Luego de unos días no volví a ver a Richard… pensé que ya se había saciado conmigo y un poco que lo extrañaba… había muchos hombres que me deseaban, me daba cuenta de ello en la calle y yo de verdad me sentía bastante bien con ello… lo de Rafael y Richard me había marcado y hasta por momentos necesitaba sentir un pene grande y gordo dentro de mí… En esos días se me había acabado el gas así que no me quedó otra que llamar a la tienda para que me envíen un balón de gas… siempre iba a dejármelo un viejito… estuve esperando como media hora y yo pensando que ese mismo señor iba a llevarme el balón de gas ni siquiera me percate en que tenía puesto el mismo top y el mismo bóxer de la primera vez con Richard, abrí la puerta y se apareció un tipo alto, como de 1.80 m, negro y robusto… yo lo recibí con esa ropita y grande fue mi sorpresa al ver que era uno de los tipos que me molestaba en la calle y me decía cosas bastante groseras…
No pude ocultar como estaba vestida porque abrí la puerta de par en par, el negro se quedó como sorprendido, yo estaba solita, empecé a temblar acordándome las cosas que me decía cuando pasaba por donde el paraba con sus amigos…
-Buenos días señora -me dijo- acá le traigo su pedido -mientras me pasaba la vista por todo mi cuerpo.
Le conteste a medias y como el balón de gas es pesado tuve que hacerlo pasar a mi cocina… yo estaba solita en casa. Al llegar a mi cocina lo acomodo, yo tuve que agacharme un poco para asegurar el pestillo y de pronto el me agarro de la cintura y me comenzó a pasar su miembro.
-Imbécil, que te pasa? -le dije, mientras le empujaba con fuerza.
-Mmmm… no te hagas… si estas vestida así es porque eres bien arrecha y tienes ganas de probar una buena verga.
Yo me quede muda, sin saber qué hacer, el negro definitivamente quería hacerme suya y yo vestida así y sola en realidad no sabía qué hacer, ya había tenido dos amantes y la verdad esas experiencias me había gustado.
-Jajaja, te has quedado muda, pero espera a que veas mi pingaza negra, apuesto a que nunca has probado una buena pinga negra…
El negro me agarro y me volteo dándole la cara mientras bajaba la cremallera de su mameluco y entonces fue inevitable, saco su pene, un gran pene negro y gordo, de aproximadamente 22cm de largo… yo quede asombrada, no podía pasarme a mí, de pronto parecía predestinada a probar penes enormes.
-Te gusta mamacita? veo que te has quedado muda, pues esta pingaza negra va a destrozarte esa conchita hoy, así que no pongas resistencia que como sea vas a ser mi mujer hoy.
No podía oponer resistencia, además ese enorme pene me hacía recordar en algo a mis anteriores amantes, me estaba excitando.
El negro empezó a besarme y a abrazarme, yo me empinaba un poco y empecé a corresponder a sus besos, mientras sentía su pene por mi ombligo.
-Mmmm… veo que si quieres probar esta pingaza negra… que rico culonaza… te voy a romper ese culazo mamita…
-Nooo… mmmm…
-Nada, vamos, trae tu manito y agarra esta pingaza que te va a hacer sentir bien mujer hoy.
Con una mano empecé a agarrarle su cosota, mi mano era muy chiquita para abarcar toda esa cosota negra.
-Dime, quieres que te cache o no?
-Mmmm… no se… tienes una cosota.
El negro se sentó en una silla no sin antes sacarle el mameluco, está desnudo y podía ver a un tremendo negrazo con una cosota enorme… me daba miedo pero estaba ya excitada.
-Ven, quiero que te pongas de cuclillas y me chupes la pinga, vamos, sé que te mueres por probar este pepino negro.
Me puse en cuclillas y agarre con mis dos manos esa cosota, aun así me quedaba grande y empecé a pasarle mi lengua… casi no entraba en mi boquita
-Mmmm… Que rico… se ve que tienes experiencia chupando pingas eh perrita… yo sabía que eras una ricura en la cama, sigue chúpame los huevos mamacita.
Le chupaba su cosota, le lamía en toda su longitud hasta sus bolas, el me agarraba el cabello, levanto mi top y con sus manazas empezó a apretarme las tetas.
-Mmmm… que tetazas… ven no veo las horas de meterlas a mi boca… ven párate que quiero comerme esas tetazas.
Me pare y el negro agarro y con ambas manos me empezó a apretar las tetas, se acercó y empezó a chupármelas.
-Mmmm… que tetazas mamacita… estaría todo el día comiéndotelas.
Me acerque más, mientras el me chupaba las tetas empecé a jalar su pene con mi mano, de verdad era un miembro negro, bien gordo y bien grande, comparado al de mis anteriores amantes pues era más grande y grueso.
-Mmmm, veo que quieres probarlo no? no te desesperes, primero me como esas tetazas pero sigue jalando mi pingaza.
El negro no dejaba de chuparme las tetas, me excitaba, sentía que estaba mojadita, en eso bajo una de sus manos hacia mi bóxer y empezó a pasarme sus dedos por mi conchita, encima de mi bóxer.
-Mmmmm… que rica chuchita, se siente mojadita, ahora vas a saber que es cachar con un negro pingon.
-Ahhh… que ricooo
-Por fin dijiste algo. Ahora te voy a agarrar a pingazos que hasta vas a querer dejar a tu marido por mi.
El negro seguía chupándome las tetas y sobándome la conchita, yo gemía, estaba excitadísima, ese tipo me estaba volviendo loca, tenía unas manazas y unos dedazos que hacía que cada vez me moje más.
-Mmmm, esta conchita está muy rica carajo, espera voy a pararme, quiero poner mi pinga entre tus tetazas.
El negro se paró, yo me puse de cuclillas, me termino de sacar el bóxer y empecé a chuparle su enorme pene hasta que con sus dos manos agarro mis tetas y puso su pene entre ellas que a pesar de ser grandes eran perfectas para su enorme cosota, hasta podía chuparle la cabeza de su pene.
-Mmmm… que rico carajo, que enormes tetas, perfectas para mi pingaza negra mamacita, sigue, chúpame la pinga mientras mi pinga se come a tus tetazas.
El negro me golpeaba con su enorme pene las tetas, la cara, me lo metía en la boca, me lo pasaba por la cara, yo estaba muy excitada y solo pensaba lo que sentiría cuando me penetrara.
-Mmmm… basta, llego la hora de reventarte la conchita mamacita, vamos al mueble.
Fuimos hacia el sofá, él se sentó y yo me quite el bóxer, me jalo hacia él, yo parada y empezamos a besarnos mientras me rodeaba la cintura con sus brazos hasta que me subí en su encima y acomode su pene en la entrada de mi conchita.
-Ahhh, aaayyy
-Asu, como gritas, estas apretadita, uffff, que rica carita, mmmm como se mueven esas tetazas, no sabes cuánto quería tenerte así mamacita…
El negro me apretaba las nalgas mientras me subía y me bajaba por su enorme y gorda cosota, yo me agarraba los cabellos mientras gemía y gritaba como una loca mientras él además me chupaba las tetas.
-dime que te gusta mi culonaza… que rica mujercita mamacita, toma pinga, te voy a romper todita.
-Mmmm, ahhh, bebeee, que grande y gorda.
-Mmmm… si sufre perrita… que rica conchita mamita, toma mi putita esta pingaza negra… que tetazas carajo… que rica… vamos sube y baja por la pinga de tu negro, de tu cachero…
El negro cada vez me follaba con más fuerza, yo hasta quería sollozar de dolor y placer, me chupaba las tetas desesperadamente y sentía su cosota en toda mi vagina, por ratos me apretaba las nalgas con fuerza… yo gemía,
El negro me embestía cada vez con más fuerza… no soportaba, parecía que quería destrozarme la conchita…
-Mmmm… asuuu, vas a hacer que se me venga la leche… ahora salte, quiero que te pongas en perrito mamacita y apoyes tus manitos en el respaldar del mueble…
Me puse en perrito apoyando mis manos sobre el respaldar del sofá, hizo que abra bien mis piernas bien al filo del sofá y se agacho para pasarme la lengua por toda la conchita…
– siiii chupame la conchita papacitooo
-Si perrita, que ricos labios los de tu conchita… uffff… pero te voy a partir ese culazo en dos con mi pingaza mamacita…
En eso paso la cabeza de su cosota por mis nalgas y toda mi conchita y agarrándome las caderas empezaron a penetrarme.
-Aaaayyy noooo.
-Shhhh, vamos cacherita, si todavía no te la he metido todita… mmm si que eres una gritona eh… ya le decía yo a los patas, esa cojuda debe ser una gritona de mierda… jajajaja… vamos, te voy a clavar más mamacita…
Subió una de sus piernas y apoyo su pie en el sofá y con sus manos en mi espalda hizo que pare más el trasero mientras me perforaba con su cosota… me hacía ver estrellas.
-Aaaauuu, que grandeee bebeee!
-Voltea, quiero ver tu carita mirándome mientras te destrozo esa rica y jugosa conchita.
Voltee mi cara, podía ver la cara del negro, con satisfacción me taladraba la conchita, yo gemía, gritaba, me hacía sentir en las nubes.
En eso el negro me alzo en peso y así, con su pene dentro de mí se sentó en el sofá e hizo que ponga mis pies a ambos lados de sus muslos mientras me seguía penetrando, así yo de espaldas…
-Mmmm… que rico carajo en esta pose siento todo tu culazo por mi barriga y te aprieto esas tetazas que tienes… como me arrecha escucharte gritar mamacita…
Esa pose nunca la había hecho con mi esposo porque es muy poco dotado pero el negro me hacía sentir una verdadera mujer, me la metía así, yo de espaldas a él y me apretaba las tetas, no podía más, sentía que me venía un orgasmo y decidí besarlo, subía y bajaba por su enorme, grueso y negro pene, me apretaba la conchita un montón…
-que rico carajo, pero vamos mamita bájate, quiero cacharte piernas al hombro…
Me pare y me eche en el mueble, cerca de uno de los respaldares del costado, el me empezó a besar al tiempo que yo habría mis piernas y el las colocaba en sus hombros, casi como un ovillo.
-Dime que quieres ser mi mujer, la mujer de este negro cachero… bésame mientras me acomodo para perforarte bien rico…
-Si bebe, quiero ser tu mujer… métemela papacito, así me hagas llorar…
En eso acomodo su pene hacia la entrada de mi conchita y empezó a penetrarme nuevamente…
En eso sentí que el negro se venía, sentía su leche calientita que invadía mis entrañas al tiempo que tenía un orgasmo…
-Ahhhh carajo… te lleno…
El negro saco su pene se levantó un poco y así con su leche chorreando me lo puso entre las tetas.
-Chúpalo cachera, toma la leche de tu negro, de tu cachero…
-Bebeee, me has embarrado, quieres que apriete tu cosota con mis tetas?
-Si, aprieta y Chupalo… mmmm
Empecé a apretar su pene con mis tetas mientras lo chupaba… sentía mi conchita mojadita… quería que el negro me siguiera penetrando…
-carajo… que rico… puta mare tengo que regresar a la chamba sino me botan…
-Espera… no te vayas…
-Jajajaja… veo que te ha gustado la pinga de este negro, pero tengo que irme, te doy mi dirección, mañana es mi día de descanso, vas en la mañana, vivo solo en mi cuarto…
El negro me dio su dirección, él estaba parado y yo subida en el mueble lo abracé y le besé mientras con una de mis manos acariciaba su rico pene negro…
-Ok, ok mamacita… mañana vas si? quiero romperte ese culito también, veo que está bien chiquito…
El negro se puso su mameluco, agarro el balón de gas vacío y se marchó. Yo quedé así, desnuda, embarrada con su leche, preguntándome por qué me sucedía esto, pero satisfecha al fin…