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Mi novia y su mejor amiga
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Tiempo de lectura: 12 minutos

Saludos a todos, mi nombre es Andrés. Soy de Bogotá, Colombia y tengo 31 años. Este es mi primer relato, puedo decir con toda seguridad que es cien por ciento real y que si lo escribo es porque son experiencias que me gusta recordar y que mejor manera que escribiéndolas.

Tenía, hace unos años, una novia con la cual llevaba algunos años de noviazgo, la cual tenía a su mejor amiga Lorena, una amiga de infancia, con la cual no me llevaba muy bien ya que según ella yo le había robado a su mejor amiga desde el momento en que inicio nuestra relación.

Un viernes en la tarde mi novia Alexandra me llamo para contarme que se encontraba realizando unas compras con Lorena cerca de mi trabajo que si quería ir a tomar una cerveza con ellas, la idea en un principio no me llamo la atención ya que mi relación con su amiga como he dicho no era muy buena, pero finalmente acepte. Mi novia era algo bajita, pero de un rostro muy bonito, un cabello largo y negro que le llegaba casi a la cintura, y una tetas grandes y hermosas. Lorena era un poco más alta, unas tetas y un culo que sin ser grandes estaban muy bien proporcionados y un cabello castaño un poco más debajo de los hombros, pero lo que siempre me gusto de ella eran los ojos, tenía unos ojos verdes profundos y una mirada que provocaba varias reacciones. Siempre me pareció muy guapa y por las intimidades que me contaba Alexandra de ella sabía que era muy morbosa y le encantaba el sexo. Una vez incluso le dije a mi novia que si no me la llevara tan mal con su amiga deberíamos proponerle un trio, un tema del que muchas veces habíamos hablado, idea que ella descarto de plano primero por nuestra mala relación y segundo porque era su mejor amiga de toda la vida.

Al llegar al bar donde ellas me esperaban, ya iban por la segunda cerveza, mi novia como siempre muy cariñosa y tierna conmigo, Lorena a pesar de tener una conversación fluida hablaba con dejos de ironía y sarcasmo a las cosas que yo decía, como haciéndome notar que no era de su agrado. Las cervezas fueron pasando y en algún punto el alcohol hizo su efecto, y en una de las idas de Lorena al baño le dije a mi novia que si podíamos despachar a su amiga para luego irnos a un motel y alquilar una habitación con jacuzzi ya que quería tener sexo con ella y que mejor que tomar un baño relajante después de hacerlo, a lo que ella me contesto:

– Claro mi amor, nos tomamos la última cerveza y yo le digo a ella que queremos irnos solos

Con el efecto del alcohol encima y la calentura que Alexandra y yo llevábamos encima el tema empezó a irse por los lados del sexo, cosa que lejos de molestar a Lorena y por el efecto de las cervezas que llevaba encima, le animo a contarnos varias intimidades. Ya su conversación conmigo era muy relajada e incluso cómplice, parecía que atrás hubiese quedado su enemistada hacia mí. En una parte de la conversación, ella nos dijo que el sexo le encantaba, que le gustaba estar con hombres, mas no descartaba la oportunidad de hacerlo con una mujer sin que esa idea la obsesionara. Pero que en muchas ocasiones el sexo no era del todo placentero, que ella tenía algunos tipos de traumas que a veces la perturbaban.

– ¿Qué tipo de traumas? – Pregunte yo queriendo saber qué tipo de experiencias podía hacer que una mujer tan fogosa, como ella acababa de confesarse, sintiera a veces reparos en el sexo

Ella bajo la mirada y entre tímida y apenada respondió

– No sé si debería contar esto, pero pues es que con Alexandra he tenido toda la vida una relación de amistad muy unida y no sé, contigo esta noche se han hablado tantas cosas… y siento que hay el grado de confianza de poder contar esto, y si ella confía en ti, creo que yo también puedo hacerlo

– Claro, yo respondo por la confiabilidad de Andrés, él es una tumba con los secretos – dijo mi novia mientras con una mano me sostenía la mía, y la otra buscaba la de su mejor amiga- Pero cuéntanos que ya me estas preocupando

– Bueno aquí va – dijo ella tomando un largo sorbo de su cerveza- Cuando era niña, pequeña, en alguna ocasión un tipo con el que trabajaba mi papá y que manejaba un carro de los que el tenia, tuvo que recogerme del colegio y llevarme hasta la casa. Era un señor de unos cuarenta años. Cuando llegamos al parqueadero de mi casa estaciono, y antes de bajarnos me dijo que yo era una niña muy linda, que si permitirá que me diera un abrazo y un pequeño beso en mi mejilla, en un principio no le vi nada de malo. Como les digo era muy pequeña y poco podía ver de malicia en ese acto

– Ya me imagino por donde va la historia – dije yo haciendo cara de disgusto

– Si, el asunto es que ese día el me abrazo y me dio un pequeño beso en la mejilla, y ya. Pero desde ese día cada que él podía y estábamos solos me abrazaba más y me daba más besos y caricias, cosa que lejos de molestarme, me gustaba, a pesar del ser mayor y no parecerme nada atractivo. Pasaron varios años así mientras yo iba creciendo, el viejo cada vez más descarado a veces me tocaba las tetas, y en más de una ocasión intento meterme la lengua en la boca. Como yo ya estaba más grande, entendía que eso no estaba bien. Y así se lo dije un día. Que o dejaba de manosearme o le contaría a mi papa

En ese momento la cara de mi novia era de sorpresa total, no podía creer lo que estaba oyendo y menos que jamás Lorena se lo hubiese contado – ¿Y qué paso amiga? Le contaste a tu papá?

– No, eso lo enfureció mucho y me dijo que yo era una niña estúpida, que yo sabía que me gustaba que él me tocara, y que si pensaba contar algo, más valía que fuese algo que valiese la pena. Me halo contra el carro y empezó a manosearme mientras me besaba el cuello. Me tocaba por todas partes y yo muerta del miedo no sabía qué hacer, mi fuerza no era nada comparada con la de él, en un momento me empujo contra el carro, me bajo mis panties y después de pasarme los dedos varias veces por mi… eh… vagina… me penetro…

– ¿¿¿Qué qué??? – Dijo Alexandra gritando

– Si… esto nunca lo he contado a nadie. Yo sentí un gran dolor y me sentía petrificada por el miedo. Duro varios minutos penetrándome mientras yo en silencio solo escuchaba su respiración mientras me decía “a ver si le vas a contar esto a papito”. Y al final, termino sacando su asqueroso pene y corriéndose sobre mis nalgas. Se cerró su pantalón y me dijo antes irse: Ni una sola palabra.

– No lo puedo creer – Dijo mi novia muy afectada

– Entiendo ahora si lo de los “traumas” – Dije yo sin dejar de pensar en lo fuerte de la situación

– Sí, pero ese no es el problema. El problema fue que entre a mi casa directo a ducharme para quitarme la corrida del viejo asqueroso de encima. Y sin entender porque… estaba muy mojada, yo nunca me había masturbado, y empecé a acariciarme y tocarme mucho, teniendo el primer orgasmo de mi vida, brutal, de los mejores. El tipo desde ese día, sacaba mil excusas para no recogerme, para no verme, y cuando nos veíamos agachaba la mirada y me trataba de forma respetuosa y formal.

– Claro, el malparidlo ese sabia la brutalidad que había hecho y no podía dar cara – Dijo Alexandra con una expresión de furia

– Si… muy traumático – dijo Lorena tomando un largo sorbo de cerveza y pidiendo tres más con el mesero – Pero lo peor del cuento es que solo lo volví a ver como cuatro veces en mi vida, siempre con la mirada agachada y apenado, y yo, cada vez que lo veía con una furia de los mil demonios… pero cuando iba al baño o llegaba a mi casa… me daba cuenta que estaba empapada de solo haberlo visto

En ese momento Alexandra y yo quedamos con la boca abierta. Esta mujer nos estaba confesando que había sido abusada por alguien por quien guardaba profundo rencor, y por el cual por una extraña razón sentía una excitación espontanea.

– Y ese es el trauma, muy pocas veces en la vida, dos o tres me he masturbado pensando en ese viejo asqueroso y lo que me hizo. Pero si muchas veces, cuando he tenido sexo con tipos, me he puesto a pensar que me gustaría que me trataran como ese viejo lo hizo… no sé porque les conté esto, no sé, el trago o la confianza, pero esa es la historia.

Yo en ese punto esta prendido tanto por la historia como por las cervezas, y lejos de haberme espantado el relato me excito la idea de Lorena mojadita imaginando esa experiencia o masturbándose pensando en esas cosas. Mi novia aun un poco choqueada por lo que acababa de oír pregunto:

– Pero no entiendo ¿te excitas a veces cuando recuerdas esas cosas?

– No solo me excito ¡me mojo! Y como dije antes pocas veces me masturbo pensando en esas cosas pero cuando lo hago ¡jum! Ni te imaginas… – casi susurro bajando la mirada y sonriendo apenada – es buenísimo…

Mis gustos incluyen un poco de sado y la verdad la confesión me tenía muy prendido. En ese momento Lorena dijo que debía ir al baño y hacer una llamada a su mamá para contarle que se demoraba, así que se levantó y nos dejó a mi novia y a mi solos

– ¿Qué tal eso ah? No puedo creer que Lore nunca me haya contado eso en la vida ¡Tenaz! Pobrecita ¿Qué opinas? – Pregunto Alexandra como mirando hacia la nada

– Pues la verdad si muy fuerte… pero también hay que admitir que ella se excita recordando el tema, es raro, como si le hubiese gustado, y pues entre gustos…

– ¿¿¿Cómo??? O sea ¿te parece normal? ¡El colmo!

– No, yo no defiendo que alguien haya abusado de ella, eso jamás, solo que me parece que tiene su morbo que ella se excite recordando eso, o que cuando se esté comiendo un tipo se acuerde de eso y llegue rico. No me vas a negar que tiene un poco de morbo, que mientras un tipo la está clavando ella esté pensando en eso

– … pues no, como va ser bueno eso…

– Tu sabes que tiene su morbo, que la vieja se excite con eso, es rico y tú y yo somos súper pervertidos, a ti obvio te duele porque es tu mejor amiga, pero si lo piensas como un relato erótico o una película en la cual uno no conoce de primera mano a los protagonistas, la historia tiene morbo

– Jajajaja no piense en mas… pues a mi lo que me intriga es que se excite ella con eso… si, tiene algo de morbo, no lo niego

– A mí me dejo excitado el tema, no lo voy a negar – Y nos quedamos viendo el video de música que pasaba en las pantallas del bar, mientras yo pensaba que rico esta Lorena excitándose con esas cosas, con lo buena que esta, debe ser un espectáculo verla masturbarse pensando en eso. Y por el efecto del alcohol y la calentura que llevaba encima no pensé muy bien lo que iba a decir a continuación y las palabras me salieron casi sin permiso de mi cerebro – Pobre Lorena, que vaina tan dura, deberíamos invitarla a relajarse un rato tomando un baño relajante en el jacuzzi con nosotros – Dije mirando a Alexandra y poniendo una sonrisa medio picara. Mi novia me volteo a mirar extrañada, y de inmediato me empecé a arrepentir de cada una de las palabras dichas. Se quedó en silencio unos segundos y de una forma natural, casi como si estuviera hablando del clima respondió

– No creo que se anime, pero si tú le quieres decir no hay lio, pero creo que dirá que no

Yo quede callado al escuchar su respuesta, pero respondí: -Si tal vez diga que no, ahora le comento – Y seguimos hablando de cosas al azar

Cuando volvió Lorena, mi novia se levantó para ir al baño y me dijo: – Voy al baño, coméntale a Lore lo que me dijiste a ver si se anima, ya vengo.

– ¿Qué me ibas a comentar? – Pregunto Lorena de forma casual mientras tomaba la nueva cerveza helada que nos había traído el mesero. Yo sabiendo que esta era una oportunidad única en la vida que mi novia por efecto de la cerveza o por lo que fuera no viera reparos en invitar a su mejor amiga de toda la vida a tomar un baño con nosotros, de la forma más serena y relajada del mundo le dije:

– Que habíamos pensado con Alexa ir a algún sitio – obvio era un motel – A tomarnos una última cerveza allá y darnos un baño relajante en un jacuzzi, y que pues después de esta semana tan pesada que hemos tenido todos en el trabajo, me imagino que tú también, y después de contarnos esa experiencia tan traumática, creí que de pronto te animarías a venir con nosotros, pues no se…

Lorena abrió como platos esos hermosos ojos verdes que tiene y paso el trago de cerveza lentamente – ¿A bañarnos los tres en un jacuzzi? ¿Ahorita?… ¿¡Los tres!?

– Si, pues normal, o sea nada malo. Como para relajarnos – Dije yo sabiendo la falta de argumento y peso que tenía mi respuesta

– ¡Pero si yo no traje vestido de baño!

– Pues nosotros tampoco, pero pues para lo que hay que ver – Dije yo riéndome quitándole importancia al tema, aunque por dentro sintiéndome muy idiota por mis comentarios

– ¿O sea los tres? ¿¡Los tres desnudos!? – Decía ella con los ojos muy abiertos y medio sonriendo

– Pues sí, no tiene lio, igual si tú no quieres ir no pasa nada, igual nosotros vamos a ir. Mejor dicho fresca no pasa nada… ¿hablaste con tu mamá? – Dije como dando por zanjada la propuesta y cambiando el tema

– Si… si hable con ella… – Se quedó en silencio y luego poniendo una sonrisa maliciosa dijo – ¿Y a dónde iríamos?

– Ah pues no sé, a un motel, eso es lo de menos – Respondí con cara de lo más natural como si acabara de proponer ir a un cine

– Pues de una… me animo, igual no vamos a hacer nada malo y no tiene nada de malo ver a un par de amigos desnudos

– Ah ¿ahora tú y yo somos amigos?

– Pues después de contar lo que conté hoy, que no se lo había dicho a nadie en la vida creo que si – Decía sonriendo y mirándome a los ojos

En ese momento llego mi novia y pregunto – ¿De qué hablan?

Yo sonriendo le conteste – Lore dice que sí, que vayamos a un jacuzzi

– ¿En serio? ¿Estas segura? – Pregunto mi novia sorprendida

– Si ¿Por qué no? Si a ustedes no les molesta. Desde que no les vaya a dar por ponerse a tirar después, porque en esos cuartos tan chiquitos no tengo para dónde coger – Y soltó una carcajada

– Ah no, amiga eso si no te lo prometo, pero bueno de una, ahí nos acomodamos – Dijo mi novia respondiendo con otra risa y actuando como si fuera lo más normal del mundo.

De inmediato dije yo: – ¡No se hable más! Entonces voy a pagar la cuenta y nos vamos – Sabiendo o que aprovechaba ya mismo o podía alguna de las dos arrepentirse. Salimos del bar y tomamos un taxi hacia una zona de rumba de la ciudad en la cual hay muchísimos moteles. Los tres riendo y hablando de tonterías, evitando el tema que nos íbamos a ir a bañar los tres. Cuando lleguemos al motel ellas dos medio apenadas dijeron que era yo quien tenía que pedir la habitación, así que acercándome a la recepción pedí una habitación jacuzzi. La recepcionista me miro con cara de cómplice y me pregunto – ¿para los tres? – Y yo naturalmente respondí que sí, pedimos unas cervezas y nos llevaron a una habitación gigante con una cama king size, una pequeña salita y obviamente el jacuzzi: – Que la pasen muy bien – dijo la encargada de entregarnos la habitación, de inmediato Lorena contesto: – No es lo que usted piensa, vinimos a bañarnos, nada mas – La recepcionista sonrió y nos dijo – Igual, disfruten.

En ese momento quedamos los tres solos, y destapamos nuestras cervezas. Lorena entro al baño y en ese momento mi novia me dijo: – Ojo, vinimos fue a bañarnos, a nada más, nada va a pasar con Lorena, ni tú le vas a hacer nada y menos yo. Sonreí y le dije que no había problema. Cuando ya estuvimos los tres les dije: – Bueno toca dejar que el jacuzzi se llene, eso puede tomar unos veinte minutos, así que mientras aclimatémonos y pues nos vamos desnudando, casual, a eso vinimos ¿no? – Las dos respondieron que sí y al principio con algo de pena los tres empezamos, y quedamos en solo ropa interior y nos sentamos en esa enorme cama. Yo con la espalda contra la pared y las piernas abiertas con Alexandra recostada contra mí y su amiga en frente, empezamos a conversar y mientras hablábamos empecé a besar en el cuello a mi novia y acariciarle primero los brazos, luego la espalda y como quien no quiere la cosa de vez en cuando los senos. Mi novia dijo: – No, no hagas eso que Lore está al frente y que va a decir – Y ella de inmediato respondió: – Por mí no se preocupen, hagan lo que quieran yo solo vine a bañarme – Entonces ya sin pudor empecé a masajearle esas enormes tetas mientras ella empezaba a subir el ritmo de su respiración. Una de mis manos las baje a sus panties y empecé a meterla, cuando con sorpresa note lo empapada que estaba. En medio de la calentura que estaba le dije en voz alta para que oyera su amiga – Estas empapada ¿te gusta que tu amiga vea como te manoseo?- Ella no respondió pero gimió un poco – Hummm – Lorena dijo: pues yo no sé si a ella le guste, pero yo estoy de lo más contenta viendo la escena- Comentario que aproveche para quitarla de en medio de mis piernas y acostarla a lo largo de la cama, mientras le quitaba el brasiere y empezaba a chupar y morder esas enormes tetas. Dure así un rato y luego le quite su pantaletas que estaba empapada, y empecé a pasar mis dedos por encima regando sus juguitos a lo largo de su raja, para luego meter uno, dos y tres dedos mientras le mordía las tetas. Lorena sentada al pie de nosotros no perdía detalle de lo que hacíamos, con las piernas y brazos cruzados. Así que le dije: – No seas boba, tócate ¿o no te gusta como se ve? – De inmediato se acostó en la misma posición que mi novia y se empezó a tocar sobre su ropa interior mientras se pasaba la lengua por los labios y mi novia gemía mientras la dedeaba y chupaba sus ricos pezones. Le dije: – Quítate la ropa interior – Tomando por completo el mando de la situación, cosa que ella obedeció mientras me miraba a los ojos y decía con voz de putita – Si señor – Y ahí estábamos mi novia acostada a la altura de su mejor amiga de la vida mientras ella nos veía y se metía los dedos. – ¿Por qué no se la metes? Se ve que esta calientica – Me baje los bóxer y con la tremenda erección que tenia se la clave de inmediato a mi novia mientras ella gemía y se masajeaba las tetas. Lorena no apartaba la vista y se metía los dedos mas profundo, en un momento ambas estaban muy pegadas y sus caras muy cerca gimiendo como locas. En ese instante al verlas tan cerca, mientras penetraba a Alexandra les dije: – Están muy cerca ¿Por qué no se besan? Vamos mis niñas quiere ver sus labios juntos – Lorena de inmediato se lanzó a la boca de mi novia y empezaron un beso lésbico delicioso, que parecía contenido hace mucho tiempo, pasando la lengua de un lado a otro de la boca de su amiga. Yo sentía que me iba a correr, así que tu ve que bajar la intensidad del bombeo. Se besaron unos minutos, y Lorena se separó de mi novia y me dijo – ¿podrías ponerla en cuatro? – Mi novia no espero mi respuesta, se separó de mí y se puso como una perra, a lo cual su amiga paralelamente tomo la misma posición y mientras yo le daba en cuatro a Alexandra, Lorena también en cuatro se metía los dedos, y decía – Sí que rico ¡Clávala! Que rico. Se nota que es una puta. Por favor métesela profundo. Y luego a mi– Mi novia mientras gemía duro le dijo – No te la va a meter – Y quedando sostenida de una mano, la tomo con otra del cabello y la acerco para besarse de nuevo con una pasión enloquecedora, al estar en cuatro ambas el beso se dificultaba haciendo que su saliva escurriera entra la comisura de sus labios. Cosa que excitaba mas a Lorena mientras decía: – Que rico, sabe deliciosa tu saliva – Yo ya en ese punto tenía muchas ganas de clavársela a ella también, pero el trato con mi novia era no tocarla y sabía que si seguíamos así, iba a terminar sacándosela y clavando a su amiga, quería hacerlo pero tenía que ir paso a paso, Así que después de hacer llegar a mi novia y que Lorena se corriera como una puta metiéndose los dedos en ese coñito empapado que tenía, les propuse mirar el nivel del agua del jacuzzi, porque a eso era lo que habíamos venido. Ambas tiradas en la cama con sus coñitos abiertos y mojados rieron, y Dijeron que tenía razón.

Continuare próximamente contando lo que paso ese día y en otras ocasiones, agradezco opiniones y comentarios. Mi correo es [email protected]

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