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Mis machos del campo: El viaje (Parte 2)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Hola chicos, después de mucho tiempo sin escribir les cuento, al regresar del viaje que les conté anteriormente me caí de una escalera en Buenos Aires y me fracturé la mano derecha, recién ahora, ya recuperada, puedo escribir nuevamente. Así que voy al grano.

Esos días de playa, ocio y sexo fueron fantásticos, lástima que pude verme a solas con los dos muchachos argentinos solo una vez más y un momento muy breve, la verdad que lo pase hermoso con ellos, pero cuando se marcharon, solo podría tener sexo con Carlos, él realmente me hacía gozar como una perra, pero me había hecho adicta al morbo de tener varios machos juntos para mí y más yendo todos los días a la pileta o la playa del hotel, ver esos cuerpos jóvenes y musculosos de machos semidesnudos me excitaba y mis fantasías y calentura estaban a mil.

Así que necesitaba coger con Carlos todos los días de todas las formas conocidas. Tres días antes de regresar, una tarde, cuando volvimos desde la pileta entre a ducharme, Carlos me dijo que regresaba pronto, yo estuve largo rato en la ducha y secándome el cabello y pasándome mis cremas en el baño, al salir lo vi a Carlos y dos muchachones sentados en un par de sillones de la habitación, yo estaba desnuda y quede paralizada por la sorpresa, Carlos me presento a los hombres -Erik y -y les dijo textualmente- esta es Isabel, es mi perra, se las presto, úsenla, hagan con ella lo que quieran, háblenle como a una puta pero nada de violencia.

Yo seguía desnuda, estupefacta y confieso que a pesar de mi experiencia en situaciones como esta, estaba algo avergonzada. Carlos se puso detrás mío y mientras me manoseaba toda con su tono suave de voz me dijo, este es tu regalo, goza y haceme una película porno para mí solo, sé que necesitas mucho sexo y eso me encanta. Los cubanos se acercaron y mientras Carlos seguía manoseándome desde atrás uno de ellos se arrimó y me comió la boca y digo me comió porque eso es lo que hizo. Carlos tomo la filmadora se sentó en el sillón de la habitación, los jóvenes se apretaron contra mi uno delante y otro detrás y empezaron a manosearme toda, mi boca estaba a la altura de su pecho, me encantaba estar así, entre carne de machos, empecé a lamer sus pezones de hombre suavemente, uno de ellos me tiró sobre la cama y empezó a chuparme las tetas mientras el otro me manoseaba la concha, en ese momento yo ya estaba en mi salsa.

Ni cuenta me di cuando me pusieron en cuatro y mientras uno me lamia el culo chupaba la pija al otro que estaba obsesionado con mis tetas manoseándolas como poseído. Me habían puesto recaliente y quería que me penetren, el que me lamia el culo le dijo al otro, que vieja puta, ya se le abrió el culo como para meterle dos vergas, se refirió a mi como vieja, eso no me gustó mucho, así que le dije entre gemidos pero con tono desafiante, cójanme si son tan machos, a ver si se aguantan a esta vieja puta. Por un instante mire a Carlos que con una mano sostenía la filmadora y con la otra se pajeaba.

El cubano que estaba detrás me metió la pija en el culo de un solo empellón, mientras el otro arrodillado delante mío tiraba de mi cabello hacia el metiéndome la pija en la boca casi hasta la garganta. Si han leído mis experiencias anteriores saben que estoy acostumbrada a esto y que mi debilidad es que me la den por el culo, pero ninguno de los machos que me habían cogido antes tenía algo tan grande, así que no podía parar de gemir casi a gritos a pesar de tener la pija del otro en la boca. No sé cuánto me tuvieron así ni cuantas veces acabé, pero fueron varias, hasta que el que estaba atrás acabó y se echó a un costado mío, el otro en el acto fue atrás y siguió dándome por culo, el que se había puesto a mi lado me manoseaba las tetas y me besaba en la boca con su tremenda lengua que casi tenía el tamaño de una pija.

Cuando el otro acabó el que me había dado primero ya estaba recuperado y volvió a la carga conmigo, pero me puso boca arriba con mis piernas en sus hombros y así me cogió largo rato hasta que acabamos juntos, durante todo ese tiempo yo trataba de observar y hablarle a Carlos que seguía filmando y pajeandose. Mientras los cubanos cambiaban su turno para cogerme, yo tratando de complacer a Carlos mirando la cámara y poniendo mi mejor cara de puta dije: cojo con todos, pero mi macho y mi papito sos vos, cojo con cualquiera, pero soy tu puta, tu perra y tu hembra, al escucharme Carlos vino directo a la cama donde el cubano me estaba cogiendo y tomándome de los pelos me metió la pija en la boca y acabó mientras yo lo miraba a los ojos y lamia hasta la última gota de esa leche de mi macho. Luego sin decir palabra volvió al sillón y siguió allí filmando todo el tiempo que los cubanos siguieron cogiéndome.

Rato más tarde nos calmamos todos y conversamos un rato con los pibes, eran de pocas palabras, aunque muy simpáticos. Antes que se fueran Carlos les pregunto que opinaban de la ”carne argentina” uno de ellos respondió ”seré totalmente franco, aquí cogemos muchas turistas, pero la más puta que hemos cogido eres tu Isabel” además dijo algo que me resultó muy gracioso: ”tienes las mejores tetas y pezones que he visto y chupado”. Carlos y yo al acordarnos nos reímos mucho de su respuesta.

El caso es que al marcharse ambos me besaron profundamente y por supuesto, me manosearon y chuparon los pezones como acto final. Yo estaba físicamente destruida, mi morbo no había funcionado a pleno, me cogieron muy bien, pero me falto un poco de dialogo sucio, no solo me gustaba que me cojan bien, también necesito escuchar que me dicen todo tipo de guarangadas, que me hablan como a la puta que soy, algún chirlo en las nalgas, así como me trataron los desconocidos de la cuadrilla o mis chicos del campo. Carlos estaba exhausto, estuvo todo el tiempo pajeandose, además de la acabada en mi boca no sé cuántas veces había acabado por su cuenta, así que nos tiramos en la cama, recuerdo que él me dijo que cuando me conoció al llegar al campo, me vio tan recatada, tan vergonzosa, que no podía creer que me hubiera vuelto tan puta o que haya sido puta antes y me hubiera contenido tantos años, haberte transformado en semejante hembra y que seas mía es lo que más me excita el morbo susurró y que me hayas hecho una película para nosotros dos me vuelve loco de placer.

El ignora aun mi encuentro con los hombres de la cuadrilla de cosecha el día de la tormenta, en ese momento decidí que al llegar a casa le daría el nombre de esta página para que aquí se entere de lo que había hecho su puta, si alguno de ustedes aun no lo sabe puede leerlo en mis relatos. Un rato más tarde, nos bañamos y fuimos a cenar, luego tomamos una copa en el bar y nos fuimos a dormir temprano. El día siguiente fue de calma en la playa, disfrutamos juntos el aire y el agua cálida, conversamos mucho de trivialidades, yo quería compensar a Carlos por su regalo y esa noche el quedó bañándose y yo fui al hall donde había chicas que hacían cosas por dinero. Vi una chica llamada Katy que me pareció la más bonita y sexy y le propuse que nos visite a la tarde siguiente en la habitación, quería sorprender a Carlos casi de la misma forma que él lo hizo conmigo, arregle con ella y luego espere a Carlos en el barcito, esa noche estuvimos en la boite del hotel, yo tenía ganas de coger de nuevo, pero me contuve entendiendo que Carlos necesitaba recuperarse, además quería que esté a pleno cuando ”mi sorpresa” llegara a visitarnos. A la tarde siguiente, unos minutos después del horario acordado, golpearon la puerta, era Katy, realmente era una morocha hermosa y lucia esplendida, con su mini y un top que marcaba bien sus pezoncitos y sus tetas pequeñas, abrí la puerta la hice pasar y no pude evitar reír al ver la cara de sorpresa de Carlos que estaba recostado en la cama sin entender que pasaba ”ella es Katy, te devuelvo la sorpresa” le dije “olvidate que estoy yo y hace lo que quieras con ella”.

Katy ni lerda ni perezosa se arrimó y le dio un largo beso en la boca y comenzó a acariciarle el pecho y besarle el cuello. Carlos estaba el mismo tiempo sorprendido y encantado, yo tomé la filmadora y empecé a filmarlos, yo había cogido con muchos machos, pero nunca había visto en vivo una pareja cogiendo, más aun viendo que era mi Carlos con una puta, no puedo describir el morbo que sentí al verlos gimiendo y retorciéndose en la cama como locos. Cuando ambos acabaron se tendieron en la cama, yo me desnude y me acosté y quedamos una de cada lado de Carlos. Ellos gemían y yo me estaba metiendo los dedos. Katy me dijo ”te ayudo” y apoyando su cuerpo en el de Carlos empezó a chuparme las tetas y tocarme la concha, no pensé que podría calentarme tanto, ella me miraba y en un momento no pude evitar besarla en la boca, y de ahí en más nos toqueteamos y lamimos sin parar. La chupada de concha que nos dimos fue inolvidable.

Nunca pensé que podría gustarme tener sexo con una mujer, Carlos estaba encantado y nos alentaba todo el tiempo a seguir, mientras nos manoseaba a las dos, acabé varias veces y Katy también, Carlos tenía la pija como un hierro, ambas se la chupábamos al mismo tiempo y era un beso múltiple, la boca de Katy era tan deliciosa como la pija de Carlos, le chupábamos y nos besábamos, Carlos gritaba de placer y no era para menos, cuando el acabó entre las dos lamimos la leche de su pija y de nuestras bocas. Nunca imaginé una experiencia así, nunca había siquiera pensado en besarme con una mujer y ahora que lo había hecho me produjo un impacto de placer y de morbo solo comparable con aquella primera vez, cuando me agarraron los chicos en el arroyo. Este nuestro último día en Cuba, fue sin duda el mejor y todo se lo debemos a Katy. Carlos estaba encantado con la experiencia y yo con el morbo a mil. Ya no soy solo una puta ahora me empezaron a gustar las mujeres.

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