A mediados del año que termino, recibí una noticia por parte de mi hija, que me sorprendió, resulta que me anuncio que iba a contraer nupcias con el pendejo de su novio, cuando me lo dijo, me quede un poco mudo, porque aunque esperaba esto, nunca creí que fuera tan pronto, ella sin darse cuenta de mi desconcierto, me dijo, que su novio, en compañía de sus padres muy pronto venían a pedirla oficialmente.
No pude dormir esa noche, porque me vi otra vez solo, y lo que era peor, mi relación sexual con mi hija, muy pronto se iba acabar, esa noche soñé con ella y con las noches calientes que pase con ella, así no podía dormir, miré el reloj y vi que era la una de la madrugada, de pronto me vino una idea a la cabeza y me levante rápidamente y fui a su recamara, o decepción, me acorde que estaba de visita con una amiga de mi ex vieja, así que, me tuve que hacer justicia con mi propia mano en honor de ella y de su hermoso cuerpo.
Al otro día, ella llego muy temprano, es hermosa, se parece a su mama, aunque todavía no embarnecía mucho, se notaba que iba estar más buena cuando estuviera más grande, se me quedo mirando, al notarme que estaba un poco enojado, me dijo “¿Qué te pasa papito?”, con ese tono de voz que me ponía cachondo con tan solo oírlo, al tiempo, que me abrazaba y se sentaba en mis piernas, podía sentir la dureza de sus ricas nalgas, yo le conteste “es que te vas y a lo mejor te vas a olvidar de mi”.
Me contesto, “el que me vaya a casar no es el fin del mundo”, es más, “para tu tranquilidad, yo te seguiré viniendo a visitar” plantándome un ardiente beso en mi boca, que se prolongó bastante. Con mucho trabajo, me separe y le dije, “no pude dormir anoche, creo que me voy a volver acostar, para ver si me duermo algo”, ella intrigada me pregunto “¿Por qué no pudiste dormir papi?”. Yo le dije, “pues no pude dormir, porque estaba pensando en ti preciosa y si no logro dormir, ando de mal humor todo el día”.
Sin más, me retire a mi recamara y me eche en la cama y me quede dormido, pero no tanto, para sentir que ella se metía a la cama y se me pegaba a mi espalda, como cuando era niña y no podía dormir, como ella vio que no me movía, me dio la espalda, entonces fue cuando le pase mi brazo por su cintura y me repegue mas a sus nalgas paraditas, ella lanzo un gritito y fingí que me despertaba y le pregunte “¿Qué pasa, que ya no te gusta que te abrace preciosa?, llevamos casi un mes sin hacerlo, ¿no te parece que ya va siendo hora que cojamos un poco?”.
No deje que me contestara, prestamente le metí la mano debajo de su camiseta y empecé a acariciar con mis dedos muy suavemente sus pezones, los cuales se pusieron erectos de inmediato, le susurre a su oído, “así me gusta, muy bien” seguí masajeando sus tetas con mi mano derecha, ella empezó a gemir de excitación, ya que primero acariciaba los bordes de sus pezones y luego tiraba un poco de las puntitas, rápidamente, por un solo momento, adentre mi mano en su bajo vientre y le acaricie sus labios vaginales, estaba bastante mojadita, se notaba que la estaba excitando muy bien.
Dentro de mi excitación, me imagine que también estaba cachondeando a su madre, a mi ex, ya que como dije antes, las dos tienen casi la misma complexión física y son realmente casi parecidas relativamente parecidas.
Deje de acariciar sus tetas, con la misma mano empecé a acariciar sus ricas nalgas, eran duras y paraditas, mis dedos le sobaban su ano y recorrían los finos labios de su vagina, ella estaba loca de excitación, ella agarro mi mano y la condujo hasta su rica conchita que estaba húmeda y como me gustaba, depilada completamente, yo le acariciaba el clítoris y metía mis dedos dentro de ella, ella gemía de placer y gritaba que le metiera más profundo mis dedos, de pronto sentí que temblaba, como si una descarga eléctrica la hubiera tocado y se vino profusamente, al tiempo que movía frenéticamente su bajo vientre, hasta que se quedó completamente estática, resoplando suavemente.
Después de que ella se hubiera repuesto de tan tremenda venida, se desnudó completamente y me quito los calzones que vestía, al tiempo que mi verga se encontraba totalmente parada, yo acomode las almohadas en mi espalda, con el fin de levantar mi torso, ya que, yo soy un auténtico voyeur y me encanta ver todo, en especial cuanto tengo sexo.
Mi hija se recostó a un lado de mí y coloco su cabeza sobre mi regazo, agarro mi varga y la empezó a acariciar desde la base hasta la punta, me acaricio los testículos delicadamente, después, solo tuvo que llevar su lengua hasta la punta y comenzar a lamerla poco a poco y en círculos. Ella me volvió loco con su boca, recorría toda mi verga mojándola con su saliva, llegó hasta chuparme mis testículos, hasta que se la metió en la boca de una sola vez, mientras con sus dedos acariciaba mis testículos.
El ver como se comía mi hija, mi verga, me puso sumamente cachondo, era excitante ver como se la tragaba hasta la mitad y luego la sacaba poco a poco, hasta morder la punta y después se la volvía meter, yo bufaba bastante. Siguió mamándola, hasta que sentí que se aproximaba el viaje sin retorno, ella se dio cuenta de ello, dejo de mamarla y se puso en cuatro patas, estábamos sudando, presto me levante y me coloque atrás de ella, yo quería sentir mi verga dentro de ella, quería matar a estocadas su hermosa conchita.
Me agarre de sus caderas y de un golpe se la metí hasta el fondo, empecé a cogérmela muy rápido y muy duro, yo estaba como loco, nada más se oían sus gemidos y el sonido seco, cuando mis testículos chocaban con su vagina, sus jugos bajaban por sus piernas hasta llegar a las sábanas, sentí que ella estaba a punto de venirse, fue cuando le dije, estoy a punto de venirme preciosa, creo que no voy a poder aguantar más
Cuando ya sentía que me venía, se la metí de un solo golpe y me agarre de sus caderas, como ya tenía un rato que no cogía, le descargue una gran cantidad de semen, que si no hubiera tenido el condón puesto, le hubiera inundado su vagina completamente y seguramente la hubiera embarazado. Después del tremendo palo que me avente con ella, nos quedamos dormidos, eran como las 4 de la tarde, cuando despertamos, nos aseamos y salimos a comer.
La noche de ese día, volvimos a coger, me la cogí en posición de misionero y terminamos con ella arriba, ensartada hasta los huevos, yo tenía hartas ganas de quitarme el condón y cogérmela a pelo, quería sentir la suavidad de sus paredes vaginales apretando mi pene, tal vez haya oportunidad de hacerlo, ahora que se case, agotado me quede dormido.