Yo sigo contando lo que me pasa, porque estas son cosas que no se las puedo contar a ninguna amiga mía, ya lo van a entender, y a alguien se lo quiero contar, por eso lo hago por acá.
Y para que entiendan el porqué no se lo puedo contar a ninguna amiga, ni siquiera con alguna que hemos cogido juntas, es porque me da algo de vergüenza, yo 24 años, me está cogiendo un pendejo de 18 que me tiene ¡re loca!, quedo como una boluda si se lo cuento.
Martín, así se llama, es un pendejo de 18 años, que vive a dos cuadras de casa, yo me lo había cruzado un par de veces, con su novia, una nenita con ropa del colegio, hasta que terminamos cogiendo como ya lo conté. Para que se lo imaginen, al menos para mí, es re lindo, pero re lindo, un pelito rubio, casi amarillo, medio largo, pocos pelitos en el cuerpo y el cuerpo marcadito, y aparte re zarpado, o mejor dicho re jugado, se juega, y eso me gusta, no es como esos pendejos que por miedo no dicen nada, NOOO, ESTE SE MANDA COMO UN HIJO DE PUTA.
Bueno la cosa fue así, después que cogimos, nos mandamos algunos mensajes y nada más, en los que me contaba que nunca había estado con una chica de mi edad (el forro me hizo sentir vieja), y que le encanto hacerme la cola (fue la primera vez que se la hizo a alguien) y la verdad que eso me calentaba mucho, me gusto entregarme a esa hermosura.
Hoy a la tarde me manda unos whatsapp que les copio lo más importante:
Martín: no querés venir a conocer mi casa???
Yo: nene, nada, pero la verdad que no se que voy hacer ahí??? Que le vas a decir a tu vieja??? Q soy una amiga tuya???
Martín: no, linda, mis viejos se fueron al campo, vuelven mañana, y mi hermano hasta la noche no viene del laburo
Yo: ahhh, estás re zarpado pendejo
Martín: no linda, no te propuse nada loco, me gusta estar con vos, dale venite
Yo: no se hermoso, no quiero que te confundas, sos re lindo, y lo sabes jaja
Martin: y porque me voy a confundir
Yo: y si, nene, si estas solo, no vamos a merendar??? jaja
Martín: y porque no??? queres que ponga la lechita yo???
(Eso me vuelve loca del pendejo, tan chiquito y tan zafado)
Yo: no ves??? Sos re zafado, nene
Martín: fue en joda, dale venite te espero, no me digas que no, sos mas grande que yo, no te portes como una pendeja de 15 años, que no sabe que hacer!!!
(Me cagó el pendejo, y tenía razón, me estaba portando como una pendeja, y no se equivocó, ¡porque soy una pendeja! Me siento mejor hablando con un pendejo de 18 que con un señor de 30 años, porque ya me pasó eso.)
Yo: bue, en un rato voy
La verdad, estaba, como siempre, como una boluda, medio nerviosa, caliente con esa adrenalina que me da de saber que me van a coger, porque sabía que iba a pasar eso, pero, digo que me van a coger de trampa, con un pendejo, a quien le estoy “enseñando” a coger, pero todo es más fuerte que yo y fui. Hoy no hacía mucho calor, pero para adelantar la cosa, me fui con una pollera y sin medias (así, no perdíamos tanto tiempo y yo se que cuando estoy así, me empiezo a calentar enseguida)
Llego a su casa, y nada , el pendejo ya estaba al palo, me parte la boca, nos matamos con esos besos en que la baba empieza a salir de la boca y las lenguas llegan ¡hasta la garganta!, me lleva hasta el sofá y me sigue besando mientras sus manos ya estaban debajo de la pollera (por eso me fui así, porque eso me calienta y mucho) y yo sentía esas manos de bebé, como tocaban mis muslos, mi cola, él se saca la camisa y no pude dejar de comerle a besos ese lomito marcado que tiene.
Le empecé a besar todo, todo de a poco, hasta llegar a su cintura, le desabroché el pantalón hasta encontrar esa hermosa pija que tiene que de a poco se la empecé a acariciar, ahí si, lo deje bien caliente, porque me tome mi tiempo hasta empezar a chupársela, primero se la acariciaba, mientras lo miraba y le daba muchos besos, hasta que no di mas y me la puse en la boca, yo de rodillas como una puta entregada a solo dar placer, el en el sillón, y se la chupe un buen rato, hasta que solita me subí arriba de el y me la clave en la concha y empecé a saltar a gemir y le decía: “así te gusta pendejo” “siiii, segui guacha”, me decía: “¡segui asi!”, y claro un pendejo lleno de leche no tardó mucho en acabar ¡y yo tampoco!
Agarramos la ropa y nos vamos a su cuarto, pero esta vez fue el que me empezó a besar y a acariciar, empezó por los pies y no le quedo parte de mi cuerpo sin besar, ni acariciar, empezó, por mis pies, siguió por mis piernas, donde me las beso por largo rato, por lo que yo cada vez las abría más para sentir sus besos, mientras yo solita me acariciaba mis tetas, demostrando lo que me gustaba lo que me hacía, hasta llegar a mi conchita que me la empezó a comer, yo puse mis piernas sobre sus hombros, y le empujaba cada vez más la cabeza para que sintiera bien mis jugos, estaba re mojada y gimiendo, pero gimiendo mucho de placer, me encantaba lo que me hacía, el solo me la besaba, me metió la lengua hasta que le acabe en su boca, mientras me la chupaba explote en mi segundo orgasmo, mis piernas temblaban, no me importaba demostrarle lo caliente que estaba con lo que me hacía, y que pensara de mi lo que quisiera.
Siguió, llego a mis tetas, me las besaba y yo con mi mano le agarraba esa pija hermosa que ya estaba re parada, me pongo de costado, me la pone en la conchita, que con lo mojada que estaba entro muy fácil, me bombeo un par de veces, la sacó e intento por la cola, lo tuve que ayudar un poco, pero no me importo, incline bien una de mis piernas para arriba (¿me explico?) hasta que entrara bien y ahí se puso re loco, yo me daba vuelta, le decía: “¿así te gusta bebé?, siiii, así quiero que me cojas bien por el culo, dale pendejo”, le decía yo: “¡rómpeme bien el culo!”, y me la metió como una bestia, esta vez no fue tímidamente, me hizo doler, y ese dolor después fue placer hasta que acabamos los dos juntos de nuevo.
Nos quedamos un rato más en la cama los dos en bolas acariciándonos, como me gusta sentir que ese pendejo me acaricie ¡todo mi cuerpo!, y obvio hablando de lo que a él le interesaba, SEXO, me conto que con su novia cogía, pero nada que ver como lo hacía conmigo, que le encanta coger, que nunca había hecho un trio (me imaginé lo que venía así que le dije que se olvide de hacerlo conmigo).
La verdad es que ya me tenía que ir, yo tenía que hacer otras cosas, y como despedida, le doy un beso en su pija y se le empieza a parar ¡de nuevo! Y terminamos cogiendo ¡de nuevo!