Hoy les traigo la segunda parte de mi relación con Karla, mi suegra, la hembra más exquisita que en toda mi vida he probado.
La vez pasada les conté el primer encuentro que tuve con Karla y es que yo mismo aún no dejo de pensar en eso, basta con ver mis piernas todas marcadas con sus uñas, ahora les contaré lo qué pasó este fin de semana donde acordamos ir a un hotel a desquitarnos con las ganas que nos dejamos en la ducha aquella que fue nuestra primera vez…
Era viernes y me tocaba estar en casa, Karla se alistaba para cocinar, traía un jean ceñido de esos que al solo verlos te paran el pene y lo mojan en segundos ¡por Dios que figura tan bien delineada! Pero lo más exquisito era esa blusa con un escote que casi dejaba ver sus exquisitos y enormes pezones, me dijo: "ya es fin de semana y tu prometiste algo". Le dije: "y cumpliré… ya compré lo que te dije y me gustaría que te lo pruebes, estoy seguro que te verás espectacular", ella sonrió. Me dijo: "cómo haremos?", respondí: "dile a mi esposa que tienes que salir a tomar un café a casa de alguna amiga", te vas directo al moll del Río, ahí te recogeré en el carro y nos vamos a un lugar que reservaré para los dos". Ella accedió y quedamos en eso.
Eran las 4pm y salí con el carro a recogerla al moll, ella traía una falda azul que delineaban las pantorrillas que ya alucinaba en mis hombros, su blusa blanca con ese escote que te vuelve estúpido al simple movimiento de su andar. Subió al carro y arrancamos, al llegar al hotel mi pené estaba más duro que nunca, su falda se había subido en el traslado y dejaba a luz sus bellas piernas que está ves morderé a más no poder…!!!
Entre a la recepción, pedí la llave de la reserva y un vino, al llegar al tercer nivel subiendo las escaleras disfrute de mirar y acariciar el culo más rico que en mi vida he tocado. Entramos a la habitación y ella encendió la luz: una cama con su ramo de rosas, pétalos en todo el suelo, un peluche pequeño pero muy simpático, la habitación iluminada por velas aromáticas y las cuatro paredes revestidas con espejos. Lo mejor era una cajita en medio de la cama, que llevaba un rosón y su nombre: "Para mi Reina Karla". Ella sonrió y lloro: "Jamás pensé que alguien haría esto para mi", le dije: "y aún hay más, abre este regalo", abrió el regalo y en ella habían dos pantimedias de tejido muy fino y color negro, un portaligas con encaje perfecto, un hilo muy muy chico (el más rico que encontré), su brasier y unos tacos tipo 10 de los más sensuales y finos. Me costó un ojo de la cara, pero valía la pena, esta no es cualquier hembra…!!!
Abrió la caja y quedó embobada ante mi regalo, las copas esperaban en la mesa, le dije: "ponte tu regalo, quiero ver bella a mi Reina", sonrió, me beso con una deliciosa caricia de su lengua a la mía y se fue al vestidor. Mientras ella esperaba yo me alistaba sacándome la ropa y poniéndome una tanga tipo striptease negra con un jean y una camisa vaquera entre abierta con un sombrero y unas cadenas de las mejores que encontré, esto era parte de la segunda sorpresa.
Al salir del vestidor vi la mujercita más exquisita del mundo, mis ojos jamás vieron tremendo cuerpo tan exquisitamente, con olor a hembra de verdad y con la lencería más rica y espectacular que jamás vi, sus enormes tacos estilizaban sus ya deliciosas nalgas y sus maravillosas piernas, sus senos libres una maravilla total. Mi pene estaba a punto de reventar. Me sonrió y me dijo: "Ahora me toca a mí darte tu regalo". Solo acoté: "aún no mi vida, tengo otro regalo más para ti mi Reina", la invite a sentarse en la silla al frente de la cama, prendí las lámparas y abrí el vino, llené dos copas y la invité a brindar por esta noche: "la que juro nunca olvidaras".
Bebimos el vino y me acerqué a robarle un beso, el sabor de ese vino helado y su lengua trenzada a la mía además de su cabello enredado a mi mano izquierda despertaron más mis ganas de poseer a esa delicia de mujer ya… pero me dije a mi mismo: "tranquilo Adrián, aún falta lo mejor"… Le dije: "Ojalá te guste lo que te prepare…", ella sonreía desbordante de alegría y lujuria… y así empecé:
Prendí la música a un buen volumen, empecé a bailarle a Karla, empecé a desvestirme y al momento de quedar solo con la tanga mi suegra estaba con un dedo entre sus labios que no dejaba de saborear, mi pene totalmente parado mantenía la tanga a punto de romperse, me acerqué hacia ella y me baje la trusa, coloqué mi pene en su boca y ella empezó a succionar como loca…
Jamás vi tanta desesperación al besarme el pene, más parecía que se lo quería comer todo. La verdad yo ya quería venirme pero me dije a mi mismo: aún no Adrián!!! Ella seguía besando mi pene, serví otra copa más de vino y mientras ella besaba mi pene rocié vino sobre él y Karla empezó a morderlo con mucha pasión.
Ya no aguante y la puse de pie, me agache y le saque la tanga con mi lengua, su conchita estaba totalmente depilada, muy mojada y sus labios totalmente abiertos regalándome el sabor más exquisito que mi lengua ha sentido. Introduje mi lengua en su conchita y la chupe cómo si fuera el fin del mundo. Le eche vino y mi lujuria se encendió totalmente… no pare de chupársela hasta hacerla terminar en mi boca, me dijo "Ya no más", solo respondí: "recién empiezo mi amor".
La levante con mis brazos y ella con las piernas abiertas abrazaba mi espalda, acomode mi pene a su exquisita conchita y empecé a embestirla con furia, no le daba tregua a descansar, jadeaba mucho, pero eso más me motivaba a no parar, me la estaba comiendo en el aire, Dios que rico cuerpo, mis manos la levantaban de las nalgas y me esforzaba porque entre hasta el último milímetro de mi pene en tan rica conchita…
La dejé bajar y la recosté en la cama. La traje al filo y piernas al hombro metí mi pene como loco sin parar ni un solo segundo… Karla jadeaba y jadeaba, yo no la soltaba, esta vez mis manos descubrieron sus ricas tetas y las besé como loco sin dejar de penetrarla con fuerza. Ella exclamó: "no pares Adrián… Eres todo un animal". Le daba duro y sentí como se vino por tercera vez. Me dijo: "Ya no más, me vas a matar", respondí: "De eso se trata mi amor".
Al tiro la puse en cuatro y para darle una pequeña tregua empecé a moverme lentamente, mi pene entraba y salía del lugar más maravilloso al que jamás entró. Sus enormes caderas se maximizaban en esta posición y yo las cogia con furia. Pasados unos minutos de la "tregua" que le di empecé a moverme como le gusta a mi mujer y vi que así también le gusta a su mamá. Que vista tan privilegiada: un culo muy grande y muy rico, que rica cinturita, unos senos bailando al compás de mis embestidas, en fin, todo un cuerpazo para mi solo. Karla me pedía descansar y le dije: "un minuto más", la embestí como un animal y mientras más gritaba más rápido y duro yo lo hacía…
Esta hembra no podía más y se vino otra vez más, estaba mojada hasta las rodillas. Ella me pregunto: "Te vas a vaciar?" y esa pregunta me desequilibro totalmente y entonces me dije: "Ahora si Adrián". Metía y sacaba mi pene exquisitamente y de pronto me vine y mi semen salió disparado en la conchita de tan tremenda mujer, la llene de leche, rebalsaba mi semen en su concha y cuando termine de vaciarme hice algo que jamás había hecho: la recosté en la cama y le chupe la concha…
El sabor de mi semen mezclado con su conchita lo recogí en mi boca, me acerqué a su boca y ahí lo puse, estire mi lengua y la enrede con la suya, Dios, qué tal sabor. Le encantó y a mí también. La abracé y me dijo: "Jamás había terminado como hoy lo hiciste tú… te estoy empezando a querer y no quiero que me dejes ahora". Le dije: "Nunca te dejaré mi amor… también te empiezo a querer y sabes, aún tengo más para ti".
Sonrió y se recostó en cucharita para mi, la abrace y decidí que era buen momento para dormir. Creo que me estoy enamorando de mi suegra, pero eso será algo que contaré la próxima vez…
Karla estaba feliz, y yo más feliz, me saque la lotería con esta hembra y mi semen solo es para ella, pero eso es algo que otro día les contaré…
Espero les haya gustado, saludos desde Arequipa, Perú!!!