta la garganta, cosa bastante imposible pues el capullo era brutal, en una de esas el reculo para atrás:
– Perdón, perdón, perdón, lo siento le dijo mi mujer en todo de niña buena.
– ¿Perdón? Y dándola una ostia la giro la cara. ¿Qué te he dicho? Mal empezamos.
La agarro de nuevo del pelo y la mando abrir la boca, la empezó el a follar la boca cuando la tenía al fondo, la aguantaba hasta que ella daba una arcada, así la tuvo cinco minutos, ya la baba la caía por la barbilla.
– Tranquila Miri bonita, ya aprenderás a comerte mi rabo, apóyate en la mesita.
Y dándola de nuevo un fuerte azote que la hacía estremecerse, agarrándola del pelo la puso apoyando las manos en la mesa alta de la cómoda, con sus pies la abrió de bien de piernas, dejando expuestos su coño y su culo a su merced.
– Joder que agujeros tienes mas bien hechos, este coñito prieto que rico y el culito…buf que cerrado se ve pero que rico esta. Muy bien láser, ya me dijo tu marido. No hay ni un poro mal puesto.
Abriéndola de manera soez y brutal más aún si cabe con sus manos, se agacho y empezó a meter su boca y su lengua entre sus piernas y culo, mi mujer no pudo más, al notar la lengua de Jose Manuel en su coño y su culo empezó a temblar y se corrió de nuevo. Este empezó a darle manotazos en el coño y el culo, golpeándola el clítoris y el ano, golpecitos rápido que ella sentía y vibraba, el orgasmo se alargaba. Hasta que un ‘Dioooooossss’ salió de su boca quedando apoyada en sus brazos que se la habían doblado.
– ¡Levanta! La ordenó, Pon el culo en pompa, apoya la cabeza y ábrete con las manos los cachetes que ahora sí que le voy a meter. Y no vuelvas a desobedecer sea lo que sea que te haga o te mande por que me mosqueo y os mando a tomar por el culo y me voy.
Yo cada vez estaba más perplejo esto estaba siendo la ostia, efectivamente estaba alucinando con mi mujer y como no podía parar de pajearme mirando, no me quería correr quería ver más.
Pero el sumun fue que tras estas palabras de Jose Manuel mi mujer dijera:
– No por favor Jose, de verdad que ya no hago nada que no me mandes y te juro que hagas lo que hagas o me mandes lo hago por favor, pero follame, follame.
– ¿qué Julito? Ves ya te decía yo que era mucha zorra para tan poco cornudo, pajeate a gusto que vas a flipar.
Me dijo mientras encaraba el pollon, que estaba como el mármol a la entrada del coño de mi mujer.
Ella se ponía de puntillas, se abría todo lo que podía, la escupió un sonoro lapo en toda la cabeza de su polla y empezó a empujar, solo empujaba despacio abriéndola metiendo centímetro a centímetro toda la barra. Mi mujer resoplaba se mordía el labio hacia fuerza para no chocar la cabeza contra la pared la mesa la hacia daño en las clavículas, pero era un sufrimiento que le gustaba. El volvía a dar otro apretón y ella hizo: arghh. Ya no cabía más, le llegaba al útero, faltaban dos centímetros para tenerla toda dentro.
– Ya me tienes dentro muévete. La ordeno
Y agarrándola del pelo con una mano y azotándola con la otra en culo, mi mujer empezó a moverse. Se agarro a la mesa y poco a poco empezó a subir el ritmo.
El la levanto, la agarró del cuello trayéndola hacia él, se acercó a su oído, saco su lengua lo lamio y la dijo córrete zorra y con la mano la volvió a agarrar del coño por delante.
Fue automático notar el apretón y temblar doblando las piernas cayendo en un orgasmo de los más brutales que jamás la había vista hasta ese día.
Con el rabo bien clavado mi mujer jadeaba, la cogió las tetas fuertemente apretándola los pezones de manera infame, ella hizo ademan de quejarse, pero se acordó de sus palabras y se mordió el labio con cara de dolor, la tiro al suelo a cuatro patas, sin sacársela, la volvió azotar con la mano, y la obligo a hundir la cara en la moqueta del suelo para que su culo quedara bien expuesto.
Con la polla dentro el empezó de nuevo un suave vaivén de mete y saca cortito suave, haciendo que ella se relajara, la cojo la mano y se la puso en su coñito y la mando tocarse suave.
– Tócate suave putita que sabes lo que viene ahora y cuanto más cachonda estés antes te empezara a gustar. Mientras con su enorme dedo gordo empezó a hurgar en la entrada de su ano.
– Trae la cremita Julio amigo que vamos a ver el nivel de zorra que aquí tenemos a ver si supera el examen.
Me levante y proveche para ya quedarme en pelotas del todo, la pase la crema a Jose Manuel, que me dijo mirándome a la polla:
– Aunque la hayas follado el culo sabes que hoy si va dejar de ser virgen además por todos sus agujeros.
– Abre mi maleta y en el neceser hay cinta americana y una pelotita que tiene una correa, átala las manos atrás y ponle la pelota en la boca.
Me fui a su neceser y saqué lo que me dijo, no me lo podía creer, le obedecía como si la que estuviera allí no fuese mi mujer, el morbo me nublaba, estaba en un constante nerviosismo y excitación que no era consciente y aunque me estaba gustando mas que incluso follarmela yo.
Mientras, Jose Manuel hurgaba y metía sus dedos poco a poco en el culo de mi mujer, echándola crema y masajeando literalmente toda la zona del ano, yo le ponía la pelota. Mi mujer que no dijo absolutamente nada e incluso evito mirarme cerrando los ojos y procedí a atarla las manos a la espalda como me indico Jose Manuel.
El seguía con el masaje y bombeando polla en su coño, mi mujer ya empezaba a respirar hondo y rápido, estaba claro que la dificultad de respirar, el sentirse completamente ofrecida, el pollon que la llenaba, el masaje y las penetraciones de dedos en el culo la tenían a punto de correrse de nuevo.
Jose Manuel me dijo:
– ¿Ven siéntate aquí a nuestro lado cuando yo te diga, la agarras como me has visto hacer a mí, del coño y se lo mueves fuerte, agarrándola fuerte, te has enterado?
Me senté al lado de mi mujer a la altura de su cintura. Jose Manuel empezó a bombear mas fuerte, llegue a pensar que se iba a correr mi mujer ya estaba a punto de correrse, y de repente saco el pollo, lo apunto a su ano y empezó a meter, apretaba fuerte, estaba entrando con dificultad, pero entraba. Mirian solo podía jadear, hizo amago de avanzar hacia delante y que Jose Manuel aflojara, pero la dio un brutal cachetazo en lateral del culo que entendió perfectamente, apretó y apretó hasta que sus huevos chocaron con su coño.
Mi mujer sollozaba, estaba claro que era mucha polla para su atlético culito y eso que llevaba crema lubricante y anestésica.
– Ya tienes bien follada a tu zorra. ¿Mira… por el culo se la meto hasta el mango, ya sabes lo que la va a pasar no?, que me la voy a follar por el culo mas que por el coño.
– Lo tiene prieto de cojones. Esta putita deportista va a ser mi vicio.
– ¡vamos zorra empieza a moverte, sácala entera y métela entera!
Mi mujer sin dejar de sollozar, empezó a sacarse el pollon poco a poco con mucho sufrimiento le dolía de verdad, por un momento pensé en cortar el juego si ella se la sacaba y se tiraba al suelo, pero volví a equivocarme, cuando ya casi asomaba el glande, volvió para atrás poco a poco hasta ella misma clavarse de nuevo hasta los huevos.
– Si señor, esta puta me ha dar muchas noches de gloria, ¿ves Julito? ¿Como estas putas siempre quieren más? Tu atento a mi orden.
La agarro fuertemente de las caderas y empezó poco a poco a aumentar el ritmo, cada vez más rápido, se la sacaba y se la metía entera, mi mujer empezó a resoplar, cada vez más, estaba claro que le dolor había pasado y que ese pollon clavado tan profundamente la hacia gozar. La saco de nuevo entera y se la clavo más duro aún. De repente empezó a dar más rápido pero clavado hasta el fondo. Mirian empezó a gemir y gemir cada vez más rápido y me dijo:
– Ahora cabron rómpela el coño.
La agarre la vagina como me había dicho y fue hacerlo y mi mujer empezó a correrse de nuevo de un a brutal temblado y con espasmos por el cuerpo.
Me ordeno:
– Quítale la bola a mi zorra, rápido.
Así lo hice, mi mujer lo agradeció dando un suspiro disfrutando los ultimo coletazos de su espectacular corrida, mientras Jose Manuel seguía bombeando cada vez más duro. Ella parecía una marioneta en sus manos, parecía que la usase como una muñeca.
Se salió de su culo, la agarro fuerte del pelo y poniéndola de rodillas la ordeno:
– Abre la boca y saca la lengua
La metió el pollon todo lo que pudo, arrastraba algún resto de sangre mezclado con la crema y algo más, pero ella obedeció sin rechistar, le daban arcadas al llegar el pollon el fondo.
Bombeo cinco veces y sacándosela de la boca empezó a menearla con el capullo aun dentro diciendo:
– Si cae una sola gota, no te vuelvo a follar nunca en tu puta vida, así que traga como si tu vida dependiera de ello, ¿te enteras?
–
– Si jose, no te voy a defraudar nunca dámelo por favor, dámelo
Y cogiéndola fuertemente del pelo empezó a vaciarse, un semen muy amarillo, muy viscoso, borbotones que mi mujer recibía con la boca abierta de abajo arriba para que no saliera nada según tragaba, trago y trago. El corridon fue brutal.
La agarro guiándola la boca para que se la chupara entera de nuevo y limpiara cualquiera resto de lo que fuera de su polla y sus huevos, alzo sus huevos y su polla hacia arriba y la dijo:
– Lámeme el culo, me ha sudado mucho follandote y me gusta sentir tu lengua.
Estaba totalmente entregada a la voluntad de este viejo barrigón polludo. Ella se agacho para poder lamerle bien el culo y los huevos, dejándole completamente limpio.
La levanto del suelo por las axilas, la corto la cinta, no paraba de besarla, ella le correspondía, estaba rota, agotada le dolía el cuerpo entero, la cara desencajaba de placer, dolor y cansancio. La mando tumbarse al borde de la cama con las piernas abiertas.
– ¡ Julito ven aquí ¡
– ponte de rodillas, cómela el coño y el culo y te la follas, y tu zorra tócate que quiero que te corras otra vez con el cornudo de tu marido. Pero ni te ocurra comerla la boca, su boca y su culo son míos cuando este con vosotros, venga dale ya cabron
Como autómata, me puse a comerle el coño y el culo, estaba abierta como nunca me pude imaginar.
Ella me sujeto la cabeza y me indico que se la clavara ya, empecé a bombear, no iba a aguantar ni dos minutos, de lo caliente que estaba.
Jose Manuel me increpo:
– Si corres dentro te lo tienes que comer así que tu veras, la puta solo tiene que saber a mí.
Nada más oírlo Sali de ella y poniendo la mano me vacié sobre mi mismo tratando de que no callera mucho al suelo pajeandome.
Mi mujer aumento el ritmo de su paja tenia los ojos cerrados, imagino que para cumplir la orden de no mirarme.
Abrió los ojos buscando a Jose Manuel, mientras se frotaba cada vez mas fuerte y se daba cachetitos en el clítoris y dijo:
– Jose, por favor Joseee
El muy cabron la entendió perfectamente. Se puso a su lado la paso el brazo por detrás y empezó a comerla la boca como un cerdo mientras la retorcía un pezón con la otra.
Ella gimió:
– Otra vez Joseee otra vez uhnnnnmmm. Si otra vezzz Dioos
Y la muy puta se volvió a correr por enésima vez con espasmos que la hacían estremecer todo el cuerpo.
Jose Manuel, se levantó, dando por concluida, la noche. Yo me temía que me mandara a mi a la habitación y que se quedara con Mirian, pero no fue así.
En tono de nuevo conciliador y diplomático dijo:
– Lo hemos pasado de vicio nunca mejor dicho, vamos a descansar que nos queda todo el sábado completo y la mañana del domingo.
– Mañana bajamos desayunar a las 10 y luego antes de salir me dais un toque que paso a vuestra habitación a unas cositas ok?
Volvió a morrear a mi mujer sobándola el culo a conciencia y a mí me dio la mano, diciéndome:
– Tenía razón o no? Venga tira a descansar que mañana vas a flipar más aun.
Y cruzando el pasillo en pelotas como íbamos nos pasamos a nuestro cuarto.
Entramos a la habitación, tratamos de no hablar de lo ocurrido. Mirian se fue de nuevo a ducha, me senté en la cama a esperar que terminara para entrar yo, La cabeza me daba vueltas, pensando en lo ocurrido pero sobre todo en que podría esperarnos al día siguiente.
Nada mas salir mi mujer, entré yo al baño, no nos dijimos nada. Me duché y salí. Mirian se estaba dando crema por todo el cuerpo. Me quedé mirándola embobado, viendo lo buenísima que estaba.
Nos miramos a los ojos ella sin parar de sobarse:
– No se que decirte, ¿lo has gozado? Le dije.
Hizo una pausa, me miró como con pena y me dijo:
– Cariño… mucho me ha encantado y quiero más, ¿y a ti?
La mire cogiendo aire, me quité la toalla de la cintura y la enseñe mi polla otra vez dura como una piedra.
– Creo que con esto te he contestado.
Se acerco a mí. Nos besamos apasionadamente, me la agarró, y acercándose a mi oído me dijo:
– Pues pajéate pensando en como me han follar mañana, porque cuando me estaba comiendo Jose la oreja mientras me destrozaba el coño, me ha prohibido follar contigo mientras sea suya.
Me quede más cachondo aún, pero me resistí, nos metimos en la cama y Mirian se durmió prácticamente al instante.
CONTINUARA (espero comentarios)