La fiesta de cumpleaños de Bruno el mayor de nuestros hijos había durado todo el día, cerca de 30 adolescentes compañeros de la escuela habían estado la mayor parte del día en la alberca de la terraza. Algunos padres nos acompañaron en la reunión y todos disfrutamos de un día muy entretenido aunque casi todos nos bañamos estábamos en traje de baño las miradas de casi todos se dividían entre dos mujeres una de ellas era Mónica, mi mujer, descubrí a varios papás y la mayoría de los adolescentes mirándola disimuladamente.
No puedo enojarme por eso ella es de verdad hermosa y sería muy tonto de mi parte que me enoje con todos por mirarla, lo que hago es abrazarla darle un beso y agarrar su trasero. El día cada vez se hizo más cansado y no tuvimos mucho tiempo de estar solos aunque me moría de ganas de tenerla, verla todo el día en traje de baño y no poder penetrarla era un verdadero martirio aun así varias veces nos pudimos besar y dar unos agarrones rápidamente antes de que alguien nos descubriera. La fiesta termino y nos dirigimos a casa llegamos y los niños se fueron a dormir al igual que mi esposa, yo me dirigí al baño un poco frustrado al parecer ese día no iba a tener suerte.
Me quite la ropa y entre bajo el chorro del agua, estaba fresca como me gusta y empecé a cantar como acostumbro cuando me ducho solo. Ese día no esperaba tener compañía mientras duraba el baño Mónica, ya se había dormido no era muy tarde, pero estaba un poco cansada por la fiesta y el estrés de organizarla y se durmió temprano.
Ya me estaba enjuagando cuando sentí sus manos sobre mi espalda tomo el jabón y empezó a frotar mi cuerpo empezando desde la cabeza hacia abajo enjabono toda la parte superior de mi cuerpo y cuando llego a mi trasero puso especial atención ahí una nalga primero y la otra después. Se pegó a mi cuerpo y pasó una de sus manos hacia mi pene y mis testículos.
Su mano enjabonada se sentía muy bien jugando con mis bolas la otra mano seguía en mis nalgas su mano subía por toda la extensión de mi erección y bajaba de nuevo a mis testículos lentamente los enjabonaba y de a poco su mano iba haciéndose más hacia atrás y subió por entre mis nalgas y regreso hasta la punta de mi pene y de vuelta hacia abajo cada vez más cerca de mi ano, era una sensación rara pero muy excitante cuando sus dedos por fin rozaron mi ano sentí una excitación que no había conocido puse las manos en la pared y ella se dispuso a seguir con su masaje, bajaba por mi pene y con su dedo gordo me rozaba atrás.
El jabón, sus manos y esa nueva experiencia me tenían muy caliente. Con su dedo gordo poco a poco paso de ir rozando a presionar sobre mi ano hasta llegar al punto que lo metió y comenzó a dar pequeños movimientos circulares dentro de mi, mientras con la otra mano me seguía masturbando.
-¿te está gustando?
-Si
– ya tenía tiempo con ganas de hacer esto, disfrútalo.
Y fue lo que hice disfrute su mano subiendo y bajando por mi pene hasta mis bolas una vez tras otra, lento y firme, con un dedo en el culo haciendo círculos en mi interior hasta que rozó una zona que me hizo acabar de una forma bestial y sin previo aviso.
Eyacule pero la erección no bajaba estaba muy caliente. Me di la vuelta y me puse detrás de Mónica la incline un poco, enrede mi mano en su cabello y la penetre de un solo movimiento hasta el fondo, mientras mi mano jalaba su pelo.
-ahhh, si… así… así
Entraba y salía de ella una vez y otra… me inclinaba hacia ella y besaba su espalda y nuca, salía doblaba un poco las rodillas y entraba desde abajo para antes de empollarla rozar sus labios desde abajo (ese movimiento la vuelve loca) a la vez que le susurraba lo que disfruto escuchando sus jadeos y su respiración entrecortada lo mucho que la disfruto y buena que se ve cuando está en esa posición.
Gocé e hice que gozará ella también. Justo cuando sentía que me vendría, la sentí temblar y la escuche gritar. No me di cuenta quien cerro la llave del agua cuando nuestras respiraciones se controlaron nos enjuagamos de nuevo, nos secamos y nos fuimos a seguir en nuestra cama.