'Mi mente es tan difícil de dominar… Tengo mis sentidos abiertos, mis emociones demasiado expuestas y calientes, mi mente todavía sigue en ese estado de regresión, en un estado que no acepta, esa invasión a los sentidos, esa bajada inesperada al infierno, no comprende… O no quiero comprender que fue algo que ocurrió de forma inesperada, pero esa sensación de venganza sigue más aguda que nunca, clímax sucio, algo inacabado… Soy un sucio, un hombre sucio en medio de una situación sucia, ni siquiera pensar en algo erótico hace que mis manos trabajen en mi pene erecto para querer aliviarme, una masturbación nocturna no es suficiente, jugar con mi culo de forma anal solo hará que el deseo no cese y una sobre estimulación en mis pezones es sabido que me hará querer más, maldito este deseo de ti, Daisuke, la venganza contra ti debe realizarse para que la mente corra en paz, el delirio de tu rostro es mi meta, porque hay cosas, entre tú y yo que se tienen que explicar con mis delicadas y finas manos, con mi ser sobre ti, mi dominación ante ti, porque sin temblar, tú nunca… Las entenderías, yo me rindo ante tu amor extremo y yo aspiro a única cosa, oír los gemidos de tu impulsiva garganta, mis labios te desean, mi deseo obsceno te busca, mi meta está ahora mismo en tu piel caliente'.
Esos eran los profundos pensamientos de Ken, desnudo frente a su ventana, en la madrugada, mirando la calma de la ciudad, con su mascarilla siendo parte de él, intentando realizarse una autoestimulación pero sin éxito, era ya el cuarto día despues de aquel terrible día en el que Daisuke le dejó con un terrible calentón llevandole al clímax pero sin culminar totalmente, ni siquiera realizandose él mismo la masturbación, ya fuera manual o a través de algún vibrador conseguía apaciguar ese sentimiento, la venganza proseguía en su cabeza por un tiempo indefinido y tenía bastante claro que debía darle un fin a esto, sería cuando Daisuke estuviera con la guardia baja, cuando la mente le tracionase, cuando su estado de ánimo no estuviera en su mejor momento.
Recordó que en dos días había un partido, su equipo contra el Daisuke, había escuchado de las bajas que habia sufrido el equipo de su chico y supuso que el estado de ánimo y la tensión que él viviría en dos días era el plato perfecto para llevar a cabo su plan, aparte, llevaba desde aquel día sin verle, no contestaba a sus mensajes y aún seguía con la mascarilla debido a la atmósfera y la contaminación, visualizó el plan de ataque contra su debilidad mas fuerte y decidió que ese día le vería y de paso, terminar con el deseo que la mente mandaba.
Llegó el día del partido, una tarde apacible, el sol caía lentamente en aquel campo de fútbol y la energía era de motivación, entrega, devoción y fe por parte del equipo de Ken quienes estaban ganando con una buena puntuación haciendo que el equipo de Daisuke quedasen en esos momentos en segundo lugar debido al bajo rendimiento de sus jugadores, entre ellos estaba Daisuke, haciendo un gran esfuerzo en su cuerpo para poder meter algún gol en condiciones pero sin éxito, mucha tensión, demasiada presión para él, se sentía pequeño antes tantos jugadores buenos, amaba jugar a ese deporte pero era la primera vez que necesitaba un descanso para poder descansar y maniobrar en su mente la siguiente jugada.
Desde las gradas, Ken con su mascarilla puesta, tenía su mirada puesta en Daisuke, su equipo ganaba, era un hecho, pero sus intenciones estaban puestas en él y desde lejos veía la tensión en su mirada, el sudor a esfuerzo y como las cejas de su chico se fruncían exageradamente cuando algo se salía fuera de su control, aquel cuerpo tenso y cargado de presión derretía a Ken, disimuladamente se acarició la tela de su entrepierna dandose cuenta que hoy sucumbiría al deseo sucio y culminar lo inhacabado, a fin de cuentas, ese cuerpo un día fue virgen y Ken con su polla tambien virgen, se adentró dentro de él, ese cuerpo volvería a ser suyo y tal vez eso era lo que le producía tanto deseo carnal, tanto morbo.
La campana del descanso sonó y fué un alivió para la mente de Daisuke quien muy enfadado y exhausto abandonó el partido directo a las duchas, no sin antes, vociferar contra los de su equipo insultandoles
– Moved esos culos tíos, no puedo estar en ambos sitios a la vez si estais parados esperando el balon
Desapareció tan rápido que ni siquiera escuchó las contestaciones o los insultos de sus compañeros de equipo, fué como un huracan cerrando la puerta del baño para relajarse y no ver ni escuchar a nadie
Ken le siguió sin que él se diera cuenta y al no entrar nadie le esperó de pie esperando a que la puerta de la ducha se abriera para descubrirlo mojado y completamente desnudo, escuchó girar el grifo de forma rápida como estaba él en esos momentos, enfado desesperado, con algún que otro improperio y sin verlo podía visualizar como el cabello de la cara le caía por la cara al igual que las gotas de agua caían por su piel, por sus pezones, por su pene en posición baja, por sus rodillas, por su ano, hasta por sus pies, maldita la necesidad de Ken de querer tocar ese cuerpo en esos momentos
Finalmente Daisuke con expresión de enfado salió de la ducha y lo primero que vió fué a Ken, no podía ver si detrás de la mascarilla sonreía o estaba serio, tampoco sabía que intenciones tenía, de todas formas no tenía tiempo para averiguarlo, debía volver al partido cuanto antes
-¿Y tú que haces aquí? -. Contestó con todas las gotas de agua cayendole
-Vine a ver el partido… Y a tí-. Respondió viendo cada detalle de su cuerpo como si fuera la primera vez que sus ojos le veían.
-No quiero hablar ahora mismo Ken-. Dijo secandose rapidamente por todas sus partes y soltando bufidos, había mucha prisa por terminar y salir a actuar.
-Quería ver cual es tu estado de ánimo pero tampoco era tan dificil adivinarlo, desde las gradas podia ver tu energía negativa de lejos
-Mira, no tengo ganas de empezar una discusión contigo, eres mi rival ahora mismo y estamos perdiendo en estos momentos, te pediria que me dejes en paz -. Al terminar de atarse las zapatillas tenía a Ken a pocos milimetros
-Es que yo no quiero usar la boca para hablar -. Como si fuera un iman que le atrajera hasta él, Ken ya se encontraba acariciandole el labio de forma suave pero Daisuke y su impaciencia no tenían eso, paciencia.
-Tío ¿de que vas? No me contestas los mensajes y desapareces por varios días, no puedes disponer de mi cuando te salga
-Por favor, relajate, te veo muy alterado-. Su dedo necesitaba tocar un pezón pero Daisuke de un manotazo la apartó del camino
-No me toques ahora mismo, y dejame salir, el partido comienza
-No quiero que te vayas, tenemos algo pendiente -. Contestó y ahora sí, acariciando una línea recta con dos dedos desde la garganta hasta su ombligo.
-¿Todavia estás con la gilipollez del otro día? Madura tío, dejame salir -. Le dió un pequeño empujón pero Ken le acarició el rostro a lo que Daisuke se la quitó de malas maneras
-No me toques
Usualmente, Ken tenía paciencia y no usaba la fuerza contra nada ni nadie pero esta vez repondió a los malos modales de su chico empujandole contra la pared y haciendo presas sus manos para que no tuviera ningun tipo de movilidad, y luego de forma sensual dijo antes de pasar a la acción.
-No tengo la culpa de que tu equipo pierda contra el mío, tampoco de que si algo no te sale bien todo lo veas mal ni pienses en la necesidad de los demas, y ahora yo tengo una necesidad, quiero beber de tu ausencia, y si quieres que sea claro, entre tú y yo hay siempre un sentimiento de venganza que no va a dejar de existir nunca, has sido malo estas últimas semanas y olvidas que yo tambien puedo ejercer la dominación sobre ti y ahora no lo veas, pero el sexo rapido te puede ayudar a hacer un buen partido
-Calla la boca de una puta vez
-Mis palabras callaran cuando lo considere oportuno pero mis ganas de amarte seguirán despues, ¿no quieres sexo ahora mismo? Mi miembro viril roza tus pantalones y debido a tu belleza ya estoy demasiado excitado, sé que darte amor te dará energía y perjudicaré a mi equipo pero sé que valdrá la pena, ahora con tu permiso, voy a besarte y no te voy a soltar hasta que terminemos.
Y dicho esto se tiró como un animal salvaje a los labios de Daisuke quitandole ese último la mascarilla, de nuevo, aquella prenda aunque sensual a la vista, molestaba para poder tocar los labios.
Un beso inusual, con agarre, la saliva suena, los oídos de ambos se calientan, hoy es diferente, hoy es el día en que Ken liberará sus mas profundos deseos por el chico al que estaba besando y siguió frotando agresivamente su lengua contra la lengua de Daisuke, sonidos de lamidas aparecieron, la sensación de enredo de las lenguas era agradable, el cuerpo de Daisuke temblaba rápidamente, realmente con esa lengua se sentía muy agradable.
Abrió los ojos un poco para ver como Ken con los ojos entrecerrados daba lo mejor de si como nunca lo habia hecho, tan bien lo hacía que Daisuke no puso ningún impedimento, se dejó hacer.
Ken se separó de él abruptamente dejando un puente de saliva entre las dos bocas rosadas y con la saliva obscena llegó al cuello de Daisuke super estirado para luego pasar por las orejas, el sonido de los besos resonó grandemente en su cabeza, y parecía sentir solo con ese sonido, se dejó llevar, y cuando se dió cuenta, Ken estaba de rodillas bajandole el pantalón hasta la ingle.
Aunque todavía estaba suave y en un punto muerto, Ken trato de acariciar la polla mediante besos dulces de nuevo, ahí fué donde Daisuke rompió el silencio suspirando por primera vez, ahora de nuevo la mascarilla fué de utilidad para Ken, se la puso en su lugar de nuevo y ahora jugó con la humedad que salía de ella llevandosela a la tela y aquello quedó impregnado de líquido preseminal al sentir roce por todos lados de la extensión.
-Hijo de puta… Me estás matando lentamente.
Ken desde abajo miró hacia arriba para encontrarse con los ojos de Daisuke y de forma inocente pronunció
-Lo siento pero quiero jugar insaciablemente -. Diciendo aquello restregó su rostro por los lados del rojo pene de forma suave provocando pequeños temblores y salidas de presemen, se llevó un poco entre sus dedos y se lo restregó ahora por la sexy mascarilla, era una combinación entre mascarilla y forma de mirar, una mezcla explosiva que Daisuke no pudo remediar
-Bufff…
Y ahora, tras provocar un momento sucio y erótico, subió para arriba, tocando un pezón que flotaba sobre la piel blanca y atlética.
-¿Qué haces ahora?
-Estoy enredado con un pezón.
Parece que en esta ocasión le gusta jugar alrededor con un pequeño pezón hacia arriba y hacia abajo con ambas manos mientras escucha la linda voz de Daisuke sosteniendose para no caer derretido, eso hacía a Ken excitarse mucho mas y seguidamente, dulces introjujo pequeños besos en los pezones con los dientes y lamió en pequeños cinceles, eso se sentía bien, le gustaba hacerlo bastante bien, cuando miraba hacia Daisuke, los ojos del pelirrojo se estaban derritiendo suavemente.
-¿Te sientes cómodo?
-Mejor que nunca ya se me está olvidando que hay casi partido
-Pero debes ir, no quiero que llegues tarde, pronto terminaremos, amor.
No se detendría hasta que fuera un charco empapado, sin importar lo que dijera o hiciera.
Daisuke se quedó sin aliento cuando la boca de Ken se movió sobre su piel como una marca. Con las manos temblando sobre la restrinción de las propias manos de Ken que lo mantenía en su lugar, gimió detrás de sus dientes mientras su chico seguía explorando su pecho.
Se estremeció cuando Ken mordió otra vez uno de sus pezones, un placer agudo recorriendo su cuerpo, lo miró de nuevo y, lentamente, deliberadamente, lo mordió. Daisuke gritó, pero de alguna manera logró quedarse quieto incluso a medida que aumentaba la presión. Cuando Ken finalmente soltó el trozo de carne maltratada, él estaba sollozando.
Ken besó en el pecho, incluso cuando Daisuke le rogó y le suplicó que, por favor, ya era suficiente, miró a sus ojos y esos ojos azules brillan peligrosamente, y Daisuke se quedó en silencio, sabiendo lo que venía. Su pecho se elevó y cayó en el infierno del placer, se preparó contra el destello de los dientes, el dolor, el placer, el dolor que lo desgarró cuando Ken mordió de nuevo.
Su cerebro estaba desapareciendo, abrumado por la sensación. Vagamente, era consciente de que estaba haciendo ruidos de animales, y trató de hacer una nota para avergonzarse. Luego. Mucho, mucho después. Por ahora, cabalgó las oleadas de sentimiento, gimiendo.
Su boca desapareció, solo para ser reemplazada por dedos en sus dos pezones. Fueron pellizcados ligeramente, y luego brutalmente retorcidos, arqueó su espalda, tratando de disminuir la presión sobre su pecho abusado, pero Ken simplemente apretó sus dedos aún más. Cuando finalmente los soltó, Daisuke se derrumbó de rodillas al suelo, jadeando, sus pezones eran dos puntos calientes de dolor en su pecho, y luego Ken en estado fuera de control, buscó por todo el baño algo para seguir con el placer mezclado con dolor hasta que lo encontró, encontró dos pinzas para la ropa en un montón de ropa
-Dejame que oiga tu preciosa, voz, por favor
Al ponerselos en los pezones, Daisuke aulló, retorciéndose de dolor, solo calmándose cuando Ken apoyó una suave mano en su rostro.
-¿Tan grande es tu sed de venganza?
-Solo quiero ser feliz escuchando tu voz, profanando tu cuerpo, como nuestra primera vez, ahora date la vuelta
-Psicópata, ¡¡estas loco!! -. El volumen de aquella voz hizo perder la paciencia a Ken le propinó una bofetada y aprovechando el momento debilidad le arrastró de los pies hasta atraerlo hasta él y le hizo cambiarse de posición, tenía ahora las pinzas de ropa tocando el suelo encima de la ropa desordenada, su culo abierto y sus pantalones quitados totalmente, afortunadamente, o desafortunadamente para Daisuke, detrás de él habia una tubería y Ken con la ayuda de la mascarilla ató sus manos al tubo para tenerlo completamente expuesto, la cosa se estaba poniendo dificil para Daisuke pero muy placentera para Ken.
Las manos de este último estaban en su culo, amasando sus mejillas suavemente, Daisuke aprovechó un respiro momentáneo para intentar recuperar el aliento, fallando miserablemente antes de que Ken levantara las manos, se preparó para lo que sabía que se avecinaba, sobre todo cuando la mano aquella mano aterrizó en ese lugar, justo debajo de su trasero, en su muslo. Luego otro, y otro y luego se detuvo para admirar su perfecta espalda, sin hacer nada, comptemplando a su hermosa pieza antes de devorarla, murmuró algo suavemente pero Daisuke no podía oírlo a través del borrón de dolor en sus oídos, Las manos de Ken estaban de vuelta, lo notó, sobre todo cuando extendió sus nalgas, y él zumbó profundamente en su pecho.
-Sabes que lo quieres, quieres esto, placer con dolor -. Le susurró en su oído muy suavemente antes de empezar
El primer toque de la lengua de Ken a su agujero lo hizo gemir y sacudirse. Su cuerpo estaba tan suelto desde el principio que la lengua de se deslizó hacia adentro, y tiró a Daisuke hacia el, atrayendole con sus manos hacia atrás lo suficiente como para pellizcar su entrada. Daisuke gimió, con las manos apretadas en puños mientras luchaba por mantenerse consciente.
Su respiración no se había estabilizado, las pinzas en sus pezones se habían convertido en un latido constante, y su culo estaba caliente e hinchado, pero no le importaba, estaba feliz, todo lo que quería era más, y Ken no decepcionó. Su lengua desapareció con un mordisco final en una nalga. Daisuke trató de mantenerse relajado cuando escuchó los sonidos de lubricante aplicados venidos de la polla excitada de Ken y luego momentaneamente ya estaba la cabeza roja mojada de aquel pene presionando contra él.
Se deslizó lentamente, con cuidado, y Daisuke se quedó sin aliento y se estremeció cuando se llenó de todo el amor de su chico traspasando su carne. Esas manos de Ken tan suaves cuando pasó por los hombros de Daisuke para desengancharse las muñecas de la tuberia e incluso más gentil mientras lo guiaba a retroceder, hasta que estaba sentado en el regazo de Ken, empalado en su polla, Daisuke comenzó a temblar más fuerte, sabiendo lo que la dulzura presagiaba. A pesar de que las manos de Ken se movieron hacia las pinzas para la ropa aún unidas a sus pezones, comenzó a mendigar.
– No, sabes que el dolor es fuerte. ¡Por favor, no! -. Su voz se quebró en la última palabra, cuando Ken quitó las pinzas de golpe y Daisuke aulló demasiado fuerte, para amortiguar el dolor, le tapó la boca con sus propios dedos y le ofrecío un dedo suyo como única manera par aliviar el dolor, aunque era tan fuerte que la baba inundó sus pezones y lo abrumó de dolor.
Debajo de él, Ken comenzó a moverse, empujes cortos que lo elevaban al cielo, luego paraba y dejaba que Daisuke se estabilizase un poco, este estaba sollozando, pero el placer de ser follado fue derrotando gradualmente por los restos del dolor en su pecho, mientras tanto Ken lamió un largo camino por el costado de su cuello y luego se aferró con los dientes, haciendo gemir a Daisuke todavía con los dedos de Ken dentro.
Gimió por un largo tiempo. Honestamente inseguro de cuánto más podría soportar. Pero sabía que lo que fuera que Ken le diera, lo tomaría, y cuando todo terminara se lo agradecería patéticamente.
Una de las manos de Ken que estaba en la boca de Daisuke se envolvió alrededor de sus pelotas, apretándolo de advertencia, y el otro se mordió el labio antes de responder.
-Sí, lo quiero, Por favor, déjame correrme
Ken se rió entre dientes, y su otra mano se movió para presionar sobre su estómago, sosteniéndolo para que no pudiera luchar. La mano que rodeaba sus bolas apretó de nuevo, luego se movió más hacia atrás, acariciando la piel estirada. Daisuke se quedó sin aliento y trató de relajarse. Incluso cuando Ken deslizó al lado de su polla. Estaba hablando otra vez.
-Qué buen chico, tan tenso y caliente, me encanta estirar tu pequeño y dulce agujero todavía mas, ese culo que yo desvirgué hace muchisimo tiempo, recuerdo la sangre, la señal de que gracias a mi fuiste un hombre, mi hombre, amor.
Gimió, alto y apretado en su pecho, recordando la primera vez y las siguientes veces que hicieron el amor insaciablemente, Ken se echó a reír.
– Sí, eso es lo que pensé. Está bien, puedes corerte ahora, el partido debe seguir contigo, fuerte y renovado-. Y le mordió el hombro con la fuerza suficiente para que Daisuke estuviera seguro de que había extraído sangre. No le importaba, porque su polla estaba escupiendo bastante leche y sacudiéndose casi sin siquiera ser tocada.
Tan pronto como terminó de correrse, Ken sacó la suya fuera del culo de Daisuke y lo empujó hacia adelante, de modo que quedó a cuatro patas y su culo todavía escupía un poco de líquido preseminal de Ken, hubo un pequeño silencio y entró de nuevo en el ano y lo folló de forma salvaje, Daisuke flotaba sobre la química de su propio cuerpo mientras Ken lo follaba, profundo y duro. Sabía que tendría moretones donde estaban los dedos de Ken agarrandole las caderas, pero no le importaba.
No pasó mucho tiempo, y luego hubo un aumento repentino de calor que le hizo saber que Ken se había corrido, Él gimió suavemente, el cuerpo le dolía de manera distante. Ken se deslizó fuera de él y lo ayudó a levantarse, para despues besarlo y abrazarlo con fuerza.
-Gracias por todo, no imaginas la gran tensión que acabo de deshacerme, debo irme, para que puedas procesar tu partido en condiciones, mi equipo perderá, pero
-Sabes que?
-Dime
-No dejes de follarme nunca, me encantan tus manos sobre mi
-Me encanta que te encante, recuerda que este cuerpo, lo descubrí sexualmente yo
Se besaron y Ken rompió el beso bruscamente para salir rapidamente por la puerta no sin antes dedicarle una mirada lasciva, aquello terminó de motivar a Daisuke al 100%100 ya que despues de una buena follada en un sitio público, el partido no fué lo que esperaba, perdieron, pero tal como dijo Ken, valió la pena todo, desde el campo quiso buscar a su chico y lo descubrió en las gradas mirandole
Todo terminó y Ken de forma educada se acercó al banquillo donde todos los del equipo de Daisuke jugaban
-No siempre se gana, chicos, pero enhorabuena por el esfuerzo
-Gracias, tu equipo es bastante bueno, pero las gracias se las debemos dar a Daisuke, el es el que ha hecho mas que nosotros esforzandose más
-Me gustaria darle las gracias en privado, ¿puede ser?
-Claro, chao
Se fueron todos y finalmente se quedaron solos en el campo de futbol, no se oía nada, solo los latidos del corazón en ambos latiendo a mucha velocidad
– Ken
– Dime
– Estoy un poco tenso otra vez, perdimos como ya viste, necesitaría desestresarme
– ¿Quieres aliviar tensiones?
– Me encantaria
Al estar Ken enfrente de Daisuke, miró hacia atrás y allí nadie aparecia, al volver su mirada y clavarle sus ojos se puso de rodillas y lentamente le quitó el pantalón, fué solo acercar la tela de la mascarilla abriendo la boca rodeando la punta y el temblor llegó de nuevo a Daisuke.
Se disputaba otro partido, el del amor y las emociones y ahí, los dos, jugaban en altísimas condiciones.